Como cantaba Peret, el rey de la rumba catalana, “y no estaba muerto, no, no”: es lo que ha logrado demostrar el Real Madrid tras su tristísima final europea en Berlín al derrotar tres veces seguidas a un Barcelona que optaba a todo esta temporada pero ha acabado yéndose sin nada. Falta por ver a este imprevisible equipo blanco contra el vencedor de la otra semifinal, que podría ser su némesis de la temporada, el Unicaja, o ese inesperado UCAM qu
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