Jugar Wimbledon ya era un éxito -¡su primer Grand Slam!- y por eso mientras se sorteaba el cuadro del torneo Mark Lajal decidió apuntarse al tour para visitantes del All England Club. No quería saber su rival en primera ronda. Número 269 del ranking ATP, de 21 años, procedente de Estonia y de padre motero -su madre le apuntó al tenis para que se alejara de la gasolina-, si le tocaba enfrentarse a un Top 10 la experiencia sería maravillosa, pero también podían asignarle otro 'qualy'. Por eso no deseaba verlo.
El pasado viernes al mediodía, durante la ceremonia, paseó por las pistas exteriores del recinto londinense, visitó el museo, las pistas 1, 2 y 3 y cuando llegó a la pista central, el guía que le acompañaba ya no pudo contenerse más: "¡Jugarás aquí el lunes contra Carlos Alcaraz!". Lajal se quedó congelado, alucinado, rompió a llorar. Con sólo cinco partidos en el circuito profesional, dos victorias y tres derrotas, llegaba por fin el momento por el cual a los 15 años dejó su Tallin natal para instalarse en la academia de Patrick Mouratoglou al lado de Niza.
Lejos de los torneos challengers y los futures, su rutina hasta ahora, pisaría uno de los grandes escenarios del tenis. ¡Qué emoción! Por eso el público tampoco esperaba mucho de él. En una de las muchas tradiciones de Wimbledon, el vigente campeón, Alcaraz, estrenaba la pista central y ante un rival así lo esperable era un duelo desequilibrado, rápido, intrascendente. No lo fue. Con un tenis muy por encima de su ranking, un estilo propio de la hierba y una mentalidad más hecha de lo supuesto, Lajal planteó un desafío y Alcaraz lo superó. La historia guardará otra primera ronda resuelta en tres sets, 7-6(3), 7-5 y 6-2, pero en realidad hubo un interesante intercambio durante dos horas y 24 minutos y, sobre todo, la certeza de que el español está listo.
La candidatura de Alcaraz
Después de su hito en Roland Garros y de su derrota prematura en Queen's, su salto a la hierba era una incógnita, también incluso su motivación en Londres con los Juegos Olímpicos de París tan cerca, pero ya no hay dudas. Ante un adversario muy digno, Alcaraz presentó su candidatura para su segundo Wimbledon consecutivo, un éxito al alcance de pocos.
En el tercer set la montaña a escalar ya era demasiado alta, pero en los dos primeros Lajal discutió a Alcaraz hasta la resolución. Con maestría en el saque-volea, en ambos periodos obligó al español a remontar un break en contra y a asomarse al abismo de la derrota. Al contrario que en Roland Garros, donde debutó contra un tembloroso J.J.Wolf, esta vez Alcaraz tuvo que correr desde el principio.
"Mark me ha sorprendido porque no lo había visto jugar mucho. Tiene nivel para ascender mucho en el ranking. Es muy joven, es de mi edad, estoy seguro que jugaré con él más a menudo", elogió el hoy número tres del ranking ATP, que aceptó que aún se pone nervioso cuando arranca un torneo como Wimbledon y que tuvo que crecer durante el partido, especialmente con su primer saque, para seguir adelante sin un rasguño. En segunda ronda, el próximo miércoles, le espera el vencedor del duelo entre el australiano Aleksandar Vukic y el austriaco Sebastian Ofner. Será un reto, aunque después de Lajal ya está alerta.