Muriqi, el niño de la guerra que trabajaba de camarero, y ya vale más que Eto’o

Muriqi, el niño de la guerra que trabajaba de camarero, y ya vale más que Eto'o

LaLiga Santander


RCD Mallorca – Real Madrid

Actualizado

El goleador del Mallorca lleva ocho goles en Liga, uno de ellos en el Bernabéu, pero lleva sin marcar desde el pasado 9 de noviembre tras convertirse en el delantero revelación de la temporada y entrar en la órbita del Real Madrid, Sevilla y Aston Vila

El delantero kosovar del Real Mallorca, Vedat Muriqi.RCD Mallorca

Vedat Muriqi no es el típico que se deja amedrentar por una mala racha. El máximo goleador del Mallorca, con ocho goles, no ve puerta desde el 9 de noviembre, algo que cuando eres un gigante de 1,94 que se alimenta de goles, podría resolver recibiendo hoy al Real Madrid (14.00 horas) a la hora de comer. Muriqi (Prizren, Kosovo, 1994) fue un niño de la guerra, y eso, dice, «te hace más fuerte, física y mentalmente».

Muriqi, dijo de él su entrenador, Javier Aguirre: «Es un bicho feo y raro, lo ves y te cambias de acera». Pero también: «No hay manera de no querer al sinvergüenza. Todo lo grande que es lo tiene de corazón». El 7 del Mallorca, de 28 años, es un gigante de cuento de sonrisa resquebrajada. Un tipo que iba para camarero, y que a los cuatro años vio llegar a los soldados serbios a su casa para decirles que les iban a poner una bomba. Su madre empezó a meter ropa en una bolsa, y le dijo a él y a su hermana que se iban «de vacaciones». Un éxodo a Albania del que recuerda «una caravana de coches, ropa tirada en la calle, soldados y gente con la camiseta manchada de sangre». Fueron, recuerda: «Tiempos difíciles, en los que mis padres sufrían (…) Les decía que tenía hambre, y me respondían que sólo había pan y leche» que les daban los soldados alemanes.

Cuando acabó la guerra y regresó a casa descubrió el fútbol al mismo tiempo que la derrota. Tenía cinco años cuando su padre le llevó a ver la pachanga que jugaba con sus amigos, entre cortes de luz que se eternizaron tras la guerra. «Estoy cansado, me pongo de portero», fueron sus últimas palabras. Y lo siguiente que hizo fue «una parada increíble que fue recibida con una ovación». Nunca más volvió a levantarse. Justo en ese instante, recuerda el delantero del Mallorca: «Se fue luz. De niño lo recuerdo como si fuera algo de los dioses». Su tío, Bahtijar Muriqi, se convirtió en su figura paterna, dispuesto a sacarlo adelante dándole trabajo de camarero en el Bahjtijari, una cafetería con vistas a una rotonda, donde la especialidad son unas albóndigas alargadas a la parrilla. «Tienes que trabajar y ayudar a tu familia, me decía, y yo le contestaba que quería ser futbolista, pero se enfadaba o se reía, y me decía, eso no existe en Kosovo».

Vedat Muriqi dando sus primeros pasos como futbolista en el Liria Prizren.

Su madre, Bledina, se convirtió en su manager. Era la única mujer que acompañaba a su hijo a los entrenamientos con el Liria Prizren. La que aceptó que dejara el colegio a los 15 años para dedicarse a servir albóndigas y jugar al fútbol. Y cuya principal tarea durante esos años fue ocultárselo a su tío. «Me dijo que sería un gran futbolista y le creí», se explica en el documental RCD Mallorca. From Paradise en Amazon.

A los 17 años, Vedat saltó a la liga turca. Jugó en varios equipos hasta recalar en el Fenerbahçe. Marcó 70 goles en más de 200 partidos, y en el verano del 2000 le fichó la Lazio por 20 millones de euros, convirtiéndose en el peor momento de su carrera. Ni Inzaghi ni Maurizio Sarri contaban con él. Luego se lesionó. Luego cogió el Covid. “También es cierto que cuando me dieron oportunidades no lo hice bien”, reconoce Muriqi. La hinchada la tomó con él y un día Sarri tuvo que parar un entrenamiento para que dejaran de insultarle. Era el momento de salir.

En el pasado mercado de invierno apareció el Mallorca, pero España, para Vedat, no era una opción, al ser uno de los cinco países de la Unión Europea que no reconoce a Kosovo como nación: “Eso es algo muy difícil de asimilar”. Pero empezó “a ver documentales de España y de la isla”, y empezó a pensar “que sólo es un deporte”. Cuando se plantó en Palma y empezó a conocer a la gente: “Mi idea cambió de un día para otro”, y pidió un profesor para aprender lo antes posible el idioma.

El delantero del RCD Mallorca, Vedar Muriqi, celebrando un tanto.RCD Mallorca

Sus cinco goles en todas sus especialidades, con el pie, de la cabeza, de penalti, sirvieron para salvar el club del descenso, y el Mallorca lo acabó fichando este verano, convirtiéndolo en el más caro de la historia del club, 7,7 millones, por encima de los 7,2 que costara Samuel Eto’o.

Esta temporada la arranco convirtiéndose en el delantero revelación. Incluso descubrió lo que es marcar en el Bernabéu, “algo que hasta ese momento sólo había hecho en la playstation”, cuenta, adelantando al Mallorca en un partido que acabaron perdiendo 4-1. Empezó a sonar para el Madrid, para el Sevilla, para el Aston Vila, y ahora Aguirre lo ve “ansioso” tras una racha de cinco partidos sin marcar: “Lo he visto distinto y por eso tuve una charla con él. Le dije que eso suele suceder a los delanteros que no marcan, son rachas, a veces la pelota te pega en el hombro y la metes”.

kpd