La seleccionadora nacional de fútbol femenino, Montse Tomé, ha señalado este viernes en su comparecencia como testigo ante el juez que investiga al ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales por el beso que propinó a la jugadora Jenni Hermoso que cuando no la convocó para dos partidos tras la polémica fue por razones estrictamente deportivas dado que había jugado pocos partidos de pretemporada, y porque la presión mediática podía influir en su rendimiento en el terreno de juego.
Así lo confirman fuentes jurídicas consultadas por Europa Press, que añaden que la seleccionadora y ex jugadora del FC Barcelona ha negado que su decisión estuviera mediatizada por terceras personas o por el ex entrenador de la selección Jorge Vilda, imputado en esta causa por las presiones que habría ejercido sobre Hermoso para que la polémica surgida por el beso en la entrega de trofeos del Mundial celebrado en Australia no fuera a más.
Esa primera convocatoria de Tomé como seleccionadora tras el Mundial tenía lugar en el marco de la fase de grupos de la Liga de Naciones 2023-2024 en la que se enfrentaron a Suecia y Suiza, y estuvo marcada por la polémica al decidir no incluir a Hermoso.
Este viernes, en su declaración, en la que ha contestado preguntas de muchas de las partes personadas, también ha aclarado que fue Vilda quien le dijo que tenía que asistir, aunque ella no quería, a la asamblea de la Federación del 25 de agosto de 2023, en la que Rubiales señaló que no iba a dimitir. Quince días después, el expresidente anunciaba su renuncia definitiva al cargo.
Cabe recordar que en el auto por el que el juez acordaba citar a Tomé señalaba que lo hacía para aclarar si la no convocatoria de Jennifer Hermoso en esos dos partidos de España tuvo relación con la negativa de la jugadora a firmar un comunicado conjunto con el expresidente para aplacar la polémica.
Acordaba esta declaración dando cumplimiento a lo ordenado por la Sala de lo Penal, que accedió a lo solicitado por el exseleccionador masculino Jorge Vilda, que fue quien pidió esta diligencia.
Dado que la decisión de la Sala llegó después de que dictara auto de procesamiento proponiendo juzgar a Rubiales y al resto de imputados, el juez Francisco de Jorge decidió dejar sin efecto el plazo de 10 días que dio para formular los escritos de acusación hasta que terminara la testifical y se diera la posibilidad de formular alegaciones sobre el mantenimiento o no de la condición de investigado de Jorge Vilda.
De Jorge, en su auto de procesamiento, proponía juzgar a Rubiales al considerar que el beso que propinó a Hermoso “no fue consentido” y que el exdirigente actuó de forma “unilateral y sorpresiva”. Además, también propuso enviar al banquillo al propio Vilda, al director deportivo de la Selección masculina, Albert Luque, y al responsable de marketing de la Federación, Rubén Rivera, por las presiones posteriores a las que se sometió a la jugadora para que accediese a realizar una manifestación pública afirmando que el beso había sido consentido.
El juez aseguraba en ese auto que existió “una acción concertada de los tres” procesados acordada con Rubiales “para doblegar la voluntad de Hermoso y conseguir que accediera a grabar un video en el que dijese que el beso había sido consentido”.
Cabe recordar que el instructor investigaba a Rubiales por los delitos de agresión sexual y coacciones. Sin embargo, en su resolución el magistrado no proponía juzgarles por ninguno de esos delitos asegurando que “no es preciso que el instructor haga una calificación detallada, ni que se precise los concretos tipos penales”.
A juicio del instructor, “el auto fija de manera general unos hechos lo bastante amplios para dar un margen flexible a las acusaciones” para que sean ellas las que, en sus respectivos escritos de acusación, concreten los delitos por los que deben ser juzgados.