Este invierno Mo Katir volaba. “Está haciendo su mejor concentración en Sierra Nevada”, advertían quienes le conocen. Este mismo miércoles, en Valencia, iba a atacar el récord de Europa de los 5.000 metros en pista cubierta. Pero un anuncio sorprendió este martes: Katir renunciaba al Mundial ‘indoor’ de Glasgow. Otros años ya había evitado correr bajo techo, se había reservado para el verano, pero esta temporada era extraño, en tan buena forma. Lo cierto es que estaba obligado. La Federación Internacional de Atletismo (World Athletics) suspendió este miércoles al mejor fondista español por saltarse tres controles antidopaje en los últimos 12 meses.
Katir no podrá correr en las próximas semanas y, según las normas de la World Athletics, podría llegar a estar parado dos años si su recurso no prospera. Era la mejor opción del atletismo español para los próximos Juegos Olímpicos de París 2024 y ahora su participación queda en entredicho.
El propio Katir anunció su castigo en un comunicado en el que quiso defender su inocencia y anunció que ya ha presentado respuesta legal. “Considero que no existe una infracción derivada de tres fallos de localización en los últimos doce meses. En alguno de los fallos de localización me encontraba disponible en lugar, fecha y horas aportadas por mi parte. Durante los últimos meses y años vengo siendo sometido a un gran número de controles de dopaje fuera de competición tanto en muestras de orina como de sangre, sin que se hubiese planteado el más mínimo problema por mi parte”, comentaba en un escrito en el que también hacía una aclaración pública: “Es importante tener presente que no estamos ante un expediente de infracción de las normas de dopaje por el uso de sustancias prohibidas, ni siquiera por eludir controles de dopaje fuera de competición”.
Vigente subcampeón del mundo de los 5.000 metros, Katir preparaba la temporada de su vida entre exhibiciones. En el último mitin de L’Eure en Val-de-Reuil (Francia), no sólo ganó, también se quedó cerca del récord español de la milla, y además de la plusmarca en Valencia había anunciado su ataque al récord mundial de 2.000 metros para el próximo sábado.
Nacido en Alcazarquivir, en Marruecos, Katir llegó a España a los cinco años para reunirse con su padre, que ya trabajaba en el país. Primero vivió en Huesca, donde jugó al fútbol, y luego en Mula, en Murcia, donde le invitaron a probar el atletismo y donde empezó a destacar. Sin el pasaporte -lo pidió por carta de naturaleza en 2015 y no se lo otorgaron- no pudo competir hasta que cumplió los requisitos de nacionalización por residencia ya en 2019. Desde entonces acumula éxitos, una plata y un bronce en un Mundial, una plata europea y, entre otras cosas, los actuales récords de España al aire libre de 1.500, 3.000 y 5.000 metros.
“Una vez recibida la notificación oficial relativa a la apertura del expediente por parte de la Unidad de Integridad de World Athletics se ha procedido de manera inmediata a suspender la licencia del atleta”, anunciaba en un comunicado la Federación Española de atletismo (RFEA), que sólo añadía con la mente puesta en los Juegos Olímpicos de París: “La Federación desea recordar que un atleta suspendido provisionalmente o con un expediente abierto por dopaje o disciplina no cumple con los criterios de elegibilidad aprobados por la RFEA”.