Los temores que el pasado viernes tenían una parte del cuerpo técnico y de la Federación respecto a la actitud del Barça con Lamine Yamal de cara a esta concentración tomaron cuerpo este lunes y han provocado un cataclismo este martes. A través de un durísimo comunicado contra el Barça, la Federación ha desconvocado al jugador para los partidos contra Georgia y Turquía.
¿El motivo? Que el Barça sometió al jugador el lunes por la mañana, día de inicio de la concentración de la selección, y sin avisar a los médicos federativos, a un “procedimiento invasivo de radiofrecuencia” para tratar su pubalgia, y los médicos del Barça enviaron, ya con el jugador en Madrid, un informe médico que recomendaba reposo de entre 7 y 10 días.
La secuencia de los hechos es así. Lamine juega casi todo el partido en Vigo el domingo por la noche. El lunes por la mañana, es sometido a ese “procedimiento invasivo de radiofrecuencia” por los médicos de su club, y la Federación se entera a las 13.47. Por la tarde, el jugador viaja por la tarde a Madrid y se concentra en la Ciudad del Fútbol. Pero a las 22.40, los médicos de la selección reciben el informe de sus ‘colegas’ del Barça explicando el tratamiento y “en el que se indica la recomendación médica de reposo entre 7 y 10 días”. Tras una noche de lo más tensa, esta mañana se ha decidido desconvocar a Lamine y que vuelva a Barcelona.
“Ante esta situación, y priorizando en todo momento la salud, seguridad y bienestar del jugador, la Real Federación Española de Fútbol ha tomado la decisión de liberar al deportista de la presente convocatoria. Confiamos en que pueda evolucionar favorablemente y le deseamos una pronta y completa recuperación”, cerraba la Federación el durísimo comunicado que, sin citar al Barça, hace explícita una guerra que comenzó en septiembre, cuando Lamine se lesionó.
En esa ventana de partidos, contra Bulgaria y Turquía, Lamine llegó a la selección con unas molestias en la espalda por las que fue infiltrado, para evitarlas, de cara al segundo choque, en Konya contra el equipo de Güler. Según la versión que luego ofrecería Flick, el técnico del Barça, el futbolista se lesionó, en el pubis, en ese partido. “No lo han cuidado”, dijo el alemán. Sin embargo, en la Federación sostienen que Lamine volvió a Barcelona un lunes sin decir nada del pubis, pasó unos días en la Ciudad Condal, incluso entrenando, y el sábado fue cuando se conoció la dolencia.
En todo caso, el de este lunes es el último episodio de una guerra que se enfriará si España consigue la clasificación para el Mundial, pues la siguiente cita ya será en marzo, dentro de muchos meses. Otra cosa será si España no alcanza el Mundial con esta extraña baja de su estrella.
En Portugal juegan, entre otros, Ruben Dias, Vitinha, Leao, Neves, Conceiçao, Bernardo Silva... Pero en Portugal juega, sobre todo, Cristiano Ronaldo. A sus 40 años, cumplidos en febrero, arrastra el aura de la gran estrella que fue, y que de algún modo todavía es. Porque, a sus 40 años, esta noche será el capitán de Portugal, con la que ha jugado la salvajada de 220 partidos, marcando, otra salvajada, 137 goles.
Ayer, en la sala de prensa del Allianz Arena, desplegó al nuevo Cristiano. Dijo, atención, cosas como estas. "No creo mucho en los premios individuales como el Balón de Oro, porque sé lo que hay detrás". "En el fútbol, como en la vida, no siempre se puede ganar". "¡Boludo!" (esto bromeando con un periodista argentino). "A Messi le tengo mucho respeto y cariño, igual que él a mí". "Vivo el presente, no pienso en el futuro". Y una última. "El niño lo está haciendo muy muy bien, pero pido que le dejen crecer tranquilamente por el bien del fútbol".
"El niño" es Lamine Yamal, la estrella no sólo de la selección española. La estrella del torneo, la estrella, hoy, del fútbol mundial. "Siempre que llega una final se dice Cristiano contra no sé quién, Cristiano contra no sé cuánto... No es así. Es Portugal contra España", dijo CR. Pero, quiera él o no, la final de esta noche es legítimo plantearla como un cambio en el ciclo de la vida del fútbol.
Y quizá reducirlo a un Lamine-Cristiano sea demasiado, pero resulta llamativo comparar la figura del portugués, lo que representa, los años que lleva en este mundo, con los miembros de esta selección española jovencísima (media de 25 años) con la que discute hoy la Liga de Naciones, donde los chicos buscan su tercer título consecutivo.
Crisitano celebra la clasificación para la final.EFE
Cristiano hace su aparición en el fútbol profesional el miércoles 14 de agosto de 2002. Entró (sustituyendo al español Toñito) en el minuto 58 del partido entre el Sporting de Lisboa y el Inter de Milán. Desde ahí hasta hoy, ya se sabe casi 1.000 goles, un montón de títulos, Balones de Oro... Pues bien. ¿Dónde estaban los hoy internacionales españoles hace casi 23 años? Un repaso a las fechas de nacimiento revela una realidad asombrosa.
Para empezar, había ocho jugadores que hoy estarán en el campo (tres titulares y cinco en el banquillo) y que ese 14 de agosto de 2002 no habían nacido. Lamine, Cubarsí, Huijsen, Gavi, Samu, Fermín Pedri y Yeremi Pino.
Nico Williams tenía un mes y dos días de vida.
En 2002, cuatro jugadores cumplían tres años: Vivian, Pedro Porro, Mingueza y Zubimendi, y por lo tanto no jugaban al fútbol todavía.
Un jugador cumplía cuatro años: Cucurella. Y jugaba, dicen, al fútbol sala en el Alella, el equipo de su pueblo.
Dos jugadores cumplían cinco años. Oyarzabal y Unai Simón, que jugaban en el Eibar y en el Zuia, el equipo de su pueblo.
Dos jugadores cumplían seis años: Le Normand y Merino, ambos jugando en sus lugares de nacimiento (Lamballe y C. D. Amigó)
Tres jugadores cumplían siete años: Grimaldo (Atlético Vallbonense), Raya (UE Cornellá) y Remiro.
Un jugador cumplía ocho años. Fabián (Betis).
Y dos jugadores cumplían 10 años. Isco (Atlético Benamiel) y Morata.
Nico Williams y Lamine Yamal, entrenando.EFE
Estos datos traen consigo una conclusión sencilla: todos los miembros del vestuario de España han crecido viendo a Cristiano compartir con Messi la hegemonía del fútbol mundial. Todos han sido testigos, con sus ojos infantiles, de una época quién sabe si irrepetible.
"Es un ejemplo. Yo no me veo con 40 años como él, jugando al máximo nivel. Es el ejemplo de cómo hay que sacrificar mucho espacio y tiempo de tu vida para seguir jugando a alto nivel. Personalmente, es un privilegio y un orgullo poder enfrentarme a él y me alegro mucho de ver cómo sigue marcando. Ojalá llegue a los 1.000 goles que está buscando, pero que no sea contra nosotros, claro". La frase, las frases, son de Unai Simón, que tenía, escrito queda, que tenía cinco años y jugaba en el equipo de su pueblo. Pero el sentimiento de Unai es compartido por todos.
"Es una de las mayores figuras del mundo del fútbol. Que siga con esa ambición y esas ganas dice mucho de él. Es un goleador que la que tiene, te la enchufa", concede Fabián, mientras Zubimendi recuerda que son el espejo de toda una generación, quizá de más de una. "Junto a Messi han sido los icones del fútbol que yo he vivido, un ejemplo de hambre, trabajo y talento. Seguir con la misma hambre a esta edad le hace muy poderoso".
"¡Inyusticia, Inyusticia!"
A lo largo de su carrera, de estos 22 años (porque con la selección debuta en 2003), Cristiano se ha enfrentado a España muchas veces. Salió victorioso en la primera de ellas, en la Eurocopa de Portugal, allá por 2004, cuando los anfitriones eliminaron a la selección de Iñaki Sáez ganando el último partido de la fase de grupos. Pero, después, casi todo han sido disgustos para el mito. Las derrotas más dolorosas fueron, sin duda, las de 2010 (en octavos de final del Mundial que ganó España, un 1-0 con gol de Villa) y 2012 (en semifinales de la Eurocopa que también ganó España, esta vez en la tanda de penaltis). De este segundo choque quedará para la historia las palabras de Cristiano dirigiéndose a la cámara que le perseguía: "¡Inyusticia, inyusticia!".
Más reciente es la victoria de España en la fase de grupos de la Liga de Naciones que terminó ganando en 2023. Un gol de Morata casi al final dio el pase a la selección todavía de Luis Enrique. "Ellos están más acostumbrados a ganar que nosotros en los últimos años. Por eso creo que España será candidata a ganar el Mundial de 2026, y nosotros ya veremos", concedía ayer el eterno 7, que hoy se enfrenta a una muchachada que ha crecido viéndole a él por televisión. Hoy le tendrán enfrente.
El devenir de la selección española en esta Eurocopa sugiere diversos análisis. Los más obvios son los puramente deportivos, esos que hablan de, al fin, una selección moderna, vertical, lejos de la nostalgia a la que obliga el juego posicional nacido en 2008. Otros, menos obvios, remiten a la fisonomía social del equipo, a una composición heterogénea, mestiza, reflejo de la sociedad donde nace y espejo de millones de personas que se cruzan unas c
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Si el lector no es hincha del Betis ni ha prestado demasiada atención a la Liga este año, el nombre de Ayoze Pérez, delantero del equipo que ha quedado séptimo en Primera División, tinerfeño de 30 años que ha hecho buena parte de su carrera en Inglaterra y que debutó con la selección absoluta tras sus 11 goles este curso, no le sonará demasiado. Pues bien, si no le suena, quizá ahora empiece a hacerlo. De hecho, Ayoze fue la mejor, y casi única (junto a los tres de Mikel Oyarzabal), noticia del partido amistoso que disputó España contra Andorra en Badajoz, porque sí, España jugó contra Andorra en Badajoz. Él y Fermín López, este seguro que más conocido por el hecho de jugar en el Barcelona. Ambos, debutantes, fueron lo mejor de una noche completamente prescindible para el espectador. [Narración y estadísticas (5-0)]
Ayoze parecía uno de los tres nombres que hoy serán descartados por De la Fuente (que tiene 29 y sólo puede llevar 26 a Alemania), y sin embargo, ahora tiene pinta de que va a ir. Por distinto, por diferente, por representar un tipo de jugador que puede cambiar partidos, tan necesario en competiciones así. Queda la duda de a quién le quitará el puesto si finalmente el seleccionador se decide por él. Ferran Torres tiene muchas papeletas pese a su gol. Fermín sí parecía claramente entre los 26 y ante Andorra lo reafirmó.
El episodio de la megafonía, afónica en el peor momento, dejando al personal sin himnos nacionales (uno de los rituales que más gustan en las ciudades que visita la selección) fue el preludio de una de esas noches difíciles de justificar. En realidad, seguramente sólo sea justificable desde la óptica de los profesionales, encantados, quizá, de poder probar un montón de variantes ofensivas ante un muro de once jugadores situados disciplinadamente delante de su portero. Estudiar líneas de pase, automatizar determinados mecanismos, testar ideas... Seguramente, pues, De la Fuente y su equipo de trabajo estén encantados con la prueba, pero desde la óptica, siguiendo con las ópticas, del espectador, la noche fue sencillamente intolerable.
Pedri, en la jaula
Un peñazo. Sin más. Y sin menos. Un tostón insufrible para el espectador, perdido a medio camino entre los recientes efluvios de la Champions y muy alejado de momento de la competición, bonita, que será la Eurocopa. Una tierra de nadie aumentada por el calor, que invitaba mucho más a una cerveza en una terraza que a meterse en casa a ver la televisión.
Puestos, pues, bajo el prisma de los profesionales, habrá que concluir que, si el objetivo fundamental era ver cómo está Pedri, seguimos sin saber cómo está Pedri. Enjaulado en la acumulación defensiva de Andorra, no se pudo ver nada del centrocampista del Barcelona, que sin embargo parece tener segura su plaza en la lista de 26.
Sí asomó, en cambio, uno que parecía destinado a ser uno de los descartes, y que quizá lo sea, pero si lo es, dejará en el ambiente la idea de que merecía estar. Se trata de Ayoze, un tipo que insinúa cosas diferentes. En mitad del atasco, fue el único capaz, partiendo del extremo izquierdo, pero metiéndose casi siempre hacia dentro, fue el único capaz, decíamos, de agitar el cotarro con controles orientados, con unos contra uno que provocan desequilibrios, y que además fue capaz de marcar y asistir. Dinámico, imprevisible, fue la mejor noticia de un primer tiempo aburridísimo, por decirlo sin herir ninguna sensibilidad.
¿Con falso nueve?
La segunda fue algo más divertida, tampoco para tirar cohetes, pero por lo menos hubo goles. Fueron todos de Oyarzabal, uno de los ojitos derechos del entrenador, al que no le hacía falta pedir sitio, porque ya lo tenía, pero que azuza otro debate con el que se entretendrá el personal durante las semanas que dura España en competición. ¿Estaría bien jugar con falso nueve?
No es una opción descartable, ni mucho menos, pero mientras llegan los días de hablar de ello, hubo otros detalles en los que fijarse. Por ejemplo, en Navas, que a la sombra de Dani Carvajal será un futbolista importante, o Fermín, otro debutante. El centrocampista del Barcelona también tiene pinta de viajar el próximo domingo a la Selva Negra. En el rato que jugó, volvió a demostrar ese dinamismo que le hace imprevisible, capaz como es de aparecer por cualquier lugar del campo, e irrumpir en el área de la manera más insospechada, además de filtrar pases, como en el gol de Ferran.