Las corredoras no podrán competir si realizaron el cambio de sexo después de su pubertad
Campeonato del Mundo de Ciclismo de MujeresAP
La Unión Ciclista Internacional (UCI) ha anunciado la prohibición de la participación de corredoras transgénero femeninas que hayan realizado el cambio de sexo después de su pubertad en las competiciones internacionales para mujeres.
“A partir de ahora, la participación de las deportistas transgénero femeninas que hayan realizado su transición después de su pubertad (masculina) en las pruebas femeninas del calendario internacional UCI de las diferentes disciplinas estará prohibida en todas las categorías“, ha anunciado la UCI en un comunicado.
Hasta ahora, las mujeres transgénero que hubiesen vivido una pubertad masculina podían participar en las pruebas femeninas si su tasa de testosterona no pasaba de los 2,5 nanomoles por litro durante los dos años precedentes.
A finales de 2021, el Comité Olímpico Internacional (COI) renunció a establecer directivas uniformes, dejando la decisión en manos de las diferentes federaciones internacionales. World Athletics, por ejemplo, decidió excluir a las personas transgénero de las competiciones de atletismo femeninas.
Según el presidente de la UCI, el francés David Lappartient, es un “deber” de la instancia “garantizar, ante todo, la igualdad de oportunidades entre todos los participantes”.
Estas nuevas reglas, que entrarán en vigor el 17 de julio de 2023, podrán evolucionar en el futuro en función de la evolución de los conocimientos científicos, precisó la UCI, que tomó esta decisión durante su comité directivo reunido en sesión extraordinaria el pasado 5 de julio.
El caso de la ex tenista italiana Camila Giorgi, que llegó a ser número 26 del mundo, no es muy habitual en el circuito profesional. La ex jugadora se retiró con 32 años desapareciendo de forma misteriosa, eludiendo un control antidopaje y con varios problemas con las autoridades fiscales a sus espaldas. Ahora, Giorgi ha explicado que su prematura e inesperada retirada se debían a las altas exigencias del tenis, en una decisión que tomó después de años de reflexión y que no tiene vuelta atrás, informa Efe.
En mayo de 2024, la Agencia Internacional de Integridad del Tenis (ITIA) incluyó el nombre de Camila Giorgi en su listado de jugadoras retiradas, algo inesperado al no haber comunicado nada la propia jugadora. "No desaparecí, tenía que hacer un anuncio en París sobre mi retirada, pero salió en la página web antidopaje que me había retirado y se hizo público antes de tiempo", explicó la protagonista en el programa 'Verissimo', de Canale 5.
"Hace años que quería dejarlo, la del tenista es una vida dura. Lo pospuse mucho tiempo hasta que, en mayo, una mañana lo decidí, se lo dije a mi padre. Estaba feliz, siempre estuvo a mi lado. No es cierto que sea un padre controlador, es muy comprensivo y siempre nos hemos llevado muy bien", puntualizó.
El silencio de la tenista durante esos primeros días desde que se hiciera oficial su retirada generaron el debate en Italia, avivado por su marcha a Estados Unidos: "Viví un poco en Italia y un poco en Estados Unidos. Nos quedamos en Miami durante 3 años. Me gustaría quedarme allí para siempre, pero vuelvo a menudo a Italia, simplemente no me gusta hablar de lo que hago y parece que me estoy escondiendo".
Su marcha del tenis estuvo siempre bajo el punto de mira por unas investigaciones de las autoridades italianas por una evasión fiscal. "Fueron problemas relacionados con personas externas que debían ocuparse de las cuestiones fiscales. Cuando me retiré formalmente, no era consciente de ello. Mi padre era mi entrenador, él no gestionaba esos aspectos: había otros profesionales. Siempre involucran a mi padre como si siempre fuera el responsable, pero en este caso, aunque no me guste la palabra, él también fue una víctima", comentó al respecto.
También figura en la lista de clientes de una médica que falseaba los certificados de vacunación: "Está prevista una audiencia para noviembre. No sabía que no me había puesto la vacuna. Más tarde descubrí que no. Estoy seguro de que todo se arreglará con el tiempo. Me puse la vacuna, claro que sí. Me puse la inyección y obtuve el certificado".
"Ahora estoy feliz, estoy donde me gusta estar. Me gusta el tenis, todavía juego por diversión y lo veo, pero no podía con las maletas todas las semanas y ver siempre a la misma gente. Cada vez que tenía un problema físico me cuidaba para recuperarme, pero me sentía muy cómoda en casa con mi familia y amigos, y volver a irme era cada vez más difícil. La puerta del tenis está cerrada para mí", sentenció.
El pasado domingo, día de su estreno en París en los 100 metros libre, la nadadora Alexandra Truwit (Estados Unidos, 24 años) publicó un vídeo en sus redes sociales en el que mostraba cómo fueron sus primeros pasos con la prótesis en su pierna izquierda hace un año. Haber podido llegar a los Juegos, pase lo que pase en las futuras pruebas, ya ha sido una auténtica proeza. Para ella, la piscina es su vida. Lo lleva dentro desde que era pequeña. "Nadar y el agua fueron mis primeros amores", reconoce en una entrevista. Una afición que comparte con su madre Jody, que había sido capitana del equipo femenino de natación en Yale, en 1991. Pero la vida de esta joven deportista cambiaría por completo después de un fatídico viaje en mayo de 2023.
Era final de curso. Se acababa de graduar en la universidad, iba a incorporarse a un nuevo trabajo en Nueva York en octubre y Truwit decidió irse con su amiga Sophie Pilkinton a pasar unos días a las islas Turcas y Caicos. Un terreno paradisíaco, perteneciente a Reino Unido y situado en el Caribe, ideal para hacer snorkel y celebrar el final de sus estudios. Todo parecía estar en calma en un día más de diversión cuando, de la nada, apareció un tiburón delante de ellas: "Era agresivo, sentí que quería atacarnos y respondimos de la única manera que pudimos: defendiéndonos", afirmó en un reportaje de la NBC.
Tras varios empujones y patadas para zafarse del animal, ambas comenzaron a nadar hacia el bote, que estaba a unos 70 metros de distancia. Había que hacerlo lo más rápido posible, pero para entonces, Truwit ya se había quedado sin su pie izquierdo. Un mordisco se lo había quitado. Aun así, intentó mantenerse "firme y consciente", y centrarse en poder llegar viva a bordo. Una vez allí, Sophie ayudó a su amiga realizándole un torniquete en la pierna hasta que pudieron pedir ayuda y trasladarla a un hospital en Estados Unidos. Aquello le salvaría la vida. Ya en tierra, el dolor era insoportable y aunque pudieron parar la hemorragia, aún le quedarían otras dos operaciones de cirugía que acabaron con la amputación de su pierna.
Proceso de recuperación
"Lo importante en estos casos y, quizás por eso haya podido llegar a los Juegos Paralímpicos, es tener una buena base muscular y ella, al haber sido deportista, seguramente la tendría", señala Ana Isabel Rodríguez Montalbán, doctora especialista en angiología y cirugía vascular y endovascular. "Si fue una amputación por debajo de la rodilla habrá tenido que hacer muchos ejercicios en los cuádriceps, abductores, glúteos... y también de extensión y flexión de la articulación. Si logró salvar la rodilla y, al ser ella una persona joven, la recuperación pudo ser mucho mejor al no tener que cargar todo el peso en la cadera. Después, una vez se ha implantado la prótesis, habrá hecho muchos ejercicios de equilibrio", apunta Rodríguez.
Muchas horas de gimnasio, esfuerzo y entrenamientos con dos objetivos claros: poder volver al agua y recuperar la confianza en sí misma. "Al principio me dio miedo. Oír el sonido me llevaba a tener recuerdos", confesó Truwit al narrar cómo fue su primer contacto con la piscina tras el suceso. No fue fácil afrontar ese último recuerdo en el mar, pero nada iba a conseguir frenarla. Había que "luchar por todo aquello que pudiese recuperar".
Se puso el gorro, el bañador, las gafas y llamó a su entrenador personal y uno de sus principales apoyos, Jamie Berone, para comenzar el proceso. "Siempre me ha ayudado a lograr más de lo que yo u otros creíamos", destacó la norteamericana. Además, para completar todo este proceso, también se fijó en historias de superación de otros deportistas que pudieran servirle de motivación para seguir adelante.
"Se niega a rendirse"
En sólo tres meses ya pudo nadar en una competición y al poco tiempo ganó las pruebas celebradas en Minneapolis para conseguir su billete y representar a Estados Unidos en los Juegos Paralímpicos en la categoría S10. "Voy a poder terminar esto en mis propios términos, de una manera que nunca hubiera imaginado y a un nivel que nunca hubiera creído», sentenció la nadadora en una entrevista.
En París y a pesar de que no ha podido pasar de ronda en los 100 metros, Truwit todavía tiene la oportunidad de competir por las medallas en los 400 metros libre y en los 100 metros espalda. Además, podrá compartir equipo olímpico con deportistas de la categoría de Jessica Long (32 años), ganadora de 29 medallas paralímpicas desde los Juegos de Atenas. "Es básicamente un caballo de batalla que se niega a rendirse", finalizó su madre.
A este a Sergio Ramos que sube cuestas a la carrera en mitad de la noche, observado por una incrédula Pilar Rubio, sólo le falta la piedra, la piedra de Sísifo que vuelve a caer por la misma cuesta, inexorable, una y otra vez, como inexorable es el paso del tiempo. En esa lucha se encuentra este dios del estadio, que talla su cuerpo como si fuera un retablo barroco, con la misma minuciosidad de siempre, pero en una realidad muy distinta. Una realidad que se niega a aceptar, del mismo modo que prefiere no escuchar a quienes le ponen frente al espejo. A los 38 años, no quiere la limosna de la gloria, quiere la gloria entera, el paraíso perdido.
Las lesiones en la defensa del Madrid, una plaga bíblica, han invocado su nombre, del mismo modo que lo ha hecho el futbolista y quienes le asesoran en materia de comunicación con los oportunos vídeos de sus entrenamientos en redes sociales. En el Bernabéu no ha habido movimientos. Ni los habrá. La llamada de Florentino Pérez era la llamada más deseada por Ramos. El presidente no pretende variar, salvo sorpresa, la política de evitar el mercado de invierno. No suele salir bien. La última vez, con Kepa, fue el postrero ejemplo. El presidente, además, no perdona. La salida del jugador del Madrid, que exigía una renovación más prolongada, se produjo entre malas caras durante la forzada ceremonia del adiós, como una boda entre montescos y capuletos.
Sergio Ramos, en una imagen de sus redes sociales.E.M.
Para el jugador era la oportunidad de un final de cuento, por lo que ha llegado a decir que al Madrid iría gratis. El regreso al Sevilla, de hecho, tenía mucho de emocional y reparador, por una cifra menor a la de su caché entonces. Ante la tesitura de continuar, algo que podría haber hecho, ya resultaba poco. Todas las ofertas que le han llegado con posterioridad también lo eran, en su opinión, pese a que algunas personas de confianza le intentan convencer de que, a los 38 años, es imposible obtener ingresos mayores a los dos millones de euros por temporada. Del Madrid se fue con 12,5 millones netos.
Besiktas o Fenerbahce, en el fútbol turco; San Diego, en Estados Unidos, o hasta el Como italiano, a cuyo mando está Cesc Fàbregas, con el que compartió la trilogía de la selección, mostraron su interés en vano. Ni siquiera en Arabia estaban dispuestos a pagar lo mismo que a Nacho o Laporte, pese a los contactos establecidos, incluso con el Al Qadsiah de Míchel. Nacho tiene cuatro años menos; Laporte, ocho.
René Ramos, hermano y agente de Sergio, ha gestionado con acierto su carrera y ha sido receptor de muchas de esas ofertas, aunque desde hace un tiempo, realmente, el jugador se gestiona a sí mismo, mientras René ha dimensionado su agencia y su condición profesional al margen de su hermano. Son familia y siguen juntos, pero no a todas partes.
El dinero no es la razón
«No es únicamente el dinero. Es el destino, el proyecto deportivo, el tiempo, la oferta...», afirman desde el entorno del futbolista, donde no todos le dicen lo que quiere escuchar. La experiencia en el PSG, familiarmente, no fue buena. Sergio mira lo que ganan Messi o Busquets en el Inter Miami y responde. Pero Messi es único, como Cristiano, y Busquets, dos años más joven. La pasada temporada, el ex azulgrana cobró siete millones de dólares, algo excepcional en la MSL. Jordi Alba percibe 1,5.
A pesar del dinero gastado en la cría de caballos y obras de arte o alguna inversión inmobiliaria, sugerida por familiares cercanos, que no salió como se esperaba, la cantidad a ganar no es la razón de las negativas, ya que Sergio posee un patrimonio, la mayor parte invertido, cercano a los 100 millones de euros que puede hacer líquido cuando lo desee. Bien aconsejado y asesorado, fue uno de los futbolistas de su generación con menos conflictos con Hacienda. La mayoría de los campeones del mundo, en cambio, hicieron frente a duros procesos bajo la amenaza del delito fiscal.
El jugador no habla de la retirada, ni se ha puesto plazos. Mantiene sus entrenamientos personalizados con Bernardo Pérez, 'Berni', preparador personal al que conoció en Sevilla y con el que ha trabajado siempre a lo largo de su carrera. Sergio introdujo a Berni en el Madrid durante la etapa de Zidane en el banquillo y lo puso en contacto con otros jugadores, como Karim Benzema. El francés cambió su físico y alcanzó entonces la cima de su carrera. Los entrenamientos que realiza actualmente con Sergio son estajanovistas, muy duros, desde el punto de vista físico. Las incógnitas nacen de su falta de partidos.
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La rumba latina de Los Yakis
Al margen de la dedicación a los caballos, Sergio también ha incrementado su actividad en el mundo de la música, algo que se ha planteado hacer de forma más profesional una vez se retire del fútbol. Al margen de los cameos que ya ha realizado en el pasado, podría vincularse como promotor. El 'showbusiness', en general, le atrae, como demostró en su acompañamiento al último combate de Ilia Topuria.
Próximo al grupo Los Yakis, formado por tres hermanos, que fusiona el flamenco con los ritmos latinos, el jugador participó en el vídeo de uno de sus éxitos, No me contradigas. Es justo lo que Sergio les dice a quienes le advierten del inexorable paso del tiempo.