Las Leonas, que partían como uno de los equipos favoritos en el torneo clasificatorio europeo, han caído ante República Checa en cuartos de final
Contra pronóstico y jugando el primer partido clave por debajo de su nivel, la selección femenina de rugby a 7 ha dicho este lunes adiós a sus esperanzas de disputar los Juegos Olímpicos de París 2024. Había muchas ilusiones depositadas en el regreso, ocho años después, a unos Juegos. Pero el equipo de Ignacio Martín ha caído de forma inesperada ante República Checa (10-17) en cuartos de final del torneo clasificatorio que se disputa en Polonia.
En el primer encuentro a cara o cruz, las Leonas del seven han estado imprecisas con el balón y se han visto superadas en el contacto físico, especialmente en los balones en el suelo. No habían comenzado mal: su primer ataque acabó con dos rupturas claras y una marca bajo palos para el 5-0 en el segundo minuto. Pero a partir de ahí el choque se ha torcido. Con un ensayo tras abrir hueco por el centro, y otros dos a partir de balones robados, las checas han dado la vuelta al marcador (5-17) y han sumido al conjunto español en una sucesión de imprecisiones que ni el descanso ha conseguido frenar.
En los segundo siete minutos las centroeuropeas han conseguido mantener el control mientras las Leonas, obligadas a correr, caían a veces en la precipitación. El último impulso ha dejado el tanteo final en un 10-17 que rompe el sueño olímpico para un conjunto que llegaba al torneo como uno de los favoritos para la primera plaza -acceso directo a París- o, al menos, para la segunda y tercera, que daban paso a una repesca. En ese contexto, la derrota en cuartos de final resulta decepcionante.
La disciplina olímpica del rugby -siete jugadores y dos tiempos de siete minutos- presenta la presión añadida de que los fallos se pagan muy caros. Y el conjunto español lo ha sufrido en el primer cruce, en la tarde de este lunes, pese a que su trayectoria en la fase previa de grupos había sido impecable. 41-0 ante Rumanía, 36-0 ante Suecia y 29-7 ante Bélgica. Tres triunfos con rotunda superioridad que al final quedan borrados por el tropiezo en cuartos de final. Sin embargo, cuando ha llegado la hora de competir, el conjunto no ha sabido afrontar las dificultades pese a la experiencia acumulada a lo largo del año en las Series Mundiales.