Aseguran en Italia que las puertas del cielo se abrieron cuando Fabio Fognini se impuso en el Masters 1000 de Montecarlo de 2019 después de eliminar a Rafa Nadal en semifinales y el país celebró su primer título importante en casi medio siglo. Hay algo de cierto: fue un hito histórico. Pero también mucho de mito. Si Italia domina hoy el tenis mundial no es tanto por la herencia de Fognini, un tenista peculiar, de estilo incomparable, como por el trabajo que desde hace años se hace en las academias del país y en la Federazione Italiana Tennis e Padel.
Con las victorias del resucitado Matteo Berretini y de Jannik Sinner, el equipo transalpino derrotó este domingo a Países Bajos en la final de la Copa Davis por 2-0, revalidó su éxito del año pasado y confirmó que manda en el deporte. Nadie lograba dos Davis seguidas desde República Checa en 2012 y 2013; es el quinto país que lo consigue. Italia es lo que hace poco fue España. Tiene nueve jugadores en el Top 100 de la ATP, seis de ellos entre los 22 y 23 años, Sinner, Lorenzo Musetti, Flavio Cobolli, Matteo Arnaldi, Luciano Darderi y Mattia Bellucci, y cuenta con tres más cerca de la cima, Luca Nardi, Francesco Passaro y Matteo Gigante. ¿Por qué?
Hasta 19 torneos Challenger
Como pasó en España, el éxito del tenis masculino italiano nació bajo el éxito del tenis femenino, de Francesca Schiavone, Flavia Pennetta, Roberta Vinci y Sara Errani, pero creció en una estructura amplia. Sólo un país, Estados Unidos, organiza más torneos Challenger que Italia, la categoría donde se forman los jugadores y se empiezan a acumular puntos. De ‘wildcard’ en ‘wildcard’, un joven italiano puede completar toda una temporada sin sacarse el pasaporte: Nápoles en marzo, Barletta, Roma y Cagliari en abril, Francavilla al Mare, Turín y Vicenza en mayo y así hasta 19 competiciones. De hecho en su corto ascenso a la élite, Carlos Alcaraz pasó el verano de 2020 en Italia para disputar los Challenger de Todi, Trieste, Cordenons y Biella.
Sumando el Masters 1000 de Roma, los breves ATP 250 de Cerdeña o de Florencia y sus 35 torneos Futures, las ventajas de contar con tantos campeonatos en casa es innegable -invitaciones para jugar, sin gastos en el viaje, apoyo del público…-, pero hay más razones del crecimiento ‘azurri’. Aunque su escuela no está tan reconocida como la española, cuenta con alguna de las mejores academias del mundo, como el Piatti Tennis Center donde se formó Sinner, y su base de jugadores es amplia.
Dominio también en los despachos
Fognini situó el tenis entre los intereses de los italianos, pero el boom llegó con la final de Wimbledon de Berrettini en 2021 y con Sinner la atención ya es máxima. Algunos de sus partidos han superado en audiencia a los mejores encuentros de la Serie A también gracias a su emisión en la Rai, la televisión pública. En abierto también se pueden ver muchos torneos Masters 1000 gracias a Super Tennis, el canal de televisión de la Federazione, y por si fuera poco la fiesta que clausura el año, las ATP Finals, se organiza en Turín desde 2021 y así seguirá siendo desde 2030. Sólo desde la apuesta gubernamental se entiende que Italia, un país de poca tradición, domine hoy el deporte incluso en los despachos. Si años atrás el poder era anglosajón, ahora es italiano con Andrea Gaudenzi como presidente de la ATP y Massimo Calvelli como director ejecutivo.
Su gestión este año del positivo de Jannik Sinner en un control antidopaje fue polémica y la Agencia Mundial Antidopaje sigue detrás del caso, pero ahora todo es fiesta. En la final de este domingo, Berretini se olvidó de todo un año de lesiones con una victoria ante Botic van de Zandschulp por 6-4 y 6-2 y Sinner simplemente fue Sinner. Ante Tallon Griekspoor tuvo algún apuro en el primer set, donde llegó al tie break, pero finalmente cerró la Davis por 7-6(2) y 6-2.