Víctor Chust, ausente por lesión, desgrana las claves de la selección española, que busca ante Inglaterra el triplete en todos los Europeos de una generación.
«Sois un grupo, una familia. Así que al juego y a ganar». En una sola frase describió Santi Denia a esta Selección Española Sub’21 que esta noche en Batumi (Georgia) y ante Inglaterra tiene la firme intención de lograr una triple corona que convertirá a ‘los piratas de 2000’ en históricos: campeones de Europa Sub’17 (2017), Sub’19 (2019) y Sub’21.
Las palabras del seleccionador las corrobora Víctor Chust que ha compartido con ellos no solo los títulos en Croacia en 2017 y en Grecia en 2019, sino cada partido del camino a este Europeo. Al central del Cádiz le ha privado estar en Georgia una lesión de la que aún se recupera, pero desgrana para EL MUNDO las razones del éxito de este grupo. «Hemos sido una gran familia desde el principio, con gran compañerismo, asumiendo cada uno su responsabilidad, fuera como titular o suplente, y siendo siempre humildes pese al muchísimo talento hay. Creo que es por eso por lo que esta generación está haciendo grandes cosas», relata.
¿Qué ve diferente en sus compañeros en este campeonato? Con Abel Ruiz o Hugo Guillamón se crió, a Juan Miranda le une amistad eterna y con Antonio Blanco compartió confidencias en la residencia del Real Madrid. Sabe cada uno de sus gestos lo que significa. «Les veo madurez, que era algo que nos faltaba en categorías inferiores. Juegan como si lo hicieran en casa. De principio a fin», explica. Y es que no le han perdido la cara a ningún partido del campeonato, por complicado que se haya puesto jugar.
Sobreponerse a los contratiempos
En ese crecimiento tiene parte de culpa la edad pero también el trabajo del seleccionador, acostumbrado a domar talento. «Él sabe siempre cómo nos sentimos. Es muy cercano y se preocupa por todos». También lo ha hecho por él, con quien contaba hasta que tuvo que pasar por el quirófano. La pareja Chust-Guillamón, vital para Denia, ha dejado paso en este Europeo a Paredes-Pacheco. «Están siendo muy sólidos, pero también Hugo Guillamón y Mario Gila lo han hecho muy bien», recuerda. Y es que, no lo olviden, son familia y no deja atrás a nadie.
El periplo exitoso de esta Rojita arrancó justo ante la misma selección ante la que pretende acabarla, completando un círculo casi perfecto. El 19 de mayo de 2017 la generación de jugadores españoles nacidos con el milenio se proclamaban campeones en el estadio Andelko Herjavec de Varazdin (Croacia). Derrotaban a la Inglaterra de Phil Foden y Jadon Sancho en una infalible tanda de penaltis tras ir remontando cada golpe que le asestaban los Young Lions. De aquellos solo quedan Gibbs-White, Gomes y Smith Rowe.
Sobreponerse a los contratiempos como hicieron entonces es una seña de identidad que esta selección, ahora Sub’21, no ha perdido. Abel Ruiz, Víctor Gómez, Antonio Blanco, Guillamón, Miranda y Sergio Gómez recuerdan aquel partido, como también Víctor Chust. Empate a dos en el tiempo reglamentario y una tanda en la que Abel, Morey, Sergio y Víctor Gómez no fallaron y los ingleses dos veces. «Y firmaba que se repitiera si el final es el mismo», bromea Chust, que ve, como todos, a una Inglaterra muy sólida en este campeonato.
Mejor defensa vs mejor ataque
Llegan a la final con la portería a cero en cinco partidos. El citizen James Trafford no ha recogido ni una sola pelota de su redes, algo que hasta entonces solo había logrado España en 2013, cuando se proclamó campeona en Jerusalén con Julen Lopetegui en el banquillo. «Es un equipo muy físico. El secreto creo que va a estar en entrar muy bien en la primera parte y al inicio de la segunda, aguantando su empuje y tratando de tener el balón para hacer daño con Abel o Sergio», aventura sin olvidarse de que, cinco meses después de ganarles el Europeo en 2017 los ingleses se vengaron endosándoles un 5-2 en la final del Mundial Sub’20 en la India.
La historia los cita de nuevo en un campeonato en el que la Rojita ha ido creciendo, no ha perdido ningún partido y llega a la final con 13 goles a favor tras endosarle cinco a los ucranianos en la semifinal. No sorprenden estos números teniendo en cuenta que España en la selección más goleadora en la historia del torneo, con 552 tantos.
La producción en ataque española, con esos 13 goles pero 87 disparos a puerta, está sumamente repartida. Abel Ruiz, la referencia en ataque, suma tres, que son los mismos de Sergio Gómez desde la banda y solo uno menos que Miranda, cuya proyección ofensiva ha sido un arma para Santi Denia. Todos ellos tendrán un mensaje de Víctor cuando acabe el partido y, entre bromas y aprovechando la confianza, una petición: «Ojalá puedan ser campeones y espero que, al menos, me inviten a la comida del equipo».