El estadounidense, a quien Magnus Carlsen y Chess.com acusan de haber recibido ayuda externa en sus partidas, ha ofrecido raros detalles sobre su vida: cuándo empezó a jugar, a quién admiró, cómo se mudó a Nueva York, con quién aprendió…
“Cuando yo tenía ocho años, Magnus Carlsen vino a una exhibición a California, fui con mi familia a verle y hubo una subasta para enfrentarse a él. Las pujas superaron los 2.000 dólares, demasiado dinero, pero mi madre me dijo que haría un esfuerzo si yo realmente quería jugar. Le contesté que no, que un día jugaría gratis contra él. Ver ahora cómo mi ídolo, mi gran ídolo, intenta destruir mi reputación es muy decepcionante”.
De su lado, la historia de Hans Niemann conmueve. Aquel niño que soñaba con enfrentarse a Carlsen, lo consiguió este septiembre a los 19 años, le venció con un juego magistral y justo después, en lugar de ascender al Olimpo del ajedrez, se le vino el cielo encima. El campeón mundial se retiró del torneo que ambos disputaban, el Sinquefield Cup de San Luis (EEUU), le acusó de hacer trampas y este miércoles Chess.com, la plataforma más popular de ajedrez online, le dio la razón. “Probablemente hizo trampas en más de 100 partidas”, concluyó la investigación de la web, que al mismo tiempo no pudo demostrar que engañara en partidas presenciales como la que ganó a Carlsen. Aquella aspiración de infancia de Niemann se convirtió en pesadilla y si realmente jugó limpio, como todavía defiende, su reputación quedará dañada para siempre. De su lado, la historia de Hans Niemann conmueve. El problema es que incluso su historia -narrada el mes pasado al canal de Youtube del Saint Louis Chess Club- puede ser mentira.
“Empecé a jugar al ajedrez a los ocho años cuando me mudé a Países Bajos. En mi primer año empecé a mostrar un poco de talento, llegando a los 1.000 puntos, pero me desanimé cuando mi profesor no me dejó competir con la escuela en los Campeonatos Nacionales. Como también hacía ciclismo, y ahí me iban mejor las cosas, el ajedrez no fue una de mis prioridades hasta que regresé con mi familia a Estados Unidos”. En abril de 2021 Niemann relató así su vida en ‘Chess Life’ y… ¿Qué versión creer? Es imposible decidirlo.
Una escena televisiva
La biografía de Hans Niemann, el nuevo paria del ajedrez, está tan llena de incertezas como sus victorias. De entre varios detalles contradictorios apenas se pueden extraer unas pocas evidencias. Nació en California, al oeste de Estados Unidos, de padre hawaino y madre danesa, ambos ejecutivos informáticos, a los ocho años se mudó a Países Bajos, a los 11 regresó a California y empezó a destacar en el ajedrez. En una entrevista a ‘Good Morning America’ explicó que en esa época se obsesionó tanto con el juego que leía libros a escondidas en la escuela, que los ocultaba en el pupitre, pero la escena recuerda tanto a la serie ‘Gambito de Dama’ que también resulta sospechosa.
Según su narración, poco después su familia se mudó a la costa este de Estados Unidos para que él pudiera mejorar en el ajedrez y a los 16 años se marchó solo a Nueva York con una beca para la Columbia Grammar and Preparatory School. “Intenta buscar un piso en Nueva York para seis personas. Es muy difícil. Por eso me mudé solo. Y como tenía un alquiler que pagar, trabajaba entre 20 y 30 horas a la semana dando clases de ajedrez”, relataba también en ‘Chess Life’. Después de ese esfuerzo, eso sí, y sin necesitar un entrenador fijo, su nivel de juego aumentó de menos de 2.500 a 2.700 puntos ELO en un año y medio, una progresión nunca vista, y se convirtió en la nueva gran promesa del ajedrez estadounidense.
Aunque siempre estuvo rodeado de sospechas. Según varios análisis paralelos al realizado por Chess.com el año pasado en varios torneos online demostró un nivel de excelencia por encima del exhibido por Carlsen o Bobby Fischer en sus mejores momentos y muchos de sus movimientos se supusieron ‘cantados’ por un ordenador. En primer lugar por la dificultad de los mismos -un ordenador siempre escoge la mejor jugada aunque sea extremadamente complicada-. Y en segundo lugar porque en las entrevistas posteriores a esas genialidades Niemann fallaba al comentarlas. Luego llegaría su victoria sobre Carlsen y las divagaciones sobre su vida. De su lado, su historia conmueve. Pero es imposible decidir cuál es realmente su historia.