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El Rey se puso a la caña del Aifos, el velero con el que cada año compite en la regata más importante de la vela profesional europea: la Copa del Rey Mapfre
Tras la tormenta electoral, y antes de volver en unos días al ojo del huracán político para pilotar el rompecabezas de la investidura, el Rey Felipe VI se puso el viernes a la caña del Aifos, el velero con el que cada año compite en la regata más importante de la vela profesional europea: la Copa del Rey Mapfre. Una competición que cumple 41 veranos y que estos días reúne en el campo de regatas de la bahía de Palma y en los pantalanes del Real Club Náutico a 1.300 regatistas enrolados en cien embarcaciones.
El Rey ha despejado todo lo posible su agenda estival para emplearse a fondo junto a su equipo de regatas. Con ellos intentará alzar el trofeo que lleva su nombre, pero que hasta ahora nunca ha ganado. Hace días que en los muelles de Palma circula entre la marinería el comentario de que este año el Monarca tiene una determinación especial por pelear la victoria con su barco, propiedad de la Armada, con el que entrenará todo el fin de semana.
La 41 edición de la Copa del Rey Mapfre de Vela arrancó anteayer con los entrenamientos reglados. A partir de mañana lunes empezarán las regatas cronometradas en las ocho categorías oficiales, incluida la pujante copa femenina.
Participan cien equipos de 16 nacionalidades distintas, entre ellos algunos de los veleros favoritos, los ganadores de las principales categorías el pasado año y aspirantes a reconquistar la gloria. A Palma ya ha llegado el Hatari, del alemán Marcus Brennecke, que peleará por otro triunfo en la clase ClubSwan 50. También el equipo italiano Scugnizza, que luchará por reeditar su victoria en la clase Majorica ORC 3. O el español Javier Banderas, ganador de la categoría ORC 2 el año pasado y hermano del conocido actor Antonio Banderas, quien de nuevo competirá a bordo del Teatro Soho Caixabank.
El principal aspirante local es el mallorquín Pedro Vaquer, armador del Nadir, del Club de Vela de Andratx, ganador en 2022 en categoría ClubSwan 42.
Se confirma la tendencia en la vela internacional de los últimos años y sigue cobrando fuerza la modalidad competitiva en ORC (Offshore Racing Congress Rules), el sofisticado sistema de compensación (hándicap) internacional que permite competir a veleros de diferentes clases en una misma regata, compensando luego los tiempos y la clasificación atendiendo de forma milimétrica e informatizada a las características de cada barco. Setenta de los cien barcos inscritos lo harán en categorías ORC, entre ellos el Aifos de Felipe VI, un velero TP 52 construido en 2005 que compite en ORC 1.
En los muelles del Club Náutico atraca también estos días la flota de exclusivos Swan, los fórmula uno del mar que diseña el astillero finlandés Nautor’s Swan. Todos ellos competirán en su propia categoría de monotipos. Es decir, en la regata de barcos exactamente iguales que compiten en tiempo real, sin hándicap compensatorio. Una regata pura, a la vieja usanza pero con la tecnología de los barcos de carreras más elitistas del mundo, valorados en más de un millón de euros.
Como novedad, este año se recuperará la regata costera, la versión moderna de las antiguas competiciones clásicas que costeaban la parte meridional de la isla. Se reservará un día de la semana para esta modalidad y su trazado dependerá de la meteorología de la jornada elegida.
