Joselu le da aire a España, que buscará un título 11 años después contra Croacia

Joselu le da aire a España, que buscará un título 11 años después contra Croacia

UEFA Nations League


España – Italia (2-1)

Actualizado

El tanto del delantero en el minuto 88 envía a los de De la Fuente a la final del domingo. Antes, Pino e Inmobile anotaron para ambos equipos.

Joselu celebra su gol.Martin MeissnerAP

España e Italia son, hoy, dos selecciones venidas muy a menos. Dos equipos de medio pelo a los que apenas su nombre, y su historia, más o menos reciente, confieren cierto atractivo. Un España-Italia suena bien. Pero, en 2023, ese sonido desaparece cuando el balón se pone en marcha y se descubren las vergüenzas de dos colectivos precarios, con poca calidad para inventar, para fantasear, para hacer algo distinto, y con mucha debilidad, propicia para facilitarle las cosas al contrario. Se impuso España porque fue mejor en un segundo tiempo estimable, coincidente con la entrada en el campo de los futbolistas de más talento. En este periodo de entreguerras, lo poco distinto que uno tiene debe ponerlo en el campo. Un gol de Joselu, que no es distinto pero tiene gol, culminó un buen papel del equipo de De la Fuente, necesitados, equipo y entrenador, de aire.

Pero estábamos en que Italia y España no están para muchos trotes. Y de hecho fue así como arrancó el partido, primero con una recepción de balón grosera de Bonucci, que ya no está para nada (fue el gol de Yeremi Pino) y después con una permisividad intolerable que permitió a Zaniolo estrellar el balón en la mano de Le Normad (difícil pensar en un peor debut), cerrado todo en el gol del empate, obra de Immnobile de penalti.

Son España e Italia, pues, puro escaparate, porque por lo demás no hay mucho que rascar. De la semifinal de la Eurocopa de 2021, hace apenas dos años, sobrevivían en el once inicial de España cinco futbolistas, por tres del equipo de Mancini, que sí ha sobrevivido a no entrar en el Mundial de Qatar. En España Luis Enrique dejó paso a Luis de la Fuente, que volvió a sorprender de inicio. Parecía claro que, si traía a dos veteranos como Navas y Alba era para que jugaran, y jugaron, igual que Le Normand, francés recién nacionalizado. Lo que sorprendió un poco más fue ver a Asensio fuera del once. No es que el madridista esté para tirar cohetes, pero en un equipo tan discreto como este, un futbolista de su calidad se intuye imprescindible. A España le falta calidad, y la que hay no convendría desdeñarla. Vale el mismo argumento para tipos como Canales o Ansu Fati.

Como resulta que idéntico problema tiene Italia, huérfana de talento, con las gotitas de Barella y poco más, el partido devino en una cosa muy simplona, agitada eso sí por los goles, primero España y después Italia, y después otra vez Italia, que se pudo poner por delante con una facilidad pasmosa cuando Frattesi vio abierta en canal la defensa de España, con 25 metros entre Laporte y Jordi Alba y se quedó solo ante Unai Simón, titular por encima de Kepa. Sólo el VAR impidió a España verse por detrás. Y casi mejor, porque hay muchas dudas no solamente sobre la calidad de este equipo. También hay muchas dudas sobre su carácter. El caso es que, siendo dos equipos sin mucho que decir, parecía más cómoda Italia, con más personalidad. No tenía mucho más, pero al menos tenía personalidad. El descanso llegó sin pena ni gloria en Enschede.

Asensio compareció tras el refrigerio por un Rodrigo Moreno terrible. Nada más salir, el 10 (los números están para algo), puso un balón maravilloso a la espalda de los centrales y Mikel Merino la estrelló en Donnarumma. El rechace lo envió fuera Morata, de espaldas a una portería casi vacía. Después, otra pifia de Donnarumma provocó otra ocasión, ahora de Rodri, de lejos, de nuevo, el mejor de la selección. España jugaba más, estaba más cómoda, había ido volcando el partido hacia la portería contraria, pero Italia no estaba incómoda, y de hecho la mejor ocasión fue, en el único contragolpe que fue capaz de fabricar, un remate de Frattesi que Unai Simón sacó con una de esas paradas que se recordarán por mucho tiempo.

Italia, agazapada, impidiendo que le crearan ocasiones, esperaba su oportunidad, y España, mejor sobre la hierba, veía cómo el partido se iba directamente a la prórroga, un territorio, la agonía, donde Italia siempre se desenvolvió mejor que España. La única esperanza era ver cómo Mancini iba teniendo que quitar a jugadores del campo porque no podían más. España parecía estar mejor físicamente, y de hecho siguió y siguió. Fueron entrando Canales, Ansu, Fabian… Fue poniendo el entrenador más calidad en el campo y la cosa terminó por darle sus frutos, pero no de una forma ortodoxa, sino por una de las vías caprichosas que a veces tiene este deporte. Un rebote a disparo de Rodri encontró a Joselu, que había entrado hacía tres minutos, delante del portero, y con la rodilla la empujó en sus mismas narices. Parecía fuera de juego, pero no lo era, y se ganó el derecho España de pelear por un título. Menor, pero un título.

kpd