Isidre Esteve encara su vigésimo Dakar: “Ahora soy mejor persona”

Isidre Esteve encara su vigésimo Dakar: "Ahora soy mejor persona"

Actualizado

Isidre Esteve (Oliana, Lleida, 1972) se dispone a encarar una edición del Dakar que tendrá un significado tremendamente especial a nivel personal. El raid, que arrancará el próximo 3 de enero con una etapa prólogo en la localidad de Bisha, en Arabia Saudí, será el vigésimo de su carrera. Toda una efeméride para el ilerdense, un ejemplo de superación y a quien un grave accidente, ocurrido mientras disputaba la Baja Almanzora en 2007, le condenó a verse alejado de las motos, su primera gran pasión, pero no del mundo del motor. Menos de un par de años después, en 2009, volvió a la que casi podemos definir como la madre de todos los raids al volante de un coche, en una experiencia que, entonces, no tuvo continuidad. En 2017, no obstante, volvió aún con más fuerza y, desde entonces, suma ocho participaciones consecutivas. Con esta, igualará las diez que firmó a lomos de una moto y en las que llegó a protagonizar actuaciones muy destacadas que, no obstante, nunca tuvieron premio.

«Desde que fui por primera vez, en 1998, soy mejor persona», asegura. «Muchas veces no valoramos la suerte que tenemos por muchas cosas que hemos normalizado en nuestro día a día. Solo cuando ves otras realidades, de manera directa, estando tú solo allí, es cuando vuelves a casa un poco desencajado», reitera un Isidre Esteve que empezó a soñar con enfrentarse a la dureza del desierto mucho tiempo antes de ese estreno. «Yo miraba el Dakar por la tele, cuando Ari Vatanen, aquí, en la Zona Franca de Barcelona, volcó su Peugeot 405», rememora recordando la edición de 1988. «Luego, veías que habían salido 300 pilotos a competir en una etapa y que, al final, solo llegaban 10. Lo único que pensaba era ‘ostras, tú, yo quiero estar allí’», reitera. Su sueño, 10 años después, se convertiría en toda una realidad que le permitió vivir la intensidad de la prueba cuando aún conservaba su recorrido más o menos clásico, en África.

Las diferencias con el pasado

«En ese Dakar, todo el mundo estaba en la pista. Era un reto para los pilotos, para la asistencia, para la logística… Te llevaba a sitios a los que no puedes ir un domingo cualquiera. A nivel logístico y de seguridad, era imposible, no se podía acceder allí de otro modo, y te daba la oportunidad de descubrir cosas únicas, que no sabías si se repetirían. Por encima de todo, era una aventura, y me siento muy contento por haberla vivido», destaca. Desde luego, ha visto todo tipo de escenarios a lo largo de estos años. «En Dubai, por ejemplo, todo eran dunas, no es el que más me ha gustado. Túnez me gustaba mucho, Marruecos, también. Y en Sudamérica, había una parte, la afición, que era maravillosa. Siempre había una gran cantidad de gente en la pista. África fue muy bonito, pero ahora, estamos en Arabia Saudí, con un recorrido que, a nivel deportivo, es increíble. Lo que es genial es haber podido disfrutar de esa época», destaca.

Es ambicioso. Incluso, bromeó durante la presentación oficial de su equipo para el Dakar al dejar caer que, a sus 52 años, aún tiene margen para ganar el Dakar, teniendo en cuenta que Carlos Sainz lo logró con esa edad. «Cuando digo eso, no es para compararme con él. En mi vida podría hacerlo, ni es mi intención. La importancia es cómo se encuentre uno, estar bien físicamente, con ganas y motivado. Quiero hacer lo que llegué a hacer con las motos, quiero mejorar y pienso que se están dando los pasos para hacer eso posible», destaca un Isidre Esteve para quien el deporte es una forma de vida. «Me ha enseñado muchísimo. Lo mejor fue estar arriba de todo con las motos, incluso liderando el Dakar y con posibilidades de ganar la prueba. Nunca lo conseguí, pero eso son circunstancias de la vida. Lo importante es haber sido competitivo para tener la posibilidad de lograrlo», recalca.

“Voy a vivir la misma prueba que el resto”

Su especialidad, el motor, además, es todo un ejemplo de inclusión. «Sobre todo, en esta disciplina, que es la que conozco mejor. Cada día competimos con la misma dificultad que el resto, sin bonificaciones y, al final del día, estamos en la misma clasificación. La única diferencia es que me dejan estar más cerca de los diferentes servicios y que, en la etapa de 48 horas, David Castera me dejará tener el camión en un lugar determinado, para que pueda dormir mejor. Solo si llego a ese sitio. Si me paro en otro, no tendré nada. Son pequeños detalles que se agradecen, pero, a nivel deportivo, voy a vivir la misma prueba que vivirán Carlos Sainz, Nani Roma, Sébastien Loeb o Nasser Al-Attiyah. Exactamente la misma», sentencia.

kpd