Cinco partidos, cinco victorias. Irlanda ha ganado en Dublín a Inglaterra (29-16) y se adjudica con el Seis Naciones 2022. Pero sobre todo celebra el Grand Slam, el título honorífico que reconoce al equipo que ha derrotado a todos sus rivales. Una gesta que se anota por cuarta vez desde 1882. El triunfo reivindica de nuevo la labor del seleccionador Andy Farrell y se completa con los honores para el apertura Sexton, quien se ha consagrado como máximo anotador de la historia del torneo. Pleno al verde.
A lo largo del campeonato, Irlanda había sido una apisonadora al pisar la 22 rival. Pero este sábado se ha atascado en la primera media hora. Inglaterra, escocida por el baño francés del domingo pasado, se plantó bien en defensa, luchó por la iniciativa y trató de alejar el balón de sus palos. Llegó a dominar 0-6.
El XV del trébol, al contrario de lo habitual, no sacaba provecho de sus primeras incursiones en la 22 contraria. De hecho, no ha cosechado un ensayo hasta la salida de una touche, cuando un movimiento del tercera Van der Flier ha abierto el hueco para la arrancada de quince metros del talonador Sheehan (10-6). Con Irlanda al ataque, la expulsión al borde del descanso del zaguero inglés Steward parecía sentenciar el partido y el torneo cuando todavía faltaban 40 minutos por disputarse.
Aun así, la segunda mitad no ha sido un paseo para los locales. Pese a su inferioridad numérica, Inglaterra ha llegado a soñar con la victoria (10-9 en el minuto 60). Aunque nunca se ha rendido, sólo ha podido competir hasta que el desgaste físico ha apagado su resistencia. Y entonces ha recobrado Irlanda toda su voracidad. Cada entrada en la 22 contrario ha concluido con el balón acariciando el césped. Tres ensayos en menos de 20 minutos. Punto final y comienzo de las celebraciones.
El poderío de Irlanda
Si hay una palabra que define la trayectoria de Irlanda en el campeonato es poderío. Desde que demolió a Gales con tres rápidos ensayos al inicio de su primer partido hasta el explosivo tramo final de este último choque. Y en medio, dos actuaciones muy convincentes. La que le permitió derrotar a Francia (32-19), con otras tres marcas en 26 minutos en una primera mitad en que los azules se vieron condenados a defender. Y el segundo tiempo contra Escocia, cuando con el quince mermado por las lesiones y remendado, se escapó y dejó al rival sin anotar.
Andy Farrell ha mostrado la profundidad de una plantilla que ha ido superando circunstancias adversas. Queda la duda del estado físico de Sexton, que este sábado ha vuelto a abandonar el campo renequeante. El equipo verde se ha basado, como en otras ocasiones, en la fortaleza de su delantera. Pero no se ha limitado a eso. Los alas y el zaguero también han jugado a gran nivel. El resultado, una exhibición de consistencia.
Notable para Francia
Aunque no lo haya ganado, el Seis Naciones tampoco deja malas sensaciones para Francia. Sólo ha caído ante Irlanda e incluso ese día, viéndose superada, mantuvo hasta la mitad del segundo tiempo las opciones de llevarse el partido. Deja además para el historial del torneo el triunfo que se anotó en la tarde incontestable -10-53 y siete ensayos- en que desnudó a Inglaterra a domicilio.
El capitán Dupont ha vuelto a reivindicarse como una de las estrellas del rugby mundial. Además de conducir con la mano y con los dos pies a su quince, protagonizó una de las jugadas defensivas del torneo, al colgarse de la cintura del irlandés Hansen e impedir que posara cuando estaba a menos de un metro. Buen campeonato también del zaguero Ramos y exhibición contra Inglaterra de la segunda y tercera líneas, cuyas rupturas encarrilaron la paliza.
Escocia, siempre Escocia
Escocia empezó como nunca -dos victorias consecutivas- y acabó a mitad de tabla. Ha sumado tres triunfos que se quedan algo cortos porque pareció aspirar a más. Puede permitirse un cierto optimismo porque en las derrotas contra Francia e Irlanda en tramos del encuentro obligó a exprimirse a equipos en teoría superiores. Vivió su momento estelar en la primera jornada, cuando venció a Inglaterra en Londres para llevarse la Calcutta Cup. Si bien el ala Van den Merwe se inventó ese día un espectacular ensayo en una imparable diagonal, su segunda marca fue la culminación de un enorme trabajo colectivo para avanzar desplazando el balón a lo ancho.
Se mueve Escocia al ritmo de su apertura Russell, expulsado de una concentración por irse de fiesta en 2020 y muy inspirado al inicio de este Seis Naciones. Como ya había apuntado, su delantera es capaz de competir contra las mejores. Sin embargo, no pudo imponerse a la de Irlanda cuando esta se encontraba debilitada por las lesiones. Este sábado se ha despedido del campeonato derrotando a Italia (26-14) con tres marcas de Kinghorn.
Tres decepciones
Inglaterra y Gales llegaban al Seis Naciones con las esperanzas depositadas en sus nuevos entrenadores. Y se marchan con tantas dudas como las que tenían al entrar. El balance inglés es pobre: ha perdido en casa ante Escocia y por un tanteo escandaloso ante Francia. Dos derrotas que escuecen. La primera, por simbólica; la segunda, por realista. Y duelen además en comparación con las expectativas. El XV de la rosa es, oficialmente, hasta el próximo otoño, subcampeón del mundo. Una posición que ahora mismo se antoja muy lejana.
Steve Borthwick ha probado casi todo en la conducción del ataque. Simultanear a los dos aperturas, Smith y Farrell, optar luego por uno y finalmente por el otro. Veremos qué conclusiones saca. El temido paquete inglés, además, se ha percibido bastante inferior a los de Francia, aunque este sábado haya hecho frente al de Irlanda. La nota más positiva se basa en el protagonismo del zaguero Steward. Seguro por alto, con una patada larguísima y letal cuando atisba la línea de ensayo rival.
El seleccionador Warren Gatland regresó a Gales como garantía de resultados y se ha despertado en un laberinto. Recurrió primero a los veteranos, revolucionó luego las alineaciones y al final ha dado a entender que pronto podría prescindir de algunos pesos pesados. La escuadra no carbura, lastrada por sus errores en las zonas calientes del campo. Ha perdido por más de 20 puntos ante Irlanda y Escocia. Aunque evitó la humillante cuchara de madera imponiéndose en Roma a Italia (17-29), tendrá que olvidar la nostalgia y trabajar mucho para recuperar el nivel de antaño.
Italia, por fin, no ha estado a la altura de los pronósticos que anticipaban que ganaría algún encuentro. Paradójicamente, hizo sus mejores partidos contra los rivales más difíciles. Cayó por menos de un ensayo frente a Francia (24-29) y soñó durante parte de la segunda mitad con remontar a Irlanda (20-34). No ha alcanzado ninguna victoria pero su nivel parece subir y eso, junto a una prometedora cantera, supone una buena noticia para el futuro del torneo.
Antes del Seis Naciones 2023, el futuro cercano está marcado por el Mundial que se disputa en Francia a partir de septiembre. Una cita a la que los anfitriones concurren como candidatos a levantar el título. A ellos se añade, ya sin ninguna duda, Irlanda. No tanto por el triunfo, que podía parecer previsible, como por la autoridad demostrada. Cinco inapelables triunfos, todos por 13 o más puntos, para proclamar su desafío a los grandes dominadores del sur en la competición que decidirá la hegemonía global.