Grant Dalton (Auckland, Nueva Zelanda, 1957) es el CEO del Emirates Team New Zealand, el actual poseedor de la Copa de las 100 Guineas y, por tanto, CEO de la competición deportiva más antigua del mundo. Una Copa América que, en su 37 edición, suma por primera vez a su nombre el de la marca Louis Vuitton, que da, también, nombre a la competición encargada de decidir quién peleará con ellos por el título. Una Copa Louis Vuitton que empieza este mismo jueves y que, en opinión de esta auténtica leyenda del mar, cuenta ya con un favorito muy claro: el Luna Rossa italiano.
- ¿Cómo nació esta Copa Louis Vuitton?
- Coincidió con la rotura de la racha más larga del deporte. En 1983, hubo equipos de muchos países que quisieron competir entre ellos para convertirse en el retador del Liberty, representante del club de yates norteamericano que había logrado defenderlo durante 172 años, lo convirtieron en una Copa y Louis Vuitton se encargó de patrocinarla. Así, de repente, dieron reconocimiento y prestigio a estos equipos, entre los que estaba el del vencedor final, Australia, y, desde entonces, está estrechamente unida a la Copa América. No puedes tener una Copa América sin una Copa Louis Vuitton.
- ¿El Luna Rossa es ahora mismo el rival más fuerte?
- Sí, es lo que pienso. Las condiciones meteorológicas en los próximos cuatro días serán ligeras, incluido el viento, y eso puede que haga que todo esté un poco más entremezclado, pero, tomando en consideración el próximo par de meses, creo que el Luna Rosa es el rival más rápido.
- ¿Cree que todos los equipos han mostrado ya sus mejores bazas o tal vez alguno se está guardando todavía algún as en la manga?
- No creo que los rivales se hayan guardado algo, pero una de las ventajas de ser el defensor es que nada de lo que hagamos cuenta hasta octubre. En San Francisco, perdimos 8-9 en la final porque uno de los errores que cometimos fue ser demasiado buenos desde el principio. En las Bermudas, en 2017, en cambio, no montamos el equipo rápido hasta 24 horas antes de la Copa América. Fue arriesgado, pero funcionó. Estamos aún muy al principio del ciclo de desarrollo, toda nuestra equipación de carreras se está construyendo, ni siquiera existe aún. Los demás, en cambio, tienen que darlo todo. Por ejemplo, las regatas entre el Alinghi y el Orient Express decidirán quién es el primero que se va a casa. Las técnicas mejorarán, pero no pueden introducir sorpresas, no tienen tiempo. Nosotros aún podemos innovar, y lo haremos.
- ¿Qué legado aspira a dejar en la Copa América?
- Ganemos o perdamos, en Barcelona quedará un legado. Los Juegos dejaron ya uno perdurable, que aún existe hoy en día a través de los voluntarios. Es curioso, pero creo que se puede decir que los hijos e hijas de aquellos que trajeron los Juegos Olímpicos a Barcelona son los que han traído la Copa América. Además, hemos creado una fundación para promover la vela juvenil, la femenina y la vela inclusiva. Por otro lado, están los barcos. Les encantan a todo el mundo, son espectaculares, muy avanzados tecnológicamente y tremendamente rápidos. No creo tampoco que nadie se atreva a quitar del programa la Copa América femenina. Desde el punto de vista de la sostenibilidad, todo el trabajo que hemos llevado a cabo apostando por el hidrógeno como combustible. Y, también, la incursión en los e Sports, con el juego oficial. Espero que, cuando nos vayamos, hayamos marcado una diferencia.
- ¿Veremos mujeres en las tripulaciones del evento principal en un futuro cercano?
- Nuestra competición es tan top que ni siquiera lograr un oro olímpico te garantiza un puesto. Esta cuestión podría haberse abordado, por ejemplo, haciendo obligatorio incluir la presencia femenina en las tripulaciones, pero no sería ningún logro y podría provocar que las mujeres se sintieran degradadas. No soy partidario de imposiciones. Por eso, preferimos introducir un camino más real, para que puedan ser realmente escogidas por sus logros. El problema con la vela femenina es que, más allá de los Juegos, no hay una continuidad. Será una competición muy interesante. Estamos creando un camino. Sus capacidades a nivel de comunicación, además, son muy superiores, y eso es algo importantísimo en estos barcos.
- Prevén audiencias millonarias a nivel audiovisual. ¿Contar con un skyline como el de Barcelona como telón de fondo puede también contribuir a ello?
- Poder tener la Sagrada Familia, por ejemplo, como telón de fondo es absolutamente icónico. Para contar con estos tiros de cámara desde los helicópteros, tuvimos que pedir un permiso especial, porque justo por encima del campo de regatas está también el corredor aéreo del aeropuerto, y nos llevó año y medio conseguirlo.
- ¿Cree que Barcelona está bien posicionada para ser la sede de futuras ediciones?
- Curiosamente, uno de los problemas que puede llegar a tener Barcelona es que su éxito despierte a otros gigantes, pero están en buena posición para repetir. Si le preguntas a cualquier miembro de cualquier equipo, creo que estarían todos de acuerdo. Es genial que no quieran mudarse, pero, antes que nada, tenemos que ganar, y eso es algo que no tenemos asegurado. También habría que ver cómo estará el mercado, pero nos encanta cómo están marchando las cosas.