Mundial de ajedrez
Malestar en el equipo del máximo aspirante al campeonato del mundo por las declaraciones del multimillonario Andrey Filatov, presidente de la Federación Rusa de Ajedrez
En un Mundial de Ajedrez, lo que ocurre entre bastidores suele ser tan importante o más que los movimientos de las piezas sobre el tablero. Las últimas dos partidas, muy tensas, han acabado en tablas sin excesivos sobresaltos, después de la sorprendente racha de cuatro enfrentamientos decisivos y de la emoción del octavo asalto. Fue otro empate, después de que Ding Liren dejara escapar una ocasión de oro.
Cuando el viento parecía soplar a favor de Nepo, porque va por delante y porque Ding Liren ha visto comprometidos sus secretos en una torpe filtración de sus partidas de preparación, una grieta, de momento pequeña, se ha abierto en el equipo ruso. El culpable de la crisis es sorprendente, el multimillonario Andrey Filatov, presidente de la Federación Rusa de Ajedrez. El empresario, nacido en Ucrania, afirmó que Nepo, “en sus días malos, es un mono con una granada”.
La declaración no ha sentó nada bien a los suyos, como es lógico, y desde el equipo de Nepo se ha hecho incluso una declaración oficial, recogida por el medio Sport24, que no parece haber trascendido demasiado fuera del país. Lo más relevante es que la respuesta evidencia que el apoyo a su candidato no es monolítico dentro de Rusia, como se creía.
“Durante los preparativos del Mundial, la Federación Rusa de Ajedrez practicó un juego muy extraño, apoyando de boquilla [a Nepo] de manera entusiasta, cuando en realidad ponía palos en las ruedas de nuestro equipo“, dice el comunicado, que a su vez anuncia que en breve ofrecerán nuevas explicaciones, más detalladas.
“Reconocemos plenamente el derecho de cualquier persona a expresar su opinión personal”, añade el documento, “pero si alguien ocupa un alto cargo gubernamental, sus palabras son algo más que una posición personal, y causan más daño, porque atentan contra la reputación de las personas”.
Mensaje al presidente
Filatov hizo sus declaraciones, calificadas por el equipo de Nepo como “impulsivas”, a un medio oficial, la agencia de noticias Tass. Puede que todo se quede ahí, pero al directivo le recuerdan que en sus nueve años como responsable del ajedrez ruso, los resultados no han sido precisamente buenos. “Respondemos con hechos. En este tiempo, la corona del ajedrez nunca ha vuelto a nuestro país. Tal vez sea hora de dejar que un equipo más moderno y flexible utilice su talento y sus conocimientos para lograr un objetivo tan importante. Por lo menos, que se mantenga al margen”.
Ya veremos si esto afecta a los jugadores, que bastante tienen con la presión de vivir, día a día, partidas de alto riesgo. En las últimas dos, Nepo ha conseguido anestesiar hasta cierto punto la locura en la que se había convertido este mundial. Domina el marcador por 5,5 a 4,5 y le viene bien que no ocurran demasiadas cosas.
Ding Liren, por su parte, debe reconstruir su arsenal, tras ver comprometidas algunas de sus partidas secretas de preparación. Está obligado a complicar la situación mientras lidia con su principal enemigo hasta ahora, el reloj. El otro día, Ding explicó el dilema: “Todo está conectado, la gestión del tiempo, la calidad de los movimientos, el cálculo de líneas… Hoy he gastado menos tiempo en calcular, pero la calidad, como se ha visto, sufrió un montón”.
Juego de alto riesgo
Al gran maestro chino no se le puede negar el esfuerzo. Ha cambiado su estilo y ha aprendido a arriesgar sin que le importe comprometer su estructura de peones, un bien sagrado en el ajedrez, a cambio de conseguir posiciones más dinámicas de ataque.
De momento, tampoco han querido hablar de la famosa filtración, al contrario que Nepo, que le quitó importancia: “Mi equipo le echó un vistazo, pero sigo haciendo más o menos lo mismo. Creo que no hemos cambiado demasiado”, dijo el ruso.
En esta nueva fase del Mundial, algo menos eléctrica, los expertos también siguen pendientes de la propensión de los jugadores a pasar demasiado tiempo en sus salas de descanso. El otro día los jugadores se quejaron del frío. Ayer, Fabiano Caruana proponía otra medida parecida, pero menos drástica que bajar las temperaturas: “Esto tiene fácil solución. Si solo les das una zona de descanso compartida y la haces muy pequeña, ya no querrán pasar tanto tiempo allí y probablemente pasarán más tiempo ante el tablero. Si les das un bonito y cómodo sofá, ¿quién no querría estar allí?”.