España va a perder algún partido, seguro. Y España, igual que puede ganar el Mundial, puede dejarlo escapar en cualquier mal día. Pero España es, hoy, probablemente la mejor selección del mundo. Selección entendida, casi, como un equipo que, por ejemplo, es capaz de hacer 20 minutos de fútbol maravilloso para después dedicarse a dejar pasar los minutos sin demasiados agobios. Es un equipo brillante cuando acelera y sólido cuando frena, y todo sin varios de sus presuntos titulares: el portero, un lateral derecho, un central, un mediocentro y los tres de arriba, es decir, Unai Simón, Carvajal, Le Normand, Rodri, Lamine, Nico y Morata. De la Fuente ha creado un monstruo al que alimentan no menos de 30 futbolistas. España estará en los cuartos de la Liga de Naciones en marzo, por cierto, y como primera de grupo, que era a lo que había venido al mítico Parken. [1-2: Narración y estadísticas]
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Lo de los 30 jugadores viene a cuento porque tipos como Pedro Porro, o Vivian, o Ayoze, o Baena, meritorios hasta hace nada, exhibieron un fútbol que les sitúa en cualquier momento en un once inicial. Ayer sin ir más lejos. Es Dinamarca un equipo de la clase media alta europea, y en su casa no es fácil ganar. Cierto que un empate firmaba el objetivo, pero al margen de los lesionados conocidos, De la Fuente optó por dejar a Pedri en el banquillo y jugar con Olmo por detrás de Ayoze, con Baena a la izquierda y Oyarzabal a la derecha. Salvo los primeros cinco minutos, en los que Dinamarca propuso una presión suicida, hombre a hombre a todo el campo, España se sintió cómoda en ese escenario, igual de cómoda que en todos los escenarios últimamente.
Sufrió un poco en ese arranque, pero la primera vez que logró enlazar tres pases seguidos no llegó el gol de milagro. La jugada terminó en córner, y ahí Ayoze la despejó en lugar de empujarla a medio metro de la línea. Después, el mismo protagonista envió un balón al larguero y después, dio el pase a Oyarzabal para el gol tras una jugada maravillosa de todo el ataque. Ayoze, pues, se convirtió en el mejor del equipo tirando de un principio bastante sencillo. Si resulta que a los centrales daneses lo que mejor les viene es cuerpear con un delantero grandote, lo que peor les viene, habrá que concluir, es andar detrás de un tipo pequeño y escurridizo que aparece por donde menos te lo esperas. El jugador del Villarreal fue indetectable para los defensores locales, y desde ahí construyó España esos 20 minutos para el recuerdo.
Fue la fase divertida de la selección, que dio paso, en la segunda parte de la primera parte, a la versión más práctica, esa que también enseñó durante muchos momentos en la Eurocopa del pasado verano. Algo incómoda por el entusiasmo danés, tardó en volver a acercarse a un Schmeichel al que sus mejores años le abandonaron hace mucho. Pero tampoco pasó apuros la selección salvo algún balón parado, algún barullo. Dejó pasar los minutos hasta el descanso. A la vuelta… Pues a la vuelta, cuando el rival está cansado, todo es más fácil. Más que cansado, el rival está desmoralizado, que para el caso es lo mismo.
Tuvo más dominio, todavía, España, y pudo trazar ese fútbol bonito del principio, culminado con una jugada, la del segundo gol, donde la pelota partió por la mitad a Dinamarca, con los pases por el suelo, en el trayecto Laporte, Zubimendi, Olmo y Ayoze, que la cruzó muy despacito, muy bien, muy suave, despejando así la única incertidumbre que había en el partido: el marcador. Fue tiempo entonces para ver a los titulares. En el campo fueron apareciendo Fabián Ruiz, Morata, Pedri o Nico Williams, pero también hubo tiempo para otro debut, el de Marc Casadó. Da igual, sean titulares o recién llegados, este equipo funciona, va en moto, y se gusta tanto que se permite despistes como el del gol danés, cuando de puro aburrimiento, una mala entrega de Fabián le dio algo de emoción al último tramo, donde Raya hizo una parada de mérito y vio cómo Schmeichel subía a rematar. Fue una anécdota. Ahora mismo parece difícil pensar en un rival a la altura de esta España, que jugará en marzo los cuartos de final de la Liga de Naciones. Y será la favorita sea quien sea el rival.