¿Quién dijo que no había un objetivo más o menos serio para este lunes en Tenerife? La selección española no se juega nada en el grupo de clasificación, siendo primera como es, y siendo Suiza última como es, pero si España gana, podría ser la próxima selección en ocupar el número 1 del Ranking FIFA. Y eso, claro, no ha pasado desapercibido para Luis de la Fuente, que se ha encontrado con los medios este domingo en el Heliodoro Rodríguez, justo antes de que unas 10.000 personas acudieran al entrenamiento abierto.
“Nuestra obligación pasar por ganar mañana. Por prestigio, por responsabilidad, por representar a un país… Mira, hace dos años, cuando empezamos, éramos la selección número 11 de ese ranking, y si ganamos y se dan una serie de circunstancias, podríamos colocarnos en el número 1”, explicó el seleccionador.
Ahora mismo, España es tercera en ese ranking, por detrás de Argentina, primera, y Francia, segunda. Si España gana, pocas condiciones más. Será la primera del ranking. En todo caso, lo que parece claro es que, hoy, España es la mejor selección del mundo, y a ello se va a dedicar, a mantenerlo, el equipo y el entrenador.
“Simplemente hemos hecho nuestro trabajo, nos hemos dejado la vida para que esto saliera así”, dijo De la Fuente, que ha visto cómo se ha hecho famoso.
“Ganar así te pone más en el foco, te reconoce más la gente, pero vamos, yo sigo haciendo mi vida normal, y siempre me he sentido muy querido, valorado y reconocido. Sigo sintiendo ese afecto y ese cariño y celebro que la gente me vea como una persona normal, cercana“, explicó, y eso, la cercanía, la normalidad, también lo aplicó a Morata, por el que le preguntaron.
“Cuando se retire nos daremos cuenta del legado que deja. Los datos deportivos están ahí, pero es que además es una gran persona, un gran capitán”, le definió su entrenador, que volvió a poner la persona por delante del futbolista cuando habló de Casadó: “Aparte de jugar al fútbol hay mil cosas más que valorar, y él las tiene todas”, cerró.
La entrevista se retrasa un día, y dentro de ese día unas horas, porque quiere asegurarse de que todo está OK. Joselu Mato (Stuttgart, 34 años) se marcha a un equipo de Qatar, el Al-Gharafa y, al igual que Nacho, se ha pasado los últimos días pendiente del teléfono. El Espanyol quería sacar más dinero de su marcha, así que el Madrid le ha echado una mano: compró sus derechos por 1,5 millones al club catalán y se lo ha vendido, por lo mismo, a los qataríes. El Madrid le ha sacado de la cárcel, como quien dice. Superado todo, firmado todo, se sienta con EL MUNDO a hablar de ello.
Bueno, que se va a Qatar.
Creo que era el momento. Voy a una liga muy competitiva, era el momento de dar el salto. He cumplido el sueño de jugar y ganar títulos con el club de mi vida y el momento era ahora. Es una decisión muy pensada con mi familia, no es fácil irse del Madrid, pero creo que tiene gente joven y un proyecto muy bueno. Era el momento y la oportunidad de ir allí.
Pero entiendo que no es sólo por la experiencia, ¿no?
Yo he tenido muchas experiencias en mi vida y me voy porque considero que Qatar es una liga muy competitiva, con jugadores bastante importantes. Está creciendo mucho. Está claro que es una decisión muy pensada con mi familia, con mi mujer, con mi agente... La opción de que yo me quedase en el Madrid no es de ahora, por mucho que digan los medios que ahora ha ejercido la opción de compra. Yo sabía del interés del Madrid desde hace tiempo. Estoy contento con la decisión.
¿Me quiere decir que el dinero no tiene nada que ver?
Me considero un jugador muy competitivo y no sólo pienso en el dinero. Está claro que lo que me gusta es seguir jugando, vivir esa experiencia en esa Liga. Considero que es una oportunidad muy buena, y ¿por qué no irme? Es una decisión muy pensada.
Parece que les da miedo decir: 'es quizá mi último contrato y tengo derecho a mirar por el futuro mío y de mi familia'. Es algo normal.
También hablamos de que me ofrecen tres años de contrato, y eso en Europa, con la edad que tengo, es imposible. Yo tampoco quería irme a ningún club que pudiese competir con el Madrid, porque me lo ha dado todo en este último tramo de mi carrera. Quería ser lo más leal posible al Madrid. A mí me sigue gustando el fútbol, me gusta competir. Sé que me voy a un país donde la calidad de vida para mi familia y mis hijos es buenísima.
¿Sabe que aquello es completamente diferente a lo que conoce? Mucho más duro en según qué cosas...
He tenido la suerte de jugar en Alemania, en Inglaterra y en España. Este es otro sitio más, porque tengo amigos allí jugando y la adaptación va a ser fácil.
"Le dije a mi representante que no me dijera nada hasta que hubiera algo concreto"
La cerveza está por las nubes... 10 euros un tercio, y en pocos sitios.
No bebo alcohol en todo el año.
Hablará un porrón de idiomas, ¿se va a atrever con el árabe?
Ahora mismo no. Manejo inglés, un poco de alemán... Creo que es importante para viajar, pero allí todo el mundo habla inglés, así que no hay problema.
Usted, como Nacho, también ha estado pendiente del móvil, documentos, etc... ¿eso le ha descentrado?
Ahí están los entrenos y los partidos, hemos estado mentalizados siempre. Habrá otros que estén en esta misma situación y que lo resuelvan después de la Eurocopa. Yo le dije a mi representante que no me dijera nada hasta que hubiera algo concreto, definitivo, porque lo importante ahora es la selección.
Una maldad. Entonces, ¿cuando les preguntamos por alguna cosa y dicen: 'estoy centrado sólo en el partido' nos vacilan no?
Claro, pero porque vosotros también preguntáis cosas que no hay que preguntar [lo dice a carcajadas].
Tiene pinta de que se ríen bastante de los periodistas.
Hombre, cuando nos rajáis ganando tres de tres, la verdad es que sí.
Joselu, en la concentración de Donaueschingen.PABLO GARCÍA | RFEF
¿Quién les ha rajado?
Bueno, en general.
Si llegan a cuartos, el partido será en Stuttgart, la ciudad donde nació. ¿Tiene algún recuerdo de la ciudad?
¡Qué va! Yo me volví a España con tres años. Cuando estuve jugando aquí, en Alemania, mi familia me llevó a la ciudad, me enseñaron todos los sitios donde vivimos, pero no recordaba nada.
Ha hecho 18 goles, pero claro, en el Madrid los marca cualquiera.
Bueno, hay otros que han pasado por ahí y no los han hecho. Todo tiene su complejidad, porque claro que estás rodeado de los mejores, pero no es fácil. Estamos hablando de unas cifras muy buenas, he intentado contribuir y estoy feliz sobre todo porque han valido para ganar títulos, que es lo que el Madrid exige.
Dígame la verdad, ¿cree que la vida le permitirá otra noche como la del Bayern?
Ojalá, y ojalá sea aquí, en esta Eurocopa. Al final, estamos viviendo un sueño por estar aquí, creo que estamos haciendo una Eurocopa buena, y ahora viene lo mejor.
Lo digo porque aquí, casi cada vez que sale, marca.
Para eso estamos. Lo bueno de esta plantilla es que tiene muchos recursos y hay que plasmarlos en el campo. Ahora vienen partidos más complicados, a vida o muerte, que si pierdes te vas para casa, entonces, habrá equipos que intentarán cerrarse atrás para que no juguemos y debemos tener alternativas. Tenemos la mejor plantilla de la Eurocopa.
¿Qué balance hace de su año en el Real Madrid?
Muy positivo. Ha sido todo muy bonito y ha acabado de la mejor manera. Me pongo una nota bastante alta, porque no es fácil, viniendo de la situación en la que venía, rendir así, y sobre todo culminrlo con títulos.
"No hay malas caras ni reproches en ningún entrenamiento"
¿Podemos decir que el Madrid le ha evitado una nueva pelea con el Espanyol?
No es que haya evitado conflictos o no. Hay muchas cosas que han pasado y que la gente no conoce. El Madrid es un club señor, de los pies a la cabeza, y así me lo ha demostrado.
¿Qué pasó allí? ¿Por qué todo está tan mal con el Espanyol?
Yo te puedo decir que le tengo mucho cariño a casi todos los trabajadores del club. Hablé con muchos jugadores en privado cuando ascendieron. Pero han sucedido cosas en el verano que no son como se ha dicho en la prensa. Y ahora, cuando he hecho una temporada como la que he hecho, suenan las flautas que han estado calladas toda la temporada.
Joselu, con sus hijos, en Düsseldorf.PABLO GARCÍA | EFE
¿Pronunciaría el once de Georgia?
Pronunciarlo no, claro. Pero conozco a los jugadores, porque nos ha tocado en la clasificación. Es un equipo peligroso, que mete el bloque abajo y tiene jugadores rápidos. No va a ser como en la fase de clasificación.
¿De qué depende ganar la Euro?
El otro día lo hablaba con el míster. El día a día que estamos viviendo nosotros es lo más importante. El buen ambiente, la sinceridad... No hay malas caras ni reproches en ningún entrenamiento.
La última. Está en el ambiente un debate de si estamos orgullosos de ser españoles o no. ¿Usted lo está?
Yo no tengo ningún problema en decirlo. Soy español, soy gallego y amo a mi país. Represento a mi país en la Eurocopa y mi mayor deseo es que mi país gane la Eurocopa. Hay que darle mucho más valor.
Luis de la Fuente se presentó en la sala de prensa del Mercedes Benz Arena, que ahora no se llama así porque la UEFA no deja, así que hay que llamarle Stuttgart Arena, de lo más tranquilo. El partido de este viernes (18.00 horas) en Stuttgart medirá el primer semifinalista del torneo entre su España y Alemania, la anfitriona. Ni un pensamiento para esa estadística que dice que España nunca ha ganado a la selección local. Ni un pensamiento tampoco para Lehmann, el ex portero alemán que dijo que la selección era un equipo de juveniles. "Me preocupan poquito esas declaraciones. Nosotros vamos a jugar de igual a igual", dijo el seleccionador.
"Kroos lo definió perfectamente", añadió luego Dani Carvajal, el jugador que compareció después del técnico, aludiendo a las palabras del jugador alemán del Madrid en las que decía que Lehmann no representaba a nadie. Como resulta que De la Fuente ha convertido sus comparecencias en un puñado de lugares comunes, tuvo mucho peso la rueda de prensa de Carvajal, al que preguntaron por el calendario. Él empezó la pretemporada con el Madrid a mediados de julio del año pasado y aquí sigue.
"UEFA, FIFA y las Federaciones de cada país deberían plantearse que un jugador no puede jugar 60 partidos al año", anunció, y se explicó: "A nivel motivacional estoy con mucha energía, deseando que llegue el partido de mañana y salir al campo a comerme al rival. Pero estamos ante un calendario inviable. Esta temporada que va a empezar tendrá una Supercopa fuera de España, y luego un Mundial de clubes con otro mes fuera de casa. Esto es inviable y el nivel de los partidos bajará, porque los jugadores no pueden mantener ese nivel jugando cada tres días un año entero".
El lateral derecho del Real Madrid, al que contemplan seis Copas de Europa, sabe de sobra a qué huele un vestuario ganador en la víspera de un partido como el de Stuttgart. "Tengo buenas sensaciones, veo al equipo bien, con confianza, entusiasmo y con energía", reveló el internacional. Ambos, Carvajal y De la Fuente, se refirieron, cómo no, a Toni Kroos, que si pierde mañana habrá sido su último partido. ¿Qué se puede hacer ante un fenómeno como él?
"Hemos pensado atarle los pies, pero no creo que la UEFA nos deje", bromeó el técnico, que habló luego de ayudas, de impedir que reciba cómodo y todas esas cuestiones tácticas. "Sí, como ha dicho el míster, le podríamos atar lo pies", confirmó Carvajal, que espera saludar al alemán antes y después del partido y que espera, cómo no, que sí sea su último partido como profesional.
Berlín no es Madrid, ni Viena, ni Johannesburgo ni Kiev. Ni falta que hace. Berlín es Berlín, y desde este domingo el nombre permanece ya para siempre en la historia de un país, España, como la ciudad donde la selección culminó una epopeya maravillosa, la de su cuarta Eurocopa, tejida desde la diversidad más bonita, desde la fe, ciega, en un imposible, desde la humildad, sincera, de quien se reconoce en el compañero, más allá de su color y el de su camiseta, desde la convicción, firme, de que el camino era el correcto, desde la seguridad, en fin, de que esto era real. Vaya que sí. España, la reina, recupera el trono de Europa 12 años después, nadie tiene más Eurocopas, cuatro, nadie la quiso más en Alemania, expulsando en su camino a cuatro campeonas del mundo, ganando los siete partidos, llevándose todos los trofeos individuales (el mejor joven y el mejor jugador) deleitando la vista unas veces y mordiendo los labios otras, como ayer, cuando desmanteló a Inglaterra en un cuarto de hora sublime, pero se levantó con la mandíbula firme del gol del empate. [Narración y estadísticas (2-1)]
España ha sido el equipo más completo, el mejor. Luis de la Fuente ha construido una familia que, además, observa el futuro con una sonrisa, pues los niños, los fabricantes del primer gol, son insultantemente jóvenes, y el corazón del grupo ronda los 27 años. Ríe hoy España y mira a los que nunca le dieron ni el pan ni la sal, pero los mira con el corazón limpio, sin reproches. España es campeona de Europa con todas las letras, nadie se ha acercado siquiera a ella desde el pasado 15 de junio, cuando debutó en este mismo estadio, en esta misma ciudad, Berlín, que no es Madrid, ni Viena, ni Johannesburgo ni Kiev. Berlín es Berlín, qué carajo.
El Olímpico vio a una selección madura, respetuosa, tranquila, con los niños sentados en el sofá sin pedir de comer en casa ajena, pero mirándose con la picardía de quien no va a aguantar mucho y termina levantándose sin permiso para coger una chuchería. Eso hicieron Lamine Yamal y Nico Williams nada más comenzar la segunda parte, desmontar el partido con una trastada, y de ahí nació el partido que enseñó, escrito está, todas las versiones de este equipo: la brillante, hasta el empate, y la madura, desde él, para levantar el trofeo con una sonrisa mestiza, millenial, una sonrisa que reconoce al diferente como igual, una lección de fútbol, y de vida, para todo un país.
Enredados en la tensión
En fin, que el saque de inicio correspondió a Inglaterra. El balón fue directamente a Pickford sin pasar por nadie, y el portero del Everton mandó una pelota larguísima que salió por línea de fondo. Ese saque lo hizo España en corto, de Unai Simón a Le Normand, y la jugada salió limpia para morir, como todas las de la primera parte, en la maraña que los ingleses montaron en el balcón de su área. Fueron las dos primeras jugadas del partido, algo así como una presentación de intenciones.
Dos no se pelean si uno no quiere, y como hubo uno que no quiso, pues no hubo pelea en la primera parte. Inglaterra salió a que no pasara nada. Pero nada era nada. Ella estaba dispuesta a no atacar, y se metió tan atrás que impidió a España hacerlo. Enredados los dos equipos en la tensión propia de una final, en lugar de un partido de fútbol aquello devino en una partida del Risk, por no recurrir al tópico del ajedrez. Cada movimiento de España era contrarrestado por Inglaterra. Southgate empleó a Foden para perseguir a Rodrigo, y a Mainoo para atosigar a Fabián. Rice vigilaba con el cogote los movimientos de Dani Olmo.
Como quiera que los extremos no podían recibir en ventaja, la cosa se atascó de mala manera. No hubo que contabilizar ni una sola parada de los porteros. España tuvo más el balón, sí, pero fue para nada, mientras que Inglaterra se fue acomodando en esa monotonía en la que metió la noche. Ninguno de los entrenadores había inventado, quizá no había que hacerlo (Southgate metió a Saw en lugar de Trippier, pero vaya), y ninguno de los jugadores quiso pasar a la historia como el tipo que se equivocó en una final. Jugaron todos con miedo, agarrotados, y de ese modo salió un tostón muy serio hasta el descanso.
Nico Williams festeja el 1-0 ante Pickford.AFP
Inglaterra no quería jugar, y España no quería arriesgar, confiada en que el paso de los minutos validase el día más de descanso que había tenido por jugar su semifinal el martes. El partido, así las cosas, necesitaba que ocurriese algo. Lo que fuera, algo que agitase las cosas en cualquier dirección. Y lo que ocurrió fue que Rodrigo se marchó llorando al vestuario, lesionado, y el faro de España se quedó sin luz. En su lugar apareció Zubimendi, en otra demostración más de que, si falla el titular, aquí juega el suplente. Sin más. Pero claro, en el caso del mejor mediocentro del mundo, la baja podía ser más grave.
No dio tiempo a reflexionar mucho sobre ello pues a los dos minutos llamaron a la puerta los niños con el ímpetu de quien quiere jugar a la pelota en el parque. La cogió Lamine en su banda, tiró la diagonal hacia dentro amagando con la cintura, atrajo la basculación de los ingleses y descargó, justo a tiempo, para la llegada de Nico, que cruzó abajo, imposible para Pickford y sus florituras. Pudo sentenciar Olmo un minuto después, con Inglaterra grogui, pero el caso es que lo que necesitaba el partido, ya había ocurrido, y encima había sido bueno para España.
Ya por delante, la selección, claro, empezó a jugar más suelta y mereció sentencia. Quitó Southgate a Kane, inmóvil, pero el cambio que le dio la vuelta al partido fue la entrada de Palmer. En una mala salida a la presión de Cucurella, Inglaterra armó su mejor ataque y un disparo incontestable del futbolista del Chelsea igualó el partido a falta de 20 minutos, ya con Oyarzabal por Morata en el campo. Pero esta España es mucha España. Agarró de nuevo la pelota, tranquilizó al personal y fue acumulando ocasiones hasta que Cucurella, un catalán que vive en Londres, encontró a Oyarzabal, un vasco sin complejos, para poner el punto y final a una preciosa historia de amor por el fútbol y por la vida. La vida de todos para todos. La vida en España.