España moderniza su natación con los relevos: “Trabajábamos como en los 80, ahora todo tiene sentido”

España moderniza su natación con los relevos: "Trabajábamos como en los 80, ahora todo tiene sentido"

Mundial de Fukuoka

Actualizado

Tras la llegada de Ben Titley como director técnico, la selección cuenta con opciones de alcanzar la final en el 4×100 libre.

Varios nadadores del equipo español, antes del pasado Mundial.FRANCOIS-XAVIER MARIT

Si no puede ser una para todos, que al menos sea todos para una. La natación española no está en su mejor momento, eso está claro. Con el ocaso de Mireia Belmonte faltan referentes y el único candidato, Hugo González, bracea entre las dudas que dejó en los últimos Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Es posible que España se marche otra vez sin medallas del Mundial de natación de Fukuoka que empieza este domingo: no gana una desde 2017. Por eso, la Federación Española ha cambiado el rumbo.

El objetivo ya no es aupar a una estrella y concederle lo que necesite, como se hizo con Belmonte. El plan es construir una clase media de 10, 15 o 20 nadadores capaces de clasificarse para las citas importantes y, a partir de ahí, quién sabe. Para ello, el año pasado fichó al entrenador británico Ben Titley, que venía de ser director técnico en Canadá, y puso los ojos más allá del horizonte: un podio en los Juegos de Los Ángeles 2028 es el éxito deseado.

“Cuando llegó Ben cambió el enfoque. En pruebas individuales estamos lejos del top mundial y, por eso, su primera decisión fue fomentar los relevos. Años atrás ya veíamos que estábamos para competir en equipos y no se nos daba esta oportunidad”, explica a EL MUNDO César Castro, uno de los integrantes del relevo 4×100 libre que fue la única alegría selección en el último Europeo. Récord nacional y un cuarto puesto, una sorpresa. Este domingo en el Mundial, el sueño es entrar en la final y competir contra Estados Unidos, Australia, Italia o Hungría. La clasificación para los Juegos de París 2024 parece imposible porque habría que subir al podio, pero estar cerca ya sería un paso adelante.

“Los jóvenes estamos lejos de las medallas en individuales, pero en el relevo puede pasar cualquier cosa. Estamos agradecidos por la confianza y queremos responder”, comenta Castro que comparte relevo con Sergio de Celis, Luis Domínguez y Mario Mollà. Gracias a la apuesta por los equipos, España ha llevado a Fukuoka a 22 nadadores, una cifra elevadísima, que no se veía desde el Mundial de Madrid 1986. En los últimos tres campeonatos, de hecho, la selección no había llegado a los 10 integrantes.

¿Qué más ha cambiado Titley?
Trabaja de otra manera. Hasta ahora, en España la filosofía era meter mucho volumen, muchos kilómetros. Era una idea de los años 80. Cuánto más entrenas, mejor y realmente no es así. Por eso teníamos buenos resultados en Mundiales y Europeos junior, pero a la larga no llegábamos, nos lesionábamos, había gente que lo dejaba. Ahora Ben ha adaptado los métodos a los tiempos, a lo que se hace en otros países. Ahora ya no hacemos por hacer, todo tiene sentido.
Dicen que el técnico británico es un estudioso.
Tienes que estar en el día a día para verlo. Cómo planifica antes del entreno, cómo controla los detalles… te empuja a entrenar mejor de lo que pensabas y, al mismo tiempo, se ajusta rápido a lo que necesitamos los nadadores. En España no hemos tenido nunca un entrenador así.

A un paso de retirarse

Castro es un buen ejemplo de los sacrificios que exige la natación. A los 14 años dejó Plasencia para irse a entrenar como interino en Cáceres y luego se mudó a Madrid, a Gijón y recientemente al CAR de Sant Cugat en busca siempre del mejor método. Fondista de adolescente, una grave lesión de hombros le obligó a reciclarse como velocista y hace dos años sufrió el revés más duro. Durante unos días estuvo clasificado para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pero una modificación de los criterios de selección le dejó fuera.

“Perdí la motivación, estuve semanas sin entrenar. Con mi entrenador y mi psicólogo tomé la decisión de dejar temporalmente la natación para ver si realmente quería seguir nadando. Probé el boxeo, incluso, me olvidé del agua. Pero después llegó un momento en el que quise volver”, relata el nadador que estudia Marketing en la UCAM de Murcia y que, de momento, no atiende las llamadas de las universidades estadounidenses. Ahora es parte del nuevo plan de la natación española. Si no puede ser una para todos, que al menos sea todos para una.

kpd