El rugby español no estará presente en los Juegos Olímpicos que comienzan en París en un mes. La selección masculina de rugby a siete ha perdido este domingo ante Gran Bretaña (17-12) en las semifinales del Preolímpico disputado en Mónaco. Tenían los Leones de seven la esperanza de calcar el camino de hace ocho años, cuando obtuvieron in extremis en este mismo torneo la clasificación para los Juegos de Rio 2016. Pero dicen adiós al sueño olímpico, como ya había hecho la selección femenina al caer hace un año en la fase europea.
La derrota, aunque sea por estrecho margen y ante un rival con una posición superior en el panorama internacional, deja cierta decepción porque la selección de Paco Hernández había transmitido una imagen solvente hace tres semanas en la Sevens Series de Madrid. La mejoría a lo largo de la temporada mostraba además que Gran Bretaña y Sudáfrica, sus rivales más difíciles en este Preolímpico, eran algo superiores pero no estaban fuera de su alcance.
Sin embargo, en la tarde este domingo, en un encuentro trabado y lleno de imprecisiones, la selección española no ha tenido la posesión ni la paciencia que la hacen peligrosa. Comenzó anotando Gran Bretaña dos ensayos cerca de la esquina (10-0). La reacción española llegó cuando expiraban los primeros siete minutos. Arañó un balón, encontró por fin el hueco y redujo la diferencia (10-7).
Tuvo la selección española incluso una ocasión de remontar cuando a mediados del segundo periodo dispuso de un par de balones en la 22 rival. No pudo posar y, jugando ya contra el tiempo, desesperada por placar y tratar de pescar el oval, encajó la marca bajo palos que sentenciaba el partido a favor de Gran Bretaña (17-7), aunque los Leones redujeran diferencias (17-12) con el tiempo cumplido.
La fase previa de este Preolímpico había sido un trámite tanto para España como para sus principales rivales. El siete de Paco Hernández ganó el viernes 38-0 a Brasil y el sábado 35-14 a Hong Kong – China. Contra este último equipo ha vuelto a imponerse, ya en la mañana de este domingo, en cuartos de final (26- 7). Pero en juego estaba una única plaza y el último billete olímpico exigía ganar todas las eliminatorias.
Perdida ya la posibilidad de acudir a París 2024, los objetivos de las selecciones españolas, masculina y femenina, de rugby a siete pasan por consolidar su presencia en las Sevens Series, la competición que disputan los doce mejores equipos nacionales del mundo a lo largo de toda la temporada.
Como si su carrera hubiera sido un proceso sin descanso de adaptación, Andrés Feliz (Santo Domingo, República Dominicana, 1997) ha vuelto a salir victorioso. O así lo parece tras sus últimas semanas en el Real Madrid. El mismo jugador que era el blanco principal de la sospecha y del runrún de las tribunas del Palacio durante la primera parte de la temporada, es ahora aplaudido puesto en pie cuando despliega su abanico de fiereza en la pista. El Tigre, lejos del cliché caribeño, es un guerrero durísimo que apenas gesticula en la batalla. Ni cuando el baloncesto le ponía mala cara ni ahora que parece sonreírle.
El mismo tipo del que se dudaba que pudiera ser el suplente (único) de garantías de Facundo Campazzo tras la retirada de Sergio Rodríguez, que tuviera siquiera nivel Euroliga, fue titular en el cuarto y último partido de la serie de playoffs contra Olympiacos. En su caso, un dominicano de perfil bajo, es cuestión de superación. Como cuando escapó de la delincuencia y las drogas en las calles de Guachupita ("mientras jugaba no hacía cosas peores", admitía en una entrevista en este periódico), el barrio más pobre de Santo Domingo. O cuando, sin hablar una palabra de inglés viajó a Florida con 16 años para después acabar triunfando en la cancha con los Fighting Illini y se graduó en Sociología en la Universidad de Illinois. El mismo chico que llegó a España con 23 años para probar en el CB Prat de LEB Plata y sólo un año después ya había derribado la puerta ACB de todo un Joventut.
"Es muy fuerte mentalmente, más de lo que parece", destacan en su entorno. Que apunta a otro episodio, cuando vestía de verdinegro en La Penya, de superación del base. Sin jugar a los paralelismos con Campazzo, con quien además comparte amistad, aprendizaje y complicidad fuera de la cancha -es, junto a Edy Tavares, su gran apoyo en el vestuario y la ciudad-, Feliz avanzó a la sombra de Ferran Bassas. Con un año más de contrato el catalán, fue adelantado por la derecha por un chico que saltaba etapas. Finalmente, Bassas acabó saliendo en 2022.
Andrés Feliz, durante el partido de ACB contra el Andorra.ACB Photo
A muchos, sin embargo, la apuesta del Madrid por Feliz pudo parecer sorprendente este verano. Terminaban en el club el retirado Sergio Rodríguez y Carlos Alocén, al que las lesiones habían impedido desarrollarse como apuntaba. Con Llull como único comodín en el puesto de director, el suplente de Campazzo era un chico que había sobresalido en el Joventut, pero que apenas tenía tres años de experiencia en Europa y jamás había disputado la Euroliga. "Me encanta. Es súper competitivo, siempre pone al equipo por encima de lo individual, lo que encaja perfectamente en el Madrid", le alababa ya tras los primeros entrenamientos de pretemporada el Facu.
Lesión
A Feliz tampoco le ayudo la lesión que sufrió al poco de comenzar, una rotura en la fascia del pie derecho que le tuvo casi dos meses parado. Por momentos, se antojaba una misión imposible lo suyo, intrascendente, errático, falto de confianza y, como siempre, inexpresivo. Pero Chus Mateo no desesperó con él. Desde su vuelta de la lesión, siempre tuvo más o menos minutos. Hasta que todo empezó a cambiar.
Una de sus primeras grandes actuaciones llegó a mediados de enero en Andorra. 11 puntos, cinco rebotes, tres asistencias. El Tigre, como le apodaron en Badalona, no destaca por su capacidad de tiro. Más bien es su fortaleza física, pese a no pasar del 1,90 metros. Tanto a la hora de batallar en defensa como a la de penetrar en ataque. La temporada anterior con el Joventut había sido su estallido -15 puntos, 4,3 rebotes, 4,3 asistencias, 1,1 recuperaciones y 16,9 de valoración fueron sus números-, incluido en el quinteto ideal de la ACB. Su récord de anotación fueron los 28 puntos que le hizo al Manresa en marzo, su mejor noche la había firmado en febrero ante el Baskonia 27 puntos (4 triples), 8 rebotes, 7 asistencias y 34 de valoración.
Feliz, defendido por Hakanson, del Murcia.ACB Photo
Pero en el Madrid debió crecer y convencer desde la defensa y el esfuerzo, algo que nadie dudó ni en sus días más grises. Al poco que a su fiereza le ha acompañado un poco de confianza, Feliz ha empezado a dibujar las pinceladas de lo que él se esperaba cuando fue firmado por tres temporadas. Hace 10 días tocó techo siendo decisivo con 20 puntos y 26 de valoración ante el Valencia, segundo clasificado. "Ahora mismo, es insustituible", había dicho de él Mateo, "encantado con su manera de ser, de entrenar y de su competitividad".
Feliz, que no ha cambiado mucho de hábitos en su vida en Madrid junto con su esposa Lisa Wygal -a la que conoció en la Universidad- y sus dos hijos pequeños nacidos en Badalona (Dree y Lily), ha derribado contra todo pronóstico el primer muro, aunque será en los próximos playoffs, donde el equipo de Chus Mateo se juega la temporada, cuando deba corroborar su pujanza. Es posible que su porvenir, a punto de cumplir 28, dependa de ello. De momento, su importancia en los esquemas del entrenador no se reflejan sólo en el aumento de minutos, también en que hasta comparte cancha con Campazzo en muchos minutos decisivos. Lo que no ha logrado Rathan-Mayes ni lo hizo el efímero Dennis Smith Jr., al que ficharon en su puesto y no duró ni un mes.
El neerlandés Max Verstappen (Red Bull) se impuso este sábado en una carrera al esprint en el Gran Premio de Miami que dominó de principio a fin y en la que, aunque vio continuamente por el retrovisor a Charles Leclerc (Ferrari), controló al completo la carrera para acabar con tres segundos de ventaja sobre el monegasco.
Verstappen, que lideró los diecinueve giros al circuito urbano de Miami, insistió en ese dominio que se alarga durante cuatro temporadas y estuvo acompañado en el podio por Leclerc, segundo, y el mexicano 'Checo' Pérez (Red Bull), que fue tercero a apenas cinco segundos de su compañero de equipo.
Por su parte, el español Carlos Sainz (Ferrari) terminó quinto tras no poder superar al australiano Daniel Ricciardo (Visa Cash App RB), la gran sorpresa, mientras que el español Fernando Alonso (Aston Martin) acabó decimoséptimo después de que un incidente con el británico Lewis Hamilton (Mercedes) y el canadiense Lance Stroll (Aston Martin) le obligara a pasar por boxes en la primera vuelta de carrera.
«No decidirán nada, ninguna sanción, porque Hamilton no es español. Ha arruinado la carrera de mucha gente. No teníamos ningún interés en la carrera al esprint, solo ver la degradación de los neumáticos. Era como un entrenamiento libre", se quejó después amargamente el español.
No dio opción Verstappen, que consiguió la segunda carrera al esprint de la temporada y que afianzó, aun más si cabe, su liderato en este sexto gran premio del año que se ha marcado en rojo y en el que acumula ya tres primeras plazas: la del primer entrenamiento libre, la de la clasificación al esprint y la de la carrera al esprint a falta de los dos momentos más importantes del fin de semana, como son la clasificación y la carrera de este domingo.
Fernando Alonso, durante la carrera al sprint.GIORGIO VIERAAFP
Fue una carrera en la que, como de costumbre, pasaron muchas más cosas en la zona media que en los puestos de cabeza, liderados siempre por un infatigable 'Mad Max', que no ceja en su empeño de arrasar con todo lo que puede y que sumó ocho puntos que le ayudan a seguir dejando atrás a Pérez -que consiguió seis- en la carrera por el mundial de pilotos.
Sólo Ricciardo sorprendió en el vagón delantero sobrepasando en la primera vuelta a 'Checo' Pérez, pero el mexicano devolvió el adelantamiento minutos después, justo después de que se acabara un 'safety car' provocado por el incidente entre Stroll, Hamilton y Alonso y que terminó con el abandono del canadiense y del británico Lando Norris (McLaren).
Toque de Alonso
Y es que las opciones de puntuar de Alonso se fueron al traste en la primera curva, momento en el que el asturiano tuvo que apartarse de Hamilton que, tras salir duodécimo, estiró demasiado la frenada y se abalanzó sobre el español, que pegó en el lateral del coche de Stroll y el canadiense, como si de un lanzamiento de bolos se tratara, impactó sobre el monoplaza del inglés Norris.
El propio Norris se quedó fuera de la pista, lo que obligó a los comisarios a sacar un coche de seguridad que propició que pilotos como Verstappen, que habían salido con neumáticos medios usados, ganaran tiempo y el efecto de las gomas medias nuevas se redujera.
Sin embargo, en cuanto se acabó el 'safety car', el mexicano 'Checo' Pérez se echó sobre Ricciardo, que había adelantado al mexicano en la salida. Lo aprovechó Sainz para aproximarse también al de Visa Cash, aunque ni aun así pudo sobrepasarle.
Adelantar en el circuito urbano de Miami es muy difícil. Además, los pilotos se quejaron de que no había apenas agarre para poder competir con los de delante. Fue inviable para Sainz, pero también para Alonso con el francés Esteban Ocon (Alpine), pero también con Hamilton y el danés Kevin Magnussen (Haas).
Así, el primer conato de carrera de este fin de semana tuvo el ganador de casi siempre, el tricampeón del mundo que busca un cuarto mundial de pilotos. Verstappen todavía no ha hecho ninguna 'pole position' en Miami, pero parece que este mismo sábado puede romper ese registro.
ABRAHAM P. ROMERO
Enviado especial
@AbrahamRomero_
Manchester
Actualizado Jueves,
18
mayo
2023
-
00:24El italiano queda tocado tras la pésima imagen del equipo en...