El ex delantero español revoluciona la ciudad tras hacerse con un club de Regional Preferente, con apenas 200 socios, y un presupuesto de 100.000 euros
Al Racing Club de Fútbol Benidorm le ha salido un ‘jeque’ de Langreo. “Nos ha tocado la lotería”, dice José Santiago López Pepillo, que cuando no anda haciendo de presidente lleva una empresa de congelados. No hace mucho le llamó el alcalde a su despacho. Toni Pérez, del PP, acababa de recibir una visita de los emisarios del Guaje Villa. Querían cambiarles la vida. Y no porque el máximo goleador de la historia de España se hubiera arrepentido de su retirada, hace tres años, y quisiera volver a marcar goles en Regional Preferente. Quería comprar el club.
El Estadio Municipal Guillermo Amor tiene capacidad para 9.000 personas, y este domingo unos 200, casi tantos como socios, acudieron a ver cómo al Racing se le escapaba el ascenso a Tercera tras ceder un empate en el descuento ante el Crevillente. Junto a Pepillo, en el palco de autoridades, se estrenaba el nuevo presidente, Jordi Bruixola, ex director de comunicación del Valencia, donde conoció al Guaje, luego del Zaragona, y después director general del Castellón. “Nosotros lo cogimos de la nada y en dos años lo llevamos a Preferente, ahora hace falta que gente que sepa más que nosotros”, resume Pepillo. Y lo primero que hay que saber, al parecer, es que “el fútbol ni quiere ni entiende de prisas”, cuenta Bruixola.
La carrera del nuevo presiente no puede ser más particular. Empieza en Champions con el Valencia, sigue en Segunda con el Zaragoza, luego en Primera Federación con el Castellón, y sigue ahora en la Preferente, su proyecto más ambicioso, “porque es una hoja en blanco”. O incluso menos. El club cuenta con presupuesto de 100.000 euros, y su estrella es un profesor de inglés de casi 40 años al que llaman Gato, y que juega de centrocampista por 500 euros al mes.
Guillermo Amor sigue siendo el mayor orgullo futbolístico de un club fundado en los años 60, y refundado en 2017, aunque sólo llegaría a jugar hasta Infantiles, antes de que se lo llevara el Barça. Pepe Mel y Bordalás también se iniciaron aquí como futbolistas, y el último incluso como entrenador. Su mayor logro histórico hasta el momento ha sido una frustrada promoción de ascenso a Segunda División contra el Rayo Vallecano en la temporada 2007/08.
De ahí que lo de David Villa apunte a hecho histórico. Pepillo ya se ha ido a comer un par de veces con el asturiano para que le contara su proyecto, y “hubo feeling”, apunta: “Y eso que soy del Real Madrid“. Tampoco era el primero que se sentaba a la mesa con intención de quedarse con el Benidorm, aunque ningún jeque, multimillonario estadounidense, fondo de inversión o ex futbolista del nivel de Villa. El ex del Sporting de Gijón, Valencia, Barça y Atlético, entre otros, se llevó a la comida “fotos en la que se le veía de pequeño con su familia en unos apartamentos en Benidorm”, en los que al parecer había veraneado cinco años seguidos, cuenta Pepillo.
Tampoco era la primera vez que Villa se hacía con un Club. Durante su etapa en Nueva York, fundó un equipo en el barrio de Queens, a través de su empresa DV7, que creó de la mano de otro ex del Valencia, su antiguo director de marketing Víctor Oñate. De ahí que lo lógico fuera buscar un equipo dentro de la Comunidad, y de Benidorm se fijaron “en el potencial de su marca”, cuenta Pepillo. ¿El objetivo? De momento “crecer sin prisas”, insiste Bruixola, y hacer afición, incluyendo los miles de británicos que residen o visitan cada año la ciudad, y se sientan con sus pintas en las terrazas de los pubs a ver jugar a su club. “Quizá logremos que el su segundo equipo sea el Benidorm”, apunta el nuevo presidente.
Hasta ahora la principal tarea de DV7 Group era la creación de academias de fútbol no sólo en España, sino también en Estados Unidos y Japón, donde el Guaje jugó parte de su carrera, así como en la República Dominicana y Puerto Rico.
Aunque ya está todo firmado, el acuerdo no será oficial hasta este martes, con un acto que se celebrará en el piso 46 del rascacielos Intempo, el edificio residencial más alto de España, lo que hace que a pesar de la prudencia de sus nuevos propietarios, cueste creer que el Benidorm no apunta alto.