No hay selección femenina que juegue mejor al fútbol que España. Es algo que nadie discute y que ha llevado al equipo español a encaramarse al número 1 del ranking de la FIFA en 2025 por primera vez en la historia. Sus pasos, firmes, avasallantes ante la mayoría de los rivales que se cruza, desvelan un crecimiento que no parece tener límite y que, por primera vez, en este año que acaba ha estado firmemente acompañado por la RFEF.
Si en la lista de prioridades no había estado el fútbol femenino, tras la marejada desatada por el triunfo en el Mundial en 2023 y el caso Rubiales, el nuevo presidente, Rafael Louzán, puso el foco en arropar el talento de las jugadoras con un cambio radical en el organigrama federativo, tanto en su junta directiva como en esa rama, que dejó en manos de Reyes Bellver. Esa apuesta hizo a España brillar en la Eurocopa de Suiza, donde solo una tanda de penaltis la separó de la gloria. Pero de aquel sinsabor en Basilea pasaron a explotar de emoción proclamándose campeonas de la Nations League, por segunda vez, en el Metropolitano. Entre ambas citas se produjo un cambio de ciclo con la salida de Montse Tomé y la llegada de Sonia Bermúdez al banquillo que no afectó a lo esencial: el gen ganador.
La Eurocopa fue el primer gran torneo que unió a la selección. El grupo de jugadoras fue una piña —aunque sin Jenni Hermoso– manejadas con mano izquierda por Montse Tomé desde el banquillo e impulsadas por las mejores condiciones de trabajo posibles, las que se habían pasado años reclamando. No siempre fue fácil, porque hubo imprevistos como la meningitis de Aitana Bonmatí o las anginas de Cata Coll, que privaron a España de dos puntales de su once titular. Aun así, arrollaron a todas las rivales que encontraron a su paso, con Alexia como líder y domando todas las estadísticas de la competición: goles, posesión, pases acertados y hasta selección entre las menos goleadas. El campeonato llevaba camino de ser perfecto. Superaron el muro de los cuartos de final y en semifinales vencieron a su particular ogro, Alemania, en una prórroga y con un soberbio gol de Aitana, ya recuperada, y se plantaron en la final ante Inglaterra. Llegaron no confiadas, pero sí convencidas de que podían ser campeonas. En el estadio St. Jakob-Park de Basilea apareció el único lunar. Las inglesas forzaron la prórroga y estiraron el duelo hasta una tanda de penaltis donde España erró más de lo que se esperaba y el título fue para Inglaterra. Se les escapó entre los dedos, y eso dejó una huella.
Montse Tomé, en un partido de la Eurocopa de Suiza.
La primera decisión de la RFEF fue no renovar el contrato de Montse Tomé. Fue una propuesta de Reyes Bellver a Louzán que el presidente asumió. Su visión es que tocaba un cambio de ciclo que rompiera, de manera definitiva, con todo lo anterior, por muy exitoso que fuera. La asturiana, que estuvo en el cuerpo técnico de Jorge Vilda en el Mundial, se fue con una Nations League, la primera clasificación para unos Juegos Olímpicos y el subcampeonato de Europa, algo impensable apenas tres años antes.
Su relevo fue Sonia Bermúdez, desde 2022 seleccionadora Sub-20. Sus primeras decisiones ya hicieron ver que nacía una nueva etapa. Jenni Hermoso volvió a ser convocada, como Mapi León, dando por zanjada una brecha abierta antes del Mundial. Su primer reto, y no fácil, era revalidar la Nations League. Tomé había dejado a España clasificada, pero quedaban por delante, y a doble partido, las semifinales ante Suecia y la final frente a Alemania. No era un debut plácido para la nueva seleccionadora que, además, por el camino perdió por lesión a Patri Guijarro, pieza vital en el centro del campo.
Las suecas recibieron un vapuleo en Málaga (4-0) y también cayeron derrotadas en Gotemburgo (0-1) con Alexia como estrella. En la final, Alemania demostró, por primera vez en mucho tiempo, que España era vulnerable, pero solo arañó un empate a cero en Kaiserslautern. La vuelta en el Metropolitano fue una fiesta, con Clàudia Pina como estrella, que acabó con la selección campeona.
Será en este 2026 cuando Bermúdez afronte su gran reto: llevar a España al Mundial de Brasil de 2027. En marzo arrancan los seis partidos de clasificación ante Inglaterra, Islandia y Ucrania. Solo la primera de grupo tiene billete directo y, todo hace indicar, que será un mano a mano con las inglesas, una vez más. Además, la seleccionadora tendrá que afrontar no solo la baja de Patri Guijarro, que no estará aún de vuelta, sino también la de Aitana Bonmatí, que se rompió el peroné justo antes del partido de vuelta ante Alemania. Será la hora de evaluar la gestión que la nueva entrenadora hace de un equipo de lujo.






