De Tokio a París: Biles, la reina de los cielos, recupera su trono olímpico

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La reina ha demostrado que sigue siendo imbatible y recupera su corona olímpica en el podio de París. Simone Biles consiguió en la tarde del jueves algo extraordinario, incluso para una deportista legendaria como ella.

Ganó el oro en el concurso completo de los Juegos de París, el que corona a la mejor gimnasta del mundo, y recuperó así el título que ya obtuvo en Río 2016. Es la única en la historia que ha conseguido ganar en dos ocasiones sin que sea en Juegos consecutivos. Entre medias quedaron los de Tokio, en los que la atleta se retiró por problemas de salud mental. Este paréntesis, con todos los desafíos que ha tenido que enfrentar, hace que su triunfo de ayer sea único y difícilmente superable.

Es el segundo oro de Biles en París 2024, tras haber ganado ya el de la competición por equipos. En total tiene seis en su carreray nueve medallas olímpicas. La plata anoche fue para su rival y amiga la brasileña Rebeca Andrade, que sólo fue superior a ella en uno de los cuatro ejercicios, las asimétricas, justo el aparato en el que Biles no roza el cielo.

EEUU sumó dos metales al medallero con el bronce, que fue para Sunisa Lee, oro en los Juegos de Tokio que Biles tuvo que abandonar. En la prueba, que era clave en esta redención olímpica de Simone Biles, ésta logró una puntuación total de 59.131 puntos y Rebeca Andrade, de 57.932. Ambas habían debutado juntas en Río 2016. Biles dejó claro desde el principio que la Historia la esperaba. En el primer aparato, que fue el salto, la americana consiguió 15.766 puntos y la brasileña, 15.100.

El segundo turno fue para las asimétricas, Andrade se impuso y obtuvo 14.666, frente a los 13.733 puntos de la rival. Ahí, cuando Andrade se puso por delante en la puntuación total, Biles torció el gesto y no recuperó la sonrisa hasta que no culminó el ejercicio de barra, que ya la dejaba por delante de nuevo en el marcador. No volvería a mirar atrás entre una persecución constante de flashes y miradas. Esta vez, nada pudo alterarla. Ya sólo quedaba el último ejercicio. Es en suelo donde Biles domina el aire con más maestría. Lo bordó. Fue la última en ejecutarlo y decidió que la única emoción que iba a permitir era la provocada por su hazaña. El jurado no había dado aún su puntuación y el estadio ya coreaba a la campeona mientras sus rivales la reverenciaban.

Salud mental

Es la primera medalla individual en estos Juegos para Biles, que buscaba en París resarcirse del momento traumático que vivió en Tokio. Ya lo ha logrado. Es una de las atletas que más expectación está levantando en estos Juegos y ha llenado cada sesión en el Arena de Bercy. En las gradas, ayer, estaban Zinedine Zidane y Nadia Comaneci.

«Estoy contenta con mi desempeño. Si no hubiera trabajado mentalmente, no estaría aquí esta noche. Cuando comencé, no pensé que llegaría a este punto, así que quiero decirles a todas las jóvenes que crean en sus sueños. Lo más difícil ya pasó, así que a partir de ahora voy a disfrutarlo», dijo la estrella en conferencia de prensa, ya con la medalla colgada del cuello.

Simone Biles es la gimnasta que gana el oro individual con más edad (tiene 27)desde el año 1950 y la primera que consigue dos oros desde 1964. También hicieron este doblete la soviética Larisa Latynina y la checoslovaca Vera Caslavska.

La estadounidense se abre paso en la Historia con la misma facilidad con la que hace acrobacias en el aire. Con este oro reivindica que, a pesar de haber estado dos años retirada, sigue siendo la reina de la gimnasia y, seguramente, de los Juegos. Continúa ampliando su leyenda: lo hace porque tiene más títulos que nadie, porque inventa saltos que nadie ha hecho y que sólo ella es capaz de ejecutar y porque supo parar, sanar y regresar igual de grande. Supera ampliamente al resto, pero sobre todo se supera a sí misma.

kpd