El 16 de junio de 2004 el fútbol español puso un pie de conquista en la Premier League y abrió un camino sin retorno que no ha hecho mas que crecer. Rafa Benítez, con dos Ligas y una Copa de la UEFA con el Valencia bajo el brazo, se convertía en el primer entrenador español que dirigía a un equipo en la máxima categoría del fútbol inglés. Un club histórico ponía los ojos en el talento español que afloraba en los banquillos y la recompensa fue proclamarse campeón de Europa en la primera temporada. Esos éxitos abrieron el camino a Juande Ramos en 2008 al Tottenham y después a Roberto Martínez en el Swansea y el Wigan Athletic.
En esta temporada, que arranca este viernes con un Burnley-Manchester City, el 20% de los entrenadores serán españoles, un porcentaje que no se daba al inicio de la competición desde la campaña 18/19. Dos de aquellos cuatro repiten: Pep Guardiola, que lleva siete años al frente de los citizen, y Unai Emery, entonces en el Arsenal y hoy al mando de un pujante Aston Villa. Junto a ellos estará Mikel Arteta, tres años ya en el banquillo gunner y el único que no ha pasado por LaLiga, y el recién llegado Andoni Iraola, que coge las riendas del Bournemouth.
Solo la marcha de Julen Lopetegui de los Wolves ha evitado que sean más técnicos españoles que ingleses. Y es que al vasco le ha sustituido en las últimas horas Gary O’Neil, que se suma a Eddie Howe (Newcastle), Heckingbottom (Sheffield), Dyche (Everton) y Roy Hodgson (Crystal Palace). Cinco entrenadores que mantienen alzado el pendón inglés en una liga casi universal en la que hay un alemán (Klopp), un escocés (Moyes), dos galeses, (Cooper y Edwards), un danés (Thomas Frank), un portugués (Marco Silva), un holandés (Ten Hag), un belga (Kompany) y un italiano (De Zerbi). Pochettino es la representación argentina y hasta un australiano se ha incorporado: Ange Postecoglou en el Tottenham Spurs.
Récord de siete
Solo en dos ocasiones más hubo tantos españoles en el área técnica, pero fue durante el transcurso de las temporadas y debido a los ceses. La primera fue en la campaña 19/20 con Guardiola en el City, Emery despedido en el Arsenal para acabar firmando a Arteta y Javi Gracia en el Watford, que fue sustituido por Quique Sánchez Flores. Entrar en la dinámica del mercado inglés augura varias experiencias, ejemplo de ellos son Quique, Emery o Gracia y, en especial, Benítez, que ha pasado por Liverpool, Chelsea, Newcastle y Everton.
La españolización se hizo muy evidente en abril de la pasada temporada cuando llegaron a ser siete: a los ya veteranos Guardiola y Arteta se unieron Lopetegui, Emery -en noviembre y previo pago de una cláusula de seis millones, algo inédito- y Rubén Sellés y Bruno Saltor como interinos en el Southampton y el Chelsea.
Un factor que ha acelerado este desembarco es la apertura que ha experimentado la Premier a través de los nuevos propietarios llegados a los clubes, muchos de ellos sin vinculación con Gran Bretaña o ni siquiera con el fútbol. Los éxitos ya no necesitan cosecharse solo en la competitiva Premier para que su trabajo sea valorado y sean objeto de deseo.
A su vez, los entrenadores encuentran atractivo en proyectos que, aunque no aspiren a estar entre los Big Six, ya manejan presupuestos muy por encima de los equipos de media tabla en LaLiga. Todos esperan a la Premier antes de elegir opciones como la Serie A italiana, donde no hay ningún español, la Bundesliga, en la que resiste Xabi Alonso en el Leverkussen, o la Ligue 1 francesa, que ahora contará con Luis Enrique (PSG), Marcelino García Toral (Marsella) y Carles Martínez (Toulouse).
Menos mirada al césped
La capacidad económica de la Premier la hace deseable, aunque los preparadores sean conscientes en la extrema competitividad que la acompaña. Los 20 equipos de la competición inglesa llevan gastados a tres semanas del cierre del mercado más de 1.600 millones de euros.
El Arsenal ha roto el listón pagando por Declan Rice 116,6 millones de euros y el City con los 90 por Gvardiol, convirtiéndolo en el defensa central más caro de la historia. La mayoría de sus movimientos más caros, entre los que también están el de Havertz o Mason Mount, se hacen entre clubes ingleses, lo que permite a los pequeños invertir. La exepción ha sido precisamente el Wolves y ha acabado provocando la salida de Lopetegui.
Sin embargo, la mirada a LaLiga se dirige a los banquillos y no tanto al césped. La época de los Spanish Swansea o Liverpool y de la llegada de jugadores en masa pasó. España es de las grandes ligas la que menos operaciones de traspaso de futbolistas ha cerrado con la Premier en este mercado veraniego.
Las dos principales compras han sido la del central valenciano Pau Torres (33) por el Aston Villa y de Nico Jackson (37) por el Chelsea, un total de 70 millones de euros que han acabado en la caja del Villarreal. También se contabiliza a Matheus Cunha, que ya salió en enero del Atlético con una cláusula obligatoria de 50 millones.