La llegada de Bertans a Dubai y una amenaza al mercado de la Euroliga
Davis Bertans no era una presa fácil de capturar. En el verano de 2020, su agente ya había conseguido un contrato de cinco años con los Wizards a cambio de 80 millones de dólares. Además, en las últimas semanas había surgido el interés del Real Madrid, algo desorientado tras la precipitada marcha de Guerschon Yabusele. Durante las negociaciones, el entorno del jugador pudo usar también la carta de los Warriors, que le habían invitado a sus entrenamientos. Se percibía cierta inquietud en el mercado ante la decisión de uno de los mejores tiradores de la NBA. Un alero que promedió un 39,6% de acierto desde la línea del triple a lo largo de ocho temporadas. Hasta que a primera hora del martes, el Dubai Basketball dejó a todos descolocados.
«Esta plantilla es muy competitiva y el club tiene grandes ambiciones para el futuro. Es un nuevo desafío para mí, pero me siento muy emocionado y estoy deseando jugar delante de nuestros aficionados a final de mes», comentó Bertans nada más estampar su firma. A los 31 años, en un momento de plena madurez, no sólo renunciaba a la verdadera elite, sino que dirigía sus pasos a Emiratos Árabes Unidos. Un proyecto algo confuso, pero que ya ha se hace sentir en el Viejo Continente.
El periplo de Bertans dará comienzo, de forma oficial, el próximo domingo 22. Un partido de la primera jornada de la Liga Adriática (ABA) ante el Estrella Roja. Nada importarán los 5.000 kilómetros que separan Belgrado de Dubai, porque el equipo árabe ha conseguido lo que hace unos años ya logró el Maccabi Tel-Aviv: disputar la competición que reúne a los mejores clubes de Serbia, Croacia y Eslovenia. Todo un logro para una estructura construida contra el reloj, pero un consuelo de segundo orden para quien hace cinco meses aspiraba a la Euroliga.
Los peligros de un gasto desorbitado
A mediados del pasado abril, los 13 equipos propietarios de la máxima competición, bajo la presidencia de Dejan Bodiroga, desestimaron la incorporación de Dubai. Privilegiaban, a su juicio, la sostenibilidad por delante del riesgo. Era el criterio del CEO de la Euroliga, Paulius Motiejunas, que venía advirtiendo de los peligros de un gasto desorbitado. Y de su frontal rechazo a la irrupción bajo los aros de un Manchester City o un PSG. Atrás quedaban, pues, los 150 millones de euros prometidos por Dubai para los seis próximos años. También los sueños de grandeza de Emirates Airlines, que en el otoño de 2022 ya había lanzado un primer envite para acoger la Final Four en menos de un lustro. El Coca Cola Arena, un fabuloso pabellón con capacidad para 17.000 espectadores, deberá conformarse con el debut de Bertans.
¿Significa esto un fin de trayecto para Dubai y para la expansión del basket en el Golfo Pérsico? Teniendo en cuenta que el próximo Mundial se disputará en Qatar en 2027 y que el presidente de la FIBA es el jeque qatarí Saud Ali Al Thani, más bien convendría sostener lo contrario. Ahora queda por ver la credibilidad de Dejan Kamenjasevic, director general del club, quien durante una reciente entrevista con Eurohoops envió el mensaje que más convenía. «No gastaremos más de lo que ganamos. No asolaremos ninguna liga, ni compraremos a los mejores. Queremos trabajar en armonía con el resto, crear un ecosistema y ser competitivos».
Desde el inicio de su mandato, Kamenjasevic ha venido apostando por la astucia y la prudencia. Dos virtudes que le emparentan con Svetislav Pesic, su mentor, a quien había conocido cuando se asentó en Girona huyendo de la Guerra de los Balcanes. El aprendizaje junto al ex técnico del Barça le terminaría abriendo las puertas de los banquillos en Baskonia y Girona, donde ejerció como técnico asistente. Luego supo moverse hasta encontrar un hueco en la órbita del emirato. Sus tablas en el mundillo contrastaban con la inexperiencia del vicepresidente Djordje Djokovic. Pese a actuar como indudable reclamo, el hermano menor del campeón de 24 majors fue destituido de modo fulminante a mediados de julio.
Nómina balcánica
Una decisión que se interpretó como muestra de la pugna por el poder. Pese a su éxito con Serbia en los Juegos de París, los inversores no lograron convencer a Pesic. Tampoco a Sasha Djordjevic, por lo que debieron conformarse con Jurica Golemac en el banquillo. Todo un reto para el ex alero del Olimpia de Ljubljana, que ha dispuesto de sólo tres meses para construir una plantilla desde cero. Entre su nómina balcánica cabe destacar a Klemen Prepelic (ex Real Madrid), Danilo Andjusic (Partizan) y Aleksa Uskokovic (Estrella Roja), pero también a Nemanja Dangubic (Estudiantes) o Leon Radosevic (Bayern). Como complementos foráneos, la experiencia de Ahmed Duverioglu (Fenerbahçe) y un base trotamundos como Nate Mason.
Tal y como ha admitido el propio Golemac, el plantel se cierra ahora con Bertans. Ese alero que apuntaba maneras en Vitoria y que hace dos veranos casi aparta a Alemania, futura campeona, en los cuartos del Mundial. Si en Charlotte no quisieron afrontar sus cinco millones de dólares garantizados para este curso, en Dubai eso no supuso mayor problema.