Badosa: "Cada mañana me levanto asustada"

Badosa: “Cada mañana me levanto asustada”

Actualizado Martes, 22 abril 2025 - 17:04

La española Paula Badosa, novena del ránking WTA, declaró este martes que llega al torneo de Madrid con el "objetivo de ganar y jugar con las mejores" y aseguró que le "da pena que sea siempre" en la capital española cuando pasa "momentos duros".

La tenista admitió no llegar al 100% al WTA, tras haberse lesionado en la espalda, una zona que ya le ha dado problemas en los últimos años: "Cada mañana me levanto asustada", declaró.

"Me he hecho un par de infiltraciones, la primera no salió bien, pero la segunda ha ido mejor. Obviamente, cada mañana me levanto asustada, pero de momento el feedback está siendo positivo. Al menos estoy pudiendo entrenar, estoy ganando forma y cada día estoy sufriendo un poco menos", agregó.

La tenista desea remontar el año tras sus molestias físicas. "Emocionalmente es difícil gestionarlo, al final empiezas bien la temporada, ves cierta dinámica, es verdad que sentía que en 2025 iba a ser el mejor año de mi carrera", afirmó Badosa.

"Después de empezar con tanta confianza, de repente te paran y ya no es solo el parón, lo que es más duro es volver a ese nivel. Es muy difícil porque ese nivel se pierde rápido, la confianza se va. Es un proceso que mucha gente no ve, pero que es largo y duro", añadió.

Badosa, novena favorita, está exenta de la primera ronda y espera en la segunda a la ganadora del duelo entre Veronika y Polina Kudermetova.

"Vengo con el objetivo de ganar, de jugar con las mejores, de retarme, pero también este año y los siguientes me he propuesto disfrutar de todo. Pienso 'mira toda esta gente que está viéndote, que son los que se levantan a las tres de la mañana para verte en Australia'. Y quiero devolver todo ese amor y ese cariño", dijo Badosa, en conferencia de prensa.

"Me ayudó mucho el año pasado el demostrarme a mí misma que puedo volver a estar entre las mejores a pesar de todo. Cuando vuelves de una lesión tan larga, siempre tienes dudas. Yo pensé: ¿seré capaz de volver a hacerlo? Eso me ayuda a que ahora, que me he perdido muchos torneos, pueda verlo todo en perspectiva", confesó.

"Es un momento duro, pero sabes que eres capaz de volver donde mereces. Esa experiencia de todos estos años me da tranquilidad. Tener una lesión es difícil y no tengo la respuesta o la solución. Intento llevarlo lo mejor posible, desconectar y estoy hablando con los médicos siempre. Es difícil gestionarlo emocionalmente, sobre todo porque había empezado tan bien, que sentía que iba a ser el año de mi carrera. Es duro porque la confianza se pierde rápido y recuperar eso es un proceso que es largo y que mucha gente no valora", apuntó.

Aún así, la tenista de Begur llega a Madrid esperanzada en jugar "seis partidos" y disputar la final. "Soy la primera que quiere ganar pero si no es así, que sea dando el cien por cien en cada partido", comentó Badosa, que si supera la primera ronda podría posteriormente enfrentarse a la británica Emma Raducanu, la ucraniana Marta Kostyuk, la china Qinwen Zheng, campeona olímpica, o a la bielorrusa Aryna Sabalenka, número uno del mundo.

Badosa también aprovechó para mandar un mensaje a Sara Sorribes, que recientemente ha anunciado que va a dejar el tenis por un tiempo indefinido para tomarse un descanso.

"Yo crecí con Sara desde los trece o catorce años y hemos pasado muchos momentos juntas y nos tenemos un aprecio muy grande. Cuando vi la carta que escribió, se me puso la carne de gallina. Poca gente puede empatizar como yo, porque yo he pasado por ahí también. Le envié un mensaje y lo más importante es lo que está haciendo, que es tomar decisiones por y para ti. Lo importante es ser feliz. Si es jugando al tenis, genial. Y si no, pues también. Necesita su tiempo y ser feliz", concluyó.

Alcaraz despeja dudas sobre su físico: "He notado un poquito de dolor y me he desconcentrado, no me va a perjudicar para Madrid"

Alcaraz despeja dudas sobre su físico: “He notado un poquito de dolor y me he desconcentrado, no me va a perjudicar para Madrid”

El humor es lo último que se pierde. Al acabar la final del Trofeo Conde de Godó de Barcelona, derrotado por Holger Rune por 7-6(6) y 6-2, Carlos Alcaraz se sentó en su banquillo y sacó su teléfono del raquetero. Antes de hablar tranquilamente con su equipo todavía le quedaban toda la ceremonia de trofeos, cientos de fotografías con los aficionados y una rueda de prensa y quería avanzarles detalles sobre su problema físico. «¡Sígueme en Instagram!», le gritó entonces un espectador con guasa y Alcaraz respondió de la misma manera. Se giró, lo localizó, le lanzó una sonrisa y un ok con el pulgar. El humor es lo último que se pierde.

Pese a la derrota y a las molestias que expresó durante el partido, Alcaraz mostró mucho optimismo respecto a su físico en los torneos que vienen. «Al inicio del segundo set he notado un poquito de dolor en la zona del abductor derecho y me ha costado mantener la concentración en el juego. Cuando sientes un tirón, saltan las alarmas y ya te preocupas más por eso que por cosa. Creo que se curará con un par de días de descanso», comentaba Alcaraz, que a partir del próximo viernes estará en el Masters 1000 de Madrid en la Caja Mágica y que antes cumplirá con los muchos compromisos que le esperan en la capital de España. Además de eventos de sus patrocinadores y del mismo torneo, el ahora número tres del mundo presentará su documental A mi manera producido por Netflix el próximo martes en la Torre Picasso. «Haremos pruebas y nos aseguraremos de todo, pero creo que esa molestia no me va a perjudicar de cara al Masters de Madrid».

"Con la cabeza bien alta"

Quizá por las 14 victorias consecutivas previas en Barcelona, quizá por su estrecha relación con Rune o quizá por los límites establecidos de su propio cuerpo, Alcaraz aceptó la derrota con tranquilidad: ahora nada cambia. En tropiezos anteriores, especialmente aquel desastre en segunda ronda en el Masters 1000 de Miami, el español había dudado sobre su progresión, vacilaba sobre su estilo de juego. Pero esta vez fue distinto. En Barcelona, durante toda la semana, desplegó un tenis notable y si cayó en el partido decisivo fue por mérito de su rival. «Perder nunca es fácil, más una final y más aquí en el Godó, donde había sido campeón dos veces, pero debo darle crédito a Holger. Ha jugado un partido excepcional y yo me voy orgulloso, con la cabeza bien alta. He perdonado en ciertas situaciones, me he precipitado en algunos puntos, pero Holger también ha sabido aprovecharlo», analizó Alcaraz con un punto clavado en la mente.

Joan MonfortAP

En el tie-break del primer set, cuando se decidió todo, nadie era capaz de romper una igualdad de hormigón hasta que, con 5-4 en el marcador, se lanzó a la red con todo y Rune le rebasó desde el fondo. Un error suyo, un acierto del danés. El español escapó llegó a escapar de tres bolas de set, pero esa desventaja ya fue definitiva. Justo después el segundo set empezó con varios intercambios muy intensos y su físico se resintió. «Me ha faltado paciencia. He empezado muy bien el partido, con grandes tiros, y a mitad del primer set Rune ha cambiado la táctica. Ha corrido más, ha planteado más rallyes, ha metido más bolas dentro. Después de eso yo no he sabido calmarme», reconocía el español, que este lunes perderá el número dos del mundo en detrimento de Alexander Zverev, que este domingo se proclamó campeón en el ATP 500 de Munich al vencer a Ben Shelton por 6-2 y 6-4.

El ánimo de sus amigos

«Me quedo con lo mucho que he disfrutado esta semana jugando aquí en Barcelona delante de mis amigos y de mi familia», proclamaba Alcaraz, que sí vivió una celebración ayer: por la mañana su hermano pequeño Jaime ganó el torneo sub-14 del Rafa Nadal Tour celebrado en el Club Esportiu Valldoreix de la cercana Sant Cugat. «¡Vamos, Charly!», le repetían una y otra vez una docena de sus amigos de El Palmar, en la zona baja de las gradas de la pista central de Barcelona, para alegrarle el ánimo.

Pese a la derrota y a las molestias, la presencia del grupo fue una delicia para Alcaraz, que incluso les dedicó algún gesto en la final cuando se apuntaba golpes ganadores. Eran los murcianos los que más alentaban, más aplaudían, más festejan. De hecho, ya anocheciendo en Barcelona, el número tres del mundo se juntó con ellos para darles las gracias y para rearmarse antes de, si las pruebas no indican lo contrario, encarar el cercano Masters 1000 de Madrid.

Alcaraz enloquece a Fils y jugará su tercera final del Godó

Alcaraz enloquece a Fils y jugará su tercera final del Godó

En los minutos previos a saltar a la pista, en el restaurante de los jugadores del Real Club de Tenis de Barcelona, Carlos Alcaraz formaba un conjuro junto a su equipo: "Hoy, sí". Hace sólo una semana en Montecarlo no se había gustado ante el mismo rival, el francés Arthur Fils, y esta vez tenía que ser distinto. "No hay prisa, no hay prisa", le recordaba su entrenador, Juan Carlos Ferrero, como última instrucción. Apenas una hora y 14 minutos después, volvía al mismo lugar con una victoria por 6-2 y 6-4 para celebrar, muchos aplausos a su alrededor y el convencimiento de haber cumplido con la promesa: "Hoy, sí".

En las semifinales del Trofeo Conde de Godó, Alcaraz ganó con su mejor tenis de la semana, quizá incluso de la temporada. Ya es definitivo: este Alcaraz no es el de Montecarlo. Allí fue campeón entre dudas, con titubeos con su derecha y gestos extraños. En Barcelona, en cambio, es el vigente ganador de Roland Garros que debe ser, tan convencido como confiado.

Fils fue la mejor prueba del cambio. Si en el torneo anterior el galo le hizo cometer demasiados errores, esta vez los nervios cambiaron de bando. En Montecarlo, ante su potente derecha, Alcaraz había pecado de ser demasiado directo, de precipitarse, de olvidar su tenis, y pese al triunfo acabó disgustado. En ningún momento se sintió cómodo. Y esta vez tocaba darle la vuelta.

Minimizar los errores

Desde el primer punto de juego, Alcaraz salió a la pista Rafa Nadal a presionar a su adversario hasta el infinito, a llevarle a lugares insospechados, a molestarle todo el tiempo que fuera falta. Si Fils quería arriesgar, que lo hiciera: delante tendría un muro. Quizá no era el plan más vistoso, pero el plan más acertado. Funcionó. El primer golpe ganador del español llegó a los 18 minutos de juego y, para entonces, tenía encarrilado el primer set. De hecho, sus estadísticas globales, 11 ‘winners’ y 13 errores no forzados, resumen los motivos de su victoria. Fallar poco, acertar cuando tocaba.

MANAURE QUINTEROAFP

Fils, al fin y al cabo un tenista de 20 años en su primer curso con los mejores, se desesperaba. Una bola aquí, una bola allá hasta acabar eliminado. Su cuenta de fallos, hasta 38, fue exagerada, aunque muchos de ellos hay que atribuirlos a la intimidación de Alcaraz. Hubo un detalle que confirmó los problemas del galo para serenarse. En el primer set cedió dos ‘breaks’ y ambos terminaron con una doble falta. Después, en el segundo set, se calmó, pero Alcaraz ya se abalanzaba sobre la victoria. Es más, por primera vez en todo el torneo el español ganó sin conceder ni una sola rotura de servicio.

Este domingo (a las 16.00 horas) Alcaraz disputará su tercera final del Godó -cuarta si se cuenta el torneo sub-14 que ganó en 2017- ante Holger Rune, que derrotó en la otra semifinal a Karen Khachanov por 6-3 y 6-2. Amigo del español desde la infancia -compartieron dobles en Les Petits As-, el danés se ha mostrado en excelente forma y será un obstáculo a la altura.

El Alcaraz más dominante ya está en las semifinales del Godó

El Alcaraz más dominante ya está en las semifinales del Godó

¿Quién puede derrotar a Carlos Alcaraz? Aquella pregunta que brotaba en cada uno de sus partidos del último verano se repite ahora de nuevo en el Torneo Conde de Godó. Si no hay lesión, si no media maldición, lo que viene en las próximas semanas volverá a ser extraordinario. ¿Realmente quién puede?

Este viernes, en cuartos de final del ATP 500 de Barcelona, ante un rival muy a considerar en tierra batida como Álex de Miñaur, Alcaraz volvió a mostrar su versión más dominante, aquella en la que niega hasta la sonrisa. Pocos gestos, muy pocos gestos: debe divertirse para jugar bien, pero cuando realmente lo borda es cuando está más serio. Ante De Miñaur, Alcaraz fue el mejor Alcaraz. Este sábado, en semifinales, nuevamente ante Arthur Fils, como en el Masters 1000 de Montecarlo, deberá volver a serlo.

En su victoria por 7-5 y 6-3 en una hora y 39 minutos de juego, hubo de todo, idas y venidas, magia y barro, pero su éxito se construye así. En el aficionado español queda ese anhelo ‘nadaliano’ de un Alcaraz intratable que nunca será. En el primer set, por ejemplo, cedió hasta en dos ocasiones su servicio. ¿Y qué?

"En tierra batida el saque no es tan importante porque sé que yo también tendré oportunidades de breaks", comentó después en rueda de prensa con razón. Los problemas en el saque obligarán a afinar en otro momento de la temporada, cuando llegue la superficie dura, pero no aquí, ni en Madrid, Roma o París. Ante De Miñaur, un defensor como pocos, más sobre arcilla, lo más importante era otra cosa.

Un mal día de De Miñaur

Como no había huecos, como era complicado crear golpes ganadores, era esencial no desesperarse. En el arranque del partido, Alcaraz amagó con ese mal, acumulando errores en busca de 'winners', pero después se tranquilizó e hizo lo que debía. Un golpe, otro, otro y otro hasta realmente dominar el punto y sumarlo a su marcador. La estadística dice que sumó 16 ganadores y 34 errores no forzados, pero eso sólo demuestra el precio del triunfo. Su segundo set fue uno de los mejores de la temporada.

"He aprendido a ser paciente, a meter una más, una más, una más. Eso me ha permitido mejorar mi juego de fondo", analizó Alcaraz que se declaró "físicamente muy bien" pese a la acumulación de partidos. Entre Montecarlo y Barcelona ya lleva ocho en apenas 10 días y si llega a la final del domingo serán 10 casi consecutivos. "Me ayuda estar en casa. Estar en España, con mucha familia, con mis amigos, me hace estar muy relajado", aseguró.

Este viernes, en cuartos, también le ayudó el nerviosismo de De Miñaur. Séptimo del mundo, cuartofinalista del último Roland Garros y semifinalista en el último Masters 1000 de Montecarlo, el australiano formado en España venía en buena racha, pero se precipitó en exceso. Al contrario que Alcaraz, ante los continuos 'breaks' del primer set, De Miñaur multiplicó sus fallos y se perdió en el camino a la derrota. En el primer set, con 6-5, Alcaraz le rompió el servicio para llevarse el periodo y en el segundo rebajó el ánimo.

Sara Sorribes, actual líder de España, se retira a los 28 años: "La Sara alegre no es la realidad de lo que llevo dentro"

Sara Sorribes, actual líder de España, se retira a los 28 años: “La Sara alegre no es la realidad de lo que llevo dentro”

Hace sólo unos días Sara Sorribes era la imagen de la victoria, líder de la España clasificada para la Final a Ocho de la Copa Billie Jean King, una tenista en un momento destacable. En los últimos tiempos no había brillado en individuales, pero en el dobles venía de colgarse el bronce en los Juegos Olímpicos de París 2024 junto a Cristina Bucsa o de disputar las semifinales de Wimbledon 2023 al lado de Marie Bouzkova. A los 28 años, con dos títulos WTA y en el puesto 85 del ranking mundial, su carrera decrecía lentamente y nada hacía presagiar algún problema. Pero interiormente algo no funcionaba. Este jueves la tenista anunció una pausa indefinida de su carrera profesional.

"Vengo sufriendo desde hace muchos meses dentro de una pista de tenis. La Sara alegre y feliz que se ve fuera de la pista no es ni mucho menos la realidad de todo lo que llevo dentro", afirmó la española en un escrito a mano publicado en Instagram en el que añadió: "He perdido la ilusión por entrenar, por mejorar e incluso por ir a los torneos. Los momentos de sufrimiento son muchísimos más que los de tranquilidad. Lo dice una persona a la que siempre le ha encantado trabajar, mejorar y competir. Por eso, además de necesitar ayuda, siento que necesito descansar. No sé si definitivamente o temporalmente".

Probablemente la crisis de Sorribes empezó a mediados de 2022, cuando se lesionó el escafoides del pie derecho y tuvo que estar medio año parada. En ese momento se había consolidado entre las 50 mejores del ranking WTA, había triunfado en los WTA 250 de Guadalajara y Cleveland y había logrado su victoria más importante, ante la entonces número 1 Ashleigh Barty en los Juegos Olímpicos de Tokio. De Castellón, formada en el Club de Tenis Uxó, a los 14 años ya había sumado su primer punto WTA -sigue siendo la española más joven en hacerlo- y en aquel momento vivía su madurez. Especialista en partidos largos, muy largos, superarla se había convertido en un suplicio para sus adversarias. Pero la lesión lo torció todo.

MARTIN DIVISEKEFE

Cayó más allá del puesto 150 de la lista mundial y el regreso le obligó a un esfuerzo notable. Si volvió a la élite fue por su coraje, si volvió a la élite fue para aplaudirla. Aunque cuando volvieron los malos resultados la presión fue exagerada. El año pasado llegó a encadenar seis derrotas entre Roland Garros y Wimbledon y volvió a salir del Top 100. Las victorias en dobles, especialmente en los Juegos Olímpicos, servían como consuelo, pero cada semana costaba más empuñar la raqueta. Esta temporada apenas había superado los torneos clasificatorias en algunos torneos, quedándose fuera del Open de Australia o los WTA 1000 de Miami o Indian Wells. Ahora durante un tiempo indefinido parará para descubrir si quiere regresar o no.

Un Alcaraz pletórico vence a Djere y ya está en cuartos del Godó

Un Alcaraz pletórico vence a Djere y ya está en cuartos del Godó

Cientos de miles de vecinos de Barcelona salen escopeteados porque empieza la Semana Santa, las calles ya están vacías, casi nadie asoma por el metro, pero alrededor del Real Club de Tenis de Barcelona se repite el bullicio de siempre. Pese a la mala coincidencia del Trofeo Conde de Godó con los días festivos, el público vuelve a rebosar su pista central porque juega Carlos Alcaraz y el espectáculo está asegurado.

Las expectativas son altas: un Alcaraz campeón por tercera vez después de los títulos de 2022 y 2023. Y parece que no puede haber fallo. Alcaraz, el dueño de todas las miradas, está pletórico.

Quedarse en la ciudad habrá valido la pena porque el número tres del ranking ATP ha llegado para brillar, para disfrutar, para ganar. Después de su irregular Masters 1000 de Montecarlo, el título le ha colmado de confianza y ahora parece imbatible.

Este jueves, en octavos de final, Alcaraz superó al serbio Laslo Djere por 6-2 y 6-4 con un dominio que no se le advertía desde el año pasado en Roland Garros. De inicio a fin, el español fue mejor; la derrota no fue una posibilidad.

Con Ferrero, un saque mejor

Más allá de que haya afinado su derecha, de que esté más veloz y de que se le vea mucho más tranquilo, más sereno e incluso más feliz, hay un factor que ha volteado las sensaciones alrededor de Alcaraz: el saque. Si en el Principado su servicio iba y venía, con buenos ratos y ratos para olvidar, como el primer set en la final ante Lorenzo Musetti, en Barcelona ha mejorado muchísimo.

Otra vez con Juan Carlos Ferrero en su palco, Alcaraz vuelve a entregarse a su saque para encarrilar sus victorias. Ante Djere no fueron los números -cuatro 'aces', un 71% de primeros-, fue la superioridad en sus propios puntos, la ausencia de peligro.

Y a partir de ahí el resto. En el primer set Alcaraz llegó a encadenar cinco juegos seguidos -del 0-1 al 5-1- para expulsar a su rival del encuentro. Djere planteó una estrategia agresiva, de golpes ganadores, pero andaba desafinado y no le funcionó. Entre errores no forzados, apenas planteó competencia a Alcaraz hasta mediado el segundo set, cuando logró un 'break'. Entonces sí, quizá habría emoción. Pero el español remendó su error -del 2-4 al 6-4- y no hubo más que decir.

En cuartos, este viernes, se enfrentará al vencedor del duelo entre Alex De Miñaur y Jacob Fearnley y su tenis volverá a ser el principal atractivo para quedarse en la ciudad.

Alcaraz resuelve ante Quinn un incómodo estreno en el Godó

Alcaraz resuelve ante Quinn un incómodo estreno en el Godó

Actualizado Martes, 15 abril 2025 - 18:26

Carlos Alcaraz sufrió más de lo previsto en su estreno en Barcelona ante Ethan Quinn, a quien derrotó en 106 minutos. El estadounidense, procedente de la previa, planteó un partido que el campeón de cuatro majors no se esperaba. Sin complejos, acortando los intercambios para no dar ritmo al español, el número 126 de la ATP alternó derechas ganadoras con errores no forzados y Alcaraz tuvo que emplearse a fondo en el tie-break del segundo set para resolver su pase a segunda ronda, donde se medirá al serbio Laslo Djere. [Narración y estadísticas (6-2, 7-6 [8])]

El español se apuntó con comodidad la primera manga, pero para lograrlo tuvo que salvar tres bolas de ruptura en el segundo juego y otras dos en el sexto, y aprovechar la poca efectividad de su adversario en los primeros saques. Pese a ese ventaja parcial, Alcaraz no parecía sentirse cómodo con el guion. Y las malas sensaciones se confirmaron en la segunda manga, que empezó con un break que Quinn recuperó de inmediato, encadenando dos roturas que Alcaraz devolvió para forzar el desempate.

El estadounidense, muy mejorado con su potente servicio, incluso tuvo bola de set con 6-5 y saque en el tie-break, pero se precipitó a la hora de subir a la red y Alcaraz no perdonó en los puntos siguientes, cerrando el partido con una dejada.

Sin homenaje a Borg

El partido dio comienzo sin el previsto homenaje a Björn Borg, al que la organización había invitado al cumplirse 50 años del primero de sus dos títulos en Barcelona. El campeón de 11 majors llevaba varios días en la Ciudad Condal y había visitado las instalaciones del RCT Barcelona-1899. Sin embargo, según confirmó el propio torneo, "desgraciadamente" había adelantado "su salida de Barcelona".

Alcaraz, de 21 años, levantó el domingo en Montecarlo su sexto Masters 1000, su segundo título del año tras el conseguido en Rotterdam, y llega al Godó tras 17 victorias en sus 18 últimos partidos sobre arcilla.

Junto al número dos de la ATP, el Conde de Godó cuenta con otros tres top 10 del circuito -Alex de Miñaur (7), Andrey Rublev (8) y Casper Ruud (10)- a los que se suman cuatro de las mejores 20 raquetas - Holger Rune (13), Arthur Fils (14), Stefanos Tsitsipas (16) y Frances Tiafoe (18).

Los problemas "dentro y fuera de la pista" de Carlos Alcaraz para levantar su primer Masters 1000 de Montecarlo: "No quiero explicarlo en público"

Los problemas “dentro y fuera de la pista” de Carlos Alcaraz para levantar su primer Masters 1000 de Montecarlo: “No quiero explicarlo en público”

Carlos Alcaraz trastea con su Instagram mientras batalla contra el recuerdo de Rafa Nadal, Novak Djokovic y Roger Federer; anhela comer los domingos con su familia y al mismo tiempo soporta la comparación con Jannik Sinner; sueña con vivir tranquilo y sueña con ser una leyenda. Es complicado. A sus 21 años, ha ganado cuatro Grand Slam y ya es uno de los mejores de la historia, pero apenas tiene respiro. En los últimos meses, Alcaraz ha descubierto las exigencias de ser Alcaraz, la presión externa, todo a lo que tiene que renunciar, y eso le está afectando, pero este domingo encontró un brillante consuelo: levantó su primer Masters 1000 de Montecarlo, su segundo título de la temporada.

«Ha sido un mes difícil, he vivido situaciones complicadas y estoy orgulloso de cómo lo he gestionado. Me ha costado tanto dentro como fuera de la pista, pero el trabajo ha valido la pena. No quiero explicarlo en público, pero me ha costado encontrar la forma de jugar al tenis, de centrarme en las cosas importantes», confesó de forma enigmática, aunque ya había insinuado las razones de sus desvelos.

Pese a su juventud, su carrera está en una encrucijada. Es ahora, con números de récord, reconocimiento en todo el planeta y un rival antológico, cuando debe decidir si quiere ir a por todo o si se va a quedar a medias. Para lo primero deberá acostumbrarse a las opiniones ajenas y convertirse en un esclavo del tenis como sus predecesores. Para lo segundo, ya tiene las condiciones necesarias. No hay duda de que ampliará su cuenta de seis títulos de Masters 1000 y 18 en la ATP, pero sí que aguantará el ritmo del Big Three o incluso de Sinner.

La estrategia de Musetti

En Montecarlo, esta semana, Alcaraz demostró que su tenis en tierra batida es incontestable, que no hay nadie que le pueda ganar, que puede ejecutar todos los golpes posibles y también evidenció su falta de estabilidad. Tan pronto acumulaba puntos mágicos, como aquel globo entre las piernas que le clavó a Daniel Altmaier, como un montón de errores no forzados. El año pasado en Roland Garros y en los Juegos Olímpicos de París 2024 su juego era más consistente, pero todavía no había conocido la peor cara de su sueño. Ahora debe rearmarse.

SEBASTIEN NOGIEREFE

En su triunfo en la final ante Lorenzo Musetti por 3-6, 6-1 y 6-0, los vaivenes de Alcaraz fueron notables. En el primer set jugó algunos de sus peores puntos del curso -sumó 12 errores casi consecutivos-, a partir del segundo set, se reencontró y al final la extenuación de su rival negó el espectáculo. En dos de los cuatro partidos previos, Alcaraz había tenido que jugar tres sets, pero Musetti venía de dos palizas consecutivas ante Stefanos Tsitsipas y Álex de Miñaur -llevaba cuatro horas más en pista- y eso marcó el encuentro.

El italiano, un tenista en el mejor momento de su carrera, que este lunes se presentará a las puertas del Top 10 del ranking ATP, planteó el encuentro de la única manera posible, a la defensiva, y casi le funciona. Su intención era devolver las máximas bolas posibles y esperar a ver qué hacía Alcaraz y Alcaraz al principio falló demasiado. Por un exceso de precipitación, el español regaló ese periodo inicial y se complicó la final. Pero después reaccionó. Como le reclamaba su entrenador esta semana, Samuel López, se centró en poner la pelota en la pista y empezó a jugar. Ahí se acabó la competición, más con el cansancio de Musetti.

SEBASTIEN NOGIEREFE

Una fiesta y unas vacaciones

«No es la manera en la que quería ganar. Me siento mal por Lorenzo. Acabar un torneo así no es fácil», comentó, de entrada, Alcaraz, que luego admitió su desgaste psicológico en los últimos tiempos. En la gira americana, con su derrota en semifinales en el Masters 1000 de Indian Wells y en su debut en el Masters 1000 de Miami, el número tres del ranking sintió el peso de la obligación de recortar puntos en el ranking ATP al sancionado Sinner y poco después sintió la incomprensión de sus propios seguidores.

Una fiesta con el jugador de la NBA Jimmy Butler en Miami y unas vacaciones con su familia que ya tenía programadas le llevaron a recibir muchos comentarios negativos en las redes sociales y eso le dolió. En Montecarlo, raro en él, habló sobre los «aficionados que siempre quieren que llegue a la final» en clara referencia a las críticas leídas. Alcaraz ha descubierto las exigencias de ser Alcaraz y es complicado, pero su leyenda depende de que lo acepte.

La tierra (a)batida

La tierra (a)batida

La primavera tenística llega cada año en Montecarlo, el más famoso de los selectos barrios del minúsculo y opulento Estado monegasco. Poniéndonos becquerianos, el Principado, galante, le sonríe a la única estación con nombre femenino. En Mónaco, paraíso financiero y retiro nada espiritual, donde, amén de tantos deportistas de distintas especialidades, residen, entre otros tenistas, Djokovic, Sinner, Zverev, Medvedev y Tsitsipas, se abre e inaugura bajo el cielo el espejo mate y ocre de una vieja superficie amenazada: la tierra batida.

Está empezando a ser impopular. Echándole un poco de literatura, es una alfombra polvorienta que se adhiere, pegajosa, a las zapatillas y los calcetines; costosa de producir y mantener; sensible en su densidad y granulado a las condiciones meteorológicas y geográficas; voluble, por esa razón y por el trajín del partido, en el bote, la velocidad y el efecto de la bola. Según Djokovic, "está viva".

Retrocede en el aprecio general. Ni siquiera le gusta del todo a Alcaraz, un jugador versátil, un frecuente beneficiado, que ha jugado en su vida, en todos los terrenos, más finales (23), que años tiene (21), y ganado 18 (nueve en tierra, seis en dura y tres en hierba). La de Montecarlo ha sido la séptima en un Masters 1000 y la primera desde hace 13 meses. Se impuso sin brillo. Pero no por su culpa. Lorenzo Musetti cayó herido muscularmente después de exprimirse a fondo en una gran semana.

Si la tierra, pese a todo, no hace feliz a Carlitos, no digamos a Sinner, que sólo ha ganado un torneo de secano. El número de torneos de tapiz cobrizo disminuye en el circuito con lentitud, pero con firmeza. Triste por cancelada, reemplazada o discutida, la tierra batida está pasando a ser tierra (a)batida. Es otra víctima del moderno sentido del espectáculo de una sociedad con prisa, incrustada en un mundo impaciente. Una urgente manera de vivir que con la raqueta consiste en apostar con creciente tendencia por los saques contundentes, los golpes tajantes y los puntos abreviados. Predominio del saque y la volea en un tenis más conciso, en el que las perlas de habilidad y sutileza son más apreciadas por menos frecuentes. Quizás dentro de poco, al público no le importará pagar lo mismo por partidos más cortos y trabajados, siempre que sean más intensos.

Tras la retirada de Nadal, la arcilla ha mermado en su atractivo y capacidad de convocatoria. Simultáneamente, está contribuyendo a acelerar el otoño de un incómodo Djokovic, con cuatro veces más triunfos en pistas duras y en alguna de hierba que en terrosas. Montecarlo no ha sido el lugar más apropiado para que Nole levantase el vuelo. Incluso así, verlo caer en primera ronda, por tercera vez en sus últimos cuatro torneos, fue doloroso y casi premonitorio. Con 38 años el mes que viene y una última victoria, el pasado 4 de agosto en los Juegos de París, su ocaso parece irreversible.

Además, epílogo flotante de una gloria tripartita, se ha quedado solo en el interior de un vacío generacional sin dimensiones ni referencias. Confuso y desorientado, lo está matando una daga con, también, triple filo: la edad, la nostalgia y la melancolía.

Alcaraz agarrota a un exhausto Musetti y levanta su primer Masters 1000 de Montecarlo

Alcaraz agarrota a un exhausto Musetti y levanta su primer Masters 1000 de Montecarlo

Quedan semanas hasta Roland Garros y muchos partidos en el camino, pero Carlos Alcaraz ya sabe qué debe hacer para volver a ser campeón y qué no. Por primera vez en su carrera, este domingo levantó el trofeo del Masters 1000 de Montecarlo para confirmar su dominio de la arcilla y despejar sus problemas. Como ocurrió durante la semana, su victoria en la final ante el italiano Lorenzo Musetti por 3-6, 6-1 y 6-0 no fue espectacular, pero fue una victoria.

Si quedó claro que el número tres del mundo todavía no se encuentra al nivel que mostró el año pasado en París, también es evidente que pronto llegará. Triunfo a triunfo construye una confianza que le puede llevar a donde quiera. ¿A ganar 25 Grand Slam? Mejor primero pensar en ganar el quinto.

Porque últimamente los contratiempos de Alcaraz nacen de la precipitación y eso es extraño. En temporadas anteriores el español parecía inmune a la presión externa, a las exigencias del ranking, al peso de la historia, pero este año no es así. Quizá por las malas sensaciones sobre cemento o, como admitió, por la sanción a Jannik Sinner, anda precipitado y contra esas prisas debe luchar. Ante Musetti, necesitó templarse antes de vencer.

En el primer set jugó algunos de sus peores puntos del curso -sumó 12 errores no forzados casi consecutivos- y después, a partir del segundo set, se reencontró consigo mismo. Al final el partido se difuminó por los calambres del italiano, absolutamente exhausto. Por primera vez Alcaraz se proclamó campeón en Montecarlo, su sexto título de Masters 1000 y el número 18 en el circuito ATP.

VALERY HACHEAFP

"No es la manera en la que quería ganar. Me siento mal por Lorenzo. Acabar un torneo así no es fácil. Espero que no tenga un problema serio", comentó, de entrada, Alcaraz, que luego desveló ciertas dificultades: "Desde Miami he pasado un mes difícil, me ha costado enfocarme en lo importante. No quiero dar más detalles, pero ha sido así. Esta semana en Montecarlo he disfrutado como hacía tiempo que no pasaba".

El cansancio de Musetti

En dos de los cuatro partidos previos, Alcaraz había tenido que jugar tres sets, pero Musetti venía de dos palizas consecutivas ante Stefanos Tsitsipas y Álex de Miñaur y eso marcó la final. El italiano, un tenista en el mejor momento de su carrera, que este lunes se presentará a las puertas del Top 10 del ranking ATP, planteó el encuentro de la única manera posible: a la defensiva. Con las pocas fuerzas que le quedaban su intención era devolver las máximas bolas posibles y esperar a ver qué hacía Alcaraz. Si el español acumulaba muchos fallos, el título aún era posible.

Pero eso sólo funcionó en el primer set. El ímpetu de Alcaraz le llevó a regalar ese periodo inicial de una manera incomprensible y a complicarse la final. Para su éxito, todo tuvo que cambiar en el segundo set. Como le reclamaba su entrenador esta semana, Samuel López, de entrada se centró en poner la pelota en la pista y después realmente empezó a jugar. Ahí Musetti intentó darle respuesta, pero ya no podía. Su propio cuerpo se rindió y si acabó el tercer set fue por orgullo.