Delphine Cascarino, la “bólido” acelerada en Estados Unidos que amenaza a Alemania: “Si las francesas jugáramos en una liga más dura, seríamos mejores”

Actualizado Viernes, 18 julio 2025 - 23:15

«Tenemos muy buenas jugadoras pero nunca hemos ganado un torneo». Es la confesión de Delphine Cascarino (Saint-Priest, 1997), la jugadora que se ha desatado en esta Eurocopa para elevar, aún más, la condición de favorita de Francia. No tenía un camino fácil emparejada con dos campeonas como Inglaterra y Países Bajos en la fase de grupos, pero su rendimiento fue incontestable: tres victorias y dos goleadas. Once goles marcados por nueva jugadoras diferentes. En cuartos, esta noche, le toca otro hueso: la imprevisible Alemania.

El seleccionador francés, Laurent Bonadei, espera que aparezca no solo la eterna Marie-Antoinette Katoto, líder y referente, sino también Cascarino, que despertó en el duelo ante Países Bajos. En dos años y 23 partidos con la camiseta de Francia no había marcado, pero en tres minutos ante las neerlandesas, entre el 64 y el 67, con un 2-1 en contra, fue capaz de desatar la remontada gala logrando dos en tres minutos. Y eso que en la primera parte el balón no pasó por sus botas. Bonadei, le pidió más en el descanso y ella se lo dio: una asistencia para que Katoto empatara y dos golazos. El primero, con un control a 40 metros de área y sucesivos recortes para acabar armando un derechazo imparable. El segundo, empujando a la red una balón de Katoto que había golpeado en los ambos palos. Eso no fue todo. Sumó seis disparos y seis balones tocados en el área. Cascarino, que llevaba a Suiza «con la rabia de querer hacer algo en esta Euro», lo había conseguido.

«Es un bólido. Solo hay que activar un poco su fuego», reconocía el entrenador francés. Eso lo han logrado en San Diego. Cascarino, que se perdió en Mundial de Australia al romperse el cruzado, buscó nuevos retos. De padre italiano y madre de Martinica, se crió en la cantera del todopoderoso Olympique de Lyon pero, después de 12 temporadas, optó por, a sus 27 años, perseguir un sueño: jugar en San Diego Waves, el equipo de la National Women's Soccer League que capitaneaba su ídolo: la estrella estadounidense Alex Morgan. «Solo pude jugar con ella dos semanas porque anunció que estaba embarazada», confesa Cascarino hace unos meses. Hoy Morgan, retirada, es una de las accionistas minoritarias del equipo.

El salto físico y competitivo

El aterrizaje en Estados Unidos ha supuesto un salto. «Soy más rápida, corro más. En Lyon, teníamos seis partidos duros en toda la temporada. Aquí, todas las semanas. Si todas las francesas estuviéramos en una liga más dura, seríamos mejores», aseguraba poco antes de aterrizar en la concentración francesa donde, por veteranía -debutó en 2016 y acumula 80 partidos- debería ser una líder. Sin embargo, rehuye ese papel. «Técnicamente podría serlo, pero soy callada y no hablo mucho, solo me gusta hacerlo en el campo», asegura la jugadora que, en este campeonato, siente que juega por dos.

Delphine tiene una hermana gemela con la que ha crecido en el fútbol y con la que llegó a vestir la 'bleu' en categorías inferiores, Estelle es defensa central y juega en la Juventus, aunque el pasado mes de diciembre se rompió el ligamento cruzado y está en plena recuperación.

Francia necesita esta versión mejorada de Cascarino para dejar en el camino a Alemania, una selección en pleno relevo generacional que despierta dudas pero siempre es eficaz. No solo ha ganado ocho veces la Eurocopa, sino que sus eliminaciones han sido tres: en semifinales en 1993, en cuartos, ya con el actual formato, en 2017 y perdió la final de 2022 ante Inglaterra.

Es cierto que la goleada que le endosó Suecia (4-1) dañó a las germanas y las condenó a un duelo más duro en cuartos, a lo que se sumó el impacto de la grave lesión de su capitana, la centrocampista del Bayern Giulia Gwinn, en el primer partido ante Polonia. Al frente de la nueva Alemania, que ha perdido a referentes como Alexandra Popp, emerge Jule Brand a sus 22 años para coger las riendas después de haber marcado dos goles y haber dado dos asistencias en la fase de grupos en la que las germanas acabaron segundas. Poderosa, rápida y técnica, acaba de firmar por el Olympique de Lyon y esta noche tendrá que amargar a la lateral de Francia, Selma Bach, «pero no hablo con rivales», zanja la alemana.

Francia asesta el golpe a una gris Inglaterra y le complica la vida en el grupo de la muerte

Actualizado Sábado, 5 julio 2025 - 23:25

Francia puede asustar por la facilidad y la clarividencia con la que derrotó a Inglaterra, pero las campeonas, no. El duelo más igualado de la primera jornada lo liquidaron las francesas en dos jugadas a la media hora de la primera parte ante las que Sarina Wiegman nada pudo hacer. No logró evitar que le endosaran su primera derrota como entrenadora en la fase final de una Eurocopa (2-1).

El calendario reservó un plato fuerte para cerrar la primera jornada. En todos los campeonatos hay un grupo de la muerte y en este emparejó a dos campeones, Inglaterra y Países Bajos, con un serio aspirante, Francia, semifinalista en 2022, y la debutante Gales. Las neerlandesas cumplieron, ganaron 0-3 y se pusieron en ventaja. Pero la gran batalla se iba a librar en Zúrich.

Nadie duda de que las inglesas, vigentes campeonas, son uno de los equipos a batir y arrancaron el partido respondiendo a esa premisa. Presión asfixiante y Russo escapándose por banda para asistir a Lauren James para que armara un disparo que se le fue alto. Sin respiro, la jugadora del Chelsea puso un centro al segundo palo al que no llegó por poco Hemp. Lograron lo que querían, un gol en 15 minutos, pero el rechace de la guardameta Peyraud-Magnin que cazó Russo había nacido de un fuera de juego. Francia aguantó y fue aterrizando el duelo hasta metérselo en el bolsillo con comodidad pese al gol inglés en el minuto 87.

Dos goles en tres minutos

Poco a poco fue creciendo el equipo de Laurent Bonadeu, en pleno relevo generacional. Mientras Inglaterra se descosía y se olvidaba de la presión, confiada sólo en los contragolpes, las francesas iban encontrando las grietas. No era difícil, porque el centro del campo inglés se volvió transparente e incapaz de mantener la pelota, para preocupación de Sarina Wiegman.

Creció la capitana Karchaoui, que probó primero con un golpeo lejanísimo y después recogiendo un balón a la espalda de la defensa de Bacha que la dejaba que pudieron despejar las inglesas antes de que encarara la portería de Hampton. Las bleus estaban envalentonadas. Bacha se incorporó para soltar una volea a la mediavuelta y Di Almeida, desde el costado derecho, se plantó en el área para empujar un balón que salvó con el pie la guardameta del Chelsea. Rondaban el gol y encontraron dos en tres minutos.

De Almeida, eficaz en la recuperación de cada pelota dividida, puso un pase en profundidad por banda a Cascarino para un centro raso que embocó Katoto. Inglaterra volvió a estar muy blanda, como en buena parte de los 36 minutos anteriores, y se llevó otro mazazo cuando Russo, reclamando falta de Lakrar, perdió otro balón que acabó en las botas de Sandy Baltimore para, desde el lateral izquierdo del área, tumbar a las dos centrales, Greenwood y Williamson, y batir de nuevo la portería.

Sarina Wiegman, preocupada en el banquillo.

Sarina Wiegman, preocupada en el banquillo.EFE

Francia había hundido a Inglaterra en un abrir y cerrar de ojos. No reaccionaron ante los dos goles y tampoco pudieron hacerlo en la segunda mitad. Dominaron más, eso sí, pero para entonces las francesas estaban cómodas en defensa y apostando por las transiciones... O confiando en que los nervios les jugaran una mala pasada a las británicas. Casi les pasa cuando Mead erró en una entrega a sus defensas y Grace Geyoro armó un tiro que casi no pudo blocar Hampton. La propia jugadora del PSG probó de nuevo cuando Jean-François la asistió al corazón del área, pero la portera anduvo despierta. No tenía otro remedio.

Mientras, en el banquillo protestaban por un arbitraje de la sueca Tess Olofsson y del VAR, que pitó un justísimo fuera de juego que anuló en primer gol inglés, no consideró falta a Russo el robo del que nació el segundo gol de las galas ni expulsó con roja directa a Karchaoui por una fea entrada a la delantera del Arsenal.

Las francesas, contenido el primer empuje de rabia de una de las actuales campeonas, volvieron a lo suyo, a incomodarlas de todas las formas que fuera posible. Mandó Wiegman al campo a Agyemang con un papelito para Lucy Bronze que pareció ser la orden de arrebato. Se volcó Inglaterra y llegó el tanto de Walsh, que sólo maquilló la derrota.