Rumanía firma tablas ante Eslovaquia y se mete como primera de grupo

Rumanía firma tablas ante Eslovaquia y se mete como primera de grupo

Actualizado Miércoles, 26 junio 2024 - 20:16

Rumanía y Eslovaquia firmaron un empate que puso una sonrisa en la cara de sus respectivos futbolistas. Con matices. El 1-1 les valió a los rumanos para alzarse con el primer puesto del grupo más parejo, mientras que los eslovacos, por su parte, se aseguraron su pase a octavos como uno de los cuatro mejores terceros, a pesar de que, de hecho, suyo fue el primer gol del partido.

Duda, con un medido cabezazo culminó una precisa asistencia de Kucka cuando el crono se acercaba a los primeros 25 minutos de partido. Fue la apertura del marcador, pero en la recta final del primer tiempo, Marin, transformó un penalti sobre Hagi, y ponía un empate no se movería hasta el final. El encuentro tuvo una primera parte más abierta y una segunda marcada por las lógicas precauciones de unos y otros.

Eslovaquia dejó muy claras sus intenciones desde el arranque del duelo firmando la primera de muchas aproximaciones a la portería rival a las que les faltaron concreción en el remate. Pero, en la primera en la que encontraron los tres palos, el 1-0 subió al marcador. Rumanía había probado previamente la solvencia de Dúbravka, que había tenido que emplearse en varias ocasiones ante Ratiu.

Nada pudo hacer, en cambio, para evitar que Marin pusiera el 1-1 en el luminoso al transformar un penalti de Hancko sobre Hagi, finalmente concedido a instancias del VAR, cuando el colegiado, el alemán Daniel Siebert, había considerado en primera instancia que la falta se había producido fuera del área.

Por mucho que sobre el papel el empate les valiera a ambas selecciones para alcanzar los octavos de final, tanto Eslovaquia como Rumanía, lejos de especular, saltaron al terreno de juego en la segunda parte más que dispuestos a buscar la portería rival.

Así lo demostraron tanto Haraslin como Marin, cuyos intentos fueron bien contrarrestados respectivamente por Nita y Dúbravka. También tendría que estar muy atento el eslovaco para desbaratar con el pie un duro disparo de Strelec.

Unos y otros insistieron en mantener todo un intercambio de golpes, únicamente deslucido durante unos breves instantes por un intenso aguacero. Poco a poco, a medida que el cronómetro se acercaba al final del tiempo reglamentario, la intensidad dio paso a las lógicas precauciones. Nadie quería cometer un error que pudiera salir carísimo y el marcador, a la postre, no volvió a moverse.

Shaparenko y Yaremchuk rescatan a Ucrania y ponen contra las cuerdas a Bélgica

Actualizado Viernes, 21 junio 2024 - 17:35

Shaparenko hizo volar una pelota como si con ella construyera un escudo para proteger de las bombas su casa en Velyka Novosilka, la zona cero de la guerra y arrasada por los rusos. La recogió la bota de Yaremchuk para, ante la pasividad de Skriniar y las incomprensibles dudas de Dubraka, enviarla al fondo de la red custodiada por una grada en amarillo y azul entregada. Ese gol le daba a Ucrania daba la primera victoria y la vida en un grupo muy igualdo donde Eslovaquia había salido respondona.

Los italianizados de Calzone vencieron a Bélgica y encarrilaron el partido, y parecía que los octavos, con suma facilidad. Esta vez Lunin vio desde el banquillo cómo al meta del Benfica Trubin le cercaban los eslovacos. Un disparo cruzado de Schranz y una falta directa de la lateral Hancko, en quien ha puesto sus ojos el Atlético de Madrid, avisaron a Ucrania de que tenía que espabilar. Un centro que no pudo cazar Dovbyk fue todo su peligro antes del gol de Eslovaquia. Nació de un saque de banda de Hancko buscando la carrera del veloz Haraslin en la banda izquierda que, sin pensar, la puso al segundo palo donde apareció Schranz. Calzone ya tenía la ventaja que buscaba para jugar como ante los belgas, aparado en el orden defensivo.

Ucrania o reaccionaba o preparaba las maletas. Envolverse en la bandera, tener a Shevchenko en el palco y ver cómo los estadios por los que pasa se tiñen de azul y amarillo no es suficiente. Necesitaban fútbol y goles. Apareció Mudryk, tan atolondrado como en el Chelsea, tuvo un mano a mano con Dubraka y otro Dovbyk, más fallón que en el Girona, que evitaron entre Pekarik y Skriniar. Ucrania, con el peso de la responsabilidad, crecía a trompicones y le dio para que Tymchyk estrellara un tiro cruzado en la base del poste y que Trubin atajara un disparo de Haraslin.

El paso por el vestuario espoleó a los ucranianos, que se merendaron a Eslovaquia durante muchos minutos. Pensaba Calzone en que la victoria permitía pactar el pase a octavos con Rumanía cuando Dovbyk vio escaparse a Zinchenko por la banda izquierda para asistir al punto de penalti a Shaparenko, que no tembló para igualar el marcador y acabara con las cuentas de la lechera del italiano.

Ese gol fue deshaciendo a Eslovaquia, que perdió a Hancko por lesión y se vio sometida. Y eso que Rebrov miró a su banquillo y no tembló el pulso para sentar al capitán Yarmolenko y al pichichi Dovbyk. El ex del Valencia tuvo una contra perfecta con Mudryk que acabó rozando el poste porque salvó Dubraka. La siguiente ya no pudo. Volvió a aparecer Shaparenko para hacer llover un balón que Yaremchuk convirtió en el gol de la victoria. Estalló el estadio en Dusseldorf en gritos de ¡Ucrania, Ucrania! que no sólo eran de ánimo, sino de orgullo de pertenencia.

El misterio de Bélgica: deshecha por Eslovaquia con De Bruyne desconcertado y Lukaku fallón

Actualizado Lunes, 17 junio 2024 - 20:45

Qué le ocurre a Bélgica en las grandes citas es un misterio que bien merecería la atención de Hergé como guión de una de las aventuras de Tintín. Una selección que aún tiene a De Bruyne y a Lukaku y a la que asoman con descaro Doku, Bakayoko y Openda no puede hacer una clasificación brillante y esperanzadora y arrancar una fase final en modo depresión. Eslovaquia le sacó los colores en un partido en que la portería se le hizo diminuta a Lukaku y que el VAR remató con alguna jugada polémica. Con Rumanía vapuleando a Ucrania, el grupo se aprieta y los belgas se descuelgan.

Se pellizcaban los belgas en la grada preguntándose cómo era posible que en un pispás se hubieran visto con el marcador en contra cuando habían arrancado el encuentro volcados en el área eslovaca del Frankfurt Arena. Pero fueron los hombres Francesco Calzona quienes gobernaron el partido y lo llevaron a sus zona de confort. Contuvieron la primera escapada de Doku que, empujado por la enfurecida a la hinchada de los Diablos Rojos, se asociado con De Bruyne para inventar una jugada que acabó con un disparo a bocajarro de Lukaku salvado con Dubravka. Fue la primera y le siguió otra cuando un mal control en carrera del gigante belga habilitó a Trossard para volver a probar al meta del Newcastle. Parecía cuestión de tiempo que Bélgica afinara, pero antes se equivocó groseramente y lo pagó.

En el pico del área pequeña, Doku quiso jugar la pelota y Kucka apareció para robársela. Su disparo lo desvió Casteels (a Courtois lo dejó Tedesco en casa frente a la tele), sin poder evitar que apareciera Schranz para abatir su portería. Con Eslovaquia en ventaja, a Bélgica el partido se le atragantó.

Gol de Schranz.

Gol de Schranz.T. HADEBEAP

No encontraba a De Bruyne para girar el juego y romper una estructura defensiva fortalecida por el resultado. Dos veces probó Trossard sin demasiada fe, una atajada por un esforzado Schranz y otra enviada a la grada tras un error en el inicio de juego de Dubravka. No encontraban cómo salir del aturdimiento ante un rival que tenía el plan clarísimo: impedir que hilvanaran y encontraran de manera cómoda la endiablada velocidad de sus extremos. Eso llevaba a Bélgica a la precipitación, con un cabezazo tímido de Onana en el área antes de que Casteels mantuviera la distancia con una mano salvadora a un disparo de Haraslin. Estaban incómodos, pero el resultado abierto. Tanto que Lukaku tuvo el empate en un mano a mano con el meta eslovaco al filo del descanso.

No le quedaba más remedio a Domenico Tedesco que revolucionar su once. Cambió de banda a Doku buscando la debilidad de Pekarik visto que no podía con Hancko en el flanco derecho. En lo que tardó en ajustarse Eslovaquia se fabricó Lukaku un disparo cruzado que salvó el portero del Newcastle, héroe aunque el MVP fuera Lobotka por la manera en que se merendó a Mangala y Onana cuando buscaban a De Bruyne.

El capitán fue apareciendo al tiempo que su fuerza de agotaba, pero resultó suficiente para encerrar a los correosos eslovacos. En un córner, Onana apareció para tocar en el segundo palo y que emergiera otra vez Lukaku para empujarla al fondo de la red. El VAR cazó que lo hizo en fuera de juego y volvió a oscurecerle la luminosa tarde de Frankfurt. No sería la única vez.

Reestructuró Tedesco todo su ataque, con todo lo que tenía a mano, Lukébakio, Openda y Bakayoko, para seguir estrellándose contra un muro. Incapaz de jugar, colgó balones. Uno lo sacó Hancko bajo palos, el otro, en el minuto 80, el VAR porque vio mano de Openda antes de iniciar la carrera y asistir a Lukaku. Otra vez, Bélgica a contrapié.