Alcaraz huye de su pesadilla y ya está en octavos de Roland Garros: “Hoy no he disfrutado”

Actualizado Sábado, 31 mayo 2025 - 00:06

Nunca había sido abucheado Carlos Alcaraz en Roland Garros. Quizá por su aura de campeón, quizá por su juego vistoso, quizá por un cariño heredado de Rafa Nadal, siempre había sido aplaudido, alabado, incluso querido. Pero este viernes llegó su primera bronca. "¡Buuuh!", atronaron las gradas de la Philippe Chatrier cuando, al principio del cuarto set, el español se desesperaba y chutaba una pelota. "¡Carlos, cojones!", gritaba un español para rematar la escena. Luego habría reconciliación, vaya si la habría, porque la reprobación no era gratuita, era necesaria.

Alcaraz revivió este viernes la pesadilla que le llevó este mismo año a perder los cuartos de final del Open Australia ante Novak Djokovic. Otra vez un adversario que sufre una lesión, otra vez el frío en las piernas por la espera, otra vez la incertidumbre. Demasiadas preguntas: ¿Está bien? ¿Puede jugar? Como le pasó ante ‘Nole’ en enero, ante Damir Dzumhur en tercera ronda de Roland Garros, el español desconectó en el parón para que su adversario fuera atendido y lo pagó caro. Para los días que vendrán, como los octavos de final del domingo ante Ben Shelton, ya tiene una hora más de esfuerzo en el cuerpo. Al final ganó, por 6-1, 6-3, 4-6 y 6-4, pero del susto se acordará. Porque volvió a pecar de inocente. Porque jugó con fuego y se quemó.

En la primera media hora, mucho antes del rarísimo desenlace, su adversario estaba frustrado, abría los brazos en busca de un milagro: era imposible. Con una buena derecha, velocidad y carácter, a Dzumhur le faltaban argumentos para dominar los intercambios y Alcaraz volaba. Con la inercia de su excelente actuación en la segunda ronda ante Fabian Marozsan, en el primer set todo lo que hacía rebosaba fuerza y precisión, especialmente los saques, pero en los dos siguientes fue bajando el nivel. Ahora una mala decisión, ahora un fallo inesperado. Con el público nocturno -y por lo tanto especialmente animoso- de la Philippe Chatrier celebrando todo logro de Dzumhur, el español se apagó.

En el segundo set ya concedía algunas opciones de 'break', pero en el tercero, después del parón médico reclamado por el bosnio, ¡puf!. "¡Mueve las piernas!", se gritaba a sí mismo mientras mantenía cierta discusión con su equipo. Recuperado de sus dolores, Dzumhur cambió su estilo de juego, asumió más riesgos, golpeó más profundo y le funcionó. Su primera rotura de servicio le valió para ganar el tercer set y la segunda para liderar el cuarto. Al final, Alcaraz supo centrarse, salir del agujero en el que estaba, remontar y pasar a la siguiente fase.

"Hoy no he disfrutado, hoy he sufrido", aceptó al acabar el encuentro, cuando analizó: "Por eso los partidos de Grand Slam son tan difíciles. Necesitas estar concentrado durante más de dos horas. En los dos primeros sets me he encontrado muy bien, pero después me faltaba la energía".

En octavos se encontrará con Ben Shelton, su primer adversario de peso, el número 13 del ranking mundial. En sus dos enfrentamientos previos, Alcaraz ha vencido sin mácula, pero el estadounidense llega esta vez en buena racha en tierra batida después de haber alcanzado la final del ATP 500 de Múnich.

Jessica Bouzas, la sorpresa en Roland Garros y el truco para sobrevivir en todos los Grand Slam: “No se achica nunca”

Actualizado Viernes, 30 mayo 2025 - 18:22

Aparece Jessica Bouzas en la Suzanne Lenglen, la segunda pista de Roland Garros, un recinto enorme donde caben más de 10.000 espectadores, y sonríe. No es una sonrisa nerviosa ni mucho menos. Sonríe como quien sabe que va a disfrutar y va a hacer disfrutar. La sonrisa del jugón, que decía Andrés Montes. Sólo tiene 22 años y está en su segunda participación en el torneo, pero se lo goza. Por eso es la única acompañante española de Carlos Alcaraz y Paula Badosa en el torneo; entre los dos cuadros ya no quedan más representantes, sólo ella. Por su ranking, la número 68 del mundo, es una sorpresa, pero al mismo tiempo no lo es tanto.

El año pasado ya llegó a tercera ronda en Wimbledon y en el US Open. Sus resultados en torneos pequeños son muy modestos, este año lleva 12 victorias y 12 derrotas, sólo tiene un título WTA -el año pasado, en el WTA 125 de Antalya-, pero en las grandes citas, ¡ay, en las grandes citas!

«Le encantan las pistas grandes y más si juega contra una de las mejores del mundo. Se nota que vale para esto. En partidos así, es valiente, es agresiva, es cuando saca su mejor tenis», analiza Anabel Medina, ex capitana española de la Billie Jean King Cup que ha compartido con Bouzas entrenamientos y concentraciones y que ahora la ve llegando a la segunda semana en París. Este sábado se enfrenta a la estadounidense Hailey Baptiste en tercera ronda (no antes de las 13.30 horas, Eurosport y Max), una rival con un ranking parecido y un tenis parecido al suyo, y si vence, en octavos de final, se mediría a la vencedora del duelo norteamericano entre Madison Keys y Sofia Kenin.

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«Tiene una tercera ronda agradable y margen para ganar más partidos. Es increíble cómo se crece en estos escenarios, no se achica nunca y eso le beneficia. Ganar en los Grand Slam te da más puntos y te ayuda económicamente, pero también aumenta tu repercusión e incluso tu nombre en el circuito. Las rivales te respetan más si eres capaz de ganar aquí», cuenta Carla Suárez, actual capitana española de la Billie Jean King Cup y analista para Eurosport y Max.

"La alegría que no se ve a otras"

Bouzas, de Vilagarcía de Arousa, amante de los caballos, futbolista de niña, es tenista por su padre, que le animó a probar el tenis en el Club de Tenis O Rial, y por su madre, que le acompañó cuando sólo tenía 13 años a vivir junto a la Academia de David Ferrer en La Nucía. Allí destacó como junior y empezó a visitar torneos Futures, tanto que en poco menos de dos años, entre 2021 y 2023, ganó 11. Luego vino el profesionalismo y su actual éxito en los Grand Slam, aunque todavía busca la constancia fuera de ellos.

«Es una jugadora que puede llegar a más porque tiene mucha potencia, mucha fuerza, pese a no ser muy grande [mide 1,70 metros]. Tira muy duro tanto de derecha como de revés y defiende muy bien», analiza Medina. «Fuera de la pista le caracteriza una alegría que no se ve a otras jugadoras. Sabe cuando diferenciar el momento del cachondeo y el momento del trabajo, pero es una persona con la que siempre te lo pasas bien. Con ella siempre hay risas y eso en el tenis profesional, con tanta tensión, es muy bueno», finaliza Suárez, que la hizo debutar el mes pasado con España en la victoriosa eliminatoria previa de la Billie Jean King Cup ante Brasil y República Checa.

La "revolución" de la raqueta que une a Nadal y Alcaraz: bordes aerodinámicos y un cordaje "como neumáticos de lluvia"

La “revolución” de la raqueta que une a Nadal y Alcaraz: bordes aerodinámicos y un cordaje “como neumáticos de lluvia”

«Recuerdo cuando lo conocí, él tenía 15 o 16 años. Ya le habíamos firmado un contrato internacional a los 12 años, que era algo inusual. Con muchos jóvenes llegamos a acuerdos locales, les suministramos raquetas durante la temporada, pero a él ya se le veía algo más, algo especial. No podíamos pensar que iba a ganar 14 veces Roland Garros, pero destacaba en su categoría. Me explicó que llevaba jugando con nuestras raquetas desde los nueve años por influencia de Carlos Moyà, que también las utilizaba». En una casa a unos metros de Roland Garros, la casa Babolat, Eric Babolat, tataranieto del fundador de la marca francesa con su apellido, explica a EL MUNDO un detalle olvidado del legado de Rafa Nadal en el tenis.

Presente en el homenaje del pasado domingo, el CEO reconoce que de su figura quedan los recuerdos, las enseñanzas, los valores, pero añade que también queda una cosa que se puede tocar, que sigue en las manos de los actuales tenistas. Antes de Nadal se utilizaban un tipo de raquetas, ahora se utilizan otras. «Rafa revolucionó el tenis y, en consecuencia, su material», proclama Babolat y añade la explicación: «Cuando llegó, la mayoría de tenistas golpeaban lo más recto y paralelo al suelo posible. Él hacía lo contrario, mover la bola de arriba abajo. Nos tuvimos que poner a trabajar para adaptarnos».

EM

Según se muestra en el museo de la Rafa Nadal Academy, la primera raqueta que utilizó fue una Prince, pero a los nueve años empuñó su primera Babolat. En el mítico Petits As de 2000 venció con una Babolat Pure Drive, que fue con la que debutó como profesional tres años más tarde, la misma raqueta que habían utilizado Moyà o Álex Corretja. Funcionaba, claro, pero necesitaba algo más.

"Pedía más y más efecto"

«Pedía a los ingenieros más y más efecto. Hasta ese momento un golpe con top spin era un recurso defensivo, pero Rafa lo convirtió en un ataque. Para ayudarle creamos una raqueta nueva llamada Aero, con una aerodinámica especial para él», rememora Babolat y señala las diferencias entre una y otra raqueta. A simple vista parecen iguales, pesan más o menos lo mismo, pero son totalmente distintas: entre otros detalles, la clásica Pure Drive tiene los bordes planos y la Aero los tiene redondeados. Eso permitía a Nadal cortar el viento y acelerar más sus golpes, es decir, «más y más efecto». Pero su «revolución» no acabó ahí.

«Babolat nació como una empresa de cuerdas. El tenis se inventó en 1874 y mi tatarabuelo, Pierre Babolat, inventó el cordaje para raquetas en 1875. Ahora celebramos nuestro 150 aniversario. Si la raqueta es el chasis, el cordaje es el motor y, por eso, para Rafa, lanzamos un cordaje especial muy innovador llamado RPM Blast. En lugar de ser cilíndrico, liso, como antes, es hexagonal, tiene textura, como un neumático de lluvia. Eso le permitía dar más efecto aún», detalla Babolat, que destaca que las innovaciones creadas para Nadal ahora son aprovechadas por los mejores tenistas del mundo.

BABOLAT

Carlos Alcaraz, que hoy se enfrenta en tercera ronda a Damir Dzumhur (20.15 horas, Eurosport), utiliza una raqueta Aero, al igual que otros en el Grand Slam como Holger Rune o Arthur Fils. Garbiñe Muguruza, también tenista de Babolat, utilizaba en cambio una Pure Drive, aún la preferida por quienes buscan más potencia. Diferenciarlas es fácil: la Aero es negra y amarilla y la Pure Drive, negra y azul.

"No nos pide grandes cambios"

«Es muy curioso que justo cuando acababa la carrera de Nadal aparecería Alcaraz, con quien tenemos una relación muy parecida. Cuando empezaba a jugar, fue a una tienda de Murcia con su padre y le recomendaron una Babolat. Luego firmó el primer contrato con nosotros en 2013, es decir, cuando tenía 10 años. Trabajamos juntos para encontrar siempre el balance perfecto de su raqueta, pero no nos pide grandes cambios como los que hicimos con Rafa. Está contento y le están yendo las cosas muy bien con el material actual», finaliza Babolat que valora su relación con España desde que patrocinaba a sus mejores tenistas en los años 90 hasta el boom del pádel.

Hace 20 años, Babolat empezó a fabricar raquetas de pádel a petición de su delegación en España y ahora cuenta con una sede en Barcelona, una fábrica en Sant Fruitos de Bages, una estrella como Juan Lebrón y un futuro de opciones en todo el mundo: «El crecimiento está siendo exponencial. Creo que en 10 años habrá más jugadores de pádel que jugadores de tenis».

Jaume Munar estalla contra el público de Roland Garros: “Es el más molesto del mundo, un auténtico circo”

Actualizado Jueves, 29 mayo 2025 - 18:51

Hasta en siete ocasiones Jaume Munar había sido eliminado en segunda ronda en un Grand Slam, su tope, su muro, y en esa misma estancia se descubrió este jueves en mitad de una trampa. En la Suzanne Lenglen, la segunda pista de Roland Garros, seguramente la más ruidosa por la cercanía de sus 10.068 asientos, no sólo se enfrentaba a un tenista francés, Arthur Fils, también se enfrentaba a un tenista joven, impetuoso, emocional. Si las cosas le iban mal, reclamaba los gritos del público. Y, al final, claro, el partido acabó como el rosario del aurora.

Munar estuvo eliminado, luego clasificado y si acabó fuera del torneo con un marcador de 7-6 (3), 7-6 (4), 2-6, 0-6 y 6-4 fue por el ambiente. El mallorquín, apadrinado por Rafa Nadal desde su adolescencia, alumno de su academia, perdió los dos primeros sets en el tie-break, aprovechó después las supuestas molestias en la espalda de Fils para hacerse con los dos siguientes y en el último se desconcentró. Con Fils recuperado de sus dolores, que realmente parecían calambres, cedió su último saque entre gritos de los aficionados franceses que nunca le concedieron silencio.

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Pese a su carácter afable, una hora después, en la rueda de prensa posterior al partido, seguía enfadado. "Que animen al otro me parece perfecto, pero es una falta de respeto absoluta no parar de cantar, gritar tonterías e interrumpir constantemente. Aquí está el público más molesto y forofo del mundo, pesa demasiado la bandera", comentó de entrada, quien más tarde añadió: "En Nueva York y Australia entienden el deporte de otra manera. Pueden animar mucho y tener un sentido del espectáculo, pero nunca faltan el respeto a los jugadores. En este torneo, es necesario que la gente se calme un poquito porque esto es un auténtico circo".

Munar, además, cargó contra Fils y su estrategia para ser atendido cuando posiblemente no lo merecía: "Era una supuesta lesión de espalda, pero estoy convencido de que sufrió calambres. En ese caso, no podría haber sido atendido. Además, le he visto bebiendo jugo de pepinillo en los últimos parciales, así que está claro lo que ha ocurrido".

Su derrota se añadió a la desdicha de Alejandro Davidovich, que cayó ante Jiri Lehecka por 6-3, 3-6, 6-1 y 6-2, para dejar a Carlos Alcaraz solo en el cuadro español. Un registro negativo que pudo haber sido histórico: desde 1981 siempre ha habido como mínimo tres representantes -entre hombres y mujeres- en tercera ronda. Pero Jessica Bouzas y Paula Badosa salvaron la situación. Bouzas, que ya había llegado a tercera ronda el año pasado en Wimbledon y US Open, venció a Robin Montgomery por 6-4, 4-6 y 7-5. Y Badosa se rehízo de unas décimas de fiebre para remontar a Elena-Gabriela Ruse por 3-6, 6-4 y 6-4.

La polémica en Roland Garros entre jueces de línea y Inteligencia Artificial: ¿Por qué los sensores fallan más en tierra batida?

Actualizado Miércoles, 28 mayo 2025 - 22:47

En su debut en Roland Garros, Novak Djokovic hace una dejada y el juez de línea grita: «¡Out!». La bola se ha ido fuera. El juez de silla advierte la marca de la pelota sobre la tierra batida, baja a asegurarse y rectifica a su colega: ha botado sobre la lateral, ha entrado dentro. El rival afectado, Mackenzie McDonald, se queja, el árbitro da explicaciones, Djokovic interviene y se desata una discusión. ¿Fuera o dentro? La escena es tan típica que los aficionados ni atienden, pero en realidad debería sacar todos sus cámaras e inmortalizar el momento: quizá nunca más vuelva a ocurrir.

Roland Garros es el último torneo grande que renuncia a la tecnología de arbitraje y mantiene sus jueces de línea, aunque no por mucho tiempo. La Galia está acorralada. El Grand Slam francés recibe presiones para adaptarse a los tiempos y entregarse al llamado Electronic Line Calling Live (ELC Live), la evolución del Ojo de Halcón. 18 cámaras que siguen la bola y, en sólo una décima de segundo, generan con Inteligencia Artificial una imagen en 3D para avisar si va fuera. ¿Cómo resistir al avance? Pues hay motivos. Y de todo tipo.

La petición de Djokovic

«Nuestra voluntad es mantener a los jueces de línea el mayor tiempo posible. Pero son los jugadores los que deciden. Si mañana vienen y nos dicen por unanimidad que no jugarán sin la tecnología tendremos que ceder a sus exigencias», reconocía el presidente de la Federación Francesa de Tenis (FFT), Gilles Moretton, que remataba: «Pero, de momento, eso no pasa. Los jugadores no han expresado una única opinión».

Algunos como Djokovic han pedido que Roland Garros dé el paso que dieron el US Open y el Open de Australia en 2020 y que dará Wimbledon este mismo 2025. «Estoy a favor de la tecnología. Es más precisa y ahorra tiempo. Ha habido muchas ocasiones en las que los jugadores han chocado con un juez de línea» comentaba sin especificar que varias de esas ocasiones las protagonizó él, como aquel pelotazo en el US Open de 2020. Pero otros tenistas han defendido que se mantenga la presencia de los árbitros en las pistas del Bois de Boulogne. «Las dos opciones son buenas, pero en tierra batida prefiero que haya jueces porque se puede valorar el bote de la bola, dialogar con el árbitro», respondía Alcaraz este miércoles a pregunta de EL MUNDO. «La precisión de la tecnología no es la misma en tierra batida. No estoy seguro de que esté totalmente perfeccionada en esta superficie, añadía el francés Ugo Humbert y abría el debate.

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En raras ocasiones el ELC Live ha recibido quejas en los torneos de pista dura en los que se utiliza -la primera prueba fue en las Next Gen ATP Finals de 2017-, pero sobre arcilla ha generado malestar. El hecho de que la pelota deje una marca visible sobre la superficie siempre invita a la reclamación. Pero hay más razones. En tierra batida, la pelota se mancha, eso dificulta la correcta calibración del sistema, y hay más errores.

La foto de Zverev

En el Mutua Madrid Open, en su partido ante Alejandro Davidovich, Alexander Zverev protestó por un bote que el sistema señaló como dentro mientras la marca estaba claramente fuera. Para mostrarlo al mundo, llegó a sacar su teléfono, hacerle una foto y colgarla en Instagram. Ante el evidente fallo, la ATP se vio obligada a investigar lo ocurrido y aceptar que el ELC Live tiene «un margen de un milímetro de error». «Un mismo tiro puede dejar marcas diferentes dependiendo de las condiciones de la superficie, como la humedad, la densidad del suelo y cuándo se barrió la cancha por última vez», reconoció entonces Ali Nili, responsable de los árbitros del circuito, que luego sacó pecho: «Este año se ha utilizado el ELC Live en seis torneos de tierra batida, con 486 partidos, más de 75 000 puntos y más de 300.000 botes. Sólo en 76 casos un jugador cuestionó la marca, con pocas controversias».

En la eliminación de los jueces de línea también hay que contar con un posible fallo del sistema, que obligaría a cancelar los partidos, y con los puestos de trabajo que se perderían. En este Roland Garros hay 320 jueces, la amplía mayoría locales. La FFT defiende que muchos se convertirán en jueces de silla y que, sin ese paso intermedio, es posible que el tenis se quede sin árbitros. De momento Roland Garros resiste, pero el avance de la tecnología, con todo lo que conlleva, parece imparable.

Alcaraz ofrece su magia a una Chatrier infantil y ya está en tercera ronda de Roland Garros

Actualizado Miércoles, 28 mayo 2025 - 16:17

En una esquina de la segunda grada de la pista Philippe Chatrier, arriba del todo, hay una clase de segundo o tercero de Primaria. Son unos 20 niños y niñas y todos llevan petos fosforitos para no perderse: unos van de naranja y otros, de amarillo. Llegaron andando a primera hora desde una escuela cercana, la Denfert-Rochereau, y aprovechan que mañana es festivo en Francia, Jueves de Ascensión. No paran. Es lo que les toca, no paran.

Hay uno rubio que después de cada punto de Alcaraz levanta los dos brazos y grita "¡Allez, Carlos!" y en todo el partido Alcaraz suma muchos, muchos puntos, concretamente 121. Ocupan toda una fila y los dos del final, los que están más lejos del profesor, no paran de empujarse. De vez en cuando incluso cae un puñetazo. El caso es que todos alucinan. Hay algunos concentrados en el juego, otros sólo miran de vez en cuando, pero todos flipan con Alcaraz y su magia.

A mediados del tercer set, el español, ya vencido, llega a una bola imposible, conecta un pasante paralelo por fuera de la red y los críos no pueden más que abrir la boca. "¡Oh!", entonan todos. Luego preguntan: "¿Eso vale?". El público francés se ha quedado tan anonadado que no lo celebra hasta que el propio Alcaraz mira al tendido, levanta los brazos y reclama su aplauso. Desde el primer punto hasta el último, los niños parisinos disfrutan de la Carlos Alcaraz Experience; cuando se van a casa, ya tienen un nuevo ídolo.

Alcaraz también canta

Este miércoles en un ambiente de verbena en París, con mucha juventud en las gradas de la Chatier, Alcaraz venció en segunda ronda al húngaro Fabian Marozsan por 6-1, 4-6, 6-1 y 6-2 y la victoria fue casi lo de menos. De hecho, quien observe el marcador e incluso lea alguna estadística, como sus nueve bolas de break no convertidas, podrá pensar que fue un partido peliagudo para él, pero todo lo contrario.

En su regreso a la central después de debutar en la Suzanne Lenglen, el español sintió la bola como propia, disfrutó con la raqueta, dibujó golpes de artista. Marozsan ayudó con su gusto por la dejada, un recurso que utilizó hasta en 24 ocasiones, pero Alcaraz puso mucho de lo suyo. Hubo algunos despistes, como esa ruptura inicial que le costó el segundo set, y alguna tarea pendiente, como rematar esas opciones de 'break', pero pelillos a la mar. Para las siguientes rondas, como la próxima, ante el ganador del duelo entre Giovanni Mpetshi-Perricard y Damir Dumhur, ya hay que contar con el Alcaraz más jugón.

"¡Popopopopopopo!", cantó Alcaraz antes de abandonar la pista, después del partido, sabiendo leyendo el ambiente. "¡Olé!", le respondieron, como no podía ser de otra manera. "Me encanta jugar aquí", aseguró después de analizar el partido: "En el primer set me he encontrado genial, con mucha confianza, pero en el segundo Fabian ha empezado a jugar muy agresivo, tomando muchos riesgos. Me ha costado volver a mi juego, pero en el tercer y cuarto set lo he conseguido".

Alejandro Davidovich: “Antes decidían por mí, no era mi vida; ahora hago lo que me gusta y nadie me juzga”

Actualizado Martes, 27 mayo 2025 - 22:51

En Roland Garros sólo hay dos salas de prensa así que el resto se improvisan. Con jardineras y plafones, basta un micrófono y unas sillas para que los tenistas, normalmente los menos conocidos, contesten unas cuantas preguntas. Allí, en la temporal sala 3, aparece Alejandro Davidovich y su ronda acaba rápido. Pocos medios le interpelan. Está entre los 30 mejores del mundo y ya en segunda ronda, donde mañana se enfrentará a Jiri Lehecka, pero a sus 25 años sigue siendo un tenista por descubrir, un outsider, un secundario.

«Me da igual. No estoy al tanto si la gente me conoce más o menos. Obviamente, si hago un gran resultado, si llego a las rondas finales, habrá más aficionados siguiendo mis partidos», comenta en conversación con EL MUNDO un tenista que en los últimos meses lo ha cambiado todo: su entrenador y el resto de su equipo, su manager y hasta su lugar de residencia. De su Málaga, donde nació, hijo de padres rusos, a Montecarlo, donde vive ahora. «¿Tenemos tiempo?», pregunta cuando se le cuestiona por el motivo de tan drástica transformación.

Tenemos tiempo.
Desde hacía unos años yo ya veía que siempre hacía lo mismo, las mismas rutinas, los mismos errores, los mismos aciertos, y ya no disfrutaba del tenis. Mi nivel no mejoraba, estaba estancado. Mi entrenador de toda la vida, Jorge [Aguirre], me dijo que si me iba de Málaga no seguiría conmigo así que no me atrevía a dar el paso. Pero el año pasado, después del Mutua Madrid Open, me decidí. Pasaron cosas personales, hubo cosas en mi equipo que no me gustaron y pensé que era el momento de cambiar.
¿Qué ocurrió?
Algún día se revelará, pero prefiero no hacerlo ahora.
¿Cómo se construye otra vida?
Es muy difícil. El mayo pasado empecé a entrenar con [Fernando] Verdasco y estuvimos varios meses juntos, pero él vive en Doha y la logística era complicada. Me quedé con David Sánchez, con quien ya había trabajado, y buscamos otro entrenador, que finalmente fue Félix [Mantilla]. Como me marché a vivir a Montecarlo también tuve que hacer una búsqueda de nuevo fisio y nuevo preparador físico. Fueron meses de mucho estrés fuera de la pista.
¿Por qué se fue a Montecarlo?
En Málaga me faltaba gente para entrenar y en Mónaco viven muchos de los mejores tenistas del mundo. Nos conocemos todos, tenemos todos los números de teléfono y sabemos quién está cada semana por allí. Es muy fácil cuadrar agendas para un entrenamiento y, si no se puede, también hay muchos juniors de nivel. Me alquilé un apartamento y me lancé al cambio. Decidí escoger yo mismo mi camino.
¿Antes no lo hacía?
Antes decidían por mí, ahora decido yo. Antes no era mi vida y ahora sí lo es. Hago lo que me gusta y nadie me juzga por lo que hago. Estoy tranquilo, estoy feliz y estoy en paz conmigo mismo. No tengo malos pensamientos a mi alrededor. Cuando voy a entrenar, doy el máximo y si ese día es un 70%, doy el 70%.

Los sacrificios del tenis

A raíz del documental de Alcaraz, hablamos estos días de lo mucho que exige el tenis.
No he visto el documental. El tenis es un trabajo que te cuida y te da mucho. Pasas mucho tiempo fuera de casa, no ves a tu familia o tus amigos, pero al final es un trabajo más. Serán unos pocos años y, cuando me retire, ya podré hacer lo que quiera en la vida. Es un sacrificio, pero también lo son otros trabajos y duran mucho más tiempo. Hace unos años yo también luchaba un poco con eso, pero cuando lo entiendes lo ves de otra manera. Irme a Mónaco me ha abierto mucho la mente en ese sentido, me he entregado más al tenis, ha cambiado mi visión de la vida.
Ha vuelto a estar entre los 30 mejores del mundo. ¿Cuál es su techo?
Lo veremos este año. Todos los años hacía un pronóstico de cómo acabaría y en éste no lo he hecho. Me gustaría acabar en el Top 10, pero todavía queda mucha temporada por delante. Nunca he entrado en el Top 20 y ya sería un gran paso. Para mí la Race es más importante que el ranking y ahí voy bien [decimocuarto].
«Estás jugando el mejor tenis de tu vida», le dijo Alexander Zverev en el Mutua Madrid Open después de que llegara a cuartos de final en Montecarlo. ¿Tiene razón?
No te sabría decir, pero estoy siendo constante. No tengo altibajos, juego más regular. Es un elogio, aunque entiendo que Zverev no me había visto jugar en meses y por eso dijo eso. Aquí, en Roland Garros, tengo que centrarme en seguir avanzando rondas y trabajar mi momento. Todos están jugando muy bien, están 'on fire' y será difícil.
Hace unos meses explicaba que se había aficionado a la lectura.
Bueno, no te voy a mentir, sigo viajando con los libros, pero ya no los leo. Ahora estoy en una etapa muy de Play Station. He traído el Fortnite y el FIFA y juego a uno de los dos.

Djokovic vence en primera ronda y lidera una revuelta en la central de Roland Garros: “Fermer le toit!”

Actualizado Martes, 27 mayo 2025 - 17:17

Hubo algo de revolución francesa en un cántico: "Fermer le toit!". En la Philippe Chatrier, la pista central de Roland Garros, este martes al mediodía caía una lluvia ligera, hacía bastante frío y molestaba el viento. Los jugadores, Novak Djokovic y Mackenzie McDonald, no podían ni lanzar la pelota al aire para sacar y los aficionados se abrigaban con todo lo que habían traído en busca de confort. Todos los presentes estaban a disgusto. ¿Todos? No. En el palco, se repartían unas mantas blancas muy gruesas y las autoridades parecían cómodas. Entonces empezó a sonar la revuelta. "Fermer le toit! Fermer le toit!", pedía el público, es decir, "¡Cerrad el techo!".

El juez de silla, Damien Dumusois, y los responsables de la organización del torneo hacían oídos sordos, pero entonces fue Djokovic quien alzó la voz. Y a él sí había que escucharle. En su estreno en París, el serbio se quejó a Dumusois de las dificultades para jugar al tenis y el árbitro requirió a sus superiores. En la pista central empezaron a aparecer responsables, entre ellos, Remy Azemar, el jefe de los jueces de la Federación Francesa de Tenis y en un principio aguantaron sin techo.

Thibault CamusAP

Roland Garros es un torneo al aire libre y las normas indican que para que se juegue ‘indoor’ las condiciones deben ser considerablemente adversas. Sólo si la lluvia impide el juego se puede autorizar el despliegue de la cubierta de la pista. Con 3-2 en el primer set en el marcador, Djokovic insistió e insistió para que le hicieran caso, pero no hubo manera. Volvieron las protestas, "Fermer le toit!" e igualmente la organización se mantuvo en su postura de mantener el cielo a la vista. Sólo minutos después, cuando la lluvia aumentó un poco más, Azemar autorizó el cierre y 12 minutos después la Philippe Chatrier ya tenía su tejado.

Para entonces, eso sí, el partido ya estaba decidido. La polémica despistó a McDonald que justo después del parón cedió por primera vez su servicio, perdió el primer set y se vio condenado a remontar ante Djokovic. Una misión imposible. El estadounidense, un jugador salido de su circuito universitario, carecía de golpes que pudieran intimidar al ganador de 24 Grand Slam y lo que consiguió fue a base de lucha y dejadas, muchas dejadas. Al final, Djokovic ganó por 6-3, 6-3 y 6-3 y se enfrentará el jueves en segunda ronda al vencedor del duelo entre Corentin Moutet y Clément Tabur. Entonces, seguramente, no volverá a haber revolución francesa.

Mats Wilander, tres veces campeón de Roland Garros: “Yo también salía con mis amigos, como Alcaraz”

Actualizado Lunes, 26 mayo 2025 - 23:39

Mats Wilander (Växjö, Suecia, 1964) no para en Roland Garros. Ahora entrevista a la española Jessica Bouzas después de su victoria en la Suzanne Lenglen; ahora corre hacia el puesto de comentarista de Eurosport y Max, que emite todo los partidos del torneo; ahora se fotografía frente a la Philippe Chatrier con unos aficionados que le cuentan que estuvieron presentes en su último título, el tercero, en 1988. Está en su salsa; está feliz. A sus 60 años, desciende a saltos las escaleras que bajan a la sala de prensa y, en conversación con EL MUNDO, reconoce que se siente aún en plenitud.

«Mentalmente soy un veinteañero. El año pasado cumplí 60 y fue muy importante para mí porque ya he vivido más que mi padre. Mi padre murió en 1990 a los 59 años y yo pensaba que era un anciano. Para mí tener 60 años y sentirme así es todo un éxito», cuenta y, tan metido en el papel de analista como está, empieza rápido a hablar sobre Carlos Alcaraz, Jannik Sinner y lo que vendrá.

¿Lloró durante el homenaje a Rafa Nadal?
Fue emocionante para todos. Hay que destacar que lo que hizo Nadal aquí en París, ganar 14 veces, fue único y no sólo en el tenis. Puedes buscar en cualquier deporte y te apuesto a que no hay nadie que haya dominado tanto como Rafa aquí, en Roland Garros. Es inhumano, es imposible.
Entonces, no se imagina a un Alcaraz con los mismos títulos.
Es injusto colocarle en esa comparación y él tampoco debería hacerlo. Ha ganado cuatro Grand Slam con 22 años, pero para llegar a los números del 'Big Three' tendría que seguir a este ritmo hasta 2037 o 2038. ¿Te imaginas a ti mismo en 2038? Es una trampa para él.
¿Alcaraz se parece en algo a usted?
Lo único en lo que nos parecemos es que él también es un tipo tranquilo, que quiere vivir dos vidas, la vida de un tenista y la vida de un joven normal que sale con sus amigos. En eso, nos parecemos. En la pista, en nada. Carlos se controla más y es mucho mejor en términos de tenis, de técnica, de golpes. Me gusta su estilo, pero como tenistas somos distintos.
Si el Wilander de los años 80 se enfrentase a él, ¿Cómo le ganaría?
En el vestuario. Me pasaría meses haciendo pesas, poniéndome fuerte para intimidarle y que no quisiese jugar contra mí. Ahora en serio: mi mejor yo no habría ganado a Carlos. Los tenistas de hoy son mucho mejores de lo que éramos los tenistas antes. Es otro deporte. Lo único que podría haber hecho es jugar sin errores y esperar a que él fallase.

"Su mayor rival es él mismo"

Hablaba de la vida de un joven normal. ¿Es posible mantenerla y ganar muchos Grand Slam?
Es posible, Carlos ya lo ha hecho. Tiene el talento para conseguirlo. Yo también salía con mis amigos y luego conseguía victorias sobre la pista. Los tenistas son personas y tienen sus caracteres, sus necesidades, sus inquietudes. Alcaraz enfoca el tenis de una manera distinta a Rafa o a Novak y eso es algo muy personal. Veremos con los años si le funciona.
¿Le ve celebrando su segundo Roland Garros consecutivo?
Por supuesto, es el gran favorito. Tiene un rival que se llama Jannik Sinner y otro aún más fuerte que se llama Carlos Alcaraz. A veces no entra en los partidos como debería, eso es cierto. Pero si hacemos la comparación con el 'Big Three', a su edad nadie lo ganaba todo. Federer perdió aquí una vez contra Kuerten en segunda ronda, por ejemplo. En tierra batida, Alcaraz, con los recursos que tiene con su derecha, con su facilidad para hacer dejadas, con su capacidad física... Es muy superior. Además, a cinco sets tiene margen si se despista, no es un problema. Todavía no será un paseo, como lo fue algunos años para Nadal, pero es el favorito.
¿Qué le falta a Sinner?
Sinner llegará a su nivel en tierra batida porque tiene el deseo de mejorar, no se conforma con ser número uno y ganar sobre cemento. Es muy maduro. Eso es importante. De hecho, la final de Roma ya pudo caer para cualquier lado, se decidió en aquel tie-break. Pero ahora mismo necesita aprender a jugar sobre arcilla. Siempre se mantiene sobre la línea, siempre golpea con agresividad y debe encontrar más recursos. En tierra batida no puede atacar tanto porque se expone a errores, debe dar un paso atrás y jugar también desde la defensa.
¿Qué espera de Novak Djokovic?
Tenemos que ser conscientes que este puede ser su último Roland Garros. Cuando pierda la motivación se marchará del tenis y eso puede ocurrir pronto. Necesita ganar algunos partidos aquí y ser competitivo y, luego, creo que su oportunidad llegará en la hierba. En Wimbledon tendrá su mejor opción para ver si puede seguir ganando o no. El torneo de este año en Londres puede ser definitivo para el futuro de Djokovic.

Badosa supera a Osaka en un épico debut en Roland Garros: “Sentí la fuerza de Rafa”

Actualizado Lunes, 26 mayo 2025 - 16:40

Paula Badosa sufrió lo suyo para superar a Naomi Osaka en la primera ronda de Roland Garros (6-7 (1), 6-1 y 6-4). Pese a ello, la española tuvo destellos de gran juego desde el fondo de la pista en un partido épico y dio la impresión de haber superado con creces la cadena de lesiones que arrastra desde el 2022. En segunda ronda se medirá a la vencedora del duelo entre Mccartney Kessler y Elena-Gabriela Ruse.

El partido se disputó en la pista central, la misma en la que el domingo se celebró el homenaje a Rafael Nadal ante 18.000 espectadores, que fueron llenando poco a poco su aforo ante el juego vibrante y desequilibrante de las dos tenistas que acabó levantando a la gente de sus asientos.

El primer set fue un pulso de igual a igual entre la española, número 10 mundial, y la japonesa, número 49, que se fue creciendo con derechazos desde el fondo de la pista y sus ocasionales subidas a la red. Badosa arrancó con falta de ritmo y tal vez temerosa de forzar excesivamente su físico, pero fue entrando en juego y dispuso incluso de una bola de "break" con el marcado 6-5 a su favor.

La remontada de Badosa

La japonesa superó el trance, forzó el "tie break" y ahí se comió literalmente la española con un inapelable 7-1. Con todo a su favor, Osaka cayó de pronto en un agujero de juego, con una sucesión de dobles faltas y errores no forzados que fueron aprovechados por Badosa para romperle el servicio y ponerse como un tiro en 5-0 a su favor. La japonesa solo dio señales de vida al final, para dejar el marcador 6-1 a favor de la española en el segundo set.

DIMITAR DILKOFFAFP

La tercera tanda fue un 'remake' del primer set, con las dos tenistas imprimiendo un punto aún más agresivo a su juego, y un marcador oscilante que pudo haber caído hacia uno y otro lado. Badosa mostró una solidez en los puntos clave de la que fue capaz su rival, que alternaba cruzadas fulminantes con fallos inexplicables.

La española volvió a romper el servicio y logró despegarse con 4-3 y con el saque a su favor. Salvó una bola de 'break', tembló con una doble falta, pero volvió a mostrar consistencia en el momento de la verdad con un 5-3 que abría el camino a la victoria. El último juego lo abrió con dos 'aces'' consecutivos y los remató con una subida decisiva a la red y una muestra final de júbilo y confianza entre los "olés" de los espectadores españoles.

"Sabía que tenía que ser consistente porque partidos como éste se deciden en los pequeños detalles", declaró Badosa a pie de pista y añadió: "Sabía que tenía que seguir y seguir... Disfruté mucho y estoy muy agradecido al público, que me mandó mucha energía. Sentí también la fuerza de Rafa".