Y el caballo no quiso saltar: Laura Heredia cierra la lista de desgracias en los Juegos Olímpicos

Actualizado Domingo, 11 agosto 2024 - 12:57

Laura Herediacerraba los ojos y respiraba profundo, muy profundo, mientras su ayudante y hermano, Aleix Heredia, la animaba. "¡Hasta el final, Lau!", le gritaba, pero la final de pentatlón moderno se había acabado para ella. Y lo peor es que no había sido su culpa. En la primera prueba, Dollar us d'Ecly, un caballo de 11 años de la Guardia Republicana, de raza francés de silla, no quiso saltar bajo sus órdenes y arruinó todas sus opciones. En el primer obstáculo frente al palacio de Versalles, Heredia se precipitó, nerviosa, y en el tercer obstáculo ya se vio la descoordinación entre jinete y caballo: un listón se fue al suelo y, a partir de ahí, un desastre. Al quinto obstáculo, Dollar us d'Ecly se frenó en seco y adiós. La española no sumó ninguno de los 300 puntos posibles e incluso se despidió del diploma.

Después se rehízo mínimamente en la esgrima y encaró la natación y la laser run, su punto fuerte, con el único objetivo de no acabar última en la final. Lo logró: fue penúltimo, decimoséptima. En todo caso iba a ser la mejor posición de la historia de una española en el pentatlón moderno porque Heredia era la primera española en unos Juegos.

Quedaba como consuelo que el mal trago no volverá a pasar. La prueba de hípica en el pentatlón moderno siempre ha sido muy criticada en los Juegos por dos motivos: en primer lugar por su aleatoriedad, ya que los equinos se reparten a suertes y no conocen al jinete que los montará -sólo tienen 20 minutos para calentar- y en segundo lugar, y más importante para el Comité Olímpico Internacional (COI), por su elevado coste. Desde hace varias ediciones se intenta eliminar o modificar su presencia y eso finalmente ocurrirá en los Juegos de Los Ángeles 2028. Allí en lugar de hípica el pentatlón moderno comenzará con una especie de carrera de obstáculos a pie, una Spartan Race, todavía por definir. Heredia, de 24 años, podría estar allí y desquitarse de la adversidad que le llevó a cerrar la lista negra de España en los Juegos.

Con la cruel lesión de Carolina Marín en las semifinales del bádminton como imagen inolvidable, también hubo los declives de Mar Molné en el tiro, Jon Rahm en el golf, el 470 en la vela e incluso la selección femenina de fútbol cuando ya tenían la medalla casi asegurada o las derrotas de favoritísimos como la taekwondista Adriana Cerezo, el judoca Niko Shera o la piragüista Antía Jácome.

Laura Heredia y aquel maldito hotel en Tokio: “Parecía que estaba en una película”

Actualizado Viernes, 19 abril 2024 - 10:20

Nunca ha sido olímpica. O sí.

Nunca ha estado en Tokio. O sí.

En los últimos Juegos Olímpicos, Laura Heredia vivió una experiencia rarísima; tenía esperanza y, al mismo tiempo, sentía tristeza. «Parecía que estaba en una película», admite.

El día de la inauguración de los Juegos de Tokio, Laura Heredia estaba en Tokio, pero no en la Villa Olímpica, si no en un hotel desde donde veía toda la ciudad y de donde no podía salir. Era reserva. La primera reserva. Si cualquiera de las 36 participantes en pentatlón moderno se hubiera lesionado o hubiera dado positivo en coronavirus, Heredia habría debutado en unos Juegos. Fueron 72 horas de una espera trepidante. Desde que llegó a Japón hasta que empezó la competición, en cuarentena estricta y sin compañía, Heredia estuvo todo el rato pendiente del móvil. En cualquier momento podía sonar. Pero al final, para su desgracia, no sonó.

«No puedo decir que fui olímpica y tampoco que estuve en Tokio. Llegué al aeropuerto, me llevaron al hotel y de allí al aeropuerto. Casi no pude ni seguir cómo fue la competición porque estaba volando de vuelta», expone Heredia, que recuerda aquella vivencia con pesar. «Fue duro por la espera de aquellos días y por cómo llegué a esa situación. Podía haberme clasificado, pero en abril me contagié del virus, me perdí algunas competiciones y se fue todo al garete. Podía haberme quedado en casa y renunciar a ser reserva, pero no me lo hubiera perdonado si hubiera habido una baja», reconoce la pentatleta que este verano, ahora sí, seguro que sí, será olímpica.

David RamírezAraba

Desde hace meses tiene asegurada la plaza para los Juegos de París 2024 y, de hecho, es una de las candidatas españolas a medalla menos conocida. En su deporte, que combina natación, esgrima, hípica, atletismo y tiro, suele haber sorpresas y viene de una plata en los últimos Juegos Europeos. Toda la vida explicando en qué consiste su deporte y este agosto quizá lo aprende toda España.

¿Por qué nunca se especializó en atletismo o natación?
Es una pregunta que en algún momento nos hemos hecho todos los pentatletas. Pero al final esa es la gracia. Combinar disciplinas que no tienen nada que ver es muy divertido. Si me obligaran, elegiría el atletismo, el mediofondo, pero nunca lo he trabajado de forma específica.

Heredia forma parte de un milagro que se llama Escuela Llor de Sant Boi del Llobregat. De allí salieron los hermanos Gasol, sí, pero también han salido de allí la mayoría de practicantes españoles de un deporte en extinción. Desde primero de Primaria, extraescolar de pentatlón moderno. Así ya han formado a dos olímpicos.

«Yo empecé siguiendo a mi hermano Aleix, que compitió en los Juegos de Tokio. Nos llevamos ocho años y cuando empecé él ya estaba becado en la Blume. Al principio en la escuela combinábamos nadar y correr, luego nos introdujeron el tiro, después la esgrima y, por último, la equitación», acepta Heredia, que compagina el deporte con sus estudios de veterinaria en la UCAM. Especialistas en remontadas en la última prueba del pentatlón, que combina carrera y tiro, estas semanas está centrada en mejorar su esgrima, la disciplina que la puede aupar entre las mejores.

David RamirezAraba

«Esta vez llevo meses trabajando con la tranquilidad de tener la clasificación y todo es distinto a antes de Tokio», finaliza Heredia, aún con la rarísima experiencia de los últimos Juegos Olímpicos a flor de piel.

Nunca ha sido olímpica. O sí.

Nunca ha estado en Tokio. O sí.