Era el día previo al pesaje de la pelea ante Max Holloway e Ilia Topuria no podía dormir. No porque el campeón del peso pluma estuviera preocupado por la pelea o por dar los 65,8 kilos pertinentes en la báscula. "Las peleas se ganan en los entrenamientos", le dice siempre a su equipo y los suyos, esos seis meses intensos de training camp, habían sido espectaculares. Estaba preparado tanto física como mentalmente.
Así que, para volver a conciliar e
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Cuando uno se sube al octógono, las palabras se borran, los desplantes se olvidan y la fanfarronería se entierra tras el primer golpe y los 18.000 aullidos del Etihad Arena de Abu Dhabi. La noche 308 de UFC tenía dos estrellas en el firmamento, pero una bajó a golpes a la otra. No pudo ser en los primeros 10 segundos, como había retado Ilia Topuria, qué más da. Ese guantazo dorado, el que distingue los combates por el título, llegó en el tercero. Se cortaron las alas del ángel.
Atizó a Max Holloway con un directo de derecha brutal, tras amagar con la mano izquierda. Abría la guardia el hawaiano buscando aire, pero ya no podría con la siguiente combinación. Esta vez fue diferente, amago con la derecha y crochet de izquierda. A la lona. Remate y el árbitro se vio obligado a parar la pelea por el cinturón del peso pluma.
Y eso que el primer asalto sirvió a Topuria para entender que El Bendecido no iba a ser un rival fácil de llevar a la lona. Lo hizo dos veces, una de un derechazo, que inclinó el octógono hacia su esquina y otra lanzándose hacia su cintura. La mandíbula de Holloway, de granito decían, aguantaba las embestidas del campeón en los dos primeros rounds.
El campeón entraba con un doble jab y buscaba luego una combinación para terminar con una poderosa derecha, pero el hawaiano mantenía la distancia a base de patadas y aguantando los golpes con buenas contras. Tiraba más el hawaiano, pero la iniciativa la llevaba el español. Esto no era un combate, era una guerra de pequeñas batallas en las que la victoria de Holloway se veía que estaba en mantener lejos a Topuria.
El Matador trabajó a mitad de combate el pateo abajo para cerrarle huidas al hawaiano y acortarle el físico en los últimos asaltos, momento más peligroso del norteamericano. Pero no hizo falta llegar hasta allí. Ya había avisado Topuria que lo conseguiría, y lo cumplió en el tercero. "Me sorprendió la fuerza de sus golpes", admitió el hawaiano.
Agradeció el hispanogeorgiano a Dios desde la lona del Etihad Arena y después se bajó a celebrar no sólo con su equipo, también con las numerosas celebrities que acudieron a la cita. Sorprendió el beso en la cabeza que el luchador dio al Rey Emérito, presente en la primera fila.
"Lo primero que quiero decir es gracias a Dios, todo le pertenece. No sé qué decir, para ser honesto. Derroté a una leyenda, a Max Holloway. Seguí su carrera, me inspiré, fue un referente para una generación. Quiero ser una pequeña porción de lo que fue Holloway", fueron las palabras del luchador después de que el árbitro de la contienda alzara su brazo al cielo de Abu Dhabi.
Posteriormente, confirmó El Matador que habrá revancha con Volkanovski, el hombre al que derrotó para obtener el cinturón de campeón que hoy cuelga a su cintura. "Él defendió su cinturón muchas veces. Se lo merece, es una leyenda", explicó.
Retorno infructuoso
El 'maño' Chris Barnett, por su parte, no pudo volver a la UFC con victoria y sucumbió rápido ante la pujanza del gigante Kennedy Nzechukwu en la categoría de semipesado. El nigeriano se aprovechó de su envergadura para conectar más golpes y de manera más efectiva hasta que terminó con un rodillazo en el primer asalto con el sueño de Barnett.
Aunque el ko de la noche lo protagonizó el daguestaní Shara Magomedov. El ruso conectó una doble combinación de puños con reverso para noquear al armenio Armen Petrosyan que levantó al público de sus asientos. Fue uno de los kos del año en la UFC y el aperitivo perfecto para el maincard. Porque todo el mundo sabía que la noche 308 de esta liga de MMA era de Ilia Topuria.
El 24 de abril, Aldo Martínez, el Doctor Aldo, realizó el primer entrenamiento de preparación con Ilia Topuria (récord de 15-0 en sus apariciones) para la pelea que este sábado por la noche enfrentará al hispanogeorgiano con Max Holloway (27-7). Un combate anunciado con una cuenta atrás en la portada de la página de la UFC. Allí aparece la foto de Ilia con el cinturón de campeón de Peso Pluma, que pondrá en juego ante el luchador estadounidense.
Han sido seis meses de férrea rutina física y nutricional para esculpir a Topuria al milímetro, en los que 100 gramos o una mejora de un 0,1% pueden hacer la diferencia. "Es como un coche de Fórmula 1", apunta el Doctor Aldo a EL MUNDO. Un coche que, a día de hoy, es el cuarto mejor peleador de la UFC libra por libra y que cuenta con un equipo de élite para afrontar la primera defensa de su cinturón.
En el equipo principal de Topuria hay en torno a 15 personas, pero el 'core' lo componen cinco: Aldo, que es su preparador físico; los hermanos Climent, que le ayudan en la estrategia y en su técnica de artes marciales mixtas; su hermano Aleksandre, como consejero, y Javi Climent, que es su entrenador de boxeo. Quizás también haya que mencionar a Giorgina, su esposa, y responsable de que Ilia haya cambiado su alimentación por completo hacia la comida orgánica.
"Se ha aplicado mucho más la ciencia de lo que se puede ver desde fuera, no hemos dejado nada al azar", explica el preparador. El entrenamiento de Topuria ha contado con máquinas de frío, donde el luchador somete su cuerpo a diario a temperaturas de -140º durante un periodo de tres minutos; entrenamientos en saunas a 70 º, cámaras hiperbáricas de alta presión, camas con luz roja y gafas estroboscópicas para incrementar la velocidad de reacción. "Cuando digo que tiene el ojo más rápido de la Premier, es porque el optometrista deportivo, Josep Caballero, que valora a muchos porteros de esa liga, no ha visto a ningún deportista que reaccione más rápido que los ojos de Ilia".
Porque la idea del equipo no es preparar su cuerpo para los impactos, aunque también se esmeran en ello. Se trata de darle las herramientas para que reciba los menos posibles. "Se entrena para recibir pocos golpes, para poder evitar, poder bloquear o poder apartarse", apunta Aldo, y revela que su capacidad estratégica y de análisis durante el combate le permite ir llevando la pelea, al rival, donde él quiere. De hecho, uno de los secretos de Ilia es su gran nivel en ajedrez, deporte que practica a diario. "Ilia es una computadora", ensalza el doctor.
No obstante, el luchador hispanogeorgiano no depende únicamente de su análisis. Es perfectamente capaz de recurrir a la fuerza bruta, como demuestra el reto que lanzó a Holloway de iniciar el combate con un intercambio de golpes durante 10 segundos en el centro del octógono. Cosa, por cierto, que el americano ha preferido ir toreando y no ha confirmado si aceptará. "Hay diferentes main plans según lo que acontezca en el combate, pero Holloway, lógicamente, no entrará en el juego, porque sino caería noqueado el primer golpe de Ilia", asegura el preparador físico.
Max Holloway, El Bendecido, no es un peleador cualquiera pese a que Topuria le llamara "mequetrefe" en la rueda de prensa previa al combate. Su periodo de estrellato se centró entre 2016 y 2019 como campeón de peso pluma y defensor hasta en tres ocasiones de su cinturón. El hawaiano se mantiene como el hombre récord en triunfos (20), finalizaciones (11) y nocauts (9) en las 145 libras. No obstante, en los días previos a la pelea, se le vio algo serio por la dificultad que es, para un hombre de 180 centímetros, dar 65,8 kilos en la báscula.
Nutrición
Topuria en cambio, según explica Aldo Martínez, llegó más preparado al pesaje. Su recorte, dice su preparador, comenzó hace 12 semanas con una bajada paulatina del porcentaje de grasa del luchador que, a día de hoy, puede rondar el 6%. Gracias a su paso a la comida orgánica, su adaptación a las restricciones de una pelea es más sencilla. En los días previos, además de eliminar completamente la pasta y el arroz ha incrementado su ingesta de agua a más de siete litros diarios para que la deshidratación permita un recorte más efectivo.
El cálculo del equipo de Topuria es que, tras el pesaje, y antes de la pelea, es decir, en poco más de 24 horas, pueda recuperar en torno a 10 o 10,5 kilogramos para afrontar la pelea en sus condiciones óptimas de movilidad y fuerza. En el combate ante Volkanovski, en el que El Matador obtuvo el cinturón de peso pluma, Topuria rebotó 10,270 kilogramos. "Con ese peso es muy ágil, muy rápido y su fuerza se mantiene. Se ha cuidado mucho su sistema nervioso, para que la transmisión del impulso eléctrico sea perfecta", explica Aldo.
De hecho, el preparador admite a este periódico que Ilia, que entre ejercicio y ejercicio propuso hacer 100 'burpees' para seguir mejorando su capacidad aeróbica, consigue mantener su intensidad eléctrica a lo largo de 10 asaltos sin bajar un ápice. "Eso no sólo es fascinante desde el punto de vista deportivo, también fisiológico", admite Aldo. Así, pese a que en la previa del combate 20 de 24 peleadores de la UFC den favorito a Holloway, en el equipo de Topuria y el propio hispanogeorgiano no tienen dudas de su victoria. "Le voy a arrancar la cabeza", expresó El Matador en la rueda de prensa antes del combate.
En estos momentos previos a la pelea, le viene a la cabeza a Aldo el día que conoció a Ilia. El luchador tenía 17 años y tenía claro que quería ser campeón del mundo. Algo que ha conseguido gracias a la impresionante capacidad de concentración en sus objetivos según dice el preparador. "Lo diferente ahora es que se va a hacer leyenda", según cree Martínez porque no sólo noqueó a Volkanovski por el cinturón sino que va a noquear a Max para retenerlo, algo que nunca ha ocurrido.
"Max, no vas a tener que bajar a peso pluma, defenderé mi título en 155 libras, pero por favor firma el contrato". No suele ser normal que alguien como Ilia Topuria recurra a la educación para conseguir rival para realizar su primera defensa de título de campeón de la UFC. De hecho, su tono suele ser bastante más agresivo como han podido comprobar otros contendientes como Sean O'Malley, Alexander Volkanovski o, incluso, el mismísimo Connor McGregor. "Estás mentalmente roto, es tu mayor lección. Dudas de tí mismo, de tus habilidades, de tu preparación, por eso no te presentas. Eres una zorra", escribió en X.
Pero ya son cinco meses desde que el hispano- georgiano consiguiera arrebatar el cinturón a Volkanovski en el Honda Center de Anaheim, en California, y aún no hay nadie que se haya querido subir al octógono con Topuria. "Estoy todo el verano disponible para cuando me den la fecha, es Holloway el que pone todas las excusas. Muchos otros nombres dicen que quieren pelear, pero luego no se atreven. Yo estoy listo para cuando se me llame", confesaba el luchador en la presentación de su película documental, Topuria: Matador, que se estrenará el próximo 19 de septiembre.
Lógicamente, ese mensaje educado no es casual. Desde el rincón del hispano- georgiano se confía en que sea la opción Holloway la que termine por concretarse, lo que podría producirse en un espacio breve de tiempo, y así se la ha lanzado el propio Topuria en X: "El primero en noquear a Max Holloway", escribía acompañado de un vídeo en el que se veía como entrenaba junto a su equipo.
"Mi problema no es la preparación y los entrenamientos sino los recortes de peso tienes que pasar ese trayecto si o si para pelear", respondía a pregunta de EL MUNDO en la presentación de su filme y añadía: "mi vida es un campamento eterno porque me encanta entrenar". Así, Topuria sólo espera la confirmación del luchador y del torneo.
Las fechas que se barajan para el próximo enfrentamiento de Topuria sería en la UFC 306, el sábado 14 de septiembre en la Esfera de Las Vegas, en la UFC 307, el sábado 5 de octubre en Salt Lake City o, la preferida por el hispano- georgiano, la UFC 308, el sábado 26 de octubre en Abu Dhabi. "Apunto a Abu Dabi, espero que se dé, que alguien dé el paso y acepte el reto. Como si me llaman para las Vegas. Prefiero Abu Dabi porque es el prime time español, pero donde me digan estoy listo y preparado", reitera.
Hay tres campeones de la UFC que aún no han podido defender su título. Hablamos del peso pesado, Jon Jones, que obtuvo su cinturón el 4 de marzo de 2023, de Dricus du Plessis que lo obtuvo el 20 de enero de este año y del propio Topuria. En el caso de Jones, las lesiones y otras disputas le han dejado al margen de la UFC hasta que recientemente anunció su vuelta con una pelea el próximo 9 de noviembre. Mientras que el sudafricano Du Plessis lo hará ante el nigeriano Israel Adesanya en el UFC 305 el próximo 18 de agosto en Australia para determinar quién es el "auténtico campeón africano".
Récord de defensas
El récord de defensas de un cinturón en la UFC lo tiene Demetrious 'Mighty Mouse' Johnson. El luchador estadounidense estuvo imbatido entre 2012 y 2018, periodo en el que mantuvo su título de peso mosca en 11 ocasiones. Henry Cejudo, por decisión dividida le arrebató el campeonato mundial el 4 de agosto de 2018.
Johnson tiene un récord de 25-4-1, unos buenos números, pero en los que no se identifica Topuria y su gran mentalidad de ganador que le ha llevado a tener 15-0-0. "Mi sueño no es ser un campeón más, quiero ser una leyenda de este deporte. Mi objetivo es dejar huella", dijo Topuria sobre el impacto que desea dejar en la UFC. De momento, parece que va a conseguir llevar la UFC al Santiago Bernabéu en 2025. Faltará concretar el rival. Pero claro, tratándose de Topuria, eso será muy difícil.