La extraordinaria temporada de Alexia Putellas que la Eurocopa no coronó

La extraordinaria temporada de Alexia Putellas que la Eurocopa no coronó

Nadie dudó de que Alexia Putellas se cargó España a su espalda en buena parte de la Eurocopa, pero el final amargo para la jugadora, y no solo por la derrota en el final ante Inglaterra que privó a la selección de su primer gran título europeo y a una generación de jugadoras de completar un palmarés envidiable. Alexia brilló en Suiza, su fútbol fluyó para hacer disfrutar a los espectadores que la idolatraban en la grada y a ella misma en el campo. "Me analizo ahora, esta temporada, y creo que tomo mejor las decisiones de cada acción. Juego a lo que toca en todo momento y creo que estoy decidiendo mucho mejor", reconocía en una entrevista a El Mundo a puertas de los cuartos de final del torneo.

Los números avalaron esas sensaciones hasta el final. Alexia acabó la Euro como segunda máxima goleadora, con tres tantos, detrás de Esther González con cuatro. Fue además la máxima asistente, entregando cuatro goles a sus compañeras. Esa efectividad la llevó a convertirse en la única jugadora de la historia de la competición en marcar dos goles y dar dos asistencias en el mismo partido.

Eso fue lo que acabó en gol, pero la catalana también acabó el campeonato con la mayor cantidad de ocasiones creadas en una edición: 19. Alexia fue la jugadora que estuvo involucrada en más goles de la Eurocopa, el 40% de los que marcó España. La fase de grupos la finalizó siendo elegida dos veces como la mejor jugadora del partido y su camino hacia el tercer Balón de Oro se despejaba.

Cuando comenzaron los cruces, todos los rivales entendieron la necesidad de engrisecer a Alexia para asfixiar a España. Por eso acabó la Euro como la jugadora que recibió mayor número de presiones de sus rivales (307) y la que, pese a eso, más precisión tuvo en el pase bajo presión (87%).

Estos números no fueron suficientes para evitar que Montse Tomé la mandara al banquillo en el minuto 71 de la final, justo cuando España necesitaba empujar de nuevo a Inglaterra para no verse forzada a jugarse el título en una prórroga y penaltis, como así sucedió. Alexia siempre es una de las designadas para los lanzamientos, pero no estaba en el campo cuando llegó la tanda.

A la decepción de la derrota se unió la escasa valoración que se hizo de sus números a la hora de elegir a la mejor jugadora del torneo. Alexia sumaba, además, dos MVP, pero el grupo de observadores técnicos de la UEFA, formado por los entrenadores Britta Carlson, Lluís Cortés, Irene Fuhrmann, Jayne Ludlow, Ioan Lupescu, Tanya Oxtoby, Anna Signeul y Martin Sjögren, no eligió a la mejor entre las campeonas, sino que optó por entregárselo a Aitana, mermada por la meningitis durante buena parte de la primera fase.

Esta decisión puso un punto agridulce a una temporada en la que Alexia ha marcado en todas las competiciones que ha disputado con el Barça y con España. En total, 28 goles y 21 asistencias. Sus cifras con el Barça la han llevado a ser la tercera máxima goleadora de la historia del club con 212 tantos, solo por detrás de Messi y César.

Una selección con futuro... ¿y Montse Tomé en el banquillo?: del abrazo de Rafael Louzán a la fecha límite del 31 de agosto

Una selección con futuro… ¿y Montse Tomé en el banquillo?: del abrazo de Rafael Louzán a la fecha límite del 31 de agosto

Ganar la Eurocopa hubiera supuesto para España un triplete que impulsaría aún más a una generación de oro que volverá a llegar en plenitud al Mundial de Brasil 2027. Ese es el objetivo y, aunque hay un grupo de jugadoras que anticipan que el futuro puede ser igual de brillante, el proyecto está en el aire. Montse Tomé acaba su contrato como seleccionadora el próximo 31 de agosto y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) guarda silencio sobre cuál puede ser su futuro, que deberá resolverse prácticamente de forma inmediata, dada la premura de la fecha de caducidad.

No quiso abrirse ese debate después de obtener el billete para la fase final de la Nations League, porque la Eurocopa se echaba encima, pero tampoco lo zanjó cuando España alcanzó la primera final de su historia. Quizá porque se esperaba un título que despejara todas las dudas y se convirtiera casi en una renovación automática.

«Montse Tomé ha hecho un trabajo encomiable y con mucha valentía. En todo momento ha estado a la altura. Se hablará después de su futuro», reconoció el presidente Rafael Louzán en algunos micrófonos, ayer en Basilea. Antes, durante la amarga ceremonia de trofeos, el presidente de la RFEF recibió a Tomé en el podio con un sentido abrazo.

«No es algo en lo que piense»

Louzán, que también habló para TVE en el descanso de la final, cuando España ganaba por un gol de ventaja, no sólo se refirió al juego, sino a la atmósfera y buen ambiente que la entrenadora asturiana había contribuido a crear en el seno de la selección, después de toda la crisis de la que venía el equipo tras la convulsión generada, dos años atrás, por el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, el plante anterior de las 15 y todo lo que sucedió con posterioridad. Para Tomé ha sido como entrenar en arenas movedizas durante este tiempo.

La decisión que debe tomar no puede demorarse mucho porque el contrato expira. «No es algo en lo que piense... y no quiero pensar. Siempre he comentado que es algo que lo lleva mi grupo de trabajo externo», aseguró la seleccionadora, algunas de cuyas decisiones fueron cuestionadas. La primera, el cambio de Alexia Putellas en el minuto 70. La segunda, mandar a Vicky López y Salma Paralluelo al campo cuando apenas había tiempo para evitar la prórroga. Tampoco se entendió que, instaladas en el área rival, no echara mano de una 9 pura rematadora como Cristina Martín-Prieto, que ha sido una de sus incorporaciones y que permanecía esos minutos en el banquillo. Y lo último fue confiarle un penalti a Salma después de la cantidad de ocasiones que no acertó durante los minutos que estuvo en el terreno de juego.

Preguntada acerca de eso en la rueda de prensa posterior a la final, Tomé fue clara: «Todas me dijeron que tenían confianza para lanzar». En su descargo cabe decir que no falló únicamente Salma, ya que también lo hicieron dos de los pesos pesados del equipo, Aitana Bonmatí, doble Balón de Oro y nombrada mejor jugadora del torneo, y Mariona Caldentey, que ha acabado la temporada como mejor futbolista en Inglaterra tras su fichaje por el Chelsea.

Una de las paradas de Cata Coll en la final ante Inglaterra.

Una de las paradas de Cata Coll en la final ante Inglaterra.AFP

En la decisión de renovar o no a Tomé, Louzán estará auxiliado por Reyes Bellver, la directora de fútbol femenino que llegó recientemente a la RFEF, y María Pry, coordinadora deportiva de las selecciones. En la balanza se pondrá que muchas jugadoras, sin estar entregadas a la entrenadora asturiana, que siempre guarda las distancias, si bien han apartado cómo llegó al cargo, no lo han olvidado. Fue la segunda de Jorge Vilda, despedido tras la crisis del beso. Otras, las más jóvenes, ni lo tienen en cuenta.

Y es que esta selección inició una renovación que ya da sus frutos. En Suiza, Irene Paredes, Alexia, Esther y Martín-Prieto han sido las veteranas, pero junto a ellas han ido creciendo Vicky, Pina, María Méndez, Jana, Zubieta o Athenea, y asoman por detrás las campeonas del Europeo sub-20. El futuro es esperanzador, por el relevo y por el dominio que el equipo ha mostrado en el juego durante toda la Eurocopa, mayor al que se observó en el Mundial, aunque entonces ganaran, justamente, a Inglaterra.

generar una afición fiel

Mimbres hay, y fe en ellos, sólo falta quien los teja. Para que este proyecto ganador, nacido en 2023, llegue a Brasil revitalizado dentro de dos años, la RFEF tiene que sostener la estructura de apoyo al fútbol femenino que ha levantado en apenas seis meses. Sobre ello no hay duda. Y eso pasa por dar estabilidad a la selección, algo que no encaja con un cambio de entrenadora cuando en noviembre, y en semifinales ante Suecia, España defenderá su título en la Nations League. Una seleccionadora a la que se le ha reforzado su staff y que cuenta con resultados, aunque se haya escapado el título más jugoso delos dos últimos años, para el que España ejercía como favorita.

El sostenimiento en la pelea por todos los títulos había provocado que la RFEF se fijara como prioridad cuestiones más allá del césped, como generar una afición fiel que siga a la selección femenina de manera militante, y no sólo al calor de la expectativa que generan los títulos y que llene estadios, como ha sucedido en esta Eurocopa ejemplar en Suiza. La tarea no parece fácil. Y menos si se sacuden unos cimientos que parecen asentados.

Lucy Bronze confiesa que jugó la Eurocopa 2025 con una fractura en la tibia

Lucy Bronze confiesa que jugó la Eurocopa 2025 con una fractura en la tibia

Actualizado Lunes, 28 julio 2025 - 10:03

La defensora estrella de Inglaterra, Lucy Bronze, ha sorprendido al mundo del fútbol al revelar que disputó la totalidad de la Eurocopa 2025, incluida la final del domingo contra España, con la tibia fracturada. Esta impactante confesión llega tras la victoria de las 'Lionesses' que las coronó campeonas del torneo.

"De hecho, he jugado todo el torneo con una tibia fracturada y luego mehe lastimado la rodilla de la otra pierna", declaró Bronze el domingo. Su increíble sacrificio no pasó desapercibido entre sus compañeras: "Por eso recibí muchos elogios de las chicas después del partido contra Suecia, ya que he sentido mucho dolor. Si eso es lo que se necesita para jugar para Inglaterra, eso es lo que haré", afirmó la jugadora de 33 años.

El compromiso de Bronze fue evidente a lo largo de la competición. En el partido de cuartos de final contra Suecia, no solo anotó un gol, sino que también convirtió el penalti decisivo en la tanda que selló el pase de Inglaterra. La defensa del Chelsea admitió que el torneo disputado en Suiza ha sido uno de los más demandantes de su carrera.

A pesar de las dificultades físicas y el "ruido desde fuera", Bronze destacó la unidad y la mentalidad inquebrantable de su equipo. "No creo que hayamos dejado de creer en nosotras mismas en ningún momento. Había mucho ruido desde fuera, pero nos mantuvimos unidas y lo dimos todo", explicó. La victoria en la tanda de penaltis, según Bronze, es una prueba de la fortaleza del equipo. "Ganarlo en los penaltis demuestra lo inspirador que es formar parte de este equipo. Hoy hemos demostrado resiliencia. Hemos enseñado a todos que siempre hay que creer en uno mismo, sin importar lo que digan los demás", concluyó.

Las lágrimas de rabia, la seriedad extrema de Alexia y la sinceridad de Patri Guijarro: “Debimos meter un gol antes”

Actualizado Lunes, 28 julio 2025 - 02:22

Los ojos de Aitana Bonmatí estaban enrojecidos. Como los de Patri Guijarro y los de Irene Paredes. Era fruto de un estado de ánimo que se movía entre la rabia y el llanto. Lágrimas hubo muchas sobre el césped, con una desconsolada Mariona y una rota Athenea, y en el vestuario, a donde la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, acompañadas por la ministra de Deportes, Pilar Alegría, bajaron para dar consuelo a las jugadoras por una gran Eurocopa. "Por suerte, hemos ilusionado", decía Guijarro.

Ninguna podía quitarse de la cabeza qué había pasado para que, jugando mejor y creando más ocasiones que las inglesas, hubieran tenido que jugársela a cara o cruz en una tanda de penaltis con un rival que llegó a la final a golpe de fe... y suerte.

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No la tuvo España. Aitana, con la cabeza aún baja, pedía perdón por el penalti fallado, por la decisión "en una décima de segundo" que hizo que su disparo los desviara Hannah Hampton. Ni siquiera le consuela haber sido elegida mejor jugadora de la Eurocopa.

"nunca hay que darlas por muertas"

Desfilaban las jugadoras camino del autobús con un hondo pesar. Irene Paredes seguía dándole vueltas a lo cómodas que estuvieron las inglesas, incluso cuando España más las atacaba. Se acordó de las pérdidas de tiempo, y de cómo se permiten para cortar el ritmo de los rivales. Todo con la medalla al cuello. "No me la pienso quitar, porque tiene mucho valor", destacaba la capitana conteniendo el llanto. Y es que alzar la Eurocopa hubiera una bonita manera de cerrar si etapa internacional.

La cabeza más fría la tuvo Patri Guijarro, en el campo y después. "Debimos meter un gol antes. A las inglesas nunca hay que darlas por muertas", recordó. Porque, aunque España fue mejor, ellas revivieron. "Así es el fútbol, ya lo sabíamos. En la mayoría de los momentos hemos tenido el control, hemos tenido muchas ocasiones. No he visto las estadísticas, pero quiero verlas porque hemos tenido muchas ocasiones. Nos veréis con cara de rabia porque duele. Es una pena que no haya entrado el balón, pero hay que darle valor a lo que hemos hecho porque no es nada fácil", destacó la mallorquina.

Hubo una jugadora que no rompió a llorar, pero acabó el partido con una mirada que helaba. Alexia Putellas salió del campo en el minuto 70. Fue el primer cambio de Montse Tomé para poner en el campo a Clàudia Pina. Una decisión valiente que apartó en los minutos decisivos a una de las mejores jugadoras del mundo. Cierto es que no estaba siendo determinante, pero ese cambio puede tener consecuencias porque a la jugadora no le agradó.

Aitana, cariacontecida, con su trofeo de MVP de la Eurocopa.

Aitana, cariacontecida, con su trofeo de MVP de la Eurocopa.AFP

Acabó el partido con rabia Cata Coll, que vio a Chloe Kelly guiñarle un ojo y celebrar en su cara el último penalti que las hacía campeonas. Distinto el gesto de Sarina Wiegman, que fue a buscar a Montse Tomé para saludarla antes de lanzarse a bailar con sus ayudantes y con la grada, pero alejada de las jugadoras.

A las dos selecciones les toca mirar al futuro, al Mundial. A las inglesas se lo pidió Carlos III. "Bien hecho, Leonas. La próxima tarea es traer a casa la Copa del Mundo en 2027, ¡si es posible!", escribió en redes sociales. A los españoles se lo prometió Aitana Bonmatí: "Volveremos".

Madrid convirtió el Parque de Berlín en su Basilea improvisada: una marea roja latió al ritmo de la final, contuvo la respiración y se rompió con los penaltis

Madrid convirtió el Parque de Berlín en su Basilea improvisada: una marea roja latió al ritmo de la final, contuvo la respiración y se rompió con los penaltis

Actualizado Domingo, 27 julio 2025 - 21:21

A las seis menos cuarto ya no cabía un alfiler en torno a la pantalla gigante. El Parque de Berlín era una grada improvisada, una fiesta sin techo, un pulmón colectivo en rojo y amarillo que latía al ritmo de una ilusión que llevaba años fraguándose. Daba igual el calor pegajoso de los 35 grados, las chanclas, las sillas de playa o el sudor en la frente.

Hoy —y solo hoy— todo eso era secundario. Porque España jugaba la final de la Eurocopa femenina contra Inglaterra. Porque era el día en que los sueños de muchas niñas, que un día chutaron balones en campos de tierra, podían coronarse con el único gran título internacional que faltaba en la vitrina de la selección.

"¡Vamos, España!, ¡A por ellas!", estallaron al unísono las centenares de personas congregadas en el parque. Y con el himno, también las miradas al cielo. Un himno que sonó a decibelios ensordecedores, inundando el aire, retumbando en los árboles, llenando de orgullo el pecho de todos.

No era Basilea, pero poco le faltaba. En Chamartín se vivía con la misma tensión. Las calles aledañas comenzaron a cortarse antes de las cinco de la tarde. Desde la boca del Metro de Concha Espina, emergía una riada de camisetas rojas: el 6 de Aitana, el 11 de Alexia, el 7 de Olga. Era una marea humana con destino claro: el corazón de Madrid palpitaba fútbol femenino.

Fanny y Lola estaban sentadas en una toalla de playa con Unai, su hijo de tres años. "Hemos visto toda la Eurocopa. Como no podemos ir a Suiza, ¿qué mejor que vivirlo desde casa?', decía Fanny. "Las inglesas son muy buenas, pero estamos convencidas de que vamos a ver triunfar a las chicas", añadía Lola.

La primera parte fue un nudo en el estómago. Inglaterra salió con todo, obligando a Cata Coll a emplearse a fondo bajo palos. Pero España aguantó el chaparrón y no dejó de mirar hacia delante. Yen el minuto 25, llegó el estallido.

Mariona Caldentey conectó un potente remate de cabeza tras un centro medido desde la derecha, haciendo vibrar el Parque de Europa con un grito seco, eléctrico, que pareció agitar hasta las hojas de los árboles.

En primera fila, a pie de pantalla, también se dejaban llevar por la emoción la alcaldesa en funciones de Madrid, Inma Sanz, y la concejala de Deportes, Sonia Cea Quintana. Aplaudían, saltaban y cantaban como dos aficionadas más.

No hubo que lamentar ningún incidente grave, más allá de algún tirón ocasional que hizo que más de uno se quejara con el aliento contenido al ver la imagen congelada o al escuchar el micrófono del presentador fallar entre chasquidos.

El descanso se hizo eterno, y el gol de la británica Alessia Russo en el 57 dejó un regusto amargo. Hasta los que estaban tumbados en la arena, lejos ya del bullicio, se levantaron con un respingo y se acercaron a la pantalla como si pudieran cambiar el rumbo con la mirada.

La prórroga trajo un nuevo brío para España, un cambio de ritmo que despertó los pulmones del parque. "¡A por ellas!", "¡No os metáis atrás!", "¡Que esta final es nuestra!", se escuchaba entre sudor, nervios y esperanza. Pero los zarpazos de Inglaterra helaban la fiesta: los aficionados se apretaban contra las vallas, inclinados hacia la pantalla como si pudieran entrar en ella para despejar el peligro.

Por suerte, para cualquiera a quien la emoción pudiera jugarle una mala pasada, los operativos policiales y los equipos de emergencias del Samur estuvieron durante todo el partido rodeando a la multitud.

Y el partido se fue hasta los temidos penaltis, esa ruleta cruel que hace contener el aliento y romper corazones. Inglaterra marcó el primero y el golpe fue seco. Pero cuando repitieron y fallaron, volvió la esperanza. Las palmas marcaban el ritmo mientras Patri Guijarro tomaba carrera para clavar el primero de España. Después, todo fue un vaivén: España falló, Inglaterra también. Los errores se encadenaban y la tensión era una losa. Cada lanzamiento era un mundo, una bocanada de nervios y silencio.

Hasta que, al final, Inglaterra se coronó campeona. Y el trago fue amargo.

Entonces solo hubo dos reacciones: quienes se marcharon en silencio, cabizbajos, y quienes se quedaron inmóviles, incrédulos, como si aún esperaran un giro imposible. Pero incluso en la derrota, hubo algo que celebrar.

"No han ganado, pero siguen siendo nuestras campeonas", comentaba una aficionada, aún con los ojos húmedos.

El ‘shock’ de Aitana y el dolor de la capitana Paredes: “Es un momento durísimo”

Actualizado Domingo, 27 julio 2025 - 21:15

Por primera vez desde 1984, año de la primera edición de la Eurocopa femenina, el título se resolvió desde los 11 metros. Entonces, el torneo se decidía aún con una final a doble partido, resuelta a favor de Suecia en Kenilworth Road, estadio del Luton, en la tanda de penaltis. Más de tres décadas después, Inglaterra obtuvo un pequeño desquite gracias a Chloe Kelly, su gran estrella. En 2022, un gol suyo había decantado el título en el minuto 110 ante Alemania en Wembley. Tres años después, la delantera del Arsenal, que había entrado poco antes del descanso en el puesto de Lauren James, volvió a resolver el triunfo de Las Leonas. En el minto 57 asistió a Alessia Russo para el 1-1 y en el quinto turno de la tanda, frente a Cata Coll, largó un descomunal disparo que dejaba a España sumida en el desconsuelo.

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«Con esta frustración y este dolor, parece que todo lo que hemos hecho es malo, pero hemos realizado el mejor fútbol del torneo. Somos el equipo de mayor talento, el que gusta más de ver, aunque esto no sea suficiente», analizó Aitana Bonmatí, que erró el tercer disparo ante Hannah Hampton. La doble ganadora del Balón de Oro, según admitió ella misma, se encontraba «un poco en shock». «Estamos jodidas, primero por nosotras, pero también por toda la gente que nos sigue», reveló la centrocampista del Barça sobre el césped de St. Jakob Park, nada más recoger el premio de mejor jugadora de la Eurocopa. Su rictus, arrasado por la tristeza y la incredulidad, compendiaba las sensaciones de España. El buen fútbol, el dominio y el gol inicial, resultaron insuficientes frente a Inglaterra.

Mariona Caldentey, algo lejos de su mejor nivel durante la Eurocopa, había premiado la confianza de Montse Tomé con el 1-0. De este modo, la mallorquina se convertía en la primera mujer que anotaba de cabeza en la final de un Mundial o una Eurocopa desde Abby Wambach, que había colaborado en el triunfo de Estados Unidos ante Japón en la Copa del Mundo de 2011.

«Nos han metido un gol evitable»

España cumplió rigurosamente con su presencia en el área, ya que con 24 remates clavó su promedio a lo largo del torneo (siete de ellos bien dirigidos). Sólo el mal tino en la prórroga de Salma Paralluelo frustró el asedio ante un rival que enlazaba tres prórrogas consecutivas. Otro hecho insólito en la historia de la Eurocopa. El quinto periodo suplementario en 14 finales.

El Príncipe de Gales abraza a Chloe Kelly tras la final de Basilea.

El Príncipe de Gales abraza a Chloe Kelly tras la final de Basilea.AFP

Inglaterra no sólo se había recuperado de una derrota en el debut frente a Francia, sino que supo remontar ante Suecia, por primera vez en la historia, dos goles en un cruce de cuartos. El 2-1 contra Italia, resuelto con goles en el minuto 90+6 y 119, suponía otra muestra de su gen competitivo. «Nos han metido un gol evitable. Ellas se sentían cómodas llegando a los penaltis. No hemos estado como sabemos que podemos estar. Es una gran faena», reconoció Irene Paredes, sin rubor a la hora de definir el estado de ánimo del vestuario. «Es un momento durísimo. Lo hemos intentado por todos los medios, pero no hemos estado bien en los penaltis. Esto va de tener esa pizca de suerte que Inglaterra ha tenido a lo largo de todo el torneo», reveló la capitana.

Un reconocimiento a la capacidad de supervivencia de la selección de Sarina Wiegman, que cuenta con futbolistas de la talla de Lucy Bronze, que ayer disputó su 36º partido en un torneo mayor de selecciones, récord absoluto en su selección. La lateral del Chelsea, que no titubeaba siquiera con una amarilla, sólo cedió por una lesión en el minuto 106. El tercer entorchado continental consecutivo para Wiegman, que ya había levantado un resultado adverso en la final de 2017, cuando dirigía a Países Bajos.

«Nos hemos vaciado todas, es un poco cruel. Pedir perdón, una vez más, por mi fallo. Hemos hecho un buen partido, en juego y ocasiones hemos sido superiores, pero si no la metes, se te puede ir por los penaltis. Con el paso de los días lo iré asimilando. No siempre se puede ganar», finalizó Aitana.

España pierde el gol y la Eurocopa en los penaltis ante Inglaterra

Actualizado Domingo, 27 julio 2025 - 21:12

Parecían imparables y se estrellaron contra sus propios desaciertos. España puso contra las cuerdas a Inglaterra sin poder golpearlas. Perdió el gol en las decenas de ocasiones que pisó área y cayó en trampa de las las inglesas para jugárselo a penaltis. Arrancaron fallando el lanzamiento de Mead, repetido por doble toque, pero ni otra parada de Cata Coll evitó que la tanda fuera un desastre. Marcó Patri y fallaron Mariona, otra vez, Aitana, para sorpresa, y Salma Paralluelo, para colmo de un partido de desaciertos. España se marcha sin triple corona, sin haber perdido un partido y víctima de una seleccionadora, Sarina Wiegman, que siempre hace a sus jugadoras creer en el milagro. [Narración, minuto a minuto (1-1, 3-1)]

España las obligó a revolverse cuando Mariona hizo aparecer sus galones para abrir una final que parecían haber entendido mejor las inglesas de inicio. Montse Tomé sorprendió con la titularidad de Athenea, pero España tenía un plan muy claro que la seleccionadora neerlandesa se sabía de memoria. Mientras las españolas buscaban tejer sus conexiones, Inglaterra se movía como un acordeón. Era capaz de replegarse en su campo para ahogar a España, robar y hacer el que balón corriera hacia el área de Cata Coll, que tuvo que salvar un remate de Alessia Russo. Las británicas sabían que de cada error en la sala de máquinas española nacía una oportunidad. Asfixiaron a Patri Guijarro para quitarle la brújula, engrisecieron a Alexia e intentaron que Aitana no encontrara ni un espacio. Si la forma era con un patadón a la espalda de Ona Batlle o de Olga Carmona, no había vergüenza.

Aún así, España trataba de crecer y Hampton tuvo que tapar a bocajarro un disparo de Esther tras un centro que bajó con el pecho. La delantera del Gotham, peleona, buscó el gol que le calzara la bota de oro del torneo y encadenó oportunidades sin acierto. La selección se iba acercando a la zona de peligro con más confianza, tanto que Stanway tuvo que poner la espalda para desviar un chut de Athenea, con la portería siempre en la cabeza.

Contundente respuesta

No estaba incómoda Inglaterra, su plan estaban funcionando y, de nuevo, Stanway armó un disparo que avisaba de su voracidad. Pero la campana la hizo sonar Hemp, cuando aprovechó un desajuste entre Cata y Aleixandri en la salida de pelota que hizo a la portera mallorquina sacar un pie extraordinario para desviar el disparo de la extremo inglesa.

La respuesta fue contundente. Otra vez pasado el minuto 20, como en el Mundial de Australia, España encontró las costuras de su rival. Y lo hizo por tesón. Athenea y Aitana pelearon la pelota en la orilla derecha del área, nadie les mordió los tobillos, se la intercambiaron, la protegieron y acabaron por filtrársela a Ona Battle para que la colgara con mimo al segundo palo, donde apareció Mariona para batir a Hampton. España había vencido la resistencia inglesa con sus mejores armas y se quedó con el control absoluto del partido.

Durante 20 minutos, ni Sarina Wiegman ni sus jugadoras se pudieron levantar de la lona y un testarazo de Esther a centro de Aitana que se escapó junto a palo de Hampton. La única reacción del banquillo británico llegó por la lesión de Lauren James, que llegó renqueante a la final y aguantó solo 40 minutos. Llamó Wiegman a Chloe Kelly para buscar una reacción que llegó en la segunda parte.

Athenea, ante Carter, el domingo en St. Jakob Park.

Athenea, ante Carter, el domingo en St. Jakob Park.AFP

Inglaterra ha demostrado en esta Eurocopa que no necesita fútbol para hacer goles. Le falta una chispa para encenderse y, aunque la selección quiso volver a tener el control, ellas buscaban su momento. Lo encontraron cuando Chloe Kelly se escapó pegada a la banda y sirvió el balón para el cabezazo de Alessia Russo, cómoda en el salto ante las centrales españolas. Empujadas por su ruidosa grada, las actuales campeonas habían reaccionado y generado dudas en las españolas. Incluso volvieron a hacer lucirse a Cata Coll en un golpeo cruzado, otra vez, de Kelly.

Sin puntería

La respuesta de Montse Tomé fue sentar a Alexia, desdibujada, y buscar la energía de Clàudia Pina, que forzó a Hampton con su primer zurdazo. España necesitaba volver a la fluidez que logró tras el gol y, sobre todo, fabricar ocasiones con picante, no remates mansos que se sacudía con ligereza la defensa de las lionesses. Más estiradas, ellas confiaban en la fuerza de Agyemang en los minutos en que más peligrosas han sido en esta Eurocopa.

España, roma, tardaba en encontrar cómo aprovechar el filo que empezaba a crear Pina. Fue en el 89 cuando Salma Paralluelo y Vicky salieron para dar el último apretón, pero el remate de la madrileña lo salvó Hampton para forzar la prórroga. El plan siguió siendo el mismo, como el resultado. La selección apretaba y no golpeaba. Las tuvo Salma de todos los colores no supo cómo sacar provecho de su velocidad y rozó demasiado el gol sin conseguirlo. Pina insistía, aunque sin ajustar el punto de mira. Ni aunque Aitana cogió galones pudo evitar los penaltis con los que soñaban las inglesas. Con razón.

La selección se va de la Euro sin haber perdido un partido, con la Bota de Oro para Esther y Aitana como la mejora jugadora del torneo. Pero sin título. Sin gol, al fútbol no se gana.

Un montón de virtudes a las que le faltó la guinda

Actualizado Domingo, 27 julio 2025 - 20:51

España llegó a esta Eurocopa de Suiza el 29 de junio convencida de que podía ganarla. No confiada, sino convencida. Todas las jugadoras habían asumido que era el momento de dar el zarpazo definitivo y, aún así, se han pasado semanas eludiendo un favoritismo que, si bien pudo empezar fuera de los estadios por su condición de campeonas del mundo, era imposible eludir cuando acababan los partidos. La selección ha dominado el tiempo de juego, las estadísticas y los resultados, sin necesidad de sufrir más de lo que conlleva siempre un gran campeonato de elite. Montse Tomé, su equipo y las jugadoras han dado en muchas teclas que, sin embargo, no fueron suficientes para ganar la primera Eurocopa, pues los penaltis le fueron esquivos en esta final.

MENTALIDAD Y GRUPO

España ha sido un equipo resiliente. Ha aprendido a serlo a fuerza de golpes dentro del campo y fuera. Mantuvo su fe en lo que hace, «en el plan de partido» que marca Tomé, y no bajó los brazos en ninguna circunstancia. No levantó el pie en los partidos en los que goleó en la primera fase, fue paciente en cuartos ante Suiza y buscó sin cesar cómo dañar a Alemania hasta conseguirlo. Importante en esta gestión ha sido el papel de jugadoras maduras como Irene Paredes, Alexia, Patri Guijarro o de Aitana Bonmatí, que tuvo que aprender a domar los monstruos que le puso delante la meningitis vírica. Pero hay más. La mezcla generacional, la llegada de jugadoras despojadas de cargas, como Vicky López, Jana, Clàudia Pina o Martín Prieto han ayudado a generar una unión que, sin llegar a definirla como familia, sí responde al 'una para todas y todas para una'. No hay selección ganadora sin que sea un equipo. Y España ya lo es de manera natural y sana.

FÍSICO

No iba a ser una Eurocopa fácil después de un año larguísimo y de mucha competición para buena parte de las 23 convocadas. Además, comenzó accidentada. Aitana confesó al inicio de la concentración que había acabado exhausta la temporada y, poco después, acabó en el hospital. Su recuperación y regreso al campo ha sido una de las mejores gestiones del staff y el cuerpo médico. La sujetaron al banquillo para conseguir que no hubiera secuelas de inactividad en su rendimiento. A esto se sumó la amigdalitis de Cata Coll, que se perdió toda la fase de grupos. Con un manejo de la intensidad de las cargas, el preparador físico, Víctor Cervera, las ha mantenido en el punto de forma óptimo.

BANQUILLO

La riqueza del banquillo ha sido otra de las claves. Tomé convocó a 23 jugadoras con perfiles diferentes que le han dado muchos recursos. Empezando por Adriana Nanclares en la portería, que apareció cuando Cata no estaba, y acabando por la explosión de Vicky López, una jugadora que Tomé hizo debutar hace un año y que ha sido una de las revelaciones del campeonato. Nadie echó de menos a Aitana ni se echó las manos a la cabeza cuando Laia Aleixandri iba a ser baja ante Alemania. María Méndez cumplió con creces. Como Athenea del Castillo, determinante para el equipo por la energía que aporta como revulsivo. Su protagonismo creció tanto desde la suplencia, asumida con tanta naturalidad que tuvo el premio de la titularidad en la final.

Mariona Caldentey marca el primer gol del partido.

Mariona Caldentey marca el primer gol del partido.EFE

EXPERIENCIA

La selección, con una base amplísima de jugadoras del Barça que se entienden sin hablar, empieza también a aprovecharse de la experiencia de sus jugadoras en otros campeonatos. Mariona ha sido la mejor jugadora en Inglaterra esta temporada, Esther ha crecido por la exigencia de jugar en el Gotham estadounidense y Martín-Prieto se ha ganado un hueco en la selección por sus goles en Portugal. La jugadora española tiene un valor incalculable, es pretendida en los campeonatos más exigentes, y esa experiencia se ha traducido en madurez en esta Euro.

MEDIOS

Por primera vez, la RFEF ha tenido fe en este equipo y le ha puesto a disposición todos los medios para que salga su talento. La única preocupación de jugadoras y cuerpo técnico ha sido el fútbol. Ni instalaciones, ni tratamientos ni descanso ni viajes. Eso es lo único que ellas llevaban años reivindicando y, en cuanto ha llegado, el talento explota y se traduce en pelea por los títulos. El Mundial, y todo lo que pasó después, fue una revolución que provocó que al fútbol se le acompañara con recursos, algo que nunca había ocurrido... y que ya no tiene vuelta atrás.

Duelo real en el palco de Suiza entre la Princesa Leonor y la Infanta Sofía y el príncipe Guillermo, quien se hace perdonar su monumental error de hace dos años

Duelo real en el palco de Suiza entre la Princesa Leonor y la Infanta Sofía y el príncipe Guillermo, quien se hace perdonar su monumental error de hace dos años

Mientras el balón ha echado a rodar en el césped del St.Jakob-Park de Basilea, donde se celebra este domingo la final de la Eurocopa femenina entre Inglaterra y España, en el palco de autoridades se libra un auténtico duelo real que tiene como protagonistas por parte española a la Princesa de Asturias, Leonor de Borbón, y su hermana, la Infanta Sofía, y del lado británico al príncipe Guillermo, el primogénito del rey Carlos III. La sintonía entre nuestra familia real y los Windsor, más allá de sus lazos de parentesco, es excelente, y seguro que la cordialidad va a dominar sobre la tensión durante el encuentro, por más que cada parte anime y cruce los dedos para que ganen las suyas, como es lógico.

A su llegada al palco de Suiza, en declaraciones a RTVE, las hijas de los Reyes de España compartieron su ilusión y orgullo por el equipo de fútbol femenino, en un gesto que refuerza el vínculo de la Corona y las nuevas generaciones del deporte. "Muy contentas de estar aquí. Es una suerte ver a nuestra selección de fútbol. El equipo está concentrado, con energía y confianza. Y ojalá volvamos a ganar y coronar esa triple victoria después del Mundial y la Liga de Naciones", ha dicho la Princesa Leonor. Por su parte, su hermana, más desenvuelta que otras veces, ha afirmado ante los micrófonos de la televisión pública: "Ojalá repetir lo que viví hace casi dos años con mi madre en la final del Mundial. Eso sería increíble.Es una generación impresionante de futbolistas"

Nada más conocerse que las dos selecciones iban a disputar la gran final, el Palacio de Buckingham se apresuró a confirmar que el príncipe de Gales sería quien representara a la Corona británica en esta final en Suiza. Gran apasionado del fútbol, es todo un forofo del Aston Villa. El futuro rey es presidente de la asociación de Fútbol de Inglaterra, cargo honorífico que ejerce con auténtica devoción, por lo que normalmente es él quien se desplaza a animar a su selección a encuentros del máximo nivel en el extranjero. Pero, en este caso, al hijo de Carlos III y la difunta Diana de Gales no le quedaba otra que enmendar el monumental error que cometió en agosto de 2023, cuando le cayeron críticas para aburrir por no asistir a la final de las selecciones de fútbol femenino entre España e Inglaterra del Mundial femenino en Australia/Nueva Zelanda.

El príncipe Guillermo y su hija, junto a la Princesa y la Infanta, en su encuentro antes del partido.

El príncipe Guillermo y su hija, junto a la Princesa y la Infanta, en su encuentro antes del partido.Efe

Entonces, Guillermo grabó un vídeo junto a su única hija, la pequeña princesa Charlotte, que sostenía un balón de fútbol entre sus manos y miraba a cámara muy sonriente. Su padre se dirigió a cámara para decir a las jugadoras de la selección inglesa. "Quiero enviaros mucha suerte para mañana. Lamentamos no poder estar allí en persona, pero estamos muy orgullosos de todo lo que habéis logrado y a los millones de personas que habéis inspirado aquí y alrededor del mundo". Un día después el príncipe tuvo que pedir disculpas por no haber viajado a apoyarlas, escudándose en problemas de agenda. A nadie se le escapó que en pleno mes de agosto resultaba un auténtico engorro realizar un viaje hasta las antípodas para ver un partido de fútbol. Pero, ya se sabe, los cargos con sus cargas... Y, además, el asunto se le puso muy feo al hijo del monarca porque en el debate público se calificó su ausencia de postura de sexista, ya que nadie dudaba de que si hubiera sido una final masculina, el esposo de Kate Middleton sí habría hecho lo imposible por asistir al encuentro. Por cierto, nadie contaba con que fuera la princesa de Gales quien asistiera a Suiza, tanto porque prácticamente nunca se la ha visto ir de forofa a partido de fútbol alguno, como porque su agenda sigue bastante reducida mientras se recupera de los estragos por el tratamiento de cáncer.

En fin. Mucho más lista estuvo entonces la Reina Letizia, quien sí se desplazó hasta Sídney para animar a la selección española, en aquella ocasión junto a su hija la Infanta Sofía. Aquel fue un día extraordinario para el deporte español, y se vio a la Consorte disfrutar como nunca con el triunfo de La Roja, pero la cosa acabó empañada por el beso sin consentimiento de Rubiales a Jenni Hermoso ante los ojos de millones de telespectadores en todo el mundo.

Leonor y Sofía animan a las jugadoras españolas.

Leonor y Sofía animan a las jugadoras españolas.Efe

La Infanta Sofía es una gran apasionada del fútbol. Lo practicó durante un tiempo en España antes de irse a estudiar Bachillerato a Gales. Además de a la mencionada final, vibró acompañando a su padre, el Rey Felipe, el año pasado a la final en Berlín en la que la selección española de fútbol masculino escribió su nombre con letras de oro en la historia del deporte rey al alzarse con su cuarta Eurocopa.

No es la primera vez que Leonor y Sofía comparten palco para animar a la Selección. En julio de 2022, las hijas de los Reyes viajaron al Reino Unido, en la que fue la primera cita oficial de ambas en solitario en el extranjero, para asistir al partido que disputaron las selecciones femeninas de España y Dinamarca dentro de la fase clasificatoria de los partidos de la Eurocopa.

A Doña Letizia se la ha visto de forma intermitente asistir a las finales de la Copa de la Reina. Y, volviendo a aquella histórica finalísima de 2023, todo fueron elogios cuando se chupó un porrón de horas para viajar hasta la ciudad australiana con motivo de la final. Claro que antes le habían caído también a ella algunas críticas por no asistir a ningún partido previo del campeonato, cuando difícilmente sucedería que nadie de la Casa Real animara un partido de la Selección masculina de un Mundial en alguna de las fases previas. Lo mismo hubiera ocurrido esta vez si La Roja femenina no hubiera alcanzado esta final. Mucho se han vuelto a arriesgar en Zarzuela. La ausencia de la Familia Real en el Europeo les habría valido un buen palito. El sexismo en la percepción y consideración que se da a las distintas modalidades del mismo deporte tiene estas cosas.

De Sídney a Basilea, España busca con la Eurocopa sellar su legado más allá del fútbol: "Llevan luchando con mucha energía en muchos lugares. Se lo merecen"

De Sídney a Basilea, España busca con la Eurocopa sellar su legado más allá del fútbol: “Llevan luchando con mucha energía en muchos lugares. Se lo merecen”

Cuando Olga Carmona soltó un zurdazo en el minuto 29 de la final del Mundial que sorprendió a la portera inglesa Mary Earps, España volvía a hacer historia. Eran campeonas del mundo contra viento y marea, gracias al talento de sus jugadoras, que ya acumulaban tres Balones de Oro, y su capacidad de guardar bajo la alfombra los desprecios. Muy poco había cambiado desde que, un año antes, un grupo de ellas levantara la voz contra unas condiciones de trabajo inmerecidas. Algunas estaban en Sídney, en un ejercicio de resiliencia y olvido forzado; otras estaban en casa. Pero aquello que apartaron para jugar al fútbol lo sacudió un beso, una agresión sexual de Rubiales a Jenni Hermoso que escandalizó al mundo. «Se acabó». Una frase de Alexia Putellas que fue principio y final de todo.

En Sídney nació la España campeona que hoy volverá a pelear por un título que no tiene, la Eurocopa, de nuevo ante Inglaterra, dejando un reguero de elogios por su fútbol y su talento. Pero el legado supera al hecho histórico. «Sabéis todo lo que hemos pasado, todo lo que hemos luchado, siempre manteniendo el foco en el fútbol. Y eso es muy complicado. Esta Eurocopa ha sido muy tranquila, cosa que agradecemos, y creo que eso también ha ayudado a sacar nuestra mejor versión. Siempre es más difícil jugar cuando tienes cosas externas», reflexiona Aitana. Esa resiliencia, que por momentos no fue eso sino un amargo trágala, les hizo más fuertes. «Este equipo es mucho más maduro, tiene mucha más experiencia y sabe competir en los partidos», añade la jugadora.

Montse Tomé tiene claro por qué España merece ganar la Eurocopa, y va más allá del fútbol. «Somos un equipo, una selección, unas jugadoras, que llevan luchando, trabajando y esforzándose con mucha energía en muchos lugares. Y ahora hemos sido capaces de que la tuvieran en lo importante, que es el fútbol», sentenció la seleccionadora.

Una reconstrucción difícil

«Esto ha hecho tener un bagaje increíble de todas y que todos los que acompañamos a la selección podamos disfrutar de la profesión pura. Que pueda sentarme aquí y que todas las preguntas sean de fútbol es de las cosas más grandes que habla del cambio que estamos consiguiendo. Por todo el esfuerzo, el equipo se lo merece», añadió.

El camino de reconstrucción no ha sido fácil. El despido de Jorge Vilda y la inhabilitación de Luis Rubiales -en medio de un clamor político y social sin precedentes que terminó también en una condena judicial-, no cerraron las heridas. Con un presidente interino, Pedro Rocha, sin demasiada capacidad de maniobra y con desconfianza absoluta en Montse Tomé, segunda de Vilda, la selección echó a andar tras una larga noche de reproches y compromisos en el salón de un hotel de Oliva. Todo era tóxico menos el fútbol de España, que dos días después ganó a Suecia y goleó a Suiza en la Nations League.

La campeona se exhibió en la nueva competición, la ganó y, por primera vez, se plantó en unos Juegos Olímpicos. Tomé resistía la pregunta constante sobre las convocatorias de Jenni Hermoso, las que iba y las que no, y fue trabajando un equipo que necesitaba muchos cambios en el staff y algunos en el terreno de juego.

Aitana, Martin-Prieto y Esther, durante el último entrenamiento en Basilea.

Aitana, Martin-Prieto y Esther, durante el último entrenamiento en Basilea.AFP

La RFEF, inmersa en una crisis de imagen, se vio abocada a un camino que imponía la igualdad, el respeto y la atención a sus jugadoras, a las que debía dotar de todos los medios posibles para seguir haciendo su trabajo. El modelo lo tenían en Inglaterra y, más cerca, en el Barcelona. Media docena de jugadoras pasaba de un club hiper profesionalizado, entre los mejores de Europa, a una selección precaria. El fichaje de Markel Zubizarreta empezó a poner en marcha un cambio que, ya sin él, aceleró la llegada a la presidencia de Rafael Louzán. Sólo había que acompañar.

A Montse Tomé, cuyo contrato acaba el 30 de agosto, le han permitido dotarse de un cuerpo técnico amplio y preparado, capaz de analizar rivales y transmitir a las jugadoras dónde están sus puntos débiles, como que Berger se adelanta. Luego Aitana, pura inteligencia en el campo, lo interpreta y lleva a España a una final. Porque en la élite, los detalles marcan diferencias.

a golpe de meritocracia

Tomé ha sabido manejarse con un grupo de jugadoras que desconfiaban de ella, pero a las que ha ido convenciendo. En tres años ha ido moldeando al equipo, primero con las convocatorias, renovando el grupo a golpe de meritocracia sin subvertir el orden natural del vestuario. Dejó en sus manos las capitanías, que volvieron a Irene Paredes y Alexia, y ha ido sumando al centro de mando a nuevas jugadoras que garantizan la cohesión. El bloque no ha cambiado demasiado, salvo la irrupción de jóvenes como Vicky López y Jana y el premio a veteranas como Martín-Prieto.

El legado en el campo es tan fuerte que puede servir para conquistar un título que completaría una triple corona inédita: España sería la primera vigente campeona del mundo que también gana la Euro, pero, además, suma una Nations que puede revalidar en noviembre. En el campo siempre quieren más. «Hemos hecho historia, pero somos ambiciosas, queremos ganar y competir al máximo», recuerda Alexia, brillante de nuevo en este campeonato.

Lejos del césped la huella es casi igual de profunda. Igualdad, respeto, audiencias millonarias... el fútbol femenino ha ganado visibilidad en el deporte y seguimiento. Aunque el impulso a la Liga F ha sido limitado, estas jugadoras son iconos nacionales y mundiales. Empezando por Alexia y Aitana, las dos balones de Oro, y siguiendo por aquellas que han dado el salto a otras competiciones, como Esther o Mariona, cuyas experiencias enriquecen la selección. Es el círculo virtuoso de un éxito que se labró en Sídney con un gol y muchas lágrimas.