Andrés Feliz es el líder: una exhibición defensiva del Real Madrid anula al Valencia en el primer round

Andrés Feliz es el líder: una exhibición defensiva del Real Madrid anula al Valencia en el primer round

El dominicano determinante en el primer round de la final ACB fue Andrés Feliz y no Jean Montero. El base del Real Madrid, tan de menos a más en su primera temporada en el Madrid, de pie anoche las mismas tribunas que hace no tanto sospechaban de él y de su fichaje, lideró a un equipo determinado y sin fisuras, capaz de anular al ataque más asombroso que comprobó la liga en los últimos años y de poner el 1-0 que es el mejor de los augurios. [89-75: Narración y estadísticas]

No lo fue para el Madrid hace ocho años, cuando los taronjas, también de Pedro Martínez, se recompusieron para ganar su primera ACB con tres triunfos de carrerilla en cinco días. Radicalmente tendrá que cambiar el Valencia Basket esta vez, tan irreconocible como su líder, un Jean Montero que fue paradigma del desacierto y la espesura. Se quedó en tres puntos, un acierto de nueve intentos, tan seco como sus compañeros, que acabaron arrojando la toalla tras el demarraje local al comienzo del último acto.

En ese acelerón brutal del Madrid, con Feliz tocando a rebato, sin respuesta alguna de los visitantes, se zanjó el primer asalto de una final que prometía más igualdad y espectáculo. El Valencia se encontró enfrente a un Madrid sin fuegos artificiales, pero serio y seguro de sí mismo. Tanto tiene que ver en estos inicios la experiencia, quien tantas veces estuvo en semejante escenario y quien no lo hizo jamás: ningún jugador de Pedro Martínez había disputado nunca una final.

La primera parte fue por momentos un desvarío. Se sucedían los tiros absurdos y precipitados, tan rápidos como desviados; a veces el baloncesto ofensivo, mal concebido, puede resultar aterrador. El Madrid, aplicado en defensa como en sus mejores tardes, había conseguido desarbolar a un Valencia que amaneció con dos triples en un minuto, pero luego lanzó y lanzó sin sentido. Pero los blancos tampoco andaban como para florituras. Tras el inicio asestaron un parcial de 11-0, luego Llull hizo seis puntos seguidos pero tampoco consiguió abrir demasiada brecha.

Fue Tavares el que pronto hizo mella, demasiado en la pintura para los pívots taronjas. Y eso que una de sus primeras acciones fue un fallo tonto seguido de una falta igual de tonta. Pero el gigante es capaz de rehacerse, de olvidar el error y continuar con su labor de zapa. Se fue con 10 puntos y sin ningún rebote al descanso, ahí donde el Valencia al que le viene costando bien poco pasar de 100 se había quedado en 32 puntos sólo tres de ellos de Montero.

Algo tenía que cambiar Pedro Martínez, el último entrenador que ganó en el Palacio al Madrid en ACB (hace 29 partidos, aún dirigía al Manresa). Y su Valencia pareció otro a la vuelta, más veloz todavía, para no dejar a la defensa del Madrid aplicarse. Apareció rotundo Brancou Badio (15 puntos en ese tercer acto), el senegalés que ya destrozó al Tenerife en el tercer partido de semifinales. Un parcial de 4-16 para ponerse por delante.

Y para encender también los motores del rival. Porque, ahora sí, el duelo devino en la batalla ofensiva que prometía. Tavares seguía a lo suyo y a Badio le contestó un gran Andrés Feliz, quien con dos triples seguidos devolvió la ventaja al Madrid (62-55).

Iba a ser el principio del fin del Valencia, el acelerón que le iba a dejar grogui. Más de Feliz, Bruno Fernando, Musa... Y un Llull tan breve como certero. Cuando se quiso dar cuenta, el Valencia estaba 18 abajo. El domingo, segundo episodio, otra vez en el Palacio.

Hezonja y Musa golpean primero ante un tenaz UCAM Murcia

Hezonja y Musa golpean primero ante un tenaz UCAM Murcia

Actualizado Sábado, 8 junio 2024 - 22:43

El Real Madrid no se dejó sorprender finalmente por un más que aguerrido UCAM de Murcia en el arranque de la final de la ACB. Los blancos, espoleados sobre todo por un gran tercer cuarto de Dzanan Musa (16 puntos, 20 de valoración) y Mario Hezonja (11 puntos) y agarrados a la solvencia de Facu Campazzo (11 puntos) se las arreglaron por imponerse a un rival que tuvo en Terry Caupain (16 puntos, 15 de valoración) y Howard Sant-Roos (13 puntos, 22 de valoración) a sus figuras más destacadas. [Narración y estadísticas (84-76)]

El UCAM demostró desde muy pronto su intención de reeditar el heroico desempeño de la semifinal ante Unicaja. Por mucho que se contagiaran a veces de la precipitación madridista en ataque e hicieran aguas en el rebote defensivo, lograron incluso ponerse brevemente por delante. Los blancos, con todo, bien apoyados en Campazzo y Musa, se las arreglaron para lograr una máxima diferencia de ocho puntos que el conjunto murciano, con un triple final de Sant-Roos, logró apretar hasta un 18-13.

Esa canasta abriría un parcial de 4-14 que les permitió colocarse cinco puntos por arriba (22-27), aupados sobre todo por Caupain y Sant-Roos. El Real Madrid, no obstante, supo encontrar la reacción gracias a una necesaria mejora a nivel defensivo, a un providencial triple de Sergio Rodríguez, el primero tras 12 intentos, y la oportuna postrera irrupción de Guerschon Yabusele para alcanzar el descanso con una mínima ventaja (37-33).

Los blancos, con un parcial demoledor de 27-13 en el que brilló por encima de todo Hezonja, siempre excelentemente escudado por Musa, le puso las cosas tremendamente cuesta arriba a un rival al que, de repente, tal vez, le pudo el vértigo. De muy poco les sirvió a los de Sito Alonso que Caupain tratara de mantener el tipo y que Jonah Radebaugh mandará el encuentro al último y definitivo periodo con un 64-48. Los locales, fajándose en defensa para salir acto seguido a la carrera hacia la canasta rival casi con el cuchillo entre los dientes, parecían dejar el duelo aparentemente visto para sentencia.

UCAM, con tres triples consecutivos, dos de Radebaugh y uno de Ludvig Hakanson, se las arregló para poner en alerta al Real Madrid en el arranque del último cuarto. De poco sirvió el Chacho Rodríguez, con un triple y una buena asistencia perfectamente aprovechada por Poirier, y Campazzo, con otro tiro desde más allá de la línea de 6,75, pareciera sofocar la rebelión visitante. Los visitantes reaccionaron con triples de Caupain y Sant-Roos para ponerse 79-71 en una recta final con intercambio de golpes en el que los locales acabaron por imponerse por 84-76.

El UCAM Murcia desafía al Madrid en la final de la ACB

El UCAM Murcia desafía al Madrid en la final de la ACB

Actualizado Viernes, 7 junio 2024 - 17:53

Contra todo pronóstico, el UCAM Murcia disputará el título de la Liga Endesa ante el Real Madrid. Los de Sito Alonso quieren alargar su cuento de hadas tras vencer a Unicaja y competirán la final contra un equipo al que todavía no han conseguido ganar a domicilio en los 29 partidos que han disputado. "Cuando un equipo llega sin nada que perder es más peligroso aún", afirmó Sergio Llull al ser preguntado sobre su rol de favorito en esta final.

"Hemos jugado esta temporada partidos muy igualados y duros. Va a ser igual o peor en esta final porque llegan muy motivados y eufóricos", añadió el base del Real Madrid. Los resultados así lo marcan. Los de Chus Mateo vencieron en Madrid (106-92) en la quinta jornada, pero el conjunto murciano se llevó la victoria en casa con un contundente 73-61.

Esta superioridad del Real Madrid sobre su rival también se ha demostrado a lo largo de los años con las contundentes victorias cosechadas ante el equipo murciano, como la que sucedida en el año 2015, cuando el equipo, por entonces, de Pablo Laso consiguió doblegarle en las eliminatorias finales con Facundo Campazzo jugando como cedido en el equipo murciano.

"Es muy peligroso a domicilio"

"Destaco su energía en defensa y en ataque. Defienden muy agresivo y les gusta mucho correr. Tienen poderío también en un aspecto clave del juego como el rebote", apuntó Llull, quien también reconoció la meritoria trayectoria de su rival para llegar hasta la fase final del campeonato. "El UCAM Murcia ha ganado todos los partidos del playoff fuera de casa, tanto en los cuartos en Valencia como en las semifinales en Málaga. Eso habla muy bien de su carácter y de lo peligroso que es a domicilio".

Sobre las condiciones en las que llega su equipo, el mallorquín aseguró que están "en buena dinámica y con la mente puesta en el partido". Finalmente, aseguró que si logran alzarse con el título, el año sería "muy bueno".

Campazzo remata al Barça y lleva al Real Madrid a la final por la vía rápida

Campazzo remata al Barça y lleva al Real Madrid a la final por la vía rápida

Hace siete días exactamente perdía el Real Madrid toda una final de Euroliga en Berlín. Ya no hay rastro de aquella decepción porque hoy avanza al desenlace de la ACB, sin rasguños ante el eterno rival, un Barça desquiciado y sin alma, eliminado por la vía rápida en una temporada, la primera (y seguramente la última) de Roger Grimau en el banquillo, para olvidar. En el envite más igualado y pasional, en un Palau donde Chus Mateo no ganaba desde hacía dos años, los blancos finiquitaron la semifinal con un Campazzo mortal en la recta de meta. [92-95: Narración y estadísticas]

Pocas veces un choque 'clásico' resultó, en global, tan desnivelado. El Real Madrid ha borrado en apenas una semana sus males y buscará la reconquista de la Liga Endesa y el triplete nacional ante Unicaja o UCAM Murcia. El Barça cierra un año aciago, sin Final Four y sin nada que llevarse a la boca, con un doloroso 3-0, encajando casi 300 puntos en tres partidos, que es una estocada al proyecto post Jasikevicius.

Fue la calma lo que permitió al Madrid acabar con la semifinal que ya venía encarrilada desde el WiZink. Porque, sin red, los azulgrana pusieron sobre el parqué toda la agresividad y energía que les quedaba. A lomos de un extraordinario Jabari Parker (27 puntos y seis rebotes), llegaron con aliento a falta de minuto y medio (90-90), pero ahí temblaron las muñecas, las de Laprovittola y Abrines, y apareció la determinación de Campazzo para sentenciar con dos grandes canastas.

Mate de Jabari sobre Tavares.

Mate de Jabari sobre Tavares.ACB Photo

Desde el amanecer se mascaba la tensión que supone el abismo, la desconfianza con el arbitraje, la frustración de un Barça perdido, con quintetos nuevos cada vez y Kalinic, tan importante antaño, ahora ni siquiera convocado. Pero a Grimau no le quedaba otra que elevar la temperatura, que implicar al Palau, que enervar a sus pupilos. Incluso aunque eso supusiera que su mejor jugador, todo un veterano como Vesely, perdiera los nervios y fuera expulsado (por antideportiva y técnica) a los 12 minutos.

No había red y en estas angustias donde ya el baloncesto no parece alcanzar, tocar a rebato suele ser la única opción. Al menos demuestra amor propio. Especialmente cuando el rival, el que te ha hecho 200 puntos en los dos rounds anteriores, arranca con cuatro de cinco en triples, con una ventaja que llegó a ser de 13 al comienzo del segundo acto (20-33), con Yabusele inspiradísimo. Precisamente ese calentón de Vesely marcó la reacción local, ejerció de revulsivo, con Willy como única opción en la pintura y un maravilloso Jabari Parker. Entre la pareja de ex NBA, 28 puntos para arrimar a un Barça que seguía encendido y que había encontrado el perímetro -incluso con Hernangómez como amenaza- para seguir con vida al descanso (45-49).

La polémica dio paso al espectáculo tras el paso por vestuarios. El Barça parecía haberse sacudido los miedos y se sucedían las acciones asombrosas, como un poderosísimo mate de Jabari sobre Tavares o un alley oop de Campazzo y Hezonja. Con el primer triple de Abrines en la semifinal y la enésima de un Jabari que ya lo acaparaba todo (Hezonja no era capaz de frenarle) igualaron al fin los de Grimau se pusieron por delante (57-55), en una batalla ahora sin dueño y sin complejos.

Musa era la respuesta blanca, pero el Barça por primera vez en la serie estaba subido en la ola, finísimo en ataque. Las faltas en ataque penalizaban a un Madrid que no desesperaba -pese a la técnica a Mateo- y un triple sobre la bocina de Ricky cerró el tercer acto. Fue clave también porque enchufó momentáneamente al base, que tomó las riendas en el estupendo toma y daca que se había convertido la tarde en el Palau.

El Madrid tiró de lo mental para seguir agarrado a la batalla, para jugar con los nervios del rival. Y eso que Laprovittola anotó un gran triple a falta de dos minutos. Entonces, Campazzo como respuesta, como puntilla. Seis puntos del argentino (acabó con 21 y seis asistencias) para silenciar el Palau.