Piscinas de olas, rocódromos, sets virtuales… los ‘secretos’ artificiales de deportistas de élite como Fernando Alonso: “Es fácil entrenar porque repites con las mismas condiciones”
Simuladores de conducción, parques de esquí indoor, rocódromos, piscinas de olas... Son muchos los escenarios en los que el deporte ha ampliado su esfera tanto para fomentar su práctica como, más recientemente, elevar las prestaciones de los atletas de élite. "Es una gozada poder entrenar en cualquier momento del año, con mayor tecnología y de una manera más segura", explica a EL MUNDO, Jesper Tjäder, esquiador de freestyle y campeón del Mundo de Pista de Obstáculos en 2014 en Sochi y medallista olímpico en los Juegos de Invierno de 2022 en Pekín.
Tjäder era uno de los atletas asistentes de GoPro a la presentación de su nuevas cámaras Hero 13 y Black en el centro O2 Surftown en Múnich. Resulta que estas instalaciones, que abrieron el 10 de agosto, tienen esa doble función de ocio y lugar de evolución para deportistas profesionales. "Es fácil entrenar en lugares así porque puedes repetir con las mismas condiciones", expresa Justine Dupont, surfista especialista en olas grandes.
El portavoz de la instalación, Jonathan Henderson, explica a este periódico que cuentan con hasta siete niveles de olas y, dentro de ellas, hay dos secciones para practicar aéreos y otra para realizar tubos. "Todo es customizable", apunta Henderson sobre las infinitas posibilidades que ofrece una de las instalaciones con más tecnología del mundo. "Mediante inteligencia artificial, traqueamos tu recorrido y la posición de tu cuerpo a la vez que tus movimientos y así puedes mejorar tras someter todo a un análisis más exhaustivo", desarrolla.
Precisamente, Johanne Defay, reciente medallista de bronce en París 2024 en la modalidad de surf individual, explicaba que este tipo de mejoras son algo que ya están aplicando todos los atletas jóvenes y menciona el ejemplo de su compañera Erin Brooks que, a sus 17 años, tiene las sesiones de piscina de olas como algo habitual en su entrenamiento a la hora de prepararse para las pruebas profesionales.
Lógicamente, hay deportes, y el surf es uno de ellos, en los que el entrenamiento en lugares artificiales tiene los hándicaps de que las condiciones en los lugares naturales son muy diferentes. Defay ponía el ejemplo de la ola de Teahupoo en Tahití, donde se realizaron los Juegos Olímpicos de París 2024. Para ella, lugares tan característicos como ese, no disponen de modelos replicables fuera de ir allí a entrenar.
En cualquier entorno, Teahupoo también, puede ocurrir que la naturaleza no permita entrenar a los deportistas o por la época del año o, por ejemplo, porque simplemente no hay olas. Así el freeskier Jesper Tjäder agradece que existan lugares para poder practicar su deporte haya o no haya nieve, por ejemplo, o sin estar sometido a condiciones de viento fuertes que pueden generar más peligros a la hora de entrenar en la montaña.
Los peligros, por ejemplo, son otro de los factores que se reduce considerablemente en entornos controlados. "Nosotros tenemos airbags, que nos permiten aterrizar trucos sin ningún riesgo o, al menos, con un riesgo menor", cuenta Tjäder, un deportista que tiene el récord de deslizarse por la barandilla más larga del mundo con sus esquís: 154,49 metros de tubería tras 127 intentos.
La mayoría de estas instalaciones disponen de sistemas de vídeo análisis en alta definición con varios puntos de visión que permiten al atleta corregir todo tipo de parámetros y añaden más ojos a los de, por ejemplo, su propio entrenador. "A través de vídeo en 4K consigo ver la posición de mis caderas, las piernas, las manos y eso me permite desde mi propia visión saber de qué manera necesito colocarme para hacer mis trucos", apunta Tjäder.
Virtuales
Entre los entornos artificiales hay que mencionar los virtuales, que los hay de todo tipo. Existen de golf, para practicar la extensa variedad de golpes que tiene este juego; de tiro y, también de conducción. Fernando Alonso, piloto de Fórmula 1, es uno de los deportistas que han recurrido a este tipo de beneficios, especialmente en la época en la que el Covid-19 paró el mundo en 2020. El asturiano preparó la carrera de las 24 horas de Lemans, tanto la que se realiza de manera virtual que es en junio, como la real, que se celebra en septiembre.
Entre las desventajas, lógicamente, existe la visión romántica y ecologista contraria a este tipo de entornos. Hay deportistas profesionales que cuestionan el impacto medioambiental de estas instalaciones, la mayoría, consumidoras de una gran cantidad de energía y recursos para generar el entorno en el que practicar el deporte. No obstante, las más modernas, como el O2 Surf Town de Munich disponen de sistemas tanto para no desperdiciar agua como para emplear, por ejemplo, energías limpias para mover los motores que generan las olas.
"Además, en este tipo de sitios se pierde el instinto", explica Justine sobre lo intangible del deporte. Eso que, generalmente, diferencia a los superclase del resto de deportistas. Lo que te hace, en resumen, entender esa capacidad espacio tiempo que tiene el deporte para conseguir ventaja respecto de tus rivales.