España tira del banquillo de la ‘familia’ ante Francia: “No me van a fallar”

Actualizado Sábado, 6 julio 2024 - 03:09

Cuando Wirtz empató en el minuto 89 para forzar la prórroga en Stuttgart, todo el estadio recontó los jugadores que España tenía sobre el campo. Se había marchado la irreverencia de Nico Williams y Lamine Yamal, también Le Normand amenazado con una amarilla y Carvajal se tenía que manejar con cuidado porque cargaba con otra. Ante el arrebato al que se alentaba desde la grada, España tenía que responder con los jugadores a los que De la Fuente les había confiado el partido tras mirar al banquillo. Todos le respondieron para volver a demostrar que la fuerza de la familia que han creado. Ahora le reto es repetirlo ante Francia. "No me van a fallar. Voy a muerte con ellos y ellos conmigo", no dudó en proclamar Luis De la Fuente.

Es ahora cuando más se va a mirar al banquillo. España llegará a las semifinales sin algunas de las piezas más valiosas para el entrenador, pero con un rendimiento extraordinario de quienes no han conseguido aún hacerse un hueco en el once. Un dato apuntala este argumento: un tercio de los 11 goles marcados por España los han conseguido jugadores que partían como suplentes.

Es el caso de Dani Olmo. Marcó para cerrar la goleada ante Georgia y ayer no sólo volvió a hacerlo para abrir el marcador, sino que de su bota salió el balón que Mikel Merino cabeceó en el 119 con una plasticidad que deja una imagen para la historia. Se convierte así el futbolista aún de Leipzig en el máximo asistente de la historia del torneo en su fase eliminatoria al haber hilvanado cuatro goles. Pero, además, el tanto de ayer le permite igualar a Cesc Fábregas como el jugador de España que más goles ha marcado sin ser titular.

Ante Francia, Olmo estará entre los once que escuchen el himno junto al colegiado porque el debate abierto entre el catalán y Pedri se lo zanjó a De la Fuente Toni Kroos. Una entrada lesionó al canario en los primeros minutos y dejó el estadio con la rodilla vendada y cojeando. Ninguno de sus compañeros le da por descartado, pero el primer diagnóstico de esguince lateral interno no es positivo, y menos cuando quedan tres días para el partido.

Tampoco podrá jugar Carvajal, que provocó su expulsión en el último instante del duelo como sacrificio para asegurar la clasificación. Eso supone que Jesús Navas será quien ocupe la orilla derecha por donde suele moverse Mbappé. El capitán del Sevilla, el hombre más veterano de esta selección, campeón de Europa con 55 partidos a sus espaldas, tiene muy claro su papel. Sólo jugó como titular ante Albania y aguantó los 90 minutos con molestias en el pie para proteger a Carvajal, apercibido de sanción. En los octavos jugó nueve más y ante Alemania tuvo escuchitas con De la Fuente y fue uno de los primeros que lanzarse al festejo sobre el césped. El martes estará preparado.

Otro que podrá jugar en Munich Le Normand. Vio una tarjeta que provocó que se quedara en el vestuario en el descanso y que no se enfrente a su país de origen. Nacho, que acabó con molestias, tendrá que ser la pareja de Laporte. El ex capitán del Real Madrid, subido al carro de esta selección en el último momento, fue titular ante Croacia y después cedió su lugar a Laporte. Era la idea del seleccionador, que se vio reforzada por unas molestias. Su experiencia le gana la partida a Vivian, el cuarto central de España.

La falsa amarilla de Morata

La dificultad podía haber sido mayor si, como se temió durante algunos minutos, Álvaro Morata hubiera visto una amarilla en el banquillo durante los últimos instantes del partido cuando todos los futbolistas invadieron el área técnica. Así apareció en algunas estadísticas. "No, no puede ser. Si me ha sacado tarjeta tenía que haberlo hecho a todo el banquillo de Alemania", se lamentaba en la zona mixta antes de que le confirmaran que no, que no está sancionado y podrá jugar la semifinal.

Y es que en los minutos tras el gol de Alemania hubo mucho tumulto tras el banquillo de España, incluso hubo un mareo de la madre de Oyarzabal por la tensión del que pronto se recuperó. Y el segundo de Nagelsmann se encaró varias veces con De la Fuente. Todo lo apaciguó el tanto de Merino. "Ha sido un pedazo de gol, probablemente por el minuto y la importancia, el gol de mi vida", reconocía Merino. Había logrado algo extraordinario el navarro. 33 años antes, cuando ni siquiera había nacido, su padre, Miguel, marcaba el 2-3 de para darle la victoria a Osasuna ante el Stuttgart y el pase a los octavos de final de la Copa de la UEFA. Era 1991 y el padre de Merino lo celebró girando sobre el banderín de córner. Ante Alemania su hijo tuvo la cabeza fría de recordar esa celebración y repetirla en el estadio donde fue, por primera vez, internacional absoluto. "Me he duchado rapidísimo porque quería ir a la grada a ver a mi familia y a decirle a mi padre que ya no podrá recordarme más que él marcó en Stuttgart", admitía el jugador muy feliz, consciente que para eso está en esta selección, en el once o en el banquillo, sin rechistar. La familia, siempre lo primero.

De la Fuente, sobre la dureza alemana: “¿Qué quieres, que te den besos? Esto es fútbol”

Actualizado Viernes, 5 julio 2024 - 21:59

«¡Qué equipazo tenemos!». Es lo único que el aliento le permitía decir a Dani Olmo cuando escuchó el silbato del árbitro y España estaba en semifinales de la Eurocopa. Tenía ganas de ser titular, de demostrar en Alemania, en un estadio familiar, que puede catalizar el ataque de la selección. Le tocó hacerlo por una desgracia, pero enseñó, una vez más, de lo que es capaz. Marcó el primer gol, apretó los dientes y en el 119 de la prórroga puso un centro a la cabeza de Merino para echar al anfitrión por primera vez en la historia de la selección y jubilar a Toni Kroos. El castigo para el alemán por haber lesionado a Pedri nada más comenzar el partido.

Del canario se acordó el primero quien salió para sustituirle. «Es el campeonato de todos. Esperemos que lo de Pedri sea sólo un golpe. Esta victoria es para él y vamos a por las semifinales», aclaró en plena recuperación. «En las últimas jugadas, cuando el cuerpo no puede vas con el corazón», admitió. "Estoy muy orgulloso de este grupo, nunca me falla", avanzó Luis de la Fuente en la rueda de prensa, antes de dejar una frase para la historia. Le preguntaron sobre la dureza alemana, especialmente en esos primeros minutos. "Yo jugué al fútbol en los 80, mirad las entradas que había ahí. ¿Qué quieres, que te den besos? Esto es fútbol", cerró.

También estaba «muerto» Mikel Merino, que marcó en su territorio. En Stuttgart debutó como internacional y ha emulado en unos cuartos de final a su padre, que marcó en Copa de la UEFA con Osasuna. «Este estadio tiene algo especial para nosotros», admitió.

Tampoco se olvidará Pedri de este duelo ante Alemania. Seis minutos estuvo en el césped. Una dura entrada de Kroos le provocó un esguince lateral interno en la rodilla izquierda que, pasara lo que pasara, le obliga a decir adiós a esta Eurocopa. Las lágrimas del canario fueron un golpe emocional para la selección. De la Fuente se había decantado por mantenerlo en el once y sobre él se volcó Kroos, que antes de la lesión ya le avisó con otra entrada de que no le iba a conceder ni un metro. Anduvo sobreexcitado el alemán, que también le despachó un pisotón a Lamine Yamal que el colegiado inglés Anthony Taylor tampoco castigo con amarilla.

La piña con Pedri

Su salida del campo noqueó durante algunos minutos a los jugadores españoles, que tardaron en recuperar la tensión. Desde el banquillo saltaron a arroparle y cuando se marchó al vestuario para valorar el alcance de la lesión, comenzó una peregrinación. Raya, Merino, Fermín, Ferran... todos con el permiso del seleccionador fueron a arropar a su compañero, que pudo ver con la rodilla inmovilizada la segunda parte desde el banquillo.

No era el guión que había dibujado la selección, aunque Olmo cumplió a la perfección su papel, marcó y España puso contra las cuerdas a una Alemania contundente que nadó contra corriente. «No han sido juego sucio», aclaró Unai Simón, que cuando llegó el gol de Merino tenía la mente en los penaltis. «Era imposible no hacerlo. Miraba que estaba Kross, Müller...», explicó.

Grandes tiradores y una grada entregada. El 80% del Arena de Stuttgart era blanco, el resto un rojo que quería ser animoso, pero le costaba hacerse escuchar. Lo intentaron, pusieron una bandera de Haro, el pueblo del seleccionador, en el banquillo y una camiseta con el número 3 que lucía el seleccionador, como lateral izquierdo, en sus tiempos de corto. Alentaron, pero el rugido alemán estalló con el gol de Wirtz casi con el tiempo cumplido.

La grada plagada de leyendas

En la grada sufrieron los ex internacionales como Pujol, Gerard Piqué, a pie de césped durante el calentamiento, Iker Casillas o Dani Parejo, que se fundieron con los aficionados durante toda la mañana, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que viajó a Stuttgart junto a la ministra de Deportes, Pilar Alegría. Vivió junto al canciller alemán Olaf Scholz estos cuartos de final en un estadio mítico para la Mannschaft porque en él disputó el primer partido tras la Segunda Guerra Mundial y también como selección reunificada.

Le pedía el jefe del Ejecutivo español a la selección que fuera «fiel a la verticalidad y al ansia de balón que hemos tenido hasta ahora». Sánchez no coincidió con Pedro Rocha, a quien la UEFA otorga la máxima representación de España y estuvo junto a Ceferin. Apenas un saludo protocolario entre ambos. Después Rocha se lanzó al césped a festejar con el seleccionador y los jugadores la clasificación para semifinales. Mientras, Nico y Lamine bailaban con la grada. Habrá una tarde de juegos más.

Alemania y España frente a sus propios espejos: “No hay nada mejor para el fútbol”

Actualizado Jueves, 4 julio 2024 - 21:22

Un cruce en cuartos de final que llega antes de tiempo. Si hay dos selecciones contundentes, eficaces y cuyo fútbol se ha alabado en esta Eurocopa son España y Alemania. Nadie duda de ello. Con matices en su estilo, ambas han caminado con paso firme y una igualdad que les hace mirarse en el mismo espejo y que tiene que romperse en este partido. «Será igualado, al 50%. Son dos equipos de nivel similar, muy alto. No hay nada mejor para el fútbol», advirtió Gündogan. No lo ve diferente Carvajal.

Aunque el juego y los resultados de España den a la selección una pátina ofensiva, Alemania ha marcado un gol más (10), tiene a uno de los máximos goleadores, Musiala (3), y al jugador que más dispara a puerta, Havertz (15). En todas estas estas estadísticas, después hay un español: Fabián. Gana la selección en asistencias, que lidera Lamine Yamal, y en forzar a los porteros a hacer paradas (10). Sin embargo, y pese a la sensación de que Alemania es un equipo más compacto, los españoles ganan más duelos y recuperan algunos balones más, aunque sólo Cucurella (22) aparece en esta lista lejos de Rüdiger (33).

Hombre por hombre, la igualdad se rompe por detalles. En la portería, Neuer ha tenido más trabajo que Unai Simón, pero el vasco ha parado un penalti y ha encajado un gol menos. Ambos han tenido que superar un tanto en propia puerta. La experiencia aparece en el lateral derecho con Kimmich y Carvajal. Aunque la versión del alemán es más ofensiva en cuanto a pases buscando el área y a disparos a puerta (5), el madridista lleva un gol y 100 minutos menos a la espalda.

Más han jugado Rüdiger y Le Normand. Los dos han marcado, en su propia portería y su impacto en el inicio del juego es similar. La diferencia es la contundencia defensiva del central alemán, que ha recuperado casi el doble de balones. También presentan números similares Tah y Laporte con una diferencia: el español saca más el balón y tiene mayor incidencia en las acciones a balón parado, que le han llevado a sumar tres remates en los tres partidos. Entre Mittelstädt y Cucurella, el catalán es más expeditivo en labores defensivas y un complemento perfecto para Nico.

Donde España toma ventaja es con Rodri en comparación con Andrich. «Es el mejor pivote del mundo», admitía Gündogan antes de que reconocer que tienen un plan para incomodarle: «No puedes anular a ese jugador 90 minutos, pero tenemos herramientas para complicarle la vida y crearle dudas». El madrileño es más veloz, abarca más campo y participa mucho más en todas las facetas del juego de ataque, desde el lanzamiento de faltas al gol.

Equilibra de nuevo la balanza Kroos al medirlo con Fabián. «Si pudiera le ataría los pies, pero no creo que la UEFA nos deje», reconoció el seleccionador De la Fuente. El alemán domina mucho más la medular, ostenta el doble de posesión y acumula 43 kilómetros recorridos frente a los 34 del sevillano. Los valores defensivos caen de lado del alemán salvo en que ha sacado 28 córners teledirigidos al área pequeña, mientras que Fabián luce dos goles, una asistencia, 11 ocasiones y siete regates.

Los jugadores de Alemania, en el entrenamiento.

Los jugadores de Alemania, en el entrenamiento.M. MESSARAEFE

Se miden Gündogan y Pedri justo en el mejor momento del alemán, donde mejora en todo al canario menos en regates y recuperaciones de balón, un valor que destaca el trabajo gris que De la Fuente le pide a Pedri.

Las alas son decisivas en ambos equipos y el debate entre las parejas Musiala-Yamal y Wirtz-Williams es la comidilla. El extremo del Bayern ha tenido más suerte. Ha marcado tres goles de siete ocasiones mientras que Lamine ha probado 11 veces, se ha estrellado en el palo y le han hecho tres paradas. Le cosen a faltas (5) y bota saques de esquina, pero es algo menos veloz y regatea menos que el alemán. Aún así, asombra. «Tenemos que contrarrestarlo», advirtió Nagelsmann. «Hay jugador para una década», apostilló Gündogan.

Entre Nico y Wirtz, gana el español, tanto que podría jugar Leroy Sané. El navarro ha tenido más ocasiones (7, de ellas una al palo y otra al larguero), ha hecho intervenir más a los porteros y ha regateado tres veces más que el extremo del Leverkussen. Ahora en disciplina defensiva le gana el alemán.

Havertz como falso nueve está teniendo algo más de incidencia que Morata en goles (2), asistencias (1), regates (3) e incluso posesión del balón. Esta noche, sólo uno seguirá.

España, Francia y Eslovaquia: selecciones ejemplares que se salvan del ‘castigo’ de la UEFA

Actualizado Jueves, 4 julio 2024 - 21:17

Ni los saltos de aficionados al césped, ni las bengalas en la grada, ni los lanzamientos de objetos o las banderas y cánticos improcedentes van a quedar sin castigo en la Eurocopa de Alemania. La UEFA ha tomado nota y ha empezado a girar facturas a las federaciones por los incidentes registrados en la primera fase de la competición y los octavos de final. En total, las sanciones que se han impuesto ascienden a 1,3 millones de euros y alcanzan a todas las selecciones salvo tres: España, Francia y Eslovaquia. El comportamiento de sus aficionados, y de sus jugadores, en los estadios ha sido ejemplar hasta momento y acorde a las normas que marca el máximo organismo.

Croacia, Albania y Serbia serán las que más que tendrán que pagar, en concreto casi 400.000 euros, un tercio del total. Los croatas tendrán que hacer frente a la sanción más alta: 220.875 euros el comportamiento de sus aficionados en las dos primeras jornadas de la competición por encender bengalas, lanzar objetos al campo. Le sigue Albania con 171.375 euros que, además, vio cómo varios de sus seguidores saltaban al campo y exhibían mensajes políticos inadecuados. Por este motivo es tercera en el podio Serbia, que tendrá que pagar 166.625 euros. Las tres fueron eliminadas en la fase de grupos, no así Turquía y Suiza, también recibirán la factura de la UEFA, como Rumanía, Países Bajos, Austria, Polonia o Bélgica. Sólo España, Francia y Eslovaquia no han sido castigadas con pagos de, cómo mínimo, 7.750 euros, que es lo que afrontará Chequia.

Es llamativo el caso de la Federación de Alemania, a quien castiga no sólo por el comportamiento de sus fans sino por «no proteger el área de juego». Es decir, como coorganizadora, tiene responsabilidad en la invasión de los campos, especialmente en los partidos de Portugal ante Turquía y Georgia. Tendrá que afrontar 23.375 euros.

Inglaterra también tendrá que pagar por la frustración de sus seguidores. De los 12.500 euros, 10.000 obedecen a los «disturbios» durante los himnos nacionales en el partido ante Dinamarca (1-1), a los que se unieron lanzamientos de objetos (especialmente vasos) en el duelo ante Eslovenia que acabó con empate (0-0).

Ese mismo comportamiento penalizó a los escoceses, que se quedaron sin opción en las dos primeras jornadas pero se marchan con una multa de 9.000 euros.

La UEFA ha seguido escrutando los partidos de octavos, en lo que se han repetido incidentes como los castigados -en especial bengalas y lanzamientos- y lo hará en cuartos. Pero no sólo mira a la grada, sino también al césped.

El delantero de Albania Mirlind Daku fue sancionado, y no jugó ante España el último partido, por agarrar un megáfono en el duelo ante Croacia y alentar cánticos contra los macedonios y los 'serbios', enemigos de Croacia y Albania.

El máximo organismo europeo también anuncio que abría una investigación a Jude Bellingham por un gesto al banquillo de Eslovaquia tras su gol que podía interpretarse como un menosprecio. Sin embargo, aún no hay resolución.

La sonrisa de Kroos al futuro: un último partido, los sentimientos en un podcast y el aviso a España

Actualizado Miércoles, 3 julio 2024 - 20:08

Demasiada melancolía cuando lo que hay en juego es una semifinal de la Eurocopa, el penúltimo escalón para pelear por el título. A Toni Kroos no le importa. No se ha instalado en ella, pero está saboreando cada último momento. Sostiene a Alemania, no pierde la sonrisa y sigue alimentando lo que vendrá después. No deja de vivir con normalidad una 'jubilación' deseada.

Por eso es capaz de contar en el podcast que tiene con su hermano Felix la resaca emocional del duelo ante Dinamarca y de hacer bromas con Rüdiger además de prestarse a analizar con sumo respeto a España. Con un respeto que ha exigido a ex internacionales como Lehmann. Porque conoce bien a los jugadores a los que se va a enfrentar y porque puede ser adiós. En muchos momentos de su comparecencia pesó más lo último que lo primero, algo ante lo que otro tipo de futbolista hubiera torcido el gesto pero que él afrontó con una sonrisa.

Empezó por responder a Joselu, un español nacido en Stuttgart, con quien ha compartido vestuario y confidencias en el Real Madrid y que le quiere jubilar. "Ojalá el viernes retiremos a Kroos", había dicho minutos antes en el campo base de la selección. El alemán entendió el sentido de las palabras de su compañero. "Lo ha dicho porque quiere ganar, porque quieren estar en el semifinales y ganar el torneo. Me parece un comentario divertido. Yo intentaré que no sea así y creo que Alemania tiene muchas cosas para evitar que España pase. Será un partido excitante que creo que estará al 50% y que no será el último", apostilló.

El adiós es algo que tiene la cabeza e interiorizado, por eso habla con tanta naturalidad: "No me molesta, al contrario. Es una motivación muy grande poder alargarlo lo más posible, ojalá hasta la final. Pero es mi decisión y puedo vivir muy bien con ella. Si no estoy aquí hasta el final, así será, y estaré feliz sin el fútbol". Dejó claro que piensa dedicarse a sus tres hijos y a su academia. Al fútbol desde la barrera.

No ha tenido que hacer de espía sobre España. Son de sobra conocidas las virtudes de la selección, a quien no considera inexperta, como Lehmann. "No nos representa es un tío que siempre tiene una opinión diferente a los demás. Tienen Rodri, Morata, Nacho, Carva, todos tienen experiencia. No tiene razón", aclaró. Tampoco afeó que los españoles tengan confianza. "Me gusta. Es verdad que juega bien, pero ahora tienen que confirmar que son los mejores. Yo veo un partido 50/50 de dos equipos muy buenos que se va a decidir en detalles", explicó.

De España destacó a un Rodri al que admira, pero con quien no compite por ser el mejor en en el centro del campo. "Creo que él es más pivote y soy más un 8. Es uno de los jugadores más decisivos que hay, con España y con City. No se pone nervioso, siempre está calmando, nunca parece estar bajo presión... Es un jugador top, llamado a jugar para Guardiola".

También pone el foco el Lamine Yamal. "Tiene 16 años y es increíble la estabilidad y la confianza con la que juega. Es uno de los jugadores más peligrosos. Nos hemos enfrentado varias veces y es impresionante. Le hemos estudiado. España tiene muy buenos extremos, Nico también y debemos defenderlo entre todos para que no vuele libre como un pájaro", advirtió. Su reto es conseguirlo.

Gakpo y Malen desatan el vendaval de la ‘Oranje’ ante Rumanía para estar en cuartos

Actualizado Martes, 2 julio 2024 - 20:49

Países Bajos lleva mucho tiempo viviendo en la Eurocopa del recuerdo de lo que fue. En los Mundiales suele dejar su sello, lo hizo en Qatar, pero en el continente se baja de la pelea antes de tiempo. 24 años, seis ediciones del torneo, llevaba la 'Oranje' sin superar una eliminatoria, pero deshacerse de Rumanía fue un paseo. Aunque el marcador se mantuvo ajustado demasiado tiempo, los neerlandeses ya no encontraban más formas imaginativas de plantarse en el área rumana. De tanto insistir, llegó. Entre Gakpo y Malen, a quien Koeman sacó del banquillo tras el descanso, liquidaron a la selección de Iordanescu, firme en la fase de grupos, deshecha en el cruce de octavos. [Narración y estadísticas (0-3)]

No entraba Países Bajos en ninguna quiniela de candidatas a ganar la Eurocopa, pero puede que llegue a tiempo. Avanza por la parte cómoda del cuadro y, lo es que mejor, ha crecido con el paso de los partidos. Koeman ha encontrado la tecla y sus jugadores, construyendo desde una defensa hormigonada por Van Dijk, van encontrando los pasillos al área. En su debe ya sólo aparece el acierto, que sigue siendo pobre.

Rumania saltó al césped sin complejos y descarada, tratando de sorprender y darle un golpe de mano al duelo. De hecho pudo haberlo logrado Man con un disparo cruzado buscando la escuadra en la que, solo, voló desde la orilla derecha al centro del área par armar la zurda. Eso fue todo lo que lograron los rumanos. Porque inmediatamente después, las burbujas de su efervescencia desaparecieron y a los 20 minutos ya tenía el marcador en contra.

En las redes de Simons

Gakpo tiró de jerarquía para escaparse por la banda, regatear al lateral del Rayo Ratiu y golpear al palo corto ajustado al poste. No apareció el guardameta Nita para evitar el tercer gol del extremo del Liverpool. Desde ese instante, el partido ya tuvo un dueño sin que Rumanía fuera capaz de evitarlo. Fue como si se hubiera desatado un vendaval, aunque les dio tiempo a cerrar puertas y ventanas. Se sucedieron los ataques y los saques de esquina que, uno tras otro, no se convirtieron en gol.

Muy cerca lo tuvo De Vrij cuando, solo en el segundo palo, recibió la pelota telegrafiada por Memphis Depay. Tampoco es que pudiera abroncarle el delantero del Atlético, que tuvo ocasiones así de claras que tampoco mandó al fondo de la red.

Cuando Rumanía intentaba correr, caía en las redes de Xavi Simons o Schouten y de nuevo arranca un ataque neerlandés. Así toda la primera parte y pudo irse al descando con más ventaja si Simons no se hubiese enredado con la asistencia que le puso Dumfries al punto de penalti, sólo por querer acomodársela a su pierna diestra. La respuesta la tuvo Dragus aprovechando una recuperación de Hagi ante un, por una vez, confiado Van Dijk.

Simons centra de rabona ante Ratiu.

Simons centra de rabona ante Ratiu.AFP

Lo único que cambió tras el paso por el vestuario es que Koeman entendió que Malen le podía poner más picante en la derecha que Bergwijn. Convivir con Rumanía durante 45 minutos más con una ventaja tan corta exigía correr algún riesgo medido. No se equivocó. Malen acabó de redondear el partido más completo de Países Bajos en el torneo, pero costó.

20 saques de esquina

Depay la tuvo antes con un disparo tras una carambola en los defensas que salvó Stanciu casi bajo palos. De ahí no salía. Si en la primera parte los neerlandeses sacaron 10 córners, en la segunda fueron otros tantos. Uno de ellos lo mandó Van Dijk al palo. La descomposición del equipo de Iordanescu ante la mirada contrariada del mítico Gica Hagi en el palco. Nita evitó el segundo de Gakpo, que se recorrió a la carrera todo el campo para llegar a la frontal y armar el tiro que despejó el arquero. De ese córner también pudo nacer el tanto que buscaba, pero lo cazó en fuera de juego.

El partido estaba tan volcado que era cuestión de ir probando a ver cuándo la pelota volvía a entrar. Lo hizo, de nuevo, un desafortunado Depay, que tiró de picardía y, aprovechando que los rumanos no tumbaron a un hombre a los pies de la barrera, lanzó un libre directo rasito que rozó el palo corto. Otra vez la madera impediría aumentar la ventaja cuando apareció Veerman, renacido tras el varapalo ante Austria, para probar. Se acercaba el final y creían las oportunidades, también para Simons, que tampoco acertó. Pero Gakpo estaba empeñado en enterrar a Rumanía, por si se le ocurría resucitar.

Peleó hasta la línea de fondo con Dragusin, que se confió en que la pelota salía. No sólo se la ganó casi pegada al palo, sino que con el exterior le sirvió el tanto a Malen, que aparecía de segunda línea. La tarea ya estaba hecha, pero el jugador del Dortmund quería más. Aprovecharon el último empuje de Rumanía para cazarles en una contra. Robó Simons casi en su área, y lanzó a correr por la derecha a Malen para que amarrara los cuartos de final.

El fado de Cristiano: “Hasta la gente más fuerte tiene sus días. Esta es mi última Eurocopa”

Actualizado Martes, 2 julio 2024 - 13:54

El destino va dibujando para Cristiano Ronaldo una Eurocopa a ritmo de fado. Fatalista y sin brillo más allá del que como colectivo pueda conseguir Portugal. Eso genera en el astro una mezcla extraña de sentimientos que ante Eslovenia, tras parar Oblak el penalti en los últimos instantes de la primera parte de la prórroga, estalló en lágrimas. Cristiano Ronaldo, y no era la primera vez, se rompió.

Lo hizo en la Copa de Arabia tras perder la final y le volvió a ocurrir en el estadio de Frankfurt. Se tapó la cara, acudió Diogo Dalot a arroparle y consolarle, pero cuando Roberto Martínez daba instrucciones en el rondo, vio a su madre en el palco y no pudo contener los sollozos. Otra vez Dalot, Pepe, la guarda pretoriana de Cristiano al rescate. "Fue una muestra de la unión del grupo. Fue él como podía haber sido otro y la reacción hubiera sido la misma. El equipo está con él. Ya marcó muchos, muchos penaltis", admitía Palinha. Bernardo Silva, que lanzó el tercero y último, sabe lo de que habla. "Yo tuve una experiencia hace poco contra el Real Madrid. Sólo la gente que acepta la responsabilidad de tirarlos los puede fallar. Cristiano lo falló como cualquier otro", aseguró.

Pero el astro portugués se lleva una espina clavada que se reflejaba en su cara incluso en la zona mixta. El "partido a la portuguesa" que definió Palinha, "con mucho sufrimiento y final feliz", no fue consuelo, más allá de que da una oportunidad más. "Hasta la gente más fuerte tiene sus días", se limitó a Cristiano con la voz entrecortada para explicar sus lágrimas.

Volvió a darle el entrenador español los 90 minutos del partido y la prórroga. Y él buscó un gol histórico que se le resiste. Lo buscó de jugada, y tuvo un mano a mano en el 90 con Oblak, de cabeza y hasta con dos faltas, una de las cuales también acabó en las manos del meta esloveno.

Ese penalti le hubiera permitido descargarse la tensión. El que lanzó en la tanda no suma en las estadísticas. "Durante un año no fallé y cuando más lo necesitaba el equipo, paró Oblak. Tengo que revisar si lo tiré bien o mal. Es un sentimiento de tristeza y alegaría", alcanzaba a confesar. El portugués no fallaba desde enero 2022. Casi desde entonces no atajaba el arquero del Atlético de Madrid.

A pesar del error, Cristiano se plantó de nuevo en los once metros para abrir la tanda, pateó, marcó y pidió perdón a la grada, un gesto poco habitual en un futbolista al que se le ve ansioso. Consciente de que cada día es uno menos vistiendo la camiseta de Portugal. Quiere despedirse con honores porque ya no habrá más. "Sin duda es mi última Eurocopa, pero no me motiva eso sino hacer feliz a la gente", confesó.

Sin ser incierto, a Cristiano le pesa el gol en su sexta Eurocopa. Es el jugador del torneo que más disparos ha hecho sin marcar, 20. Le siguen Lukaku, que ya está camino de Bélgica, Lamine Yamal y Thuram con 11 y Griezmann con diez. Con él se verá las caras en los cuartos de final en Hamburgo.

"Vamos a dar guerra. Nunca he tenido miedo de afrontar las cosas de frente y rendirse es algo que nunca me oirás", volvió a decir con altanería.

Portugal se agarra a los guantes de Diogo Costa para redimir las lágrimas de Cristiano

Actualizado Martes, 2 julio 2024 - 00:30

Se hundió. La figura gigante y soberbia de Cristiano Ronaldo se deshizo cuando en el minuto 102, en la prórroga, plantado en el punto de penalti tenía en sus botas la clasificación de Portugal a cuartos de final. Estaba enfrente Oblak y se perfiló con la misma decisión con la que le derrotó en la final de Champions de Milán. Esta vez el esloveno venció, lo atajó y rompió en mil pedazos a la estrella lusa. Lágrimas, cabeza agachada y el esfuerzo de todo Portugal por recomponer a un líder que no ha marcado en esta Eurocopa. Volvió a llorar después porque cogidos a la manos de Diogo Costa, se verán con Francia en cuartos. [Narración y estadísticas (0-0, 3-0)]

Fue el meta del Oporto el héroe de la tanda de penaltis al volar para atajar los tres primeros lanzamientos de Eslovenia. Portugal sobrevivía después de un partido de desesperación en el que desperdició ese penalti en la prórroga y vio cómo su arquero sacaba el pie para desviar el último cara a cara que un error de Pepe le concedió a Sesko. Diogo Costa salvó en Frankfurt a las dos leyendas.

La supervivencia de Portugal pareció un milagro imposible en algunos momentos. Arrancó ordenada, reconociendo por dónde hacer daño a otro equipo que se les encerró, pero a medida que pasaron los minutos, se desordenó, enloqueció y empezó a mostrarse vulnerable. Se contagió de la ansiedad que sigue mostrando Cristiano. Sus lamentos de desesperación, desde el mismo arranque del partido, eran tan exagerados como contraproducentes para Portugal. Le quiso meter el equipo de Roberto Martínez algo más de velocidad al juego y porque por las orillas Leao encontraba oportunidades y Bernardo Silva ponía centros precisos que no había quien cazara.

Protestas y miradas

Eslovenia trataba de estirarse con alguna carrera de Sesko, pero era sabedora de que sus opciones pasaban por sujetar a los portugueses. Al pie de la letra lo cumplía Drkusic. El central se lo ganó todo a Cristiano. Le atosigaba en la recepción, le impedía girarse y, sobre todo, le ganaba todos los balones aéreos. Eso provocó que, un partido más, CR7 pareciera un lastre para Portugal. Su cabreo, sus protestas y sus miradas al videomarcador buscando su imagen reflejada hicieron que Portugal, capaz de recuperar con celeridad en el centro del campo, no pudiera armar una segunda jugada rápida porque su punta volvía andando, cabizbajo y en fuera de juego. Aún así lo intentaba frente a un rival que olía el nerviosismo.

La vía esta vez fue la velocidad de Rafael Leao, a quien en una ocasión tuvieron que frenar en falta en la frontal del área. Por supuesto la lanzó Cristiano, con toda su gestualidad, buscando la escuadra de Oblak que no encontró. Esa fue toda la complicación que pudieron crearles a los eslovenos, que empezaron a hallar los espacios. Se escapó por la derecha Stojanovic, se resbaló Pepe cuando fue a pararlo y suerte que apareció Nuno para atajar su centro antes que Sporar. Con el temor en el cuerpo, la mejor ocasión de los portugueses, que no probaron a Oblak entre palos, fue una carrera de Leao que acabó en un centro a la medialuna para el disparo de Palinha que se estrelló en el poste derecho del meta del Atlético.

Portugal, como en cada partido de esta Eurocopa, tenía que hacer algo más, aunque parecía no saber muy bien el qué. Al inicio de la segunda mitad trató de encontrar la solución Cancelo buscando la línea de fondo, caracoleando con el lateral y sacando un centro raso que desvió Drkusic.

Diogo Costa detiene el penalti de Balkovec.

Diogo Costa detiene el penalti de Balkovec.AFP

La siguiente la buscó Cristiano en otro lanzamiento de falta, que era para un zurdo pero, como nadie le rechista, se la pidió buscando ese gol que nunca llega. Fue dura a las manos de Oblak. Si en la primera parte fue Leao el arma ofensiva, en la segunda apareció Cancelo como un destello que deslumbraba al lateral Balkovec. Todo el peligro portugués nació de sus botas.

Pólvora lusa

Tenía que buscar Roberto Martínez más pólvora y echó mano de Diogo Jota a costa de Vitinha. Cristiano, esforzado en tirar faltas, seguía en el campo. Y Portugal no conseguía desencadenarse para asustar a Eslovenia. Matjaz Kek sentía a su equipo cómodo buscando el error que, más de una vez, había asomado en las filas rivales.

Portugal tiene siempre fases en las que juega al tratrán, y eso comenzó a hacer cuando el tiempo corría y empezaba a haber mucho que perder. Buscó entonces el técnico español al eléctrico jugador que le salvó en el primer partido: Francisco Conceiçao.

Lo intentaban los lusos estirándose hacia el área de Oblak y en el minuto 85 llegó su ocasión. Diogo Jota filtró un pase al espacio que corrió Cristiano para armar un zurdazo en un mano a mano que ganó, cómodamente, el guardameta rojiblanco. No se dibujaba bajo el techo del Frankfurt Arena otro escenario que no fuera el de la prórroga. Y ahí pasó de todo. Jota se coló entre los centrales y forzó un penalti, lo falló Cristiano y Sesko perdió la oportunidad de estar en cuartos. Porque los penaltis, en los que volvió a tirar CR7 para pedir perdón, los ganó Portugal.

44 años para ver al jugador ‘total’: Nico Williams marca, asiste y no falla un pase, “pero no soy el mejor del torneo”

Actualizado Lunes, 1 julio 2024 - 11:40

"Con su edad yo jugaba al fútbol", confesaba Dani Olmo en las entrañas del estadio de Colonia, como si lo que habían hecho con 21 y 16 años Nico Williams y Lamine Yamal para derrotar a Georgia y llevar a España a cuartos de final fuera otra cosa.

Él había marcado un gol, como también Rodrigo, MVP del partido, y Fabián, pero las miradas no podían separarse de los chavales de España, capaces de jugar a 'piedra, papel o tijera' un segundo después de volver a hacer historia. La selección ha ganado los cuatro primeros partidos por primera vez en una Eurocopa. Lo colectivo se impone a lo individual en esta selección, se encargan de repetir todos los jugadores, pero el protagonismo es de los dos endiablados extremos. Son un arma diferencial que, además, pulveriza registros.

Desde 1980 no había habido un futbolista 'total' en el campeonato de Europa, capaz de marcar, asistir y no errar ni un sólo pase. 44 años hasta que apareció Nico Williams para asistir a Rodrigo en el gol del empate, marcar el tercer tanto que sellaba el billete a Stuttgart y acertar cada uno de los 46 pases que intentó. Aún así, no quiere halagos.

"Vengo del barro y esto es un sueño hecho realidad. ¿Quién es el mejor jugador del torneo? No lo sé, pero yo no soy", aseguraba al acabar un partido en el que se retó con su amigo Lamine Yamal. "Me va a tener que aguantar toda la semana, pero espero que él marque pronto", deseó el jugador, que tuvo el respaldo de toda su familia en la grada y el detalle de regalarle su camiseta a un aficionado con la camiseta del Athletic.

Nico bailó con su amigo Lamine y ambos retan con descaro juvenil a otra pareja de alas que está volando en este campeonato: los alemanes Musiala y Wirtz. "Sin duda me quedo con Nico y Lamine", reconocía Dani Olmo, que conoce bien a los germanos.

De los 35 disparos a la portería de Mamardashvili, el mayor registro de una Eurocopa, un puñado fueron del joven jugador del Barça, que busca el gol que le convierta en el jugador más joven en marcar. "Me lo guardo para cuartos ante Alemania", bromeaba en la zona mixta. Y es que, como admitía Dani Olmo, con la pelota y sin ella, Nico y Lamine "son un espectáculo".

El 'piedra, papel o tijera' de Nico Williams y Lamine Yamal: "Este equipo es invencible"

El ‘piedra, papel o tijera’ de Nico Williams y Lamine Yamal: “Este equipo es invencible”

Alemania ya sabe que tendrá que correr mucho ante España y, aún así, será difícil que pueda parar a Nico Williams. Georgia lo intentó, incluso le retó a un duelo de velocistas con Kvaratskhelia, pero sólo fue cuestión de tiempo que sus carreras no acabaran ante Mamardashvili. Su gol cerró el pase a cuartos que a España se le complicó. "En la primera parte he probado al palo largo y me la ha adivinado, así que he optado por tirar al corto", explicaba uno de los jugadores revelación de la Eurocopa, que no quiere protagonismo: "He venido del barro y soy humilde. Este equipo es invencible".

La virtud de surfear sobre la veintena es que nunca se ve el camino empinado, por eso ni Nico ni Lamine Yamal (que no está ni cerca de los 20) lo vieron en ningún momento e insistieron una y otra vez hasta que encontraron la forma de derribar el muro georgiano. Cuando acabaron el trabajo, se sacudieron las manos y se jugaron a 'piedra, papel o tijera', como en el patio del colegio, quién bebía agua primero. "Discutimos por el botellín, pero gané yo", confesaba entre risas Nico Williams, de quien su hermano, en la grada, se mostró orgulloso a través de X.

Aunque ellos huyan de la personalización, el resto del equipo sabe que ellos son un arma esencial. "Por eso necesitábamos tener calma y darles pelotas en el uno contra uno", aseguró Fabián, que volvió a marcar con una asistencia de Yamal. A ambos los elogió Luis de la Fuente, muy contundente en su análisis de la noche: "Hemos sufrido un poco, pero el partido era de ocho o nueve a uno". El otro seleccionador, Sagnol, tenía una visión diferente: "El primer gol es fuera de juego, es clarísimo. No entiendo los motivos por los que no se pita. El VAR es una herramienta maravillosa, pero no saben usarla", se quejó.

Reconoció el andaluz que no estaba acostumbrada España a ir por detrás en el marcador y menos después de un gol en propia puerta. Fue Le Normand el que temió a Kvaratskhelia y puso el pecho. Antes, la selección ya se había estrellado ante el portero del Valencia. Se puso Mamardashvili pegamento en los guantes para blocar balones, y eso fue lo que hizo cada vez que España tiró entre los tres palos.

El primero fue a Pedri, el segundo a Carvajal y después a Fabián y a Cucurella. No fueron ocasiones para el lucimiento que engorde su vitola de mejor portero del torneo, pero faltaba la de Nico Williams. Esta sí le forzó a un blocaje de emergencia y fue el primer aviso. Ante el zurdazo de Rodrigo ajustado al palo a 98 kilómetros por hora, nada pudo hacer. El centrocampista del City marcó su cuarto gol con España para provocar que el partido arrancara de nuevo para alivio de la grada.

Era justo lo que necesitaba la selección. Un tiempo muerto para reaccionar. Cuatro minutos antes el propio Rodri pedía calma porque se habían contagiado de la revolución que se empeñaban en forzar los georgianos empujados por su afición. "En el primer tiempo no éramos nosotros. Hemos tenido demasiada prisa", argumentaba Fabián.

Aunque Kvaratskhelia fue una pesadilla para Carvajal y, con pillería, quiso hacer pagar a Unai Simón su juego tan adelantado, le ganó Lamine Yamal para poner un centro a Fabián para ordenar el partido y sumara su segundo gol en esta Eurocopa.

Con la nube de la sorpresa despejada, el extremo del Barça buscó la forma de batir al meta valencianista y así poner su nombre en la historia de la competición. Hasta tres veces estuvo a punto y la pelota no quiso entrar. Tendrá que ser ante Alemania. "Estoy seguro de que su gol va a llegar", vaticinaba Nico.

La que sí entró fue la de Dani Olmo para tumbar los planes que Sagnol pudiera tener de intentar sobrevivir. Se los hizo llegar al capitán Kashia en un papelito a través de Davitashvili aprovechando un cambio.

El aviso de Inglaterra

España se sobrepuso, concienciados los futbolistas de que a estas alturas los errores se pagan caros. Nada más saltar al césped en Colonia se embobaron mirando por los videomarcadores cómo Inglaterra sufría con Eslovaquia. Los suplentes aún vieron la chilena de Bellingham para el empate y el gol de Kane en el arranque de la prórroga. Era el recordatorio de que ninguna selección concede en esta Eurocopa, por muchos quilates que tenga el rival.

Quizá fue eso lo que Pedro Rocha iba reflexionando en su visita en solitario por la mañana a la Catedral de Colonia. Algunos aficionados españoles le reconocieron y se fotografiaron con él; otros directamente huyeron. «No queremos saber nada de corrupción», explicaban. Se paseó como un turista más por toda la Seo, que cuenta desde hace siglos con un relicario que guarda los restos de los Reyes Magos. «Quizá les haya pedido que le traigan la victoria en las elecciones», bromeaban los aficionados.

El favor de la UEFA, por el momento, lo tiene. En el palco estuvo al lado del presidente, Alexander Ceferin, y escoltado por la ministra de Educación y Deportes, Pilar Alegría, que representó al Gobierno en esta eliminatoria. Esta vez no hubo ningún problema protocolario y, aunque se sufrió por momentos, el final fue feliz. Habrá que ver en Stuttgart el próximo viernes.

A España no sólo le costó doblegar el orgullo de Georgia, sino sostenerse en un césped en mal estado. Como en Frankfurt, Gelsenkirchen o en Dortmund, el verano alemán ha traído tormentas que han ablandado los campos. Y no sólo se levantan, sino que provocan los resbalones de los jugadores que lo eligen bien las botas. Uno de ellos fue Rodrigo. Por suerte España no lo pagó y él acabó como MVP.