Griezmann apuntilla al Mallorca y le pone picante al derbi

Griezmann apuntilla al Mallorca y le pone picante al derbi

El Atlético lleva puesto el traje de villano que amenaza el liderato del Real Madrid, pero no sabe vivir tranquilo. Genera una tensión que acelera los corazones del Metropolitano, como si necesitara ponerle picante a los partidos y que las victorias se cierren de manera tan agónica como explosiva. Una catarsis colectiva con un componente casi atávico. Tuvo al Mallorca contras las cuerdas y, pese al gol de Samu Lino, lo dejó vivo hasta que apareció Griezmann al rescate en el añadido para ponerle picante al derbi en el Bernabéu. [Narración y estadísticas: 2-0]

Necesitaba el Mallorca recuperar sensaciones y se plantó en el Metropolitano con las ideas muy claras, dispuesto a resistir lo suficiente hasta que llegara su oportunidad. El plan de Arrasate pareció que lo descosían entre Julián Álvarez, revoloteando por la mediapunta, y un endiablado Giuliano convertido en estandarte de la filosofía familiar. El Simeone entrenador celebraba 500 partidos en el Atlético y el hijo luce con orgullo la camiseta de superhéroe al rescate, haga o no falta. Ante el Mallorca no necesitó superpoderes.

Las grietas de los baleares comenzaron a aparecer a los veinte minutos, que fue lo que tardó el Atlético en arrinconarlos. Un desmarque de Sorloth que leyó Julián Álvarez acabó con Greif evitando el gol del noruego. Era la primera aparición del eslovaco, que vio cómo Barrios no ajustaba un disparo de lo más peligroso. Mientras, Oblak era un espectador más.

El Atlético ganaba en fútbol y en intensidad. El Mallorca no conseguía ajustarse ni encontrar a Larin y Muriqi. La única vez que logró contactar con el kosovar se anticipó Le Normand, impidió su control de espaldas y apareció Giuliano para cazar la pelota e iniciar una carrera endiablada hacia el área que pilló descompuesto al rival. Atrajo defensas y le dio a Samu Lino, que aparecía por la izquierda, la oportunidad de batir la portería balear. Habían conseguido llevar su control al marcador sin haberse llevado ni un solo susto.

El Mallorca jugaba muy lejos del área rojiblanca y no hallaba la forma armar ataques. Sin balón y sin colmillo para robarlo, pensar en el empate parecía una quimera. Hasta se les escapó un suspiro de alivio cuando, otra vez, Greig salvó el segundo gol. Esta vez llegó por la superioridad que fueron creando los colchoneros por el costado izquierdo. Reinildo, Lino y Julián Álvarez, que apareció en la orilla del área para romper la cintura de Valjent y poner un centro a Giuliano que, a bocajarro, salvaron las manoplas de Greif, convertido en el hombre que mantenía con vida al equipo de Jagoba Arrasate.

Necesitaba el Mallorca inquietar y para eso dio un paso adelante al inicio de la segunda parte. No bastaba con ser un equipo tan ordenado como romo, y empezó a afilarse por la banda de Mojica. Un centro llovido lo cazó Valjent y no cogió portería porque se estrelló en Lino. La amenaza empezaba a asomar y, al instante, el Cholo movió el banquillo. Protegió a Julián de la amarilla que le hubiera apartado del derbi ante el Real Madrid y dio la varita a Griezmann mientras que refrescó la medular con las piernas y los pulmones de Gallagher.

Nada impidió que es esfumara su control y comenzaran a aparecer los errores, como la amarilla innecesaria de Le Normand que le deja sin jugar en el Bernabéu. El Mallorca fue creciendo y encontrando el camino guiado por Sergi Darder, por primera vez al mando. El primer aviso lo dio el centrocampista estrellando una falta envenenada en el larguero. El segundo fue obra de Dani Rodríguez con un disparo a centro de Rober Navarro. Asano y Mojica había se habían colado en la banda de Llorente casi sin oposición.

El partido enloqueció convertido en un correcalles sin dueño, a merced del equipo que no cometiera errores y tuviera más pegada. Los dos entrenadores se habían buscado en sus banquillo toda la artillería posible. Probó Riquelme en una falta a un palmo de la medialuna que se estrelló el travesaño. Simeone, brazos en alto, pensaba que ya sólo le quedaba apelar al rugido del Metropolitano para aguantar la victoria... pero tenía a Griezmann.

Todos los números de la Champions: un gol cada 28 minutos, 17 millones entre Barça y Madrid, 371 recuperaciones del Mónaco

Actualizado Jueves, 30 enero 2025 - 19:14

El final de la fase liguilla del nuevo formato de la Champions permite hacer un primer balance de la apuesta de la UEFA que lleva a una conclusión: en estos 144 partidos ha habido más goles, una emocionante última jornada y ha provocado alguna sorpresa entre los modestos, pero el dominio de los grandes, salvo en el caso del Manchester City, no se ha visto amenazado. También ha dejado ya suculentos premios: casi 1.300 millones de los que un buen bocado se los han llevado los equipos que han hecho los deberes.

Más goles y más goleadas

470 se han visto en este primer tramo de la competición, 3,27 por partido o, lo que es lo mismo, se ha celebrado un gol cada 28 minutos. Esta cifra contrasta con los 375 que se marcaron en toda la competición la pasada temporada y se debe no sólo al incremento de equipos y partidos, sino también a que el formato ha desterrado la especulación y ha restado valor a los empates. De poco servía hacer cuentas y, en muchas ocasiones, el orden en la clasificación lo ha marcado la diferencia de goles. Eso ha llevado a que en 19 partidos se haya visto a un equipo marcar al menos cinco goles. La mayoría de los tantos se han visto en las segundas partes y, especialmente, en los tramos finales. De los 470 goles, el 35%, 169, se han marcado del minuto 61 al pitido final.

LETAL BARÇA

En este apartado goleador brilla especialmente el FC Barcelona, que lidera la tabla de equipo más goleador con 28 tantos, seguido del Borussia Dortmund (22) y el Atlético y el Real Madrid, con 20. El equipo de Flick, además, lidera esta estadística sin ser el equipo que más ocasiones ha creado, que es el Bayern con 184. Hay que bajar al décimo puesto para encontrar a los azulgranas, que tampoco es el que más ataca. En ese ranking son octavos y lo lidera el Manchester City de Guardiola. Con lo que le costó evitar la eliminación a los citizens, también aparecen en los datos como el equipo que más ha disparado a puerta , con 17 intentos de Haaland, y que más pases con éxito ha dado.

GUIRASSY Y LEWANDOWSKI

Buena parte del éxito del Barça está en el rendimiento de Robert Lewandowski. El polaco está al frente de la tabla de goleadores con 9 tantos, los mismos que ha sumado Guirassy con el Dortmund. A ellos se suma Raphinha, que ha marcado ocho, uno más que Vinicius y dos más que Julián Álvarez. El capitán del Barça también se cuela entre los mejores asistentes junto al delantero del Atalanta De Ketelaere. La pelea por el título de máximo goleador estará cara, mucho más que la pasada temporada. Se lo llevó Mbappé, con ocho goles para llevar al PSG a semifinales, empatado con Harry Kane y con dos tantos más que Rodrygo, que acabaría con la mayor alegría de proclamarse campeón.

DEFENSA: MÓNACO E INTER

Hay que destacar que ha sido el Atlético el tercer mejor equipo en labores defensivas sin liderar las estadísticas de portería a cero y sin tener al mejor guardameta. En el desempeño defensivo global, destaca el Mónaco, con 371 balonces recuperados frente a los 367 del Brest, pero ninguno se han colado en el Top 8 y los rojiblancos sí. También lo han hecho los equipos que han dejado su portería a cero más veces: el Inter (7), el Liverpool y el Arsenal (5). El mejor portero salvando de goles ha sido el danés Vindahl para el Sparta de Praga: 41 paradas que no han evitado la eliminación. En el cuatro lugar de esta estadística aparece Courtois, con 38 .

VINICIUS, BELLINGHAM... y casadó

La irregular trayectoria del Real Madrid en esta liguilla no sólo le ha dejado fuera del Top 8 sino que también ha impedido que sus estrellas lideren alguna estadística. Vinicius aparece cuarto en la tabla de goleadores, con seis tantos, y Belligham como segundo en balones cortados, con 29. Curioso es que estos datos los lidera Marc Casadó, con 33.

LIVERPOOL, INTRATABLE EN PREMIOS

No es que haya acabado como primero en esta liguilla, es que no ha perdido ni un partido y es el equipo que más dinero se embolsa: 56,22 millones. Le sigue el Barça con 54,5 millones que alivian sus cuentas. Para el Atlético la bolsa asciende a 53 millones. La UEFA subió la parte fija de ingresos por participar y el premio por pasar de ronda y ha repartido casi 1.300 millones. Como buena parte los fio al desempeño deportivo, la undécima posición del Real Madrid lo deja con 37,3 millones, 17 menos que el conjunto azulgrana.

Un Barça inconformista liderado por Lamine se queda sin la guinda tras empatar con el Atalanta

Actualizado Miércoles, 29 enero 2025 - 23:28

No fue suficiente la irreverencia para deshacer el oficio. El Barça rozó la corona europea en esta primera fase pero el Atalanta evitó que se la ajustara sin que eso supusiera haber logrado el objetivo de colarse entre los ocho mejores. Se sostuvo el equipo de Flick en Lamine Yamal, inconformista como buen adolescente. No especuló, no echó cuentas y se agigantó ante las trampas de del rival buscando sin cesar, como si fuera un juego de escapismo, la manera de noquearles. Fue su irreverencia la que estuvo a punto de sorprender a un pegajoso Atalanta que no halló cómo frenarle. A fuerza de descaro y diabluras, los descosió, con su capitán Raphinha de escudero, pero se encontraron con que los italianos renacieron una y otra vez.[Narración y estadísticas: 2-2]

El Barça hubiera podido ver la superjornada por televisión con palomitas porque, contra todo pronóstico después de aquella primera derrota ante el Mónaco, había cuajado una competición casi perfecta, por momentos arrolladora, que le colocaba en octavos de manera directa librándoles de cualquier agonía. Sin embargo, en un momento álgido de la temporada, afianzarse en el segundo escalón tras un Liverpool que parecía inalcanzable no era suficiente. Hansi Flick mandó ese mensaje con un once en el que no falta nadie. Necesitaba todo el talento para vencer a un Atalanta incómodo que sí se jugaba esquivar una eliminatoria.

Fue tan previsible el equipo de Gasperini como efectivo, porque en la tela de araña que teje a sus rivales caía el Barça. Solo había un jugador capaz de liberarse por su imprevisibilidad. Lamine Yamal fue el quebradero de cabeza de los italianos. En su primera escapada por la banda filtró un balón prometedor a la carrera de Raphinha al que se anticipó De Roon. Primer intento. Respondió el Atalanta haciendo aparecer a Szczesny por primera vez a los diez minutos cuando Zappacosta se escapó por la orilla izquierda para poner el centro perfecto a De Ketelaere que tocó Balde para enviarlo al cuerpo del meta polaco. Se lamentaba Gasperini mientras Flick contenía la respiración por su apuesta, arriesgada, bajo los palos.

Era el partido un toma y daca entre dos equipos dispuestos a dañarse pero sin encontrar cómo. Probó de nuevo Lamine con un disparo de rosca desde la frontal marca de la casa, gemelo de aquel ante Francia, que esta vez rozó el palo. Él agitaba, y aunque Atalanta encontraba disparos como el de Retegui que salvaron los dedos de Szczesny, siguìó tirando de repertorio: un doble recorte a los defensas o un centro a Lewandowski que no cazó.

Se llevaron los azulgrana el susto de un tanto anulado a Zappacosta, pero al regreso del vestuario Lamine encontró el premio. Una jugada que nació en Koundé, que Lewandowski, arrastrando a su par a la medular, descargó en la banda para que Raphinha asistiera al chiquillo, que iba a jugar. Escondió la pelota a Kolasinac y batió a Carnesecchi. El golpe espabiló a los italianos, fuera de los ocho primeros con la derrota.

Respiraron cuando Lamine volvió a inventar un golpeo de exterior que salvó su portero y, sobre todo, con un disparo desde la frontal de Éderson que fue el empate. Lejos de tranquilizarse, el duelo se volvió a romper. En el intercambio de ataques, Araújo cabeceó al segundo palo un córner de Raphinha y Pasalic fusiló la portería culé tras un centro de Zaniolo. Fue entonces cuando Flick tuvo que explicarle a Lamine, enfuruñado, por qué le sacaba del campo. El empate no les servía a Atalanta para librarse de una eliminatoria y tampoco permitía al Barça aprovecharse del tropiezo del Liverpool .

El triste ocaso (y el sueño imposible), de Neymar, el hombre de los 464 millones en traspasos

Actualizado Martes, 28 enero 2025 - 16:41

Hora de volver a casa. Neymar pone rumbo al Santos brasileño, su club de origen, después de acordar su salida del Al-Hilal saudí. Es el regreso de un jugador que aspiró a competir la gloria a Leo Messi o Cristiano Ronaldo pero que se quedó a medio camino en una carrera guiada más por sueldos y traspasos millonarios que por los títulos deportivos.

En el palmarés del brasileño de 32 años aparece la Champions que conquistó con el FC Barcelona, tres Ligas y tres Copas del Rey, un oro y una plata olímpicos y un sinfín de campeonatos en Francia con el PSG. Sin embargo, lo que más reluce es su capacidad para moverse en el mercado. Neymar es el líder del mercadeo y sigue luciendo el título de traspaso más alto de la historia del fútbol mundial por los 222 millones de euros que el PSG abonó al Barça en el verano de 2017.

Neymar eligió el club azulgrana cuando explotó en el Santos y su salida era inminente. Pese al intenso interés del Real Madrid, con Florentino Pérez a la cabeza, escogió jugar en el Camp Nou con Leo Messi y Luis Suárez. Todo previo pago de 88 millones al Santos y el pacto de comisiones con su padre que acabarían provocando hasta tres procesos judiciales.

En Barcelona se vio al mejor Neymar, especialmente en la temporada 14/15, con la llegada de Luis Enrique al banquillo. Había superado la temporada de adaptación de la mano de Messi y acabó jugando 51 partidos para marcar 39 goles y ganar el triplete (Champions, Liga y Copa del Rey). Ese rendimiento le llevó al tercer escalón podio del Balón de Oro en 2015, lo que redondeó en el verano del 2016 con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Brasil, su mayor logro con la selección.

Pareció que Neymar había digerido la presión por el coste de su fichaje y proponerse como escudero ideal del '10' argentino, lo que acabaría por ser un problema. En marzo de 2017, su entorno entendió que viviría siempre a su sombra. La remontada 6-1 ante el PSG, liderada por el brasileño, acabó recordada por una icónica imagen de Messi, lo que abrió la puerta a dejarse querer. Apareció el PSG con una propuesta millonaria que el brasileño barajó durante meses.

Con Ernesto Valverde en el banquillo, el verano fue un continuo rumor sobre su marcha al conjunto parisino, estirado por su entorno para sacar tajada y no perder el pago de 40 millones por una prima de renovación pactada con el Barça que caducaba en agosto. Hasta Gerard Piqué contribuyó al desconcierto al publicar una foto con Neymar con el texto "Se queda".

No ocurrió porque el jugador presionó para marcharse y el PSG aceptó pagar los 222 millones de la cláusula. Nunca un club había pagado tanto por un futbolista y, además, le puso un contrato de 44 millones de euros sobre la mesa. Iba a ser el líder de un proyecto que aspiraba a ganar la Champions y que no lo logró.

De Messi a Mbappé

Si en España tuvo que hacer frente a tres procesos judiciales por su fichaje (dos acabaron en pacto y en el tercero, por corrupción y presunta estafa, fue absuelto junto a su padre, Sandro Rosell y Bartomeu), en la capital francesa apareció un calvario mucho más preocupante: las lesiones. Los tobillos se convirtieron en un quebradero de cabeza y empezó a perder minutos. Si huyó de la competencia con Messi, ahora tenía la del ídolo francés: Mbappé. Al tiempo, sus fiestas y otros escándalos lo llevaron a los titulares.

Sólo era cuestión de tiempo que buscara otros aires y, como siempre en su carrera, eligió el campeonato que más llenaba sus bolsillo. La temporada pasada firmó por el Al-Hilal, que pagó 90 millones de euros por su traspaso. La rotura del ligamento cruzado de la rodilla le ha impedido jugar con los saudís, que han tomado la determinación de rescindir su contrato de 100 millones de euros por temporada pagando una indemnización de 64 (lo que totaliza 464 millones entre traspasos e indemnizaciones).

El jugador que en enero de 2018 tenía una valoración de mercado de 180 millones, en diciembre valía 15 millones. Era el momento de intentar volver a casa. Será la primera vez que Neymar cambie de equipo sin ganar más dinero, pero es el precio que paga para vivir su ocaso en un entorno amable con la esperanza de llegar con Brasil al Mundial de 2026.

El Barça se reengancha a la Liga arrollando al Valencia con una escandalosa goleada

El Barça se reengancha a la Liga arrollando al Valencia con una escandalosa goleada

Un vendaval contra un muro de paja. El Barça desnudó hasta el ridículo a un Valencia transparente que mostró todas las miserias que le van a condenar al averno. No lo activa ni la adrenalina de quien ve su vida en peligro y fue un despojo a los pies de un equipo ansioso por recuperar el pulso a la pelea por el título de Liga, ahuyentando las nubes que no le dejaban brillar en Montjuïc. [Narración y estadística: 7-1]

En apenas 25 minutos no sólo se metió los tres puntos en el bolsillo con un póker de goles que lograba tan pronto desde hace 17 años, sino que alimentó el ego de futbolistas que Flick quiere sumar. Mostraron colmillo Ferran y Fermín, excelso con goles y asistencias, fue feliz Lamine Yamal con su repertorio de caños y taconazos y Raphinha, una vez más, engrasó su letalidad. Hasta Szczesny sobrevivió a sus groseros errores y Lewandowski hizo números para el Pichichi.

No pudo soñar el Barça un partido más perfecto ante un Valencia que, pese al tímido despertar con Corberán, se disparó a los pies en un abrir y cerrar de ojos. En el primer duelo, Lamine Yamal la he enseñó Gayà que era noche de brujas. Lo retó, le ganó como a Yarek y sirvió un balón a De Jong que se coló en el corazón del área para, sin que nadie le persiguiera, adelantar a su equipo ene l minuto tres. La segunda ráfaga fue un remate de Raphinha a la contra y la tercera un centro lateral de Balde, con toda la banda a su merced, que cazó Ferran para engordar el marcador y lograr su primer gol ante el Valencia que no celebró. Había dejado Flick al goleador polaco en el banquillo y el Tiburón se relamía.

El Barça era dueño absoluto del partido, abusón con la pelota como los de último curso en el patio del colegio y tan letal que los valencianistas temblaban. Se descosían por las costuras sin saber cómo sostenerse en pie. Y llegó el tercero para que enseñar todas las vergüenzas. Lamine de taconazo hizo un caño a Yarek para encontrar a Fermín que, a la media vuelta, lanzó la pelota a Raphinha cuando se colaba entre los dos centrales y los arrastraba antes de armar un disparo y batir a Mamardashvili. Desde noviembre no marcaban más de un gol en Montjuïc y en apenas 15 minutos ya sumaban tres. Lo peor que le pudo pasar al Valencia fue que Flick agitara su once buscando el hambre de jugadores que rescataron la mejor versión del equipo culé para diversión de su afición. Ni ellos ni la grada se conformaron.

Otra diablura entre Fermín y Ferran la atajó Tárrega antes de que apareciera la primera jugada polémica del partido. El Valencia logró estirarse, pisar área y ver cómo Casadó arrollaba de manera expeditiva a Almeida sin que ni para Soto Grado ni para el VAR fuera penalti. Ni tiempo tuvieron los valencianistas de lamentarse porque se vieron con el cuarto gol en contra. Esta vez fue Cubarsí quien buscó la espalda de los centrales por donde apareció Fermín a la carrera. Aún no se ha había jugado ni media hora.

Era imposible que el Valencia alzara esa losa, pero de nuevo apareció el VAR para impedirlo al anular un penalti de Szczesny a Hugo Duro por una falta previa de Gayà a Koundé. El desastre no tenía enmienda y cayó el quinto. Lamine volvió a dejar sólo a Raphinha, que estrelló su remate en el palo pero apareció Fermín para rebañarlo.

Corberán hubiera necesitado una varita mágica para resucitar a su equipo en el vestuario y apenas pudo ordenarlo, lo que no evitó que siguiera recibiendo golpes. Desperdició Ferran el sexto, y encontraron el primero los valencianistas en un centro de Diego López que empujó Hugo Duro. Era como poner una tirita a un hemorragia en la femoral.

Corberán empezó a pensar en activar al recién llegado Aarons, proteger a Gayà o Almeida o dar entrada a futbolistas que necesitan minutos mientras Flick buscó a Lewandowski, infalible cuando tiene ante sí a los blanquinegros. El primer balón que llegó a sus pies acabó en la redes de Mamardashvili. Ante este voraz Barça no había nada que hacer, tan solo intentar que la vergüenza no fuera mayor. Pero ni eso logró, porque Tárrega se marcó el séptimo en propia puerta intentando atajar un remate de Ferran. No recibía el Valencia siete goles en Liga desde 1955.

Nunca hubo partido porque el Barça lo convirtió en un plácido entrenamiento que sirvió hasta para engrasar una defensa que podía estar jugando en el filial. Y nadie se acordó que no estaba Pedri. Para el Valencia, herido de muerte, solo hubo un momento para la esperanza: la vuelta al césped de Diakhaby tras 329 días recuperando su rodilla. Fue el único aplauso que mereció el Valencia.

El viaje interior de Gayà para retar a Lamine Yamal y rescatar al Valencia de la orfandad

Actualizado Domingo, 26 enero 2025 - 08:33

Con más o menos talento y carisma, el lateral zurdo de un equipo es un jugador de complemento... menos en el Valencia. José Luis Gayà es el alma, la esencia de un equipo que se desmorona año a año y que lucha contra un destino que le tiene con un pie en Segunda. Es el clavo al que el valencianismo se agarra, y no sólo porque recuerde a tiempos mejores. En Mestalla se sufre su ausencia por la mala fortuna que le persigue en forma de lesiones en momentos clave y porque, sin el capitán, el equipo se empequeñece dejándose muchos puntos por el camino. En concreto han sido 48 de los 96 en juego desde que empezó el calvario físico del jugador en la temporada 22/23. En porcentaje asusta más: el Valencia ha perdido el 46% de puntos disputados en 32 partidos sin él.

A Gayà le ha perseguido un mal fario que ha aprendido a digerido. "¿Qué puedo hacer? No está en mi mano ni lo puedo cambiar. Sólo puedo trabajar para salir más fuerte", comentó a una persona de su entorno cuando el pasado mes de mayo se confirmó que debía pasar por el quirófano para suturar el recto femoral de su pierna izquierda y afrontar una larga recuperación. Ha sido su viaje interior, de "aprendizaje", de asumir que "las lesiones no se pueden controlar" y de hacerlo sin miedo. "Cada lesión es una lección de todo", confiesa. El fútbol, amable y cruel, Le quitó un Mundial y le dejó a puertas de una Eurocopa en la que podría haber sido campeón. Él mira la otra cara: es capitán del club de su vida, al que llegó con 11 años, representa los valores del valencianismo y va a tirar de un equipo por el que apostó para sumar ya más partidos que el mítico Claramunt.

No le ha tocado una época fácil, pero ni huye ni se arruga. Se sabe líder de un vestuario donde lleva el brazalete y está obligado, a sus 29 años, a ejercer de veterano. "Veo a un equipo convencido e ilusionado por salir de esta situación complicada. El equipo está muy vivo", sentenció. La experiencia de 2023 le dejó huella aunque, lejos de temblar, el lateral prefiere pensar que, en esto sí, hay remedio. "Quiero darle la vuelta. Tenemos la oportunidad de cambiarlo. Hay margen. Tengo ilusión y ganas", dijo en palabras que también hace resonar en el vestuario. Porque no es de alzar de la voz, pero sus gestos en el campo lo dicen todo. Hasta levanta a Mestalla, con quien ha desarrollado una conexión especial. Quizá por la grada sabe que sin él se sufre.

Gayà se ha perdido 32 partidos de Liga en las últimas tres temporadas: seis en la 22/23, 13 en la 23/24 y otros tantos en la actual. El Valencia sólo ha ganado siete, ha empatado nueve y ha perdido 16. Sin su capitán ha sumado 30 puntos de 96, apenas el 29%.

Para Carlos Corberán es imprescindible tenerlo sin contratiempos como el pisotón que sufrió en los primeros minutos antes el Sevilla y le dejó dos puntos de sutura en el empeine. Lo necesita a su mejor nivel en defensa y, sobre todo, como arma de ataque.

La prueba de Lamine Yamal

En Montjüic vivirá su primer reto desde el regreso: Lamine Yamal. Nunca antes se han enfrentado porque la eclosión de la joven estrella ha coincidido con las lesiones del valencianista. Sin embargo, sí se conocen. "Tengo el recuerdo de verlo cuando llegó a la selección con 16 años y aluciné. Dije que iba a marcar una época. Lo tiene todo para triunfar y su progresión no tiene límites", aventuró.

Sin haberse cruzado, Gayá tiene en mente ese duelo. "A Lamine lo tengo bastante visto. Es complicado porque no sabes que es mejor: si ir rápido a presionar, porque tiene habilidad para salir por los dos lados, o si darle espacio, porque te puede generar situaciones complicadas. Hay que hacerlo correr para atrás. Ahí puede estar la clave", advirtió. La receta la pondrá a prueba en este partido, donde puntuar catapultaría el ánimo del equipo, y también dentro de dos semanas en los octavos de final de la Copa del Rey.

¿Qué Barça tendrán enfrente? Puede ser el equipo al que Leganés y Las Palmas colorearon la cara o el arrollador que remontó en Lisboa: "Ese partido de Champions fue un recital. Cómo creyeron. Tiene grandísimos jugadores y han sabido adaptar muy bien lo que les pide el entrenador y ser muy agresivos hacia adelante. Yo y el equipo nos preparamos para enfrentarnos a la mejor versión".

Raphinha emerge en la locura de Lisboa para cerrar la remontada del Barça y colocarlo en octavos

Raphinha emerge en la locura de Lisboa para cerrar la remontada del Barça y colocarlo en octavos

Recomponerse en medio de la locura fue lo que hizo el Barça ante el Benfica para entrar en los octavos de final de la Champions. Lo cerró Raphinha en el tiempo añadido después de picar piedra contra el rival y la desgracia. De una sacudida en 30 minutos y un sinfín de disparates que parecieron dejarlo aturdido a una remonta para la historia. [Narración y estadísticas (4-5)]

El Benfica golpeó tres veces con rapidez, la primera sin que los azulgrana rompieran a sudar. El gallego Álvaro Carreras se convirtió en un martirio con sus escapadas por la orilla izquierda y en la primera se plantó en el lateral del área para poner un centro al punto de penalti que Pavlidis le ganó a Pau Cubarsí. Primera mueca de Hansi Flick en el banquillo porque intuyó que el joven lateral iba a ser un quebradero de cabeza. En tres minutos ya tuvo certeza cuando, de nuevo, calcó la jugada sin que esta vez cazara la bola el noruego Aursnes.

Antes de recibir más latigazos, el Barça se estiró buscando la igualada. Pedri filtró un pase a Lewandowski para que entrara en juego, pero fue un pisotón de Tomas Araujo a Balde lo que provocó que, de penalti, el polaco lograra el empate con un lanzamiento impecable. Era el minuto 11 y el partido parecía que iba a asentarse después de un arranque frenético. El equipo culé quiso manejar y el guardameta Trubin tuvo que sacar una mano para evitar que Gavi enviara al fondo de su portería el rebote que, por instensidad, se llevó ante Antonio Silva. El crecimiento del Barça lo frenó en seco uno de sus propios jugadores.

Los errores de Szczesny

Había apostado Flick por darle la titularidad a Szczesny en la portería y, desde el minuto 22, debió de arrepentirse. Primero porque abandonó el área para cazar un pelotazo larguísimo a la espalda de la defensa y que también perseguía Balde y acabó arrollando a su lateral y dejando el balón franco para que Pavlidis marcara su segundo gol de la noche. Sin tiempo para asimilar el mazazo de tener que nadar contra corriente, de nuevo se lanzó a los pies de Aktürkoglu. Tocara balón o no, el colegiado neerlandés no lo dudó y el VAR tampoco: penalti que lanzó el héroe griego de la noche. Pavlidis, que sólo había marcado un gol con el Benfica esta campaña, se convirtió en el primer jugador que le hace un hat trick al Barça en Europa en apenas medida hora.

La remontada se antojaba complicada para un equipo al que le costaba jugar y no dejaba de acumular desgraciados errores. Pero aún había tiempo. Mucho tiempo. El Benfica iba a fiar el resto del partido a armar contras, a correr por los costados para sorprender una vez más. Ante eso, el Barça intentó llegar al descanso con presión alta y robos en la salida de pelota, y tuvo sus ocasiones. Primero Lamine Yamal, que no enganchó al segundo palo un centro de Raphinha desde el costado izquierdo. Después fue el propio capitán quien armó a bote pronto un disparo tras una recuperación de Lewandowski de los pies de un central. No parecía infalible el Benfica, pero tantas fueron las facilidades que, en muchos momentos, lo pareció.

No tuvo más remedio el Barça que intentar recomponerse, a pesar de que los lisboetas volvieron a inquietar, como en la carrera que Cubarsí le ganó a Aursnes. Buscó Flick a De Jong para darle el mando y liberar a Pedri y el colmillo de Fermín. Antes probó Lamine desde la frontal a la grada y Pedri hizo pasearse una pelota por el área pequeña que no acertó a empujar Lewandowski. Hasta se animó el canario al disparo viendo que no había manera de acortar distancias.

El malentendido entre Szczesny y Balde que dejó en bandeja el 2-1.

El malentendido entre Szczesny y Balde que dejó en bandeja el 2-1.AP

Entonces Trubin devolvió parte de los regalos de su compañero en la portería contraria. Un saque de puerta cómodo se le quedó bajo y acabó en la cabeza de Raphinha para espolear al Barça... unos segundos. Porque un centro lateral de Schjelderup lo empujó Araújo antes de que llegara a atraparlo Szczesny.

Todo en este partido era sobreponerse a la desgracia. Y el Barça lo hizo. Encontró otro penalti, esta vez de Carreras a Lamine, que marcó Lewandowski para estrechar el marcador y un testarazo inapelable del recién incorporado Eric García al perfecto centro de Pedri que pareció salvar un punto. Entonces emergió Raphinha para, en una contra, obrar la proeza y colocar al Barça entre los ocho que avanzan directamente a octavos.

Trifulca en el túnel

La efervescencia del partido no acabó con el pitido final. Antes vio una tarjeta roja Cabral en el banquillo del Benfica y, ya en el túnel, Raphinha fue protagonista de un enfrenamiento con jugadores locales en el que tuvo que intervenir la policía.

"Al salir del campo me han insultado y yo devolví los insultos, aunque sé que no se debe hacer. Soy una persona que no se lleva nada para casa y si me dicen, también va a escuchar. Al final nos calentamos todos", explicó el capitán, en declaraciones a Movistar Plus, antes de reconocer que esta temporada está siendo la mejor de su carrera.

La resistencia toma Mestalla: el Valencia se pone en pie con una victoria ante la Real

Actualizado Domingo, 19 enero 2025 - 23:16

El Valencia tiene un eslabón centenario que le une a Primera: Mestalla. Es arropado por su pueblo donde ejerce su resistencia. Lo hizo hace dos años y se ha conjurado para repetirlo. Es la misión de una grada que lleva en la piel la lucha contra el dueño que les abandona, pero no olvida su misión. Ante la Real Sociedad, en todos los momentos en que el equipo comenzó a temblar, emergió como escudo protector para ayudar a sumar una victoria, la tercera, la primera de Corberán y el paso al frente hacia una tarea titánica. [Narración y estadísticas (1-0)]

El Valencia necesitaba gestionar su angustia, algo que va más allá del fútbol. Temblaba el equipo cuando además de al rival tenía que sobreponerse a sus propios demonios. Saben todos los jugadores, y se lo recuerda todo un estadio, que el escudo de defienden sostiene una historia que no pueden manchar con un descenso. Pero son últimos y cada jornada es una menos de vida para intentar resucitar. Hay que ganar partidos, sumar puntos, recuperar el fútbol olvidado y hacerlo sin que la responsabilidad lastre las botas.

Contaba la Real con ese aliado para tratar de llevar el duelo a la agonía que siempre acaba penalizando. Desahogados y con más armas, la opción de desesperar al Valencia fue la suya al inicio. Alguacil confió en que, con la Europa League en el horizonte, le bastaría sin Kubo o sin Oyarzabal. Por eso sufrió.

La necesidad como combustible

No podía permitirse el Valencia otra cosa que no fuera empujar y empujar a la Real al área de Remiro. Por los carriles, con Foulquier sacando los colores a Pacheco y Javi López. Por ahí apareció Javi Guerra para, en cuatro minutos, poner un centro al punto de penalti que Diego López cabeceó cruzando el exceso. Habían detectado un punto débil que volvería a aprovechar Guerra para buscar a Hugo Duro en el corazón del área, aunque el madrileño la dejó pasar imaginando la incorporación de Rioja al segundo palo. Había perdonado dos veces y Mestalla farfullaba sin dejar de alentar porque la parroquia se siente involucrada en la faena de la salvación.

La necesidad se ha convertido en combustible que Corberán trata de canalizar hacia al juego y lo logró. El Valencia apretó con orden a la Real ahogándolo de manera que no tejió dos pases. Su medular se volvió transparente, tanto por el trabajo de Barrenechea como por el crecimiento de Javi Guerra, que volvió a dar destellos del jugador que emergió hace dos temporadas. Zubimendi no podía sostener el equilibrio, Brais no aparecía y Sergio Gómez, sin pelota, ni existió.

Ahora bien, sus ocasiones aparecieron a la carrera. La más clara la creó Becker tumbando a Mosquera a la altura de su banquillo para poner un centro a Öskarsson, solo en la media luna, que inexplicablemente envió al lateral de la portería de Mamardashvili.

Zubeldia, ante Luis Rioja, el domingo en Mestalla.

Zubeldia, ante Luis Rioja, el domingo en Mestalla.EFE

Ese fallo espabiló al conjunto donostiarra, que fue creciendo siempre de la misma manera: con velocidad a la espalda de los centrales y de Gayà. Era una forma de intimidar y, a la vez, de neutralizar las escapadas del capitán valencianista. Justo en ese momento, en el minuto 25, el Valencia asestó el golpe.

Acertado en la brújula Javi Guerra buscó de nuevo la derecha, por donde progresó Foulquier para sacar un centro chut raso al segundo palo para la aparición de Hugo Duro, que fusiló a Remiro. El resto fue apretar los dientes para sostenerse hasta el descanso, porque la Real tuvo el empate en una rocambolesca jugada con múltiples remates en la que el Valencia, como un equipo de alevines, defendió por acumulación. La gestión de las ventajas es una asignatura pendiente.

El mando de Brais

Lo que se intuyó fue una evidencia al regreso del vestuario. La Real se desató bajo el mando de Brais e hizo dudar a los locales, sometidos y sin encontrar cómo volver a estirarse. Más madera buscó Alguacil con Take Kubo y Barrene y retrucó Corberán buscando la seguridad de Pepelu para volver a pisar área. Todo el estadio empujó al equipo a una reacción y empezó a enseñar el colmillo.

Fue Rioja el que, tras la peinada de Hugo Duro, encaró la portería donostiarra y, en lugar de soltar un zurdazo, optó por buscar la entrada de Fran Pérez. La segunda fue aún más clara. Gayà, como si jugara al billar, colocó la pelota entre los centrales para que la ganara Hugo Duro, pero estrelló el remate en el cuerpo de Remiro. Entró en efervescencia la grada y el banquillo de la Real se removió. Refrescó Alguacil y ya no pudo prescindir más de Oyarzabal. Acababan los donostiarras con todo su talento en el campo mientras Corberán remendaba por las lesiones de Diego López y Luis Rioja.

Poco más ocurrió porque el Valencia tocó arrebato. Se empeñó en cerrar el partido agarrándose a ese gol de Hugo Duro, apretando los puños y los dientes, achicando agua y sostenido por un Mestalla convertido en el jugador número 12 que explotó recordando que sí, se puede.

El Barça se atraganta con un Getafe que sostuvo su muralla

El Barça se atraganta con un Getafe que sostuvo su muralla

El Barça que avasallaba en Liga fue un espejismo. No aparece y el campeonato se le atraganta ahora que sus rivales se aceleran. Hace tiempo que perdió su ventaja y la alegría que muestra en las copas y en Europa se esfuma y flaquea cuando debe engancharse a la pelea doméstica. Se enredó en el Coliseum y mira de lejos el liderato que un día atesoró. [Narración y estadísticas (1-1)]

El Getafe es experto en preparar encerronas. Desde 2019 había conseguido que el Barça cayera en la trampa una y otra vez. No sólo no ganaban los culés, sino que en las últimas cuatro temporadas no habían ni siquiera conseguido marcar. La dificultad parecía que iba a durar nueve minutos. Quiso Bordalás ahogarles en la zona de creación, evitando que el balón fluyera a los costados para Lamine Yamal y Raphinha. Pero la efervescencia de su plan la desbravó Pedri encontrando un pasillo imaginario al corazón del área donde apareció Koundé con un desmarque en diagonal. Se lanzó Soria a los pies del francés sin quedarse un balón y, a trompicones, lo mandó el lateral al fondo de la red.

Con la ventaja pareció que el Barça podía desmadejar a un equipo en el que sólo Coba por la orilla izquierda mostraba ímpetu en ataque. Volcados en la contraria estaban los azulgrana, encontrando flancos por donde perforar el muro. Lo pudo hacer Raphinha cabeceando un centro de Koundé, otra vez en el área. Flick se llevaba las manos a la cabeza porque Lamine había retado a Rico para encontrar a Gavi, que vio aparecer al lateral francés y dejó que pusiera la asistencia. Se habían colado por las grietas del Getafe sin aprovecharlo para engordar el marcador. Y eso, en el Coliseum, se paga.

protocolo antirracismo

En una contra, fueron los hombres de Bordalás los que se sacudieron el primer golpe. Una jugada iniciada por Aleñá, que se apoyó en Milla, facilitó el remate de Coba en el segundo palo. El rechace de Iñaki Peña acabó en los pies de Arambarri, quien sólo tuvo que empujar el balón a la red. Koundé rompió el fuera de juego. El equipo menos goleador había descosido al Barça, que tenía que empezar a roer de nuevo el hueso para no ver como espectador la pelea por el título.

Nunca es el Getafe un rival cómodo en su fortín, pero al Barça ya no le quedan vidas. La exhibición en el Clásico de la Supercopa o ante el Betis no suman puntos, ni siquiera parecen haber dado el impulso suficiente. Lo sabe el técnico alemán, que volvió a llevarse las manos a las cabeza cuando, al filo del descanso, Lewandowski tampoco acertó a cabecear entre los tres palos un centro telegrafiado de Balde. La necesidad empujaba a los dos equipos a desatarse en la segunda parte, que arrancó con González Fuertes activando el protocolo antirracismo por la denuncia de gritos desde la grada.

Flick buscó hacer correr más la pelota poniendo a De Jong al mando. Casi lo nubla Arambarri después de que Uche corriera a la espalda de Cubarsí y encontraran con un taconazo a Djené para que se la dejara del cara a uruguayo, que tuvo doble castigo: su remate acabó en las manos de Iñaki Peña y se lesionó.

Los futbolistas del Barça, tras el 1-1 de Arambarri.

Los futbolistas del Barça, tras el 1-1 de Arambarri.AP

No tardó en responder el Barça con una escapada de Raphinha que buscó a Lewandowski y el polaco a Lamine, que apareció para pegarle mordida. Ante la necesidad, la estrella comenzó a soltar chispazos que electrizaron a los culés. No fue suficiente para tumbar a un equipo acostumbrado a mascar hormigón y esperar el error del rival. Lo pudo provocar Uche en un contragolpe y Flick respondió mandando al campo a Dani Olmo. La aceleración tenía que ser máxima sin caer en la precipitación.

Nada le salía porque enfrente tenía a un rival curtido en estas batallas, capaz de compactarse y volverse pétreo al tiempo que explota su capacidad de sorpresa, como hizo Djené rematado a las nubes un centro de Uche o Diego Rico cazando una carambola tras un córner que estrelló en el pecho de Iñaki Peña. El Getafe no dejó de buscar su oportunidad sin olvidarse de los deberes encomendados por Bordalás. Y si fallaban, estaba David Soria, que salvó con la manopla un disparo lejano de De Jong.

Reclamó el Barça penalti por un abrazo de Uche a Koundé y Lamine siguió insistiendo en buscar centros a Raphinha, que remató a bote pronto al lateral de la red. No había manera de encontrar la vía de tumbar al Getafe y la losa de haber sumado seis puntos de los últimos 24 es ya demasiado pesada.

La Federación Valenciana de Fútbol acelera la reconstrucción de los campos y reclama los fondos públicos comprometidos

La Federación Valenciana de Fútbol acelera la reconstrucción de los campos y reclama los fondos públicos comprometidos

El fútbol valenciano va a dar un acelerón para recuperar la actividad tras la dana del 29 de octubre que arrasó con las instalaciones de 37 clubes de la provincia de Valencia. 24 campos quedaron impracticables, convertidos en campas de acopio de enseres y vehículos, obligando a los equipos a buscar nuevos lugares donde entrenar y jugar. Dos meses y medio después, la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana (FFCV) quiere dar un acelerón en la recuperación y reclama los fondos públicos comprometidos por las instituciones porque, hasta el momento, su único y gran apoyo ha sido la Fundación Trinidad Alfonso, que forma parte del Mecenazgo de Juan Roig.

"Sin Trinidad Alfonso, muchos clubes no hubieran empezado a jugar. En el convenio que tenemos para facilitar material deportivo y transporte a los afectados ha destinado 472.642 euros, un máximo de 10.000 euros por cada concepto a cada club", explicó el presidente de la FFCV, Salvador Gomar, en un diagnóstico de la situación del fútbol en la 'zona cero'.

"Contaba más con la ayuda pública que con la privada que hemos recibido, pero ahora toca apretar a las instituciones porque queremos acelerar. Ahora vamos a correr", añadió Gomar, que ya maneja un presupuesto para recuperar todo lo daño: diez millones de euros. "Entramos en un momento clave para que todas esas instituciones públicas y privadas que se comprometieron den el paso definitivo. De momento ayudas públicas no ha habido ninguna", destacó.

Dos millones de esos diez a los van a aportar Trinidad Alfonso y el Villarreal. "Van a recuperar cinco campos en Aldaia, Algemesí, Beniparrell, Catarroja y el barrrio de La Torre de Valencia, zonas que están listos para que empiecen los trabajos. El resto, empezará a estarlo a partir de ahora. Por eso los fondos, si bien no se requieren de forma inmediata, sí son necesarios", aseguró.

Ese apretón lo dará al Gobierno, para reclamar los dos millones que comprometió el CSD, a la Dirección General de Deportes de la Generalitat o a la Diputación de Valencia, que anunciaron ayudas sin concretar dotación económica.

La RFEF, junto a la LaLiga, tendrá que aprobar sus ayudas que, de momento, se ciñen al dinero que se pueda recaudar con la celebración de los partidos de la Selección Española masculina y femenina el próximo mes de marzo en Valencia. A eso se sumarán 200.000 euros comprometidos por la Mutualidad de Futbolistas y 500.000 prometidos por FIFA y UEFA.

Además, la FFCV abrió una cuenta de bizum que recaudó 19.252 euros. De ellos, 17.000 fueron recaudados por la Federación de Fútbol Insular de Las Palmas y el Valencia CF tiene 1,1 millones disponibles para activar. Incluso hay futbolistas especialmente implicados, como Álvaro Morata, que activó su Fundación para ayudar a la reconstrucción de algún campo.

"Quedan ocho millones por cubrir y se valorará esta semana cuáles se puede acometer, porque algunos sigue siendo imposible", reconoció el presidente.

La dana afectó a 20.000 licencias, el 15% de fútbol valenciano, y 39 árbitros. La FFCV, que tiene un campo en propiedad afectado en Paiporta, hasta el momento se ha hecho cargo de pagar el transporte de los afectados para entrenar y jugar y los arbitrajes. En total, hasta el 9 de enero ha supuesto 43.589 euros hasta el 9 de enero, aunque el total previsto para toda la temporada es de 201.300 euros.

Dos años de recuperación

Todos los clubes han retomado la actividad, aunque no todos los equipos, pero la viabilidad está por ver porque Gomar considera que la "plena normalidad" no llegará hasta la temporada 26/27.

"Los clubes tienen temor a desaparecer si no tienen instalaciones. La mayoría te dicen que se plantean tener el campo en agosto para que no se les escape talento. Desde la FFCV el plan estratégico para las próximas dos temporadas va a estar marcado por la dana como puntal estratégico. Por eso me doy dos años para recuperar la normalidad, como si no hubiera ocurrido nada", puntualizó.

Fuera de la dana, la FFCV está centrada en que Valencia sea sede del Mundial. "La RFEF tiene interés y lo celebro. El CSD tiene el libro de la candidatura, la FIFA va a venir a ver las sedes y puede que alguna candidatura caiga o que se necesite una instalación más. Ser sede puede beneficiar a la zona dana", sentenció Gomar.