El Atlético se enreda ante el Espanyol: sin gol y bajo la zozobra de Simeone

Actualizado Miércoles, 28 agosto 2024 - 23:43

Se enredó el Atlético en sus propios pies. Fue capaz de acelerar el duelo ante el Espanyol, de tenerlo en su mano y dejar que languideciera hasta temer que se escapara el punto del tibio empate. Tuvo de delante un rival tan serio como poco incisivo, que aún no ha marcado un gol pero que fue creciendo a medida que los minutos le acercaban a la supervivencia.

Se pintó el partido al inicio como un paseo de los locales, que no parecían notar la ausencia en el once de los tres jugadores más determinantes en los primeros partidos: Llorente, Barrios y Griezmann. Con un Espanyol que parecía estar aún en fase de adaptación a la categoría, Simeone experimentó con la opción que encandila al Metropolitano, rendido a Julián Álvarez y a Sorloth. Todo rojiblanco sueña con que esa pareja se complemente porque será sinónimo de gloria. Para que eso ocurra, hay que alimentarla, y tanto Riquelme como De Paul se tomaron muy en serio la misión.

En el minuto 6, fue Riquelme quien asistió a la Araña para que forzara el paradón de Joan García, salvador de su equipo en la primera parte. Pese a que a Lino le tocó volver a retrasarse en la banda izquierda, aún tuvo fue fuelle para mandar al poste un balón que le sirvió De Paul. El argentino, que arrancó la temporada algo indolente, no sintió la presión de la medular perica y se manejó con tanta soltura que sacó un surtido de asistencias, especialmente para los testarazos de Sorloth. Pero también para buscar a Julián, que tuvo otra buena oportunidad de hacer su primer gol de rojiblanco en un córner que peinó Le Normand y quedó para empujarlo en el segundo palo. Estaban dominando a su rival y se habían instalado en el área enloqueciendo a una defensa que se veía asediada con centro laterales y pases filtrados buscando la amenaza de un gigante noruego y la pillería de un argentino.

Sin embargo, como si en la pausa de hidratación hubieran tomado una poción mágica, el Espanyol despertó. Pedía su técnico, Manolo Jiménez, que complicaran más la vida a Koke y De Paul, y el primero que lo hizo fue Puado que mandó por encima del larguero la mejor ocasión. Se estaba dibujando otro partido al que el Atlético no se adaptó. Había perdido verticalidad y el peligro. Aun así, antes del descanso, Julián Álvarez peleó un balón en la banda derecha para entregárselo a De Paul y que se lo sirviera, cómo no, al noruego. Pero apareció, una vez más, el meta catalán.

Tan poco le gustó a Simeone la primera mitad que enmendó su alineación: se acabó el descanso para Llorente, porque necesitaba su aceleración tanto como a Griezmann entre líneas y a Barrios de pulmón. En la primera jugada de la reanudación, por los tres pasó la pelota y acabó en un remate de Sorloth. La maquinaria parecía volver a funcionar.

Sin embargo, esta vez el Espanyol ya le había cogido el pulso y, como mandaba su entrenador, encontró la forma de exigir a los cerebros del Atlético. El primero en fallar fue De Paul, a quien Veliz le robó el balón para buscar a Puado que, de tacón, la dejó pasar para el remate fallido de Aguado. Ya se iban acercando y eso volvió a inquietar.

Por eso los rojiblancos presionaron cuando el VAR revisó una jugada embarullada que acabó con la pelota en el fondo de la red rebañada por Riquelme... en fuera de juego. No conseguía el Atlético desatascar el marcador y el Espanyol lo percibió. Por eso, optó por refrescarse para entrar en el toma y daca que pedía el duelo.

Tuvo el gol Barrios, lo buscó Griezmann, con poca lucidez, pero la mejor ocasión la tuvieron los pericos en las botas del marroquí Cheddira en un mano a mano con Jan Oblak. La inquietud de la parroquia rojiblanca se agigantó cuando Simeone agitó de nuevo el once, mandó a Sorloth a la ducha, y se encomendó a la chispa de Llorente y el mando de Barrios, que le dejó Griezmann solo ante Joan García para... fallar. Murió el Atlético en el área, pero no fue capaz de acertar.

Queda en suspenso el acuerdo verbal del Valencia con el Aston Villa para la cesión de Barrenechea y se ultima la del central belga Caufiez

Actualizado Miércoles, 28 agosto 2024 - 16:59

El traspaso de Giorgi Mamardashvili al Liverpool no es la última operación del Valencia en el mercado de fichajes. El club quiere reforzar la plantilla de Rubén Baraja, eso sí, sin invertir ni un euro. Una temporada más, acude a operaciones de última hora con otros equipos para negociar cesiones. En esta ocasión había apalabrado con el Aston Villa el préstamo hasta junio del centrocampista argentino Enzo Barrenechea y con el Clermont de la segunda división francesa la del central belga de 27 años Maximiliano Caufriez.

Sin embargo, la llegada de Barrenechea, de 23 años, está paralizada. Se trata de un pivote que llegó al equipo de Emery el pasado mes de junio tras pagar a la Juventus ocho millones de euros. Los villanos, dada la buena relación de Emery y Damià Vidagany con Baraja, veían como opción interesante enviarle a Valencia para tener controlada su progresión y garantizarle minutos en una liga competitiva. Sin embargo, decisiones internas del Aston Villa relacionadas por el mercado en la Premier le han hecho paralizar un acuerdo que estaba apalabrado.

En el caso del central belga, su llegada se está ultimando. Caufiez salió de su país en 2022 camino del Spartak de Moscú para después recalar en Francia. La cesión podría llevar aparejada una opción de compra el próximom mes de junio.

Ahora bien, estas dos operaciones están cerradas de manera verbal, pero están condicionadas a la marcha de Cenk al Valladolid, que lleva días a punto de cerrarse, y la posible salida de André Almeida camino del Benfica o de algún otro jugador del centro del campo. Sólo en esos casos llegarían a Paterna.

Valencia y Liverpool cierran el traspaso de Mamardashvili, que se quedará en Mestalla

Actualizado Lunes, 26 agosto 2024 - 17:17

Giorgi Mamardashvili se ha convertido en nuevo jugador del Liverpool pero no dejará de defender la portería del Valencia esta temporada. Ambos clubes han llegado a un acuerdo para el traspaso del georgiano por 30 millones de euros a los que se sumarán cinco más condicionados a objetivos alcanzables, pero el futbolista no jugará en la Premier.

Mamardashvili ha pasado este lunes reconocimiento médico y firmará su nuevo contrato con el conjunto inglés, pero seguirá a las órdenes de Baraja toda esta temporada. Es la condición que impuso Peter Lim para rebajar los 40 millones que, de inicio, exigía para aceptar la venta del portero. El Liverpool había diseñado una operación de compra en la que incluía a una cesión al Bournemouth hasta junio, de manera que fuera cogiendo experiencia para sustituir a Allison Becker en los reds. La imposibilidad de realizar ese movimiento hizo que tanto Valencia como Liverpool replantearan una operación que hace a los ingleses asegurarse que tendrán al georgiano y a los valencianistas contar con él una temporada más.

No existe cláusula en el acuerdo que permita llevarse a Mamardashvili a Anfield antes de junio de 2025, pero tampoco que deje la puerta abierta a su continuidad en Valencia más allá de esa fecha.

La salida de Cenk

De los 30 millones que el Valencia ingresa, ninguno irá destinado a la llegada de refuerzos a la plantilla. La única posibilidad de ver caras nuevas está condicionada a la salida de otros futbolistas.

Cercana está la del turco Cenk, por quien se ha interesado el Valladolid en una operación de cesión "que protege la inversión", en palabras del director deportivo, Miguel Ángel Corona, que hizo el club hace un año pagando cinco millones por su traspaso. Si se concreta, el Valencia podría ir al mercado a por un central con el único margen de los 1,4 millones brutos que libera la ficha del defensa. En la agenda está Alexis Duarte, central uruguayo del Spartak, que ha sido ofrecido.

No hay otras salidas hilvanándose, pero el club está atento a una posible oferta por Almeida que alcance los parámetros considerados óptimos por Peter Lim, o por Thierry Correia, a quien puso en el mercado al inicio del verano y que podría estar en los pensamientos del Nápoles. Ambos son jugadores de la órbita de Jorge Mendes.

El Atlético vapulea al Girona con los superhéroes de casa: Llorente, Griezmann y su escudero Barrios

El Atlético vapulea al Girona con los superhéroes de casa: Llorente, Griezmann y su escudero Barrios

Un superhéroe de manual cumple con reglas innegociables: oculta sus poderes, disfraza su identidad y aparece para salvar de apuros. Incluso los adivina. En el Metropolitano aparecieron dos ante el Girona que no eran ni la Araña Álvarez ni el Thor noruego Sorloth. Ya vestían de rojiblanco y nadie se acordaba. Griezmann y Marcos Llorente no necesitaron que se encierra un gran foco para librar al Atlético de cualquier emboscada y saben que tienen un pupilo, Barrios, que les ayudó a desactivar a un rival blando que les regaló la ocasión de hacer magia. [Narración y estadísticas]

El primero en mostrar sus poderes fue el francés. No estaba siendo un partido cómodo ni para los rojiblancos ni para su rival. Después de las grietas que el equipo mostró en el debut ante el Villarreal, Simeone lo cementó y le encomendó la tarea del gol Julián Álvarez, que sintió el aliento del veterano Blind en el cogote y no pudo darse la primera carrera que hizo rugir al estadio hasta el minuto 16.

Se tanteaban los rivales, se cerraban bien los atléticos y no hallaba el Girona, con más control, cómo desordenarlos. De hecho, los latigazos en ataque se iban concentrando en su área. Lino sirvió un centro raso al punto de penalti que Griezmann sólo tenía que empujar, pero inexplicablemente chutó al aire. Le quiso devolver el francés la asistencia y el extremo sólo armó un remate manso.

El Girona ha cambiado piezas esenciales en su once de ataque pero siguen encontrándose hasta con los ojos cerrados y eso hacía que al Atlético le costara estirarse más de la cuenta. Oblak empezara a ver tránsito a su alrededor. Probó Tsygankov con un centro llovido sin rematador y Míchel pedía a sus jugadores que apretaran en las bandas y con balones buscando las carreras de Abel Ruiz. Sin embargo, antes se quebró el partido.

Un pase larguísimo a Julián Álvarez, en pelea con Blind, lo cazó Gazzaniga con la mano fuera del área. Munuera Montero lo castigó con amarilla, para enfado de la parroquia rojiblanca, y falta. La lanzó Griezmann al hueco de la barrera y ajustada al palo del arquero que no pudo atajarla. El Atlético respiraba, pero el Girona avisó antes del descanso justo como Míchel había pedido, con carreras de Abel Ruiz para dos mano a mano que ganó Oblak.

Por si el Girona reaccionaba, tras el descanso le dieron el segundo golpe. Volvieron a aparecer en la foto Griezmann y Gazzaniga, pero el protagonista fue Llorente. Sin capa, voló por el carril derecho y le vio el francés para, en una acrobacia, lanzarle la pelota para que se plantara en la la medialuna del área y batiera de un derechazo a un meta que volvió a hacer un gesto extraño. Segundo gol en la Liga y el mejor ejemplo de que es el jugador más en forma del equipo.

Con el partido escorado, Simeone se protegió con la veteranía de Koke, el pulmón de Gallagher y la amenaza de Sorloth. Y es que el Girona se instaló en campo contrario y fue probando por dónde encontrar la grieta. Lo hizo con fe Bryan Gil , Portu y Almena sin que nada pudiera cambiar el escenario. Sin embargo, el respiro definitivo se lo dieron los mismos: apareció Barrios en una carrera infinita en el tiempo añadido para apoyarse en Llorente y regalarle el gol al capitán Koke en una noche feliz para el Metropolitano.

Aspas prende la llama de la ilusión del Celta con una goleada al Valencia y el liderato en LaLiga

Aspas prende la llama de la ilusión del Celta con una goleada al Valencia y el liderato en LaLiga

El Celta se había preparado para la fiesta de su 101 aniversario y del liderato en LaLiga y la desató casi sin esfuerzo. Los festejos en Balaídos los eclipsó durante algunos minutos el gol de Diego López para el Valencia, que luego se mostró incapaz de agarrarse al resultado a favor por errores en las dos áreas. Mostró tantos agujeros en todas sus líneas que acabó castigado por Aspas, que encendió las velas que soplaron él mismo, Mingueza y Fran Beltrán.

Los gallegos saltaron erizados por los fuegos y el eco del himno de C. Tangana para el Centenario. Oliveira dos Cen Anos les atronó desde el gradas a las 19:23 cuando enfilaban el camino al césped para acosar a los valencianistas. Les arrebataron la pelota, los encerraron e intentaron probar a Mamardashvili con las amenazas de Williot Swedberg y el imprescindible Iago Aspas. Trataba el equipo de Baraja de estirarse por la derecha con las carreras de Thierry por la banda derecha. Lo que en ese momento pareció un arma ventajosa, acabó siendo una trampa mortal.

Pero antes, el Valencia había conseguido ponerse en ventaja. Llevó el balón al área y, tras mil intentos, acabó en las botas de Rafa Mir que, de espaldas, optó colocarlo de chilena en el área pequeña donde apareció para cabecearlo Diego López. El gol llegó en el minuto 14 y tardó en subir al marcador porque se quiso constatar lo que todo el estadio ya había visto, que no hubo juego peligroso del delantero murciano en su acrobacia.

Lo tenía el Valencia todo de cara y, de nuevo el lateral portugués se lanzó a pisar área y probar a Iván Villar con un derechazo más potente que colocado. Ese atrevimiento lo pagó el Valencia. Con déficit de extremos y el recién llegado Luis Rioja en el banquillo, Baraja volvió a escorar a Mir a la banda derecha, una maniobra bomba porque entre sus tareas no estaban las ayudas a Thierry.

Las costuras se vieron cuando un centro de Iago Aspas desde la orilla derecha acabó en la banda contraria reclamado por un solitario Mingueza para, de media bolea, colarla por la escuadra de Mamardahsvili. Apenas diez minutos le había costado al Celta empatar y, en poco más, le dio la vuelta al marcador. Lo quiso hacer Swedberg, a la carrera y con un doble regate en el área que Mosquera aguantó para que el sueco no pudiera ajustar su disparo. El agujero por la banda era ya muy evidente.

Pese a que Rafa Mir despejó en lugar de rematar en el área de Guaita, el Celta se aprovechó de otro robo. Conducía Mingueza desde su campo cuando vio incorporarse a la carrera a Aspas por el carril central y le asistió para marcar el segundo gol. El centro del campo valencianista fue transparente.

Al Valencia, con el marcador a favor, le habían remontado en cinco minutos con dos contras por haberse olvidado de protegerse. Meneó Baraja a sus extremos buscando cerrar vías de agua, pero el Celta tampoco era perfecto y pudo ver que su esfuerzo se quedaba en nada si Hugo Duro hubiera estado más ágil para rematar en el punto de penalti un centro de Jesús Vázquez. No sólo no marcó el empate sino que vio cómo le castigaban por unas manos en el área en el tiempo añadido. Es entonces cuando Mamardashvili, que se quedará en el Valencia una temporada más cedido por el Liverpool, se acercó a susurrarle a Aspas y el maleficio surtió efecto porque atrapó el lanzamiento, impropio de la veteranía del gallego.

Tuvo que volver a salvar el georgiano a su equipo al inicio de la segunda parte con un paradón a mano cambiada al envenenado golpeo del delantero sueco de los celtiñas. Sólo fue un aviso de que el equipo de Claudio Giráldez querían más y el tercer gol llevó con un obús de Fran Beltrán desde la medialuna del área.

Noqueado el Valencia, Baraja estrenó a Luis Rioja y Balaídos se encomendó a Borja Iglesias, que les regaló un taconazo que pretendía dejar solo a Bamba ante el meta valencianista. Con el marcador cómodo, el Celta alzó el pie y el Valencia quiso crecer a base de los chavales de Paterna. Eran los dos equipos el reflejo del potencial que tiene su cantera y las telarañas de sus cuentas, destinados a pelear por los mismos objetivos.

La mejor ocasión que tuvo el Valencia de acercarse estuvo en el balón llovido de Foulquier que Rafa Mir estrelló en el poste. El resto fue más corazón que cabeza y oportunidades y el Celta no sufrió.

El Valencia cierra el fichaje de Luis Rioja mientras ultima con el Liverpool la venta con cesión de Mamardashvili

Actualizado Jueves, 22 agosto 2024 - 17:46

El Valencia ha cerrado el fichaje del extremo del Alavés Luis Rioja, una operación deseada por Rubén Baraja desde el final de la pasada temporada y que llevaba todo el verano congelada. Se ha activado tras aclararse el futuro de Giorgi Mamardashvili, que se convertirá en la venta del verano que esperaba Peter Lim para dar luz verde a otros refuerzos, pero que no dejará de jugar en Mestalla.

El club ultima un acuerdo para la venta del guardameta georgiano al Liverpool por una cifra que rondará los 35 millones de euros. No era la pretendida por Lim, que lo tasó en 40, pero la operación acaba siendo ventajosa para el Valencia. La intención de los reds era firmar al jugador para que no se le escapara pero cederlo al Boremouth esta temporada, algo que la Premier no permite desde este año.

Ahí es donde el Valencia, y el propio Marmardashvili, ha optado por convencer al conjunto inglés para quedarse en Mestalla a cambio de rebajar el precio del fichaje, al que habrá que sumarle variables que siguen negociándose.

La luz verde a esta operación ha hecho también se acepte abonar el Alavés 1,5 millones de euros, más un millón en variables, y firmar a Rioja por tres temporadas. El futbolista ha llegado este mediodía a Valencia y, aunque no ha viajado con el equipo a Vigo, podría hacerlo en las próximas horas. Si así fuera, se daría el curioso caso de que se enfrentaría al Celta en dos jornadas consecutivas de Liga con la camiseta de dos equipos.

Rioja se suma como refuerzo a Rafa Mir y Dani Gómez, que llegaron cedidos de Sevilla y Levante, y a Tárrega, recuperado del Valladolid. Baraja celebró la llegada del futbolista para "apuntarlar" las bandas, pero es consciente de que cada incorporación es difícil porque el club "prioriza la economía".

"A veces no puedes firmar a siete jugadores por 50 millones de euros, pero sí que el club te dé alternativas y variantes, detalles o pequeños fichajes que hagan aumentar la competencia. Porque cuantas más armas tengamos, mejor", argumentó un entrenador que, aunque espera que el club lo diga públicamente, sabe que el objetivo es la permanencia.

La fiesta del Atlético no alcanza a los despachos: pelea por la última pieza que le falta a Simeone

Actualizado Miércoles, 21 agosto 2024 - 22:25

El Atlético afronta la última semana del cierre del mercado con operaciones pendientes. A pesar de haber sido el gran animador en LaLiga, sigue buscando la pieza que complete la renovación de esta temporada. Simeone pretende contar con un central zurdo que alterne con Giménez y el club está buscando la manera de darle al entrenador todas las herramientas que pidió en la planificación de esta temporada.

El club ha hecho un esfuerzo de 182 millones de euros en fichajes, pero esa cifra puede aumentar en los próximos días. Simeone ya tiene a al centrocampista inglés Conor Gallagher, que ya se entrenó ayer con el equipo tras cerrarse su traspaso a cambio de 40 millones de euros que el Chelsea, en una operación cruzada, invertirá en llevarse a Stamford Bridge a Joao Félix. El portugués fue el fichaje más caro de la historia rojiblanca superando los 100 millones, se marcha a Londres dejando en la caja 50 más diez en variables.

Gallagher se une así a Sorloth, Le Normad y Julián Álvarez, que hicieron vibrar a todos los cerca de 20.000 aficionados que se acercaron al Metropolitano para la llamada Noche de Bienvenida, una fiesta para los seguidores con música en directo -actuó el grupo Sidecars- y el gran aliciente de ver en el césped a las caras nuevas de la temporada, tanto en el equipo masculino como en el femenino. Una iniciativa que contó con el respaldo de los abonados, que tenían entrada gratuita.

Los festejos generan ilusión de cara al partido del domingo ante el Girona, en primero como locales para los colchoneros, y en eso está centrado Simeone después de comprobar en Villarreal que el equipo tiene algunas lagunas que ir puliendo. En los despachos, se tratan de acelerar salidas que favorezcan la última incorporación que se considera imprescindible: el defensa zurdo.

Mirando al Feyernoord... y al Barça

El objetivo durante todo el verano ha sido el eslovaco David Hancko, por quien el Atlético ha hecho hasta tres ofertas sin que el Feyenoord las aceptara. Los neerlandeses siguen fijando su traspaso en 35 millones, cifra a la que no han llegado los rojiblancos, que aún están dispuestos a hacer un último intento. La mejora de las cifras está relacionada con la capacidad del club de sacar de la plantilla a Samu Omorodion, Javi Galán, Lemar o las cesiones de Riquelme y Vermeeren, por quien se han interesado Leipzig, Olympique de Marsella y el Leverkusen de Xabi Alonso.

El cierre de cualquier de estas operaciones deja al Atlético en mayor disposición de hacer un esfuerzo por el eslovaco. El plan B lo tienen en Barcelona. Lenglet, que no entra en los planes de Flick, podría renovar dos años más para distribuir el pago de la totalidad de su actual ficha, muy alta, y ver con buenos ojos una cesión al Atlético, donde podría tener asegurados los minutos que no tuvo en el Barça. Los atléticos, ante tanta estrella, se frotan los ojos. Y el mercado no ha acabado.

Ni Sorloth ni Julián Álvarez desatascan al Atlético en un duelo frenético en Villarreal

Ni Sorloth ni Julián Álvarez desatascan al Atlético en un duelo frenético en Villarreal

Los cromos hay que ordenarlos en el álbum. El Atlético se atascó en su debut ante el Villarreal en un duelo en que mostró algunas virtudes y pagó muy caros sus errores. Debutó Julián Álvarez, hizo su gol Sorloth antes de irse al banquillo en el descanso y la defensa y Oblak vivieron en un agujero del que sacaron provecho los veloces jugadores groguets. [Narración y estadísticas]

A golpes decidieron jugarse el partido. El Atlético, bien apuntalado, y el Villarreal en reconversión. Ambos fueron capaces de mostrar los talentos que en los que se ampararán esta temporada, pero también errores groseros que arrastran de su pasado reciente. Con el escudo de ser el estreno, los rojiblancos mostraron un buena traza sólo eclipsada con una extrema fragilidad.

El Atlético necesitaba mandar en La Cerámica y mostrar que los fichajes son algo más que caras con los que engordar la ilusión colchonera. Simeone ha pedido, se le ha concedido y aún tendrá más. Era hora de que el equipo diera un paso al frente. Lo hizo sólo a medias. Primero Lino cabeceando un centro telegrafiado de Marcos Llorente que salvó la mano de Diego Conde. Después la asistencia fue para Reinildo, pero en fuera de juego. No tuvo premio, pero esa jugada se repetiría tanto a lo largo del partido que acabaría con mejor final.

Si ese fue el talón de Aquiles del Villarreal en toda la primera parte, el colchonero estaba en la espalda de su defensa. Sin punta de velocidad Witsel, Azpilicueta y Le Normand, sufrieron una y otra vez persiguiendo la sombra de las dos balas amarillas de Marcelino: Danjuma y Yeremy Pino. El neerlandés recogió un saque de puerta larguísimo de Diego Conde, se lanzó a la carrera en un mano a mano contra Witsel hasta el área, donde le recortó una y dos veces antes de cruzar la pelota para que se colara en la meta de Oblak pegadita a su poste izquierdo. Era el hueco que le había dejado el esloveno y allí la colocó.

Puso el balón el juego el Atlético y lo llevó en un pispás al fondo de la portería amarilla. Griezmann encontró el agujero en la orilla izquierda del debutante Cardona y lanzó a Marcos Llorente, que se coló en el área y puso un derechazo cruzado a la escuadra. Acción, reacción. Sin mostrar sus habilidades, los dos equipos sí fueron capaces de encontrar las grietas y repetir el guión.

Si Lino se estrelló en el poste, Danjuma hizo lo mismo en el cuerpo de Witsel tras el regalo que trató de hacerle Jeremy Pino. La espalda de la zaga rojiblanca era un boquete del que buscaban aprovecharse, pero el segundo gol llegó de otro error. En una segunda jugada tras un córner, Baena centró al corazón del área pequeña y Oblak, en una salida grosera, no pudo atajar un balón que rebotó en Koke y entró en la portería.

Sorloth, gol y cambio

Lejos de caerse, el Atlético volvió a reaccionar. Simeone, conscientes de dónde estaban las lagunas, quería que sus hombres aguantaran hasta el descanso para enmendar el once y, sin embargo, Sorloth le maquilló la noche.

Aislado en su pelea con Albiol y Bailly, la primera pelota que le rondó fue gol. Llovida desde la banda derecha por Barrios, la remató de un salto anticipándose a la defensa grogueta. De poco le sirvió, porque su nuevo entrenador le dejó en el banquillo tras el paso por el vestuario. Necesitaba más trabajo de su delantero.

Por eso el argentino no dudó en apuntalar el centro de la zaga con la rapidez de Giménez y el ataque con la movilidad de Correa. Se acabó el correcalles y el control cayó más del lado visitante cuando De Paul cogió el mando, aunque las ocasiones dejaron a aparecer. El partido se durmió.

Cuando el entrenador llamaba a Julián Álvarez a 15 minutos del final, Correa hizo una diablura que atajó Bailly. A la pólvora de La Araña en su debut fiaron los atléticos la victoria que también buscaba Marcelino. Desde la grada, buscó a Ilias, Gueye, Ayoze y Pépé, que estrelló una falta en la escuadra. El duelo había perdido electricidad. No quedaban ideas, ni fuerzas.

La “renovación” del Atlético: 141 millones y la inyección de ilusión de Julián Álvarez, pero Simeone pide más

Actualizado Domingo, 18 agosto 2024 - 23:58

En construcción. Así rezaría el cartel que a Diego Simeone le gustaría que llevara colgado su Atlético en el inicio de temporada esta noche en La Cerámica ante el Villarreal. Y es que la «renovación» aún no ha terminado. Al Cholo le faltan piezas para encajar el equipo que tiene en la cabeza y competir sin apuros por un objetivo que no se marcará hasta que no sepa cuáles son todas sus armas.

Con el mercado abierto hasta el 31, la inversión de 141,5 millones de euros que lleva realizada el conjunto rojiblanco no es suficiente para darle el nuevo aire que perfiló el argentino con la dirección del club hace unos meses. «Necesitamos terminar de cerrar la plantilla. No está cerrada. Estamos trabajando para tener a la gente que necesitamos», advertía el entrenador. Esa necesidad son un central zurdo y un centrocampista.

La operación con Conor Gallagher y el Chelsea encalló al descartar los ingleses la incorporación de Samu Omorodion, y con ella arrastró la opción del valencianista Javi Guerra. Sin embargo, el internacional inglés -a quien Maresca tiene en cuarentena y no jugó ante el City- sigue esperado al Atlético y la llave de su fichaje puede tenerla ahora Joao Félix. Inscrito en la Liga y a las órdenes de Simeone, que alaba su «predisposición» en esta pretemporada, el club necesita una venta jugosa para poder incorporar los refuerzos que reclama el técnico.

Para saber más

«Buscamos seguir mejorando, entendemos que todos los años no son iguales para traer futbolistas. Hoy podemos traer futbolistas que generan nuevos estímulos y ayudar a los jóvenes para que nos ayuden. Estamos en una transición importante, una renovación que esperamos demostrar pronto», reflexionó el entrenador, que estrenará algunas de sus nuevas armas en este debut liguero.

El Atlético se ha movido con soltura hasta ahora en este mercado. La inyección de capital de 70 millones de euros de los máximos accionistas, las bajas de jugadores con un coste salarial alto, como Hermoso, Savic o Saúl Ñíguez, y la venta de Söyüncü (8,5) y Morata (15) le han permitido afrontar una inversión muy alta para reforzar parcelas clave y, en algún caso, lanzar un mensaje ambicioso que sus aficionados han recibido con agrado.

Caras nuevas e ilusionantes

La delantera es la línea que más ilusiona. Simeone tiene una pieza efectiva con Alexander Sorloth que hoy lucirá en un estadio que el noruego conoce muy bien. Entró en escena cuando, tras cerrarse la puerta de Dovbyk, el Villarreal aceptó negociar su traspaso por 32 millones más seis en variables. No hubo dudas en el cuerpo técnico viendo los 26 goles (23 en Liga) y seis asistencias que aportó al conjunto de Marcelino la pasada temporada. Además, el precio lo aligeró la salida de Morata.

Sorloth, en un entrenamiento.

Sorloth, en un entrenamiento.Z. ARAGÓNEFE

Simeone tiene el '9' que buscaba: capaz de vivir en el área cómodo, chocar con los centrales, alimentarse de la creatividad de Griezmann o Samu Lino y generarles espacios, algo de lo que también se beneficiará Julián Álvarez.

La llegada del campeón del Mundo y de la Copa América ha supuesto una inyección de optimismo en la grada colchonera que bien valen los 75 millones de euros abonados al City. De momento, su incorporación al ataque, en cualquiera de las posiciones por donde se mueve, será progresiva. «Lleva cuatro entrenamientos y se está adaptando. Sabe dónde viene y todas las características que tiene se acercan al ADN del Atlético. Se ha ganado un lugar importante. Ojalá podamos formar un equipo para que nos ayuden sus características», reflexionó el Cholo. El tercer fichaje fue Le Normand, un central a quien habían seguido durante toda la temporada, por el que ha pagado 34,5 millones y arranca el elogio de rivales como Marcelino.

Si Simeone no tiene la plantilla cerrada, tampoco el Villarreal, que además soporta las bajas por lesiones de jugadores que deben tener hueco en el nuevo once, que ha sufrido una reestructuración para bajar la media de edad, de las más alta s de la Liga. El portero Diego Conde y Sergi Cardona son las novedades que verá a la afición. El objetivo de los amarillos es tratar de mirar a Europa. El del Atlético, Simeone se lo reserva: «Espera que se cierre la plantilla». No duda de que el Real Madrid parte como favorito, pero advierte de que el resto «le competirá a un equipo que ahora parece ser de los mejores».

Los destellos de Lamine Yamal y los goles de Lewandowski rescatan al Barça en Mestalla

Actualizado Sábado, 17 agosto 2024 - 23:50

No hay quien lo ponga en duda: el Barça va a descansar en Lamine Yamal y en los goles de Lewandowski. Lo harán rodeados de Raphinha, de Dani Olmo, de Fermín y de otro puñado de canteranos novatos, pero siempre será él quien silencie los estadios e intimide a los rivales. Lo sabe y ayer, durante algunos minutos y con la carga anímica que lleva a la espalda tras la agresión a su padre, le costó liberarse. Su equipo sólo se volvió incisivo cuando se vio con el marcador, y el juego en contra, y él pudo deshacerse, por un instante, de la sombra pegajosa de Jesús Vázquez. Lamine pareció no haber pisado Mestalla hasta que en el último balón del tiempo añadido en la primera parte rescató un centro de Balde al segundo palo y le sirvió el gol a Lewandowski para los azulgrana salieran del ahogo. Mostró el delantero polaco un acierto que la afición azulgrana espera mantenga esta temporada impulsado por su complicidad con Hansi Flick.

Fue una reacción para golpear a un Valencia que se fue creciendo a medida que el equipo de Hansi Flick dudaba. Le dio el alemán la sala de máquinas a dos chavales, Casadó y Bernal, a sus 17 años, para que dirigieran el juego a las bandas donde Ferran y Lamine debían ser puñales y Raphinha, como enlace, y el polaco recoger las ocasiones. El plan apenas se dibujó. Tuvo el Barça más dominio y fue acorralando a los hombres de Baraja, que salían airosos pese a una defensa juvenil con Mosquera y Yarek y aún con la retaguardia cubierta por Mamardashvili. En dos jugadas intervino Yamal y un solo caracoleo en el área. Tampoco lo hizo el resto del ataque. La espesura en las ideas hizo que los valencianistas nunca se bajaran del partido. Pese a la falta de recursos y de inversión, jamás bajan los brazos. Había espacios para recuperar y correr, sólo había que intentar eligir bien.

Diego López lanzó a la carrera a Rafa Mir, que se apoyó el Hugo Duro antes de correr al área para rematar al primer palo un balón que olía a gol. Después fue Almeida quien le ganó el duelo a Casadó y su centro paralelo a la línea de fondo evitó Cubarsí que se paseara por el área buscando embocador. Hasta un cabezazo rozó el larguero. Mientras, Mamardashvili era un espectador que tan solo salvó un disparo.

Buscaba el Valencia un gol del que le privó Ter Stegen con una mano extraordinaria que enmendó un error de Cubarsí. Sabían los locales que tenían que tumbar a este Barça noqueado y lo logró con un centro de Diego López a la cabeza del 9 valencianista, que voló solo en el área. Era el minuto 44 y el momento en que el partido enloqueció. Casadó se animó con un lanzamiento en un barullo en el área que Yarek sacó bajo palos y después fue Cubarsí quien le devolvió el favor a su portero sacando en la línea de gol un remate de Hugo Duro.

En un alargue eterno parecía que el Valencia podía aguantar la ventaja en el marcador. Apareció Balde, renqueante por un golpe, y Lamine Yamal para servir a Lewandowski el empate. El paso por el vestuario electrificó al Barcelona. El abrazo de Hansi Flick a Lamine y Raphinha en la pausa de hidratación debió reproducirse en la caseta, porque ambos volvieron al campo con una marcha más. El campeón de Europa se plantó el área y estrelló en el guardameta georgiano un disparo que no tuvo tiempo de armar. Si hubiera podido hacerlo, habría acabado en la portería.

El brasileño se lanzó y le sacó un penalti por atropello a Mosquera. Una jugada gris que protestó Mestalla y que Lewandowski, pese a la estirada de Mamardashvili, envió al fondo de la red con un lanzamiento extraordinaria. Cogió aire el Barça, que se encontró también con el 'perdón' de la segunda amarilla a Cubarsí, y otra vez un endiablo Yamal lanzó a la carrera a Ferran para que se estrellara con el cancerbero valencianista.

Regreso de Pedri

Incapaz de cerrar el duelo, Hansi Flick no quería jugársela al intercambio de golpes y enmendó su propio once. Buscó el orden de Eric García en la medular y, sobre todo, la jerarquía de Pedri para catalizar el ataque. Recuperado el canario de su lesión en la rodilla en la Eurocopa, necesita el alemán que se active para alimentar las revoluciones de su ataque. El Barça , con una alta expectativa de mejora y el 1-3 erró Casadó, salió muy vivo de un duelo pegajoso e incómodo ante un Valencia que sigue librando cada batalla con una alarmante falta de recursos.