La anestesia que lastró a Alberto Ginés, el 'spiderman' español: "Estar aquí ya era un éxito"

La anestesia que lastró a Alberto Ginés, el ‘spiderman’ español: “Estar aquí ya era un éxito”

La grada en el estadio olímpico de Le Bourget era ayer de lo más variopinta. Estaba Carla, que iba con su hija, ambas con los colores de la bandera española dibujados en la cara. «Venimos a animar a Alberto», explicaba la mujer. Estaban también Cristina y un grupo de amigos, que practican todos escalada, e iban cubiertos de banderas nacionales. Forman parte de la tribu.

Luego estaba Amina con otra tropa: una veintena de chavales de entre ocho y 10 años, del centro de ocio de Drancy. Les han llevado a la prueba para que puedan »respirar el espíritu olímpico», decía la maestra. «Es la primera vez que ven una competición olímpica».

Los primeros iban a ver a Alberto Ginés, que quedó ayer en séptimo puesto en la final de escalada de los Juegos de París y no logró obtener una medalla. «Si alguien esperaba muchísimo más de mí y pensaba que podía llegar a ello es que no sabe de escalada, sin querer ofender a nadie», decía el deportista, ya entre bromas, en la zona mixta, tras la competición.

Problemas en el bloque

Ginés no pudo repetir la medalla que había logrado en los Juegos de de Tokio en 2020. El primer ganador del oro olímpico de la historia en esta disciplina tuvo una buena puntuación en dificultad (le dieron 92,1 puntos), pero se quedó fuera del podio. «Hace tres años, después de ganar el oro, ya veíamos complicado el simple hecho de estar aquí, en París», analizó en zona mixta el atleta extremeño, para quien alcanzar la final era «el objetivo principal de la competición».

En la prueba de dificultad, Ginés se quedó a poco de poder completar la pared de 15 metros. Obtuvo una puntuación de 92,1. Sin embargo en la primera parte de la prueba combinada, había obtenido el peor resultado de la jornada, con tan sólo 24,1 puntos. Los atletas trepaban con dificultades por el último bloque. «Es una pena no haber podido hacer una buena ronda de bloque, pero en la cuerda, sí lo he logrado», admitió, tras realizar su prueba en un estadio abarrotado, con mucho apoyo nacional y un gran ambiente.

Para él no fue fácil. Llegó cojo. «Llevo lesionado desde marzo, me infiltro con anestesia para poder competir, pero después duele. La lesión no está muy clara. Tengo ganas de descansar, irme a casa y poder recuperarme de la lesión, porque han sido muchos meses entrenando con dolor en el pie. Ahora ya toca pensar en los Ángeles», subrayó.

Oro para Roberts

La lesión en el pie de la pierna izquierda no le impidió trepar como un mono por las distintas secciones, cada una más complicada de superar. Todos caían en la zona azul, a punto de tocar los 100 puntos, donde las distancias ya obligaban a saltar. Ganó el británico Toby Roberts, aunque el favorito era el japonés Sorato Anraku, que tropezó antes de llegar a la cima. «¡Son como spiderman!», exclamaba entusiasmado uno de los chavales de la excursión de Drancy.

Ginés explicaba que los atletas esperan que se pueda separar esta modalidad, la de bloque, en los próximos Juegos de Los Ángeles. En bloque son cuatro tramos de presas sobre el muro, cada una con más dificultad. Ginés es fuerte en cuerda, pero no en la fase de bloque. «Me parece increíble que puedan trepar hasta ahí arriba», decía Franck, que fue a la prueba aprovechando que vive en Le Bourget.

Cristina explicaba que han venido un grupo de unas 20 personas, la mayoría amigos del español, que hacen escalada con Ginés. «Hemos ido a todas sus pruebas», confesaba con orgullo. Hay ambiente de picnic parisino en este espacio, alejado de las zonas nobles de estos Juegos. Una de las trabajadoras explicaba: «Es de los sitios con mejor ambiente, no hay la competitividad de otras pruebas».

Los brutales números que explican la magnitud de unos Juegos Olímpicos

Los brutales números que explican la magnitud de unos Juegos Olímpicos

Actualizado Lunes, 22 julio 2024 - 23:54

Los Juegos Olímpicos son el evento deportivo más importante a nivel mundial. Desde la Antigua Grecia hasta la actualidad, año en el que se celebra la edición con la que termina la XXXIII Olimpiada, deportistas de todo el mundo pelean por colgarse del cuello una medalla que solamente unos pocos, los mejores, tendrán el honor de conseguir. No es de extrañar tampoco que también todos los países y continentes luchen por albergar, al menos una vez, un acontecimiento de tal magnitud.

Pero para que el espectáculo transcurra con normalidad, la organización es un elemento fundamental, y las cifras que deja tras de sí esa organización hablan de la magnitud, brutal, el evento. Es la oportunidad de cada ciudad para mostrar su capacidad, sus instalaciones o sus comodidades. Todo es importante. Desde el recorrido de la antorcha que encenderá el pebetero hasta la última luz que se apague en la Villa Olímpica donde residirá la gran mayoría de los 10.500 atletas (correspondientes a 206Comités Olímpicos Nacionales) que viajan estos días a París.

Sobre sus hombros recaerá el peso de los miles de millones de personas en todo el mundo, que a través de las 350.000 horas de emisión televisiva previstas, podrán seguir al momento cada prueba que disputen los representantes de su país. Y para que su rendimiento sea el mejor posible, serán importantes los más de 600.000 platos de comida que se servirán en la Villa durante los días que dura la competición.

35 lugares emblemáticos

Unas jornadas en las que se disputarán un total de 329 pruebas que serán comentadas, narradas y analizadas por los aproximadamente 20.000 periodistas acreditados en la capital francesa. Todos se irán desplazando por los 35 lugares emblemáticos que la ciudad ha preparado como escenarios de las diferentes disciplinas (por ejemplo, el voley playa tiene como telón de fondo la maravillosa Torre Eiffel).

Sí, habrá un nuevo deporte. El breaking, que tendrá su primera prueba con medalla el día 9 de agosto y que servirá de atractivo para el público más joven que quiera ver algo novedoso y diferente. Ya en los Juegos de Tokio, el COI decidió estrenar tres disciplinas que este año volverán a repetir: la escalada deportiva, donde Alberto Ginés logró la medalla de oro, el skate y el surf, donde por primera vez España contará con representante masculino: Andy Criere. El que no estará será el karate, deporte que ha sido sacrificado.

Además, también se podrán ver nuevas modalidades dentro de deportes ya consolidados: prueba mixta en atletismo (la marcha), una nueva categoría de peso en el boxeo femenino, la introducción del slalom extremo en piragüismo y el kitesurf, junto con regatas oceánicas en vela. Todos juntos hacen un total de 32 deportes diferentes y 754 sesiones (entre competiciones y ceremonias).

Seis deportes sin representación

El Comité Olímpico Español (COE) ha confirmado un total de 382 deportistas clasificados para estos Juegos (la mayor cifra desde los de Barcelona'92) que lucharán por sumar medallas al casillero. Pero no todos los deportes podrán contar con representación española. El breaking, la lucha (ni grecorromana ni libre), el rugby, la halterofilia, el ciclismo BMX y el voleibol no contarán con la presencia de ningún atleta español. Una merma importante que España espera no notar demasiado para poder así superar las 17 medallas que se consiguieron en Tokio y que dejaron a nuestro país en el puesto número 22 de un ránking que lideró Estados Unidos con 113.