Amanda Gutiérrez: “Quien se canse de los problemas del fútbol femenino no entiende nada”

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La figura de Amanda Gutiérrez (Barcelona, 1991) emergió en la noche de la tensa concentración de Oliva como la voz de las futbolistas españolas antes de que ellas tomaran la palabra, pero el sindicato que preside, Futpro, lleva años de reivindicaciones que estallaron con el beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso y el #SeAcabó.

¿Continúa el fútbol femenino español en plena catarsis?
Han sido meses de destrozar cimientos para volver a construir. Se ha conseguido, es verdad, a raíz de un momento muy duro como el que se vivió en la entrega de medallas del Mundial, pero que sirvió para demostrar que la Federación que había no nos gustaba y que eso había sido la punta del iceberg. Pero queda muchísimo por hacer. Todavía hay entrenadores en sus puestos que no tratan bien a las futbolistas, clubes que no quieren apostar por el fútbol femenino e infraestructuras inaceptables.
Ha coincidido el #SeAcabó con la profesionalización y la creación hacen un año de la Liga F, ¿se ha avanzado más en los derechos de las jugadoras desde agosto?
Lamentablemente, en cuanto a la Liga F no ha habido trato diferente de antes a después del Mundial. Ha sido exactamente el mismo. Fue bastante revelador que antes de lo que se sucedió en la entrega del trofeo del Mundial ya teníamos un caso de un entrenador condenado por la Inspección de Trabajo por acosar al 68% de la plantilla y la presidenta de la Liga F jamás hizo nada. Y después del Mundial, después de todo lo que las futbolistas estábamos haciendo, siguieron sin hacerlo. En cuanto al convenio colectivo, qué puedo decir. Han sido tomaduras de pelo y tratar de recortar derechos de las futbolistas. A día de hoy y habiendo ganado un Mundial, es bastante insultante y denigrante.
¿Qué ocurrirá si no hay mejoras?
Ya lo estamos viendo. Cuando tienes todo el talento en el país, campeonas de mundo y balones de Oro, pero la liga no avanza, tenemos una fuga de talento. Y se van a competiciones que no son mejores que la nuestra, como la mexicana, pero que están invirtiendo. A eso se suma Estados Unidos o Inglaterra. La conclusión es que tenemos campeonas pero no buenas oportunidades en la primera categoría.
¿Cómo es la relación con el CSD y y la RFEF en la comisión mixta?
Es una relación positiva y, sobre todo, constructiva. El CSD escucha y toma nota de todo lo que las futbolistas transmiten, sin embargo, la mayoría de cosas que se piden dependen de la RFEF, que está siendo proactiva pero está en el limbo con una comisión gestora limitada.
¿Qué cambios quedan por hacer?
Gran parte de las personas que participaron en lo que ocurrió en el Mundial están fuera, pero aún faltan responsabilidades por depurar. Luego está la incorporación de Markel Zubizarreta, que fue muy bien recibida por las futbolistas porque una de las cosas que pedíamos es que los nombramientos fueran por méritos. Nos han explicado que tienen una estrategia y que quieren apostar, siempre recordando que son una gestora.
Hay una mujer que ya se postula a la presidencia de la RFEF. ¿A las futbolistas les gustaría?
En un mundo en el que existiera la igualdad, daría igual que fuera un hombre o una mujer siempre que estuvieran preparados para el cargo. Pero estamos en un momento de la historia en que estaría bien que, por primera vez, hubiera una mujer presidiendo. Ahora, insisto, sobre todo tiene que ser una persona preparada y cualificada.
De momento habrá más presencia de mujeres y clubes femeninos en la próxima asamblea, que hasta ahora se limitaba a seis de 140 asambleístas hombres
Sí. Nosotras hicimos enmiendas a la orden ministerial que marca el régimen electoral para que no se olvidara que los clubes de la Liga F también están en LaLiga y había que tener cuidado para no darles un doble voto. Pedíamos que se tuviera en cuenta a los clubes independientes, para evitar la tentación de votar pensando más en la sección masculina. En cuanto al número de asambleístas, imposible que las mujeres lleguemos a los cargos si en esos foros existe esa desigualdad. Había que acabar con eso.
¿Corre riesgo la reivindicación porque las futbolistas se cansen de vivir en esta pelea continua?
Está pasando, que se marchan porque ven que el Gobierno inyecta millones y ellas son campeonas del Mundo pero ni la RFEF ni la Liga F avanzan. Si esto sigue así, la mecha se acabará, las futbolistas se hartarán y el talento se irá a otros países que sí están haciendo este cambio. El fútbol femenino es imparable y a las futbolistas españolas o las cuidamos o se irán. Las jóvenes ya iniciaron esa huida y ahora vemos que también algunas consolidadas están ya fuera.
¿Siempre tendrán que tener el foco encima?
Ojalá no, porque corremos el peligro de que la gente se aburra de tanto problema alrededor del fútbol femenino, aunque haya servido para demostrar que en España queda mucho por hacer en igualdad.
Recojo su argumento: ¿se puede perder el apoyo social si se identifica fútbol femenino con problemas?
Creo que sí. Era uno de los miedos que teníamos las futbolistas cuando estábamos en Oliva, cansadas. Lo pensamos, que la gente se puede aburrir porque todo son problemas, pero luego, y lo he hablado con muchas jugadoras, ves en un partido a una niña saltar con los goles y pedirte que le firmes la camiseta, se te van las dudas. Al final, esto es para ellas. Quien se canse del fútbol femenino por los problemas, no entiende nada de lo que estamos haciendo.
Porque esto no va sólo de fútbol…
Hace tiempo que no. Es algo que a las futbolistas les cansa. Recuerdo a una que en Oliva me dijo: Amanda, ya no sé el sistema con el que juega el rival porque estoy más pendiente de las reuniones que de ser futbolista. Pero saben que la importancia de lo que ellas están haciendo. Cuando a vida te pone delante algo así, tiene que asumir la responsabilidad.
¿Cuál le gustaría que fuera el primer gesto de la nueva RFEF?
No lo había pensado, pero quizá que se pusiera en contacto con Futpro para escucharnos. Uno de los principales problemas, en este y otros deportes, es que no se escucha a las asociaciones de deportistas. Al final no estamos pidiendo ninguna locura, sólo tener la misma estructura, personal y recursos que ellos.

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