Mundial de Fútbol Femenino
La jugadora ha sido titular en los siete partidos y ha logrado alzarse con el premio a mejora jugadora del torneo
“Estoy enamorado de Aitana. Por la forma que juega, diría que es como la Iniesta en el fútbol femenino”. Nadie cuestiona a Pep Guardiola cuando se trata de detectar el talento, pero después de este Mundial, aún menos. A Bonmatí se la puede comparar con el jugador que hizo historia por su gol en 2010, por su capacidad para catalizar el juego del equipo y porque son campeones del Mundo, pero lleva camino de conquistar lo que el fútbol le negó al manchego: un Balón de Oro.
Aitana Bonmatí (Villanueva y Geltrú, 1998) ha sido una pieza clave en el triunfo de España en este Mundial, tanto que nadie dudó en que debía ser la mejor jugadora del torneo. Con el ‘6’ a la espalda, ha sido titular en los siete partidos. En dos de ellos, ante Costa Rica y Suiza, terminó siendo elegida como la mejor después de marcar tres goles entre ambos partidos. Con Alexia Putellas a medio gas en el banquillo, Aitana no dudó en coger los galones que ya luce en el Barça y que la encaminan a ser la mejor jugadora del mundo.
Aunque a ella los premios individuales no le importan demasiado. “No me centro en lo que puedo lograr individualmente sino en el equipo. Trabajo para aportar lo que pueda al grupo con mi mejor rendimiento, igual que cada jugadora se centra en el suyo y en dar cada día el máximo”, reconoció con humildad después de uno de los partidos de este torneo.
La catalana ha firmado un torneo perfecto y siempre ha sido muy consciente de la grandeza que tenían al alcance. “Lo que hemos hecho es muy grande. A nivel deportivo ha sido excepcional. Quién me lo iba a decir cuando era pequeñita y jugaba con niños… quería agradecer a todas las personas que han hecho camino. Todas hemos roto barreras”, recordaba. Muros, techos de cristal y la propia losa que arrastraron durante meses muchas de ellas.
Convocatoria sorpresa
La centrocampista fue una incorporación sorpresa en la convocatoria de Jorge Vilda para este Mundial. Ella fue una de las 15 rebeldes que el pasado mes de septiembre firmaron una carta de renuncia a volver con la selección. Sin embargo, aflojó su postura a tiempo. y envió el famoso mail en el que se ponía a disposición de Jorge Vilda para volver a ser convocada. El seleccionador, como no, no lo dudó, le abrió las puertas y le dio el manija en el once titular. Ella misma comentaba después del primer partido frente a Costa Rica había sido un año “muy difícil”, sometida a presiones para que tomara la que, hasta ahora, puede haber sido la decisión más importante de su carrera. “Una se alegra, después de todo lo que ha pasado, de verse en el once y poder disputar un Mundial que no sabía si iba a jugar casi hasta el último momento”, admitía desde Nueva Zelanda hace unas semanas. “Creo que todos vamos en una misma dirección y tenemos claro dónde queremos llevar el fútbol femenino español”, añadió.
Aitana no ha dudado nunca en decir lo que piensa y en exigir el cambio cuando no está de acuerdo con algo. Una cosa que le viene de familia. Ella misma ha contado que sus padres quisieron inscribirla en el Registro Civil con el apellido de su madre primero, pero se toparon con que la ley no lo permitía. Puede ser que esa decisión estuviese relacionada con el pasado de su padre. Vicent Conca fue detenido en 1992 en vísperas de los Juegos Olímpicos de Barcelona por su relación con movimientos independentistas y presunta pertenencia a Terra Lliure. Él mismo relató que durante ese tiempo recibió torturas que denunció al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. “Durante todo el período de detención, casi cuatro días, estuve incomunicado y no tuve ninguna posibilidad de contactar con ningún familiar o abogado. Esto permitió que la Guardia Civil actuara con toda impunidad y me sometiera a todo tipo de torturas, amenazas, presiones y humillaciones”. Doce años después, logró que España fuera condenada por torturas.
La jugadora, que entonces ni había nacido, nunca se ha pronunciado sobre este tema pero siempre ha calificados a sus padres de luchadores. “Son personas que siempre han querido cambiar el mundo y la desigualdad que existe entre hombres y mujeres”. Cuando la centrocampista tenía 16 meses aquella norma que le impedía ser Bonmatí cambió, y con ella un apellido que es leyenda en un deporte al que Aitana siempre tuvo claro que quería dedicarse.
“Recuerdo aquellos años jugando al fútbol en el patio del colegio en Sant Pere de Ribes con mis compañeros”, relataba en una entrevista a este periódico. Después le siguió una etapa en el CF Cubelles, donde llamó la atención de los ojeadores del Barça. En un torneo infantil celebrado en Tàrrega la pusieron a prueba y terminó fichando con 14 años. Ahí destacó y llegó a ser nombrada jugadora revelación del año al ganar la Liga Juvenil y la Copa Catalunya. En 2015 dio el salto al Barça B para conquistar la Liga y Xavi Llorens la reclutó para el primer equipo. Su explosión llegó en 2019, cuando ganó la final de la Champions y debutó con la absoluta en el Mundial de Francia. La amargura de perder ante Estados Unidos desde ayer está olvidada.