La futbolista de la selección femenina fue nombrada como mejor jugadora del año y durante su discurso de agradecimiento quiso pronunciarse sobre la polémica del ‘caso Rubiales’
Aitana Bonmatí en la gala de la UEFANICOLAS TUCATAFP
La futbolista de la selección española Aitana Bonmatí ha ganado este jueves el premio como mejor jugadora de la UEFA por su gran temporada con el Barça. En su discurso de agradecimiento no se ha querido olvidar de su compañera Jenni Hermoso, protagonista de la polémica por el ‘caso Rubiales’, y ha querido hacer mención a lo que este tema está suponiendo en el fútbol internacional.
“No están siendo unos momentos muy buenos en el fútbol español. Venimos de ganar el Mundial, pero no se habla mucho de ello. Me gustaría recordar lo que ha pasado. Como sociedad no debemos permitir que se haga abuso de poder en una relación laboral, ni faltas de respeto”, dijo la futbolista del Barcelona.
Tras estas declaraciones, Aitana no ha podido evitar hacer mención a su compañera de selección. “Por mi compañera Jenni, me gustaría dedicar esto a todas las mujeres que sufren lo mismo. Estamos con vosotras. Tenemos que seguir trabajando para que esta sociedad mejore”, concluyó la reciente campeona del mundo.
Sarine Wiegman también se pronuncia
La otra gran triunfadora de la tarde fue la seleccionadora nacional inglesa, Sarine Wiegman. Se llevó el galardón a mejor entrenadora femenina y, al igual que Aitana, en su discurso también se pronunció sobre la polémica que desde hace días acapara las portadas.
La seleccionadora dijo: “Todos sabemos los problemas de la selección española y estoy realmente dolida como entrenadora y madre de dos hijas. El fútbol femenino ha crecido mucho, pero todavía queda mucho camino por delante y en la sociedad. Quiero dedicar este premio a la selección española. El equipo jugó un fútbol increíble que todos disfrutamos y merece celebrar y ser escuchado”.
España acaba de arrancar la Nations League con una remontada ante Bélgica y ya tiene enfrente a su principal rival por la clasificación. Se trata de Inglaterra, en un duelo que tendrá como escenario un estado mítico, vetado durante décadas al fútbol femenino, pero hoy es la casa de la selección inglesa, sin distinción de sexos. Wembley acoge un partido con mucha rivalidad y la Federación Inglesa (FA) lo ha querido vestir de gala llevándolo a uno de los campos más emblemáticos del mundo, con capacidad para 90.000 espectadores y donde el fútbol femenino ha batido récord de asistencia.
España lo visita por primera vez, coronada por dos títulos en menos de dos años: la Copa del Mundo, en el que se impusieron a las inglesas, y la Nations League, torneo en el que las británicas no lograron clasificarse para la Final Four. De hecho, la última vez que las lionesses jugaron en este estadio londinense fue en diciembre de 2023 ante Países Bajos. Congregaron a 71.632 aficionados, pero perdieron 3-2 y se quedaron fuera de la fase final del campeonato.
Nadie espera otra cosa que hoy no se vea un partidazo. «Es con los que sueñas la noche anterior. Me motiva mucho jugar en este estadio, que sólo con el nombre se te eriza la piel», confesó Aitana Bonmatí, doble ganadora del Balón de Oro.
«inadecuado» durante décadas
La selección femenina apenas había disputado partidos en Wembley hasta 2014. De hecho, pese a que el estadio se alzó en 1923 y fue sede de los equipos de la FA a partir de 1966, las mujeres empezaron a jugar allí en 1989. Pero es que el fútbol femenino fue considerado «inadecuado para las mujeres inglesas» durante décadas, algo por lo que en 2008 la Federación pidió disculpas públicas.
Fue entonces, en el contexto de los Juegos de Londres, cuando comenzaron a fraguarse los planes que hicieron despegar a la Women's Super League, en la que hoy juegan intencionales españolas, como Mariona Caldentey, Laia Codina, Laia Aleixandri, Maite Oroz o Leila, y a la selección. Su primer partido en el nuevo Wembley, reformado en 2007, fue un amistoso en noviembre de 2014 ante Alemania con 45.619 espectadores. Cinco años después, frente al mismo rival, ya serían 77.768.
«Un ejemplo donde mirarnos»
Por este campo pasó también Irlanda del Norte en 2021, pero el gran hito fue la final de la Eurocopa de 2022, cuando Inglaterra, tras vencer a España en los cuartos de final, se alzó con el título ante Alemania. 87.192 aficionados vieron proclamarse campeona de Europa a las chicas de Sarina Wiegman. Para entonces, ya presidía la Federación una mujer, Debbie Hewitt, y las jugadoras recibían la misma cantidad que los chicos de Gareth Southgate por cada convocatoria: 2.000 libras (2.400 euros). Las primas, sin embargo, siguen siendo una asignatura pendiente, porque lo es también que FIFA y UEFA igualen los premios.
«Es un ejemplo cómo tratan el producto y llevan los campos. Aprovecharon su momento al ganar la Eurocopa para desarrollar el fútbol femenino, creyeron en él. Es un ejemplo donde mirarnos», reconoció Bonmatí, que advirtió de que las inglesas no serán un rival fácil. Su seleccionadora señaló que no se parecen al equipo al que derrotaron en Australia, pero España tampoco. «Jugamos a tener el balón, a atacar. Ahora somos más verticales, más versátiles», resumió Aitana.
Las lágrimas de Aitana Bonmatí sobre el césped del José Alvalade de Lisboa tenían muchas interpretaciones. Eran de tristeza, porque la final de la Champions se les había escapado. También de rabia, porque habían caído en la trampa de las inglesas. Incluso de impotencia por no haber encontrado la salida a tiempo. El Barça cayó derrotado por un gol de Blackstenius en el minuto 74 en un duelo incómodo y espeso que impidió que emergiera todo su potencial. Quedaron a merced de un Arsenal que llevaba 19 años sin rozar la gloria europea y que, humildemente, supo interpretar su guion a la perfección.
El Barça buscaba su cuarta Champions, la tercera consecutiva y el posible póquer de títulos en una temporada y no logró que brillaran ni sus balones de oro ni las estrellas secundarias que también son el alma de este equipo arrollador en España que ha liderado Pere Romeu. Se lo advirtió Mariona Caldentey: no iba a Lisboa a vivir la experiencia de una final, iba a competirla.
Supo muy bien el Arsenal cómo desquiciar a un equipo acostumbrado, quizá en exceso, a someter a rivales. Presión altísima, mucho orden y contundencia en los duelos en la medular hasta la asfixia. Si el motor del Barça se gripa, su potencia merma y a Patri Guijarro, Aitana y Alexia les costó aparecer en el partido mientras las inglesas crecían. Sin prisa, de manera sólida para no cometer errores.
Inquietó Aitana en los primeros minutos y Ewa Pajor, la goleadora polaca, buscó el error de la guardameta Van Domselaar del que a punto estuvo de aprovecharse. Conectaba poco el Barça pero era capaz de soltar chispazos. Ahora bien, el Arsenal no tembló y empezó a encontrar el camino al área de Cata Coll, casi siempre franco por el carril derecho. Fue la capitana Little quien puso un centro al segundo palo para un testarazo de Foord que no pudo conectar cómoda. Quisieron responder las blaugrana, poco precisas o frenadas por una eficaz contundencia, como la que mostró Williamson para salvar el tiro de Aitana tras un recorte en el corazón del área. Otro fue Van Domselaar, que de puños también repelió un centro de Claudia Pina.
El Barça quería despertar, pero las gunners se empleaban a conciencia para maniatarlas sin renunciar a contras que a punto estuvieron de ser productivas. Un centro tenso de Frida Maanum, otra vez burlando a Rolfö, lo desvió Irene Paredes al fondo de la red, la fortuna es que la revisión de VAR cazó el fuera de juego de la noruega, que aún hizo volar a Cata Coll para sacar una mano salvadora a otro derechazo. No encontraban la manera de sacudirse a un equipo pegajoso que las atrapaba en ataque y las descomponía en defensa.
Aitana Bonmatí se abraza con Joan Laporta.EFE
Fue Aitana quien, a la media hora de partido, dio un paso adelante. Se lanzó, encontró pasillo hasta el área y, aunque su disparo fue a las manos de la guardameta, hizo a todo el equipo despertar y encerrar al rival en su campo. Emergió Alexia y su conexión con Pina en la banda izquierda y Ewa Pajor, a quien Williamson entendió que tenía que vigilar. A las londinenses el peligro empezaba a llegarles en oleada.
Sin acierto
Esa sensación se incrementó en la segunda parte. Las blaugrana volvieron del vestuario encorajinadas y dispuestas a imponer su fútbol, ese que hace que Alexia y Aitana se encuentren en el área para servirle a Claudia Pina un disparo que estrelló en el larguero. Todo, al doble de velocidad para incomodar a las inglesas, obligadas a convertirse en un muro y de sus rechazos pudo aprovecharse Ona Batlle con sus derechazos desde la frontal. El Barça estaba empezando a disfrutar y eso se reflejó en la obligación de Van Domselaar de salvar cada pelota de Aitana buscando los tres palos.
Movió entonces el banquillo Renée Slegers para volver al plan inicial. El Arsenal, con poco protagonismo de Mariona y de su goleadora Alessia Russo, se refugió en las contras que nacían de los errores del conjunto catalán. El pie de Cata Coll evitó que la delantera inglesa adelantara al Arsenal tras lanzarse a la carrera y que ni Mapi León, que acabó lesionada, pudo frenar e Irene Paredes solo alcanzó a dificultarle el mano a mano.
Nada pudo hacer la cancerbera balear cuando en el minuto 74 Mead, cómoda en la media luna, filtró un balón a la sueca Blackstenius para marcar el primer gol de la final. Había sobrevivido el Arsenal al estéril dominio culé y había asestado un golpe que pesó como una losa imposible de alzar.
Nations League
INMA LIDÓN
@inma_lidon
Córdoba
Actualizado Lunes,
25
septiembre
2023
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