Fútbol femenino
Nations League
Buscó retos en la Women’s Super League inglesa, donde ha tenido que explicar demasiadas veces qué pasa con el fútbol español. Ahora manda en la defensa de España después de haberse perdido el Mundial por su ‘rebeldía’.
Cuando llama a su padre, Xavier, en el móvil le aparece ‘Laia Máquina’. Aleixandri (Santa Coloma, 2000) lleva a gala este mote que arrastra desde que jugaba con chicos, «con carácter y competitiva». Criada en el Barça y central del City, fue una de las 15 ‘rebeldes’ que se plantó y a quien Jorge Vilda dejó fuera del Mundial. Ahora regresa a la selección de Montse Tomé con galones.
- ¿Cómo está el ambiente?
- A diferencia de la concentración pasada, que debía empezar de otra forma y así lo hicimos, esta vez nada más pisar Las Rozas hemos puesto el foco en Italia, en Suiza y en recibir a Jenni. Contentas de que todo sea tan ‘normal’.
- ¿Y cómo está Jenni?
- Muy bien, con ganas de aportar su fútbol y, a nivel personal, la he visto tranquila, disfrutando de lo que implica estar con la Selección.
- ¿Hablan con ella de lo ocurrido?
- Es inevitable hablar de algo que nos ha marcado. Lo que ocurre es que intentamos normalizarlo e incluso nos evadimos en muchos momentos. Pero, a veces, de forma natural, vuelve a estar presente.
- Fue una de las 15 ‘rebeldes’ y no estuvo en el Mundial por decisión del anterior seleccionador, ¿hubo rabia?
- Fue un momento difícil, duro, pero yo venía de una situación previa en la que no estaba en disposición de ser seleccionable. Fue una mezcla sensaciones, porque ves a un grupo donde están tus amigas que compite magníficamente y gana un Mundial, pero tú no puedes estar ahí cuando llevas la vida preparándote.
- ¿En algún vez pensó que, ya que Jorge Vilda no la convocó, mejor haberse mantenido firme en su postura?
- No. En su momento decidí que no estaba preparada para ser seleccionable porque sentía que había cosas que no me dejaban avanzar, progresar. Luego hubo conversaciones individuales y, pese a que el tramo final de temporada estuve recuperándome, aposté por poner el foco en la selección. Pero decidieron que no estuviera entre las elegidas.
- ¿Qué ha cambiado Montse Tomé?
- Ella lo ha dicho: llevaba cinco años pero no decidía. Creo que la ambición, la ilusión y el impulso de ganar el Mundial nos va a aportar mucho para evolucionar.
- Una sus decisiones ha sido colocarla de central, como en el City, algo que Jorge Vilda no veía
- Desde el primer momento me ha transmitido total confianza tanto de central como de ‘6’, pero más de central. La noto, y eso sí es un cambio.
- Lleva temporada y media en el City y ha reconocido que la Women’s Super League exige al 100%, ¿cómo se ve desde allí la Liga F?
- Más que cómo se ve es cómo se siente. La Liga F tiene un gran potencial, por fin se puede ver por televisión, pero hay un trecho aún con la liga inglesa que se nota en la profesionalización, los estadios, la afición o en el seguimiento los medios.
- ¿Cuántas explicaciones ha tenido que dar sobre todo lo que ha ocurrido con el fútbol femenino español?
- He tenido que explicarlo muchas veces. Mis compañeras del City me preguntan por lo que nos ha pasado y se sorprenden. Todo lo que estamos luchando nosotras, ellas lo hicieron hace años.
- Salario mínimo, maternidad, condiciones de trabajo… ¿todo eso lo han consolidado?
- Siempre pongo un ejemplo muy claro que he vivido: mi compañera Demi Stokes es mamá y el club le pone todas las facilidades con su hijo. En cuanto al salario, ni siquiera sé si lo hay, porque los clubes lo tienen muy claro. Allí se nota que la lucha está superada.
- Salió de la cantera del Barça justo cuando el club despegaba…
- Fue la decisión más dura de mi carrera. Con 16 años y ganas de comerme el mundo, me voy al Atlético que era campeón de Liga, y luego lo fue tres veces más, pero a la vez era salir de casa y del club de mi vida. Me hizo crecer como persona y como futbolista.
- Dudas que no surgieron con el City
- Fue diferente. Sentía que en el Atlético había dado mi máximo. Quedarme era hacerlo en una zona de confort. Necesitaba retos.
- En Manchester ha tenido mucha cercanía con Guardiola y Estiarte…
- Pep se acerca a los entrenamientos, tiene un contacto bastante directo con nosotras, nos arropa… Además, vas encontrando españoles en todas partes: la jefa de marketing, el cocinero… Eso te hacer sentirte como en casa. Pero, sobre todo, Manel. Es muy cercano, un tío genial.
- ¿Y con Rodri? Decía que le gustaría hablar con las capitanas de todo lo que ha ocurrido, y a usted la tiene cerca
- Por los calendarios se hace difícil coincidir, pero no habría ningún problema en que se produzca ese acercamiento que ellos proponen con toda la sensatez del mundo. Es bueno compartir vivencias y explicarles el camino en el que estamos.
- Y cuando llegó su entrenador, Gareth Taylor, les dijo que jugarían como el equipo de Guardiola, ¿qué reacción hubo?
- A mí me pareció fenomenal. La filosofía de Pep engancha a todo el club, lo mismo que hizo en el Barça. La sensación es muy parecida y ahora nos vemos en una dinámica de competición, de saber a lo que jugamos, increíble
- En el 2011 ya puso en una redacción del colegio que de profesión quería ser futbolista, ¿se esperaba que el camino fuera tan fácil o tan difícil?
- Era una niña con sueños, apasionada por ser futbolista, pero el trayecto, gracias a mi familia y a mis amigos, lo viví de una manera muy natural: disfrutando. Hasta los 16 años, cuando llega el Atlético de Madrid, no imaginaba que podría ser profesional. Ahí sí empieza un camino diferente. De la inocencia se pasa a otra cosa.
- ¿Compensa ser pionera?
- Sin duda. Y sé que otras muchas lo fueron antes. Seguimos su ejemplo para que las niñas quieran jugar al fútbol.