El keniano establece un asombroso registro de 2:00:35 y rebaja en medio minuto la anterior plusmarca de Kipchoge.
Información escueta. Kelvin Kiptum batió en Chicago el récord mundial de maratón. ¿Cómo? Sí, han leído bien. El récord mundial de maratón. ¿El de Eliud Kipchoge? Sí. ¿Pero no era Kipchoge inalcanzable? Sí. Bueno, no. Kiptum, otro keniano, dejó atrás sus 2:01:09 y firmó unos 2:00:35 que, además, rompen la barrera de las dos horas y un minuto y se acercan a traspasar la de las dos horas.
En el tercer maratón de su vida, Kiptum, de 23 años, es hoy el asombro del atletismo, saltó a la fama en el maratón de Valencia, en diciembre de 2022, en su debut en la prueba. Realizó entonces 2:01:53 y se convirtió en el tercer hombre de la historia, tras el propio Kipchoge y el etíope Kenenisa Bekele (2:01:41). Pero este año, en Londres, marcó 2:01:25, a 16 segundos del primado de Kipchoge. Ya lo tenía muy cerca. ¿Se acercaría aún más? ¿Lo rebasaría?
Dos preguntas y una sola respuesta: sí.
Desde muy pronto empezaron a tener problemas las liebres. Ronald Kirui aguantó un poco más y acompañó a Kiptum y Daniel Mateiko, también keniano, hasta casi el medio maratón, que se pasó en 1:00:48. Un ritmo frenético que se incrementó cuando, en el kilómetro 33, el preferido por Kiptum, a tenor de sus actuaciones en Valencia y Londres, el nuevo plusmarquista aceleró y mató a Mateiko.
Ya en imperial soledad, Kiptum no decayó y concluyó su obra con ese récord de 2:00:53 (hay que repetirlo muchas veces para creérselo). El segundo medio maratón lo remató en 59:47. Un imposible. Entre la calidad de los atletas y las “zapatillas milagrosas”, convertidas en las “botas de siete leguas”, estamos asistiendo en el fondo mundial a una especie de reconsideración de la biología y de reinvención de la especie.