Un ridículo Athletic le regaló los tres primeros puntos al Real Madrid, que decepcionó cuando en la segunda parte, como casi siempre, Ancelotti les obligó a jugar lo que ridículamente el técnico italiano llama “bloque bajo”. Impuso al equipo a la fel
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Eran las 19.03 horas del domingo de derbi (referencia al año de fundación del Atlético de Madrid) y cientos de personas se apostaban en torno la Avenida de Arcentales para esperar la llegada de su equipo. Un grupo destacaba sobre el resto, con camisetas negras y simbología bélica. Era el Frente Atlético, el responsable de convocar esa quedada. Media hora más tarde llegaba el autobús con el equipo y varios jóvenes se lanzaban a aporrear el vehícul
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Luis De la Fuente y Dani Carvajal vieron cómo el discurso sobre el racismo en España se colaba en la previa del duelo de España ante Serbia por la petición de Vinicius para que a España le privaran del Mundial 2030 si volvían a sufrir episodios racistas. "España no es racista, es un ejemplo de convivencia, respeto e integración. Un espejo donde mirarse. Que siempre hay unos pocos indeseables, puede ser. Pero España no es racista", aseguró el seleccionador. Apostilló el capitán del Real Madrid: "Sé lo que sufre Vini y le apoyamos, pero más allá de ese pequeño grupo de personas, no considero que España no merezca celerar el Mundial. Presumo de que España no es un país racista".
Ahora bien, en lo que sí aceptó la petición de su compañero es en la idea de abandonar el campo si el brasileño vuelve a ser insultado. "Desde la Liga hay un protocolo y, aunque no sé lo que hay que hacer, no me parece una medida descabellada dejar el campo hasta que se identifique y se expulse a esas personas del campo".
La mente de ambos está en la selección y el duelo ante Serbia, pero por un resquicio se coló el Balón de Oro, al que Carvajal está nominado y contaría con el voto de De la Fuente, si pudiera. "Dos de los tres votos ya podéis imaginar para quién irían: Rodri y Carvajal lo merecen", admitió De la Fuente, que también podría recibir el premio al mejor entrenador.
Carvajal sabe que lo tendrá complicado. "Siento defensa es muy complicado, pero estar nominado ya me hace sentir orgulloso. España está volviendo al lugar que merece, con nuestros campeonados, la medalla olímpica, la selección femenina y las inferiores. Creo que Europa nos mirará con envidia", aseguró.
Serbia lo hará. Lo advirtió su seleccionador, Dragan Stojkovic. "No estamos capacitados para competir con España". Por si acaso, De la Fuente es prudente: "Enfrentarse a España es otra motivación pero la nuestra es ganar. Tenemos un inagotable deseo de mejora.
Una ducha muy caliente y luego dos horas sobre el rodillo, con toda la ropa del armario puesta. Un día y otro día y otro día. Litros y litros de sudor para que la báscula no subiera nunca de los 70 kilos antes de una regata de remo. La deshidratación por norma. Los Juegos Olímpicos, el sueño de todo deportista, eran una pesadilla para Rodrigo Conde.
«Cuando entré en el equipo nacional, a los 16 años, competía en doble scull ligero, donde no puedes pasar de 70 kilos, y con el tiempo ese límite me fue costando más. Mido 1,83 metros y hubo un momento en el que ya era imposible, no podía perder más grasa. Era inhumano. Pasaba mucha hambre, pero eso aún era soportable. Lo peor era la deshidratación. Dos horas antes de cada regata tenía que marcar el peso y, durante las competiciones, me pasaba los días deshidratado, mareado, lento. Me costaba pensar, me olvidaba de lo que estaba hablando en mitad de una conversación... Me afectaba mucho a nivel deportivo y personal. Cuando no puedes beber ni comer sale una parte de ti que desconoces, te conviertes en una persona que no eres. El cuerpo se pone en modo defensa y lo rechaza todo», explica Conde en conversación con EL MUNDO desde Banyoles, donde se prepara para sus primeros Juegos, los segundos para los que obtiene la clasificación.
Cuatro años atrás tenía plaza para Tokio 2020, pero renunció después de la enésima sesión de deshidratación extrema. Entre ser olímpico y estar sano escogió la segunda opción. Este verano puede unir ambas cosas. «Antes de Tokio sólo pensaba en llegar a los Juegos Olímpicos, competir y dejar el remo, retirarme. Pero al final ni llegué, no podía más», rememora tras un proceso complicado.
Su adiós al doble scull ligero y su límite de 70 kilos por regatista le llevó al doble scull, sin máximos, y a un nuevo inicio. Todo lo conseguido no servía de nada. Con su actual acompañante en el bote, Aleix García, tenía que empezar otro camino olímpico. Hoy son subcampeones del mundo y de Europa y, por lo tanto, candidatos a medalla en los Juegos de París.
¿Ahora pesa la comida?
Tengo pautas del nutricionista, pero ya no me preocupa. Ahora peso 88 kilos, 18 más que en scull ligero, y no me sobra un gramo, estoy en forma. Soy feliz, mucho más que antes. Estoy disfrutando del remo más que nunca.
Una lesión de espalda
De Moaña, al lado de Vigo, de niño jugaba a tenis, pero a los 12 años un amigo suyo le propuso probar el remo y ya no lo soltó. A los 16 años, de hecho, ya tenía una beca para marcharse a entrenar con la selección a Sevilla y a los 18, en 2016, era campeón del mundo sub-23. Pese a la penurias para dar el peso, en el doble scull ligero llegó a disputar dos finales mundialistas en 2018 y 2019.
«Antes de Tokio ya estuve una vez a punto de dejar el remo», confiesa. «A los 14 años, sufrí una desecación discal, la degradación del disco entre las vértebras I4 e I5, una se empezó a apoyar en la otra. Durante un tiempo me afectó al nervio ciático y me costaba caminar. Hubo médicos que me aconsejaron dejar el deporte. Pero otros me dijeron que no, que me iría bien seguir y así ha sido. Fortaleciendo la espalda y el abdomen he conseguido vivir sin dolor, aunque tendré que vigilar mucho cuando acabe mi carrera y pierda músculo», revela Conde que nunca más se tendrá que deshidratar para no superar aquel maldito límite de los 70 kilos.