Un ridículo Athletic le regaló los tres primeros puntos al Real Madrid, que decepcionó cuando en la segunda parte, como casi siempre, Ancelotti les obligó a jugar lo que ridículamente el técnico italiano llama “bloque bajo”. Impuso al equipo a la fel
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Para alcanzar los límites del deporte, batir récords y enganchar todavía más a la audiencia, hay que exprimir cada aspecto del mismo, desde el cuerpo de los atletas a las herramientas que utilizan en los partidos. Botas de fútbol, zapatillas de baloncesto, tecnología en camisetas... Y en Estados Unidos ahora las miradas están puestas en el béisbol y en el nuevo e innovador diseño de un bate llamado Torpedo que ha revolucionado la primera semana de la mayor competición del país y del mundo, la Major League Baseball.
La idea del béisbol es sencilla: un jugador, denominado pitcher, lanza una pelota al bateador del equipo rival y éste debe enviarla lo más lejos posible. En esa acción, más allá de la fuerza, elasticidad y talento de ambos deportistas, el bate y la pelota son los elementos extra. La pelota tiene poco en lo que evolucionar, pero los expertos, y en concreto uno que pertenecía a los New York Yankees, han descubierto que un cambio en el diseño del bate ha terminado transformando los números de varios bateadores, que acumulan récords de golpeo en los primeros encuentros del curso.
¿En qué consiste este cambio revolucionario? Normalmente, el bate de los jugadores va creciendo en diámetro desde el mango hasta el extremo, teniendo la mayor cantidad de masa al final. Durante los más de 100 años de vida del béisbol, y salvo alguna excepción, ha sido así. Han cambiado los colores o el tipo de mango, pero la idea de ir de menos a más en cuanto al peso y la masa del palo siempre ha estado ahí. Hasta ahora.
El creador
El año pasado, Aaron 'Lenny' Leanhardt, analista de los Yankees, licenciado en ingeniería eléctrica en la Universidad de Michigan y doctor en física por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, se inventó el bate Torpedo. La idea nació hace tres años tras algunos comentarios de los jugadores. Estudió el tipo de golpeo de sus bateadores y vio que la mayoría impactaba la pelota desde la mitad del palo y no desde el extremo, así que decidió probar algo bastante simple: si golpean desde la mitad, ¿por qué no ponemos más masa en esa zona? Así nació el Torpedo, denominado así por su forma y porque a los americanos todo lo suene bélico les enamora.
El Torpedo es legal, confirmada su validez por la propia liga. Sigue siendo «una sola pieza de madera maciza, lisa y redonda», como manda a artículo 3.02 de las normas de la MLB (Major League Baseball). Pesa lo mismo que el modelo anterior, entre 900 gramos y un kilo, y no supera el límite máximo de 6,6 centímetros de diámetro y de 106 de longitud máxima (los bates que utilizan los profesionales miden entre 85 y 90 centímetros). Lo que cambia es la zona que pesa más y tiene más madera.
«Se trata simplemente de hacer el bate lo más pesado y gordo posible en la zona donde intentas golpear la pelota de béisbol en la mayoría de ocasiones», explicó recientemente Leanhardt, la persona más famosa de la liga ahora mismo. «Es un proyecto que ha tardado dos años en hacerse realidad», insistió,
Los datos
La idea de 'Lenny', que durante el cambio de temporada ha dejado los Yankees y se ha convertido en coordinador de campo de los Miami Marlins, ha situado a los Yankees como el equipo con más home runs de la primera semana. Acumulan 19 en sólo cinco partidos, llegando hasta nueve, récord histórico de la franquicia, en el duelo contra los Milwaukee Brewers, el cuarto de la temporada. Ese día batieron el récord de home runs en las primeras cuatro jornadas de competición. Tienen el mejor ratio de bases conseguidas por bateo y su promedio de home runs por encuentro es de 3,80. Para que se hagan una idea, los Dodgers, segundos en este apartado, acumulan 2,25 y los Cardinals, terceros, 1,83. Es decir, los Yankees consiguen el doble de home runs cada noche que la mayoría de franquicias de la liga.
Los récords van contagiando poco a poco al resto de la liga, donde ya se va probando el Torpedo. Algunos se niegan, contentos con sus números con el modelo anterior, pero para otros es una revolución. «Lo están empezando a usar en toda la liga», aseguró Cody Asche, el entrenador de golpeo de los Baltimore Orioles. «Es horrible, aunque veremos lo que dicen los datos. Nunca he visto algo así», aseguró Trevor Megill, pitcher de los Brewers.
De momento, las estadísticas van cargando de razón a Leanhardt. El Torpedo puede revolucionar el béisbol, y apenas parece cuestión de tiempo que el nuevo artilugio termine siendo moneda de uso común para todos los equipos.
No hay quien tosa a Jorge Martín en este arranque del Mundial de MotoGP. El líder ha llegado al GP de España dispuesto a subirse por primera vez a lo más alto del podio en un circuito de Jerez que se le resiste desde su estreno en la máxima categoría. Por lo pronto, su triunfo en una accidentada sprint race hace que, como mínimo, los presagios del madrileño sean excelentes. Tanto, como las de un Pedro Acosta que logró subirse al segundo escalón y que, por ahora, se sitúa también como segundo del campeonato. Unas credenciales para nada desdeñables para un rookie que continúa dejando unas sensaciones muy prometedoras y que se ha convertido en la irrupción más destacada del curso.
«Este sábado por la mañana me latía el corazón muy rápido. No sé por qué, tenía una especie de ansiedad, agobio, nervios, pero, en carrera, he sabido calmarme. Cuando me ha pasado Marc, le he visto bastante fuerte. He intentado apretar y había muchas posibilidades de acabar segundo. Pero, al final, gracias a tener la mente fría y estar tranquilo, he conseguido la victoria, así que estoy muy feliz. Creo que con la media he trabajado muy bien. Esperemos que esté seco el domingo y poder demostrar nuestro ritmo», resumió Martín ante los micrófonos de DAZN tras una sprint race en la que llegaron a registrarse hasta 15 caídas.
Entre ellas, también la de un Marc Márquez que llegó a liderar tras hacerse antes con la pole, la número 93 de su carrera, y que acabó séptimo. Menos suerte, en este caso, tuvieron su hermano Álex, Aleix Espargaró, Pecco Bagnaia, Brad Binder, Enea Bastianini, Marco Bezzecchi, Maverick Viñales, Luca Marini y Stefan Bradl: ninguno pudo alcanzar la bandera a cuadros.
A la espera del sol
La humedad de la pista, según destacó Martín, sería una de las claves de tantos incidentes. Si el clima le sonríe, tal y como espera, este domingo, sus opciones de llevarse su primera victoria en Jerez se multiplicarán de manera exponencial. La salida, en la que tendrá por delante a un Marc Márquez cada vez más cerca de lograr su tan ansiada vuelta al camino del triunfo y a Marco Bezzecchi, puede ser crucial. Y, si no consigue la victoria, lograr, por lo menos, mantener la posición ya sería también todo un hito.
No en vano, significaría repetir la tercera plaza conquistada en 2020, su último año en Moto2 y, hasta el momento, su mejor clasificación en Jerez. En 2020, precisamente, a causa de la pandemia, ese escenario vivió dos pruebas, el GP de España y el GP de Andalucía. En 2021, mientras, tuvo que perderse la prueba tras una tremenda caída en Portimao, hasta ahora la tercera más fuerte en la historia de MotoGP, en la que se rompió hasta seis huesos y que le obligó a pasar por el quirófano.
Más complicado se antoja, en este caso, que Bagnaia, ganador de las dos últimas carreras en Jerez, pueda aprovechar para reengancharse al campeonato. La caída sufrida en la sprint race, con dos vueltas completadas, y el hecho de partir desde la octava posición le ponen las cosas muy complicadas al vigente campeón, quien ocupa el quinto puesto de la general, a 42 puntos de un Martín dispuesto a no dar tregua hasta el final.