El campeón mundial de ajedrez solo tiene 32 años, pero en unos días perderá la corona por voluntad propia. Cansado de defender su título, que ha ganado cinco veces, decidió abdicar ante la falta de estímulos que le supone prepararse durante meses contra rivales que sabe inferiores. Hay algo de soberbia, comprensible, y nada de falsa modestia. A partir del 7 de abril, Ian Nepomniachtchi y Ding Liren dirimirán quién es el nuevo campeón, un rey sin autoridad, porque el número uno seguirá siendo Magnus Carlsen. El noruego quita hierro: «Aún tengo dos títulos», dice, para recordar que seguirá como campeón mundial de ajedrez rápido y relámpago.
Lo cierto es que es una tradición arraigada en los tableros que el campeón se crea autorizado a elegir sucesor. Algunos esquivaron así a sus rivales más peligrosos para prolongar su reinado. Carlsen sintió esa tentación, aunque por motivos más nobles, pero el gran maestro más fuerte de la historia no tiene tanto poder. Incapaz de cambiar las reglas, renunció a su trono. 2023 es el año cero después de Carlsen.
Magnus abdicó aburrido de los jugadores de su generación y de los ritmos del ajedrez clásico. La principal misión de la Federación Internacional de Ajedrez, que cumplirá un siglo en 2024, es organizar los campeonatos del mundo y acabar con las arbitrariedades. No siempre lo consiguió, al menos sin romper la paz. Bobby Fischer se negó a defender su corona en 1975 con las reglas vigentes y ya sabemos cómo acabó. Garri Kasparov provocó una escisión en 1993 y abandonó la FIDE, aliado con su rival por el título. Tampoco terminó bien la aventura.
Carlsen sugirió que solo seguiría en la fiesta si el elegido para retarlo era un representante de las nuevas generaciones, a ser posible Alireza Firouzja. El francés de origen iraní, un fenómeno, fracasó en su primer intento en Madrid y el número uno anunció al mundo que buscara a otro actor para el papel. Antes, intentó que la FIDE cambiara las reglas e incluyera partidas de ajedrez rápido en el campeonato, una fórmula mixta en busca del ajedrecista total. Las promesas y concesiones que le hicieron no bastaron para retenerlo.
Los últimos días de Magnus como campeón no han sido plácidos. Sigue enfrascado en un complejo proceso legal después de acusar de tramposo a Hans Niemann, que lo ha denunciado por difamación y reclama unos 500 millones de indemnización (no solo a él).
En los tableros, acaba de jugar sus últimas partidas como campeón, en la liga noruega, donde cosechó dos victorias y unas tablas para su equipo, el Offerspill de Oslo. En la cadena NRK, que lo sigue más de cerca que la televisión francesa a Mbappé, la periodista Kaja Snare le preguntó si el último fue un día especial. «En lo que a la liga respecta, sí, pero sobre el campeonato del mundo, mentalmente hice las paces hace bastante tiempo», respondió.
El Campeonato del Mundo se disputará en Astana (Kazajistán) del 7 de abril al 1 de mayo de 2023. El ruso de 32 años Ian Nepomniachtchi Nepo, apenas unos meses mayor que Carlsen, y el chino de 30 años Ding Liren lucharán por el título.
El socio oficial para el desafío será la empresa de servicios financieros Freedom Holding Corporation que pagará dos millones de euros en premios. De acuerdo con la lista de los mejores jugadores del mundo, ‘Nepo’ se encuentra ahora mismo en segundo lugar mientras Ding Liren es tercero. De 13 partidas de ajedrez clásico que han jugado ‘Nepo’ contra Ding Liren, el ruso ganó tres, perdió dos y empataron ocho. El encuentro entre ellos del mes que viene será a 14 partidas a ritmo clásico, de forma que el primer jugador que consiga 7,5 puntos será proclamado nuevo campeón.
Entretanto Ellen, la hermana de Carlsen, ha adquirido cierto protagonismo al desvelar que ella también sufrió acoso cuando jugaba al ajedrez. «Conmocionada y entristecida» por la denuncia de Jennifer Shahade, la hermana mayor del genio esbozó en Twitter lo que le había ocurrido: «No está bien ni es normal que los adultos se comuniquen con menores por teléfono a menos que haya una clara conexión práctica con el torneo».
Después, explicó a NRK: «El ajedrez es una de las pocas áreas donde niños y adultos compiten entre sí y son iguales en todos los ámbitos, pero es muy importante que la división también sea clara entre las partes (… ) Cuando eres joven, piensas que es culpa tuya o que te has comportado de una forma equívoca. Esa responsabilidad debe recaer en el adulto, que no debe contactar con una persona joven en absoluto. No está bien», añadió.
Ellen Carlsen dejó el ajedrez cuando cumplió 20 años: «No fue lo que me hizo renunciar», asegura, «pero hizo que fuera menos tentador participar en los torneos».
Su propio hermano contó en la película documental Magnus, de niño prodigio a genio del ajedrez que había sufrido acoso escolar de pequeño. Era un niño prodigio con una memoria fabulosa, cualidades que los matones del colegio no supieron apreciar.
Después, se convirtió en el mejor ajedrecista de la historia, condición que no perderá pese a que pronto otro usurpará su corona. A cambio, seguirá jugando, con el reto imposible de superar los 3000 puntos Elo. Podremos disfrutar aún más su talento gracias a la actividad frenética que mantiene en internet. En mayo también lo veremos de vuelta a los tableros, en el Norway Chess, donde recibirá en casa a algunos de los jóvenes prodigios que más le motivan, como Nodirbek Abdusattorov, Dommaraju Gukesh y el citado Firouzja. Quizás veamos algún día un Mundial entre Carlsen y uno de ellos.