Valencia CF
El portero georgiano solo ha encajado 24 goles pese a la situación del Valencia. Es el segundo que ataja desde el parón mundial y el tercero de Europa con mejor racha de partidos con más de cinco paradas. Su punto débil son los penaltis
El Valencia está a un punto de los puestos de descenso, pero aún hay un dato de su estadística que se salva de la descomposición general. De los diez últimos clasificados es el equipo que menos goles ha encajado esta temporada: 24. Detrás de esa cifra está Giorgi Mamardashvili. Mestalla ha encontrado un seguro si bien no para amarrar puntos, sí para evitar sonrojantes goleadas en este gigantón de 22 años georgiano que está asombrando a Europa con su agilidad felina en su apenas temporada y media en la elite.
Titular indiscutible para Gattuso y Voro, es el quinto guardameta menos goleado de LaLiga y en los últimos siete partidos tras el regreso del parón mundialista suma 25 paradas, las mismas que Paulo Gazzaniga para el Girona. Solo Ledesma en la portería del Cádiz ha parado más (25). De hecho, en el duelo del pasado domingo en Montilivi, Mamardashivili atajó siete peligrosos disparos, el máximo en un partido desde que debutó en España, aunque no pudieron evitar la derrota.
Su reflejos y la plasticidad de sus paradas, con su 1,99 metros, ha llamado la atención en Europa, donde también aparece en las mejores estadísticas. Es el tercer portero en mejores rachas de partidos en los que ha atajado más de cinco ocasiones claras de gol. El georgiano, con 3, solo está superado por David Raya, con 4, y el meta del Bochum alemán, Manuel Riemann, con 5.
Más sueldo por partido que de ficha
El brillo de Mamardashvili aumenta si se mira a los despachos. Renovado hasta 2027 y con una cláusula disuasoria de 100 millones, su valoración en el mercado supera los 25 millones de euros cuando al Valencia le costó 850.000 euros.
Su descubridor fue el agente Antonio López en un duelo de Europa League que enfrentó al Granada con el Locomotive de Tiflis, el equipo en el que jugaba cedido por el Dinamo. Sus contactos en Georgia le permitieron distribuir a todas las secretarías técnicas de Primera y Segunda a principios de 2021 un email con estadísticas y vídeos del guardameta. «Algo preguntaron el Elche, el Girona, el Levante y el Fuenlabrada, pero solo el Valencia, meses después, dio el paso», cuenta López a EL MUNDO.
El director de la Academia de Paterna, Luis Martínez, convenció al director deportivo, Miguel Ángel Corona, para incorporarlo al filial, el Mestalla, entonces en Tercera RFEF. Pagarían 50.000 euros de cesión al Dinamo y se reservaban una cláusula que fijaba el valor del portero en 850.000 euros si se ejercía antes del 31 de diciembre de 2021. El sueldo del jugador serían 70.000 euros brutos, pero el agente arañó una cláusula que parecía imposible de cumplir: 7.000 euros por partido jugado con el primer equipo si eran más de 20. Jugó 21 y ganó el doble en premios que de sueldo.
Mamardashvili subió al primer equipo nada más llegar al club, sin saber ni una palabra de castellano. Bordalás se encontró en pretemporada con las lesiones de Cillessen y Jaume y echó mano del joven meta de 20 años. Enseguida el maestro Ochotorena le vio trazas. Parte de ellas las heredó de su padre, David, durante años entrenador de porteros del Torpedo de Kutaisi, donde su hijo empezó a destacar.
Bordalás le dio confianza en Liga, salvo un breve tramo en que recuperó a Cillessen, y el club ejerció con celeridad la opción para retenerle tres años y elevar su cláusula a 15 millones. Mamardashvili no dejó de crecer desde entonces. Se agarró a la titularidad y en Liga encadenó 487 minutos seguidos sin encajar gol y ocho porterías a cero. Era indudable que el Valencia había encontrado un portero de futuro y, con 22 años, el club amplió el pasado mes de septiembre su contrato hasta 2027 y elevó su premio ante los rumores que ya llegaban de la Premier.
Kvaratskhelia y los penaltis
Sus mejores cualidades las muestra en la reacción bajo palos. De 63 paradas que lleva en Liga, 40 son a disparos desde dentro del área, donde el tiempo de reacción es vital. Su media está en 3,95 por partido, lo que demuestra la debilidad defensiva del Valencia que él maquilla.
Su irrupción en la Liga le ha hecho convertirse en un fijo en la selección de Georgia, donde aún no ha podido convencer a Willy Sagnol para desbancar de la portería al veterano Giorgi Loira, de 37 años. El futuro del combinado nacional cuenta con Mamardashvili bajo los palos y Kvaratskhelia en la delantera.
Antes tendrá que mejorar con el balón en los pies -con el estilo de Gattuso se le ha visto apurado-, y en la decisión ante los balones aéreos. Pero su punto negro son los penaltis. Le han lanzado 17 en dos temporadas, nueve en tandas, y no ha parado ninguno. La pasada temporada no pudo evitar dos en Liga y tampoco ayudar al equipo en la final de la Copa del Rey. Esta ha encajado tres, otros dos ha visto como iban fuera y tampoco pudo atajar ni un penaltis en la semifinales de la Supercopa.