Ron Gourlay aterrizó como director general de fútbol del Valencia hace tres meses y ya se enfrenta a la primera crisis. Las derrotas ante el Oviedo en Mestalla y en Girona han abierto una brecha entre la afición y el equipo que el escocés ha querido suturar con un mensaje de unidad que ha alcanzado a todos, desde los seguidores a los jugadores. Eso sí, ha repetido durante hora y media su confianza en la plantilla y el cuerpo técnico, ha reclamado que se le juzgue a final de temporada, se ha querido sacudir el peso del pasado de Meriton en el club y, regañadientes, ha reconocido que en los planes no está la exigencia de volver a Europa hasta la temporada de traslado al Nou Mestalla, fijada para la 27/28.
“Entiendo la frustración de los aficionados cuando las cosas no van, pero estamos en un momento de transición. Hemos identificado cuáles son los retos y ahora se trata de abordarlos”, explicó. “Llevo muchos años en el mundo del fútbol y este equipo no se encuentra en la clasificación donde merece. Pero el entrenador, los jugadores y el staff tenemos muy claros los objetivos y no tengo duda de que evolucionaremos como equipo. La unión del equipo es increíble y Carlos [Coberán] hizo un trabajo importante la temporada pasada y lo conseguirá de nuevo”, resumió.
¿Cuáles son esos errores? Gourley apunta a las “22 transacciones” que hubo en el mercado de verano, que dejó a jugadores sin pretemporada, pero también apuntó, aunque tímidamente, a los jugadores. “Hay que valorar gestión de los partidos, por qué concedemos gol en los últimos minutos. Los jugadores están comprometidos, pero tienen que estarlo todos los minutos. Debemos ser más competitivos y tenemos que aprender a matar los partidos“, sentenció.
Esa es labor del entrenador, a quien Gourley describe como el hombre con autoridad en el vestuario. “Estamos en los compases iniciales de esta fase de transición. El equipo tiene un entrenador muy capaz de lidiar en el vestuario y hablo con él cada día. Soy el jefe, y podría jugar esa carta, pero no es necesario. Tengo absoluta confianza en los jugadores y en el técnico. Necesitamos hombres, no niños. Líderes. No es momento de apuntar con el dedo a nadie y Carlos tiene todo el apoyo del club. Nadie le hace la cama, porque es una mentalidad que no está permitida en este club”, aseguró.
El nuevo CEO, que aseguró haber dedicado el 80% del tiempo que lleva en el Valencia al mercado, quiso sacudirse de las promesas incumplidas de Meriton en la década que lleva en el club. “Yo no puedo responder del pasado. Hacer promesas en el fútbol no es bueno, pero hay que ser competitivos, agresivos y valientes. Se me juzgará a final de temporada. Ahora tenemos que estar tranquilos y establecer objetivos que podemos cumplir. Es muy importante ser realistas y recordar que no se hace magia ni hay secretos. Todo el mundo en el club ambiciona estar en Europa. Pero tenemos que ganarlo siendo competitivos en cada partido”, insistió.
Insistió Gourley en el plan a “cinco o diez años” que le ha trazado la familia Lim, para hacer crecer el equipo, la academia, “muy importante en la estabilidad del club”, y la expectativas que genera el nuevo estadio. Llegar al Nou Mestalla es las mejores condiciones deportivas parece el objetivo.
“El Nou Mestalla está muy cerca y queremos tener una excelente plantilla para cuando lo inauguremos. Tenemos cuatro ventanas de mercado para hacer el equipo más fuerte, una de un mes y otra interrumpida por un Mundial. No va a ser fácil. Necesitamos tiempo, pero todos estamos comprometidos. No juzgo al pasado. Estoy enfocado en lo que va a pasar en los próximos dos, tres años y que se me juzgue entonces. Tengo el apoyo del presidente para llevar el club adelante y se me han dado las herramientas”, reconoció sin poder rehuir el discurso sobre el regreso a las competiciones europeas.
“No voy a prometer que vamos a conseguir estar en Europa. No se llega a un club y en cuatro meses se está en Europa. No tenemos una varita mágica. Es importante reconocer dónde estamos. No podemos compararnos con cuatro o cinco clubes, que tienen más nivel económico, pero contra 14-15 clubes deberíamos estar compitiendo”, advirtió.
Para Gourlay, el momento en que Europa será imprescindible está claro: “Creo que en un estadio del calibre del Nou Mestalla, debemos estar en Europa. Vine a trabajar al Valencia para garantizar que en el nuevo Mestalla se juegue en Europa“, insistió. Eso, según los planes del club, debería ocurrir en la campaña 27/28, porque la previsión es el que nuevo campo esté listo en julio de 2027. Queda, por tanto, toda esta temporada y la próxima para conseguir ese objetivo. Encaja con los cuatro mercados a los que también se refirió el CEO, que ahora pide “paciencia” y unión a la grada.
“Necesitamos la energía de Mestalla. Sabemos que si cumplimos con nuestro trabajo, no habrá silbidos, pero eso solo se podrá lograr juntos. Lo siento si antes habéis escuchado palabras similares a las mías, pero me siento optimista y tenemos las herramientas, la calidad. Ahora todos sentimos la frustración, los jugadores también, pero, sin dar fechas, sé que veremos la mejoría. Veo la luz al final del túnel“, aseguró.