Ser madre e ir a entrenar justo después: el caso de Emma Coburn y el avance de la gestación subrogada en el deporte

Ser madre e ir a entrenar justo después: el caso de Emma Coburn y el avance de la gestación subrogada en el deporte

Emma Coburn cuelga una foto en Instagram de un intenso entrenamiento en Gunnison, Colorado, a 2.350 metros, y nada sorprende: durante el invierno las mejores atletas se exigen al máximo en altitud y la estadounidense, campeona del mundo en 2017 y bronce en los Juegos de Río 2016 en los 3.000 obstáculos, es una de ellas. Pero hay un detalle que sorprende: hace apenas 10 días, Coburn fue madre de una niña, Betty Ann, junto a su marido y entrenador, Joe Bosshard. ¡¿Cómo?!

Contaba la piragüista Maialen Chourraut que volvió al kayak apenas un mes después del nacimiento de su hija, Ane. Relataba la saltadora Ana Peleteiro que regresó al gimnasio seis semanas después de dar a luz a la pequeña Lúa. Pero el caso de Coburn no tiene nada que ver con el de las dos medallistas olímpicas españolas: la mediofondista yankee no pasó por un embarazo, por un parto y no está corriendo durante el puerperio.

“Sorpresa, somos padres. Nuestra hija, Betty Ann Bosshard, nació hoy a través de una madre subrogada. Es una alegría que no puedo expresar con palabras y, después de años de esperarla, conocerla hoy fue como un sueño. No puedo empezar a expresar mi gratitud a nuestra increíble madre subrogada. Betty está feliz y saludable gracias a ella. Que comiencen las aventuras, Betty. Te amamos”, escribió en Instagram con un vídeo adjunto donde se podía ver cómo una enfermera presentaba a la niña a sus nuevos padres.

La maternidad a través de otra mujer de Coburn -más su exposición en redes sociales- puede sorprender en España, donde la gestación subrogada está prohibida, pero no así en Estados Unidos donde prácticamente ya es una opción más para las deportistas. Mientras se alargan las carreras de las mujeres hasta alcanzar los 40 años, ya son varios los casos de atletas que han optado por un vientre de alquiler y no paran para ser madres.

Las ayudas de la WNBA

Como Coburn, la también estadounidense Breanna Stewart y su pareja, la española Marta Xargay, ambas jugadoras de baloncesto, que en 2021 tuvieron a su primera hija, Ruby, por gestación subrogada. Stewart había congelado sus óvulos y el nacimiento casi le pilló en Tokio, donde se proclamó campeona olímpica. Su caso apenas fue destacado como una anécdota en la prensa de Estados Unidos o, como mucho, como parte del éxito de un programa de la WNBA, la liga en la que compite. Desde 2020, la mayor competición de baloncesto del mundo incluye en su convenio colectivo una ayuda de hasta 60.000 dólares a las jugadoras que quieran ser madres e incluye entre las posibilidades la gestación subrogada.

“Al negociar este convenio se me ocurrió incluir opciones que muchas mujeres no tienen. Teníamos que crear recursos para empoderar a las mujeres en todos sus roles”, exponía Nneka Ogwumike, ala-pívot y presidenta de la WNBPA, el sindicato de las jugadoras. Otras competiciones, como la NWSL, la liga estadounidense de fútbol, han llegado a acuerdos con clínicas de fertilidad para incluir sus servicios en el seguro de sus estrellas.

“Gritaría a los cuatro vientos que si este es el camino que tienes que seguir, no te avergüences”, reclamaba Erin Andrews, comentarista de partidos de NFL y NHL, en la revista Glamour, ante el aumento del uso de los vientres de alquiler en el deporte. La gestación comercial está plenamente desarrollada en varios estados de Estados Unidos, mientras en países como Canadá, Reino Unido o Australia la subrogación sólo se permite si no hay un intercambio económico de por medio.

En España, donde la práctica es ilegal, no se conocen casos de deportistas que hayan sido madres a través de ese sistema -más allá del nombrado de Xargay en EEUU- y, de hecho, de momento sólo ha habido críticas. “¡Esta foto es de las cosas más ridículas que he visto en mi vida! Por eso esta mujer ha tenido que irse hasta EEUU para poder llevar a cabo esta ilegalidad. No acaba de ser madre, no. Acaba de comprar un bebé gracias a su estatus económico”, denunciaba un año atrás Peleteiro a raíz del caso de Ana Obregón. Pese a sus palabras, la práctica amenaza convertirse en una tendencia entre las deportistas de élite de ciertos países.

kpd