El tenista español Carlos Alcaraz (n.3) superó este domingo al neerlandés Tallon Griekspoor (n.39) por 6-1 y 6-2 en 56 minutos para avanzar hasta los cuartos de final del Abierto de China disputado en la capital del gigante asiático.
El encuentro fue de los pocos que se salvó de cancelación en la lluviosa jornada pekinesa, al disputarse en la pista central Diamond, que cuenta con una cubierta retráctil que protegió a los protagonistas.
Ambos tenistas se habían enfrentado tres veces previamente, con un balance de victorias a favor de Alcaraz en cada choque.
En este partido, el murciano no dio opciones a Griekspoor, demostrando gran solidez en su servicio al no conceder ninguna bola de ‘break’ y consiguiendo la totalidad de puntos ganados con su primer saque en el set inicial.
Desde el inicio del partido, Alcaraz mostró un dominio total, buscando las líneas con golpes precisos y manteniendo la intensidad alcanzando todas las bolas, pasasen o no la red.
El primer parcial fue un monólogo del español, quien rompió en dos ocasiones el saque del neerlandés para llevarse el set por 6-1 en tan solo 24 minutos.
En el segundo set, Griekspoor intentó resistir, pero Alcaraz mantuvo su ritmo y precisión.
A pesar de que el neerlandés consiguió aumentar ligeramente su porcentaje de puntos ganados con el servicio, el español se mostró implacable al resto, logrando otras dos roturas para sellar el encuentro con un 6-2.
El tenista español se enfrentará en los cuartos de final al ruso Karen Khachanov (n.27), que se impuso este domingo al argentino Francisco Cerúndolo (n.31) en un igualado encuentro por 7-6(4) y 7-6(9).
Alcaraz se une así en la siguiente ronda al actual campeón y número uno del ranking ATP, el italiano Jannik Sinner, y al ruso Daniil Medvedev.
El compatriota de este último, Andrey Rublev, buscará alcanzar este lunes los cuartos de final frente al español Alejandro Davidovich Fokina (n.64), en un partido que se canceló por la lluvia con 2-1 a favor del moscovita en el primer set por la lluvia.
El invierno de 1974 fue un desastre para el hostelero italiano Carlo Cinque: el posible final de un sueño. Enamorado de la costa al sur de Nápoles, unos años atrás había comprado un terreno cerca de una acantilado y había abierto allí un hotel, Il San Pietro di Positano, pero aquel invierno un desprendimiento de piedras amenazó su suerte. ¿Y su establecimiento se iba directo al mar? Podía abandonar el proyecto ante la inseguridad, pero hizo lo contrario: lo amplió de 33 a 55 habitaciones, lo convirtió en un resort de cinco estrellas y en el espacio que había generado el desprendimiento construyó una de las pistas de tenis más bonitas del mundo.
«Hay que bajar unos 70 metros del hotel a la pista a través de unas escaleras, pero no hay duda que es una pista preciosa», asume el periodista y fotógrafo estadounidense Nick Pachelli, que acaba de publicar un libro, The Tennis Court, en el que narra más de 200 historias como esa de pistas de tenis por todo el mundo que él mismo visitó entre la verano de 2022 y la pasada primavera. Dos años de viajes en busca del lugar más recóndito, más bonito, más singular, donde jugar al tenis.
El Tennis Park Lommerrik de Rotterdam, en Países Bajos.NICK PACHELLI
Por ejemplo, en el libro -de momento sólo editado en inglés- aparece una pista construida por un matrimonio en Bunabhainneadar, un pueblo remoto en la remota isla escocesa de Harris. Por ejemplo, la sede abandonada de la Federación de Ucrania en Ispín, a las afueras de Kiev. Por ejemplo, una pista para refugiados entre un maizal en Kyegegwa, una zona rural de Uganda. Por ejemplo, las cuatro pistas del club de la isla Waiheke, en Nueva Zelanda, y sus muchos loros. O por ejemplo, la pista que cada julio se dibuja sobre la arena de la playa de la Ribera, en Luanco, en Asturias, cuando baja la marea.
«La de Luanco es una de mis pistas favoritas del libro, es muy original y es precioso ver la pasión con la que se vive el torneo que se juega allí cada verano», describe Pachelli en conversación telefónica con EL MUNDO después de muchas visitas a España. Como fotógrafo profesional siguiendo el circuito ATP, estuvo en el Mutua Madrid Open y el Trofeo Conde de Godó, pero en su obra también apareció otros lugares de España: el Club del Sol en Mijas, el Real Club de Tenis de San Sebastián, el Real Club de Tenis Betis de Sevilla y su amarillo, la Rafa Nadal Academy o el Mallorca Country Club de Mallorca, el Reial Societat de Tennis Pompeia de Barcelona o el Club de Tenis Puente Romano de Marbella.
Más de 5.000 llamadas
«Hace dos años un amigo mío me preguntó por qué no publicaba un libro exclusivamente de tenis y se me ocurrió la idea de las pistas. En el tenis es difícil ahora sacar un libro distinto y pensé que éste lo era. Cuando llegué a un acuerdo con una editorial [Hachette], contraté ayudantes para llamar a gente relacionada con el tenis por todo el mundo y encontrar las pistas más raras, las más importantes a nivel tenístico o las que tuvieran las mejores historias detrás. Hicimos más de 5.000 llamadas, investigamos, miramos mucho Google Maps y al final llegamos a la selección definitiva», recuerda Pachelli que confiesa un secreto: en la mitad de las más de 200 pistas fotografiadas se ha dado el gustazo de jugar. Junior brillante, con beca como tenista para una universidad estadounidense, una lesión le obligó a escoger un oficio y tiró por el fotoperiodismo. «Ahora sólo soy un amateur más, aunque me encanta participar en competiciones como los torneos de UTR [una app como Playtomic]», comenta y se atreve con su selección personal.
La pista del Sportchalet Murren, en Suiza.NICK PACHELLI
Si tuviera que escoger pista, jugaría en Luanco, en el Club de Tennis Dansk de Copenhague, en la sueca Bastad, donde se disputa un ATP 250, o en el Sportchalet de Murren, un pueblo de los Alpes suizos. «El libro desafía la percepción del tenista como un deporte elitista. Hay lugares exclusivos, como el All England Club, pero también pistas públicas, accesibles, abiertas a quien quiera jugar», finaliza el estadounidense.
"Amigos periodistas. Quisiéramos recordaros que el torneo se llama Nitto ATP Finals desde 2017, no Masters ni World Tour Finals. Apreciaríamos el uso de la terminología correcta". El viernes, a pocas horas del partido inaugural entre Daniil Medvedev y Taylor Fritz (este domingo, a las 14.00 horas, Movistar), la ATP enviaba un mensaje a todos los medios acreditados para recordar el nombre del torneo. ¡El nombre del torneo! Un problema desde los cimientos.
Las Nitto ATP Finals, que antes fueron las World Tour Finals, la Tennis Masters Cup, las ATP Tour World Championship o el Masters Grand Prix y que en España siempre ha sido la Copa de Maestros es una competición que arrastra una paradoja. Sólo juegan los ocho mejores tenistas y los partidos 'grandes' están asegurados, pero año a año va perdiendo importancia respecto a los Grand Slam. Si hubo un tiempo en el que se le llamó "el quinto grande", eso ya es pasado. ¿Por qué?
"Hay demasiados torneos"
"Últimamente el tenis está perdiendo ciertas cosas porque el calendario está saturado. Hay demasiados torneos, demasiada exigencia, demasiadas lesiones. Antes en el tenis no teníamos tanta carga física y la mayoría llegábamos bien al Masters. Ahora la temporada es mucho más dura y en el Masters hay peores partidos", analiza a EL MUNDO Manuel Orantes, uno de los dos españoles que han ganado el torneo. Fue en la séptima edición, en 1976, después de ganar la final al polaco Wojciech Fibak en una remontada que predijo Anne Buydens, la mujer de Kirk Douglas.
"El torneo era en Houston y en la final el matrimonio estaba en las gradas, justo detrás de mi banquillo. En un descanso, cuando yo iba un set abajo, les entrevistaron y Douglas dijo que lo tenía difícil. Ella, en cambio, recordó que yo ya había remontado en la final del US Open y comentó que todavía podía ganar. Lo oí y le hice un gesto, me dio mucha moral. Unos meses después me invitaron a desayunar en su casa de Palm Springs", recuerda Orantes que no, no está acompañado por Rafa Nadal en el historial del torneo. El mejor tenista español de la historia disputó la Copa de Maestros en once ocasiones y nunca venció. De hecho, sólo llegó dos veces a la final, en 2010 y 2013, con derrotas ante Roger Federer y Novak Djokovic.
"Siempre en pista rápida"
"Quizá por eso en España no le damos tanta importancia al torneo, en Estados Unidos y otros países el Masters sigue siendo importante, pero es verdad que los Grand Slam han crecido mucho más. Para mí, un problema es que siempre se juega en pista rápida. Estos partidos tan marcados por el saque no generan afición. Entiendo que sea indoor, pero la superficie debería ir cambiando. ¿Cuántos Masters hubiera ganado Nadal en tierra batida?", añade Álex Corretja, el otro campeón español.
En su caso fue en 1998, en una final ante Carlos Moyà, y después de una victoria en semifinales ante el gran favorito, Pete Sampras. Entre 1991 y 1999, el estadounidense ganó cinco veces, un récord que sólo pudieron superar después Novak Djokovic (siete) y Roger Federer (seis). En los últimos años se han encadenado las sorpresas con campeones como Grigor Dimitrov, Alexander Zverev o Stefanos Tsitsipas y finalistas como David Goffin, Dominic Thiem o Casper Ruud. "Es un torneo al que casi todos llegan triturados físicamente, psicológicamente exhaustos. Cuando yo crecía el Masters tenía aura porque siempre se jugaba en el Madison Square Garden de Nueva York y ganaban McEnroe, Borg o Lendl. Ahora ha perdido peso", añade Corretja, que estos días ejercerá como comentarista del torneo para Movistar.
Las opciones de Alcaraz
En su opinión, "Sinner llega un poco por encima del resto y Zverev también será peligroso porque llega en buena racha, después de haber sido campeón del Masters 1000 de París-Bercy. Alcaraz dependerá de cómo se sienta en una superficie tan rápida, de cómo saque, de cómo se mueva".
MARCO BERTORELLOAFP
El formato de la Copa de Maestros, con fase de grupos, semifinales y final, suele permitir un desliz y por eso las posibilidades del español son elevadas. En su grupo ha caído un tenista, Ruud, hundido en una profunda mala racha -sólo ocho partidos ganados desde Roland Garros-, y otro, Rublev, que sufre problemas físicos, y el paso a semifinales no debería exigirle hasta el límite. Allí se podría encontrar con Sinner, aunque es más probable que aparezca Medvedev o incluso Fritz. En realidad, con debut mañana ante Ruud (14.00 horas, Movistar), la mayor exigencia podría ser aguantar cinco partidos en siete días contra los mejores del mundo. Si lo consigue sería el tercer español que gana la Copa de Maestros, o las Nitto ATP Finals, o como se llame.
«Quizá soy un jugador que necesita parones más largos para afrontar los torneos importantes. Tengo que reflexionar sobre ello, pero he ido de menos a más», aseguraba en Nueva York el ahora tercero del ranking, aunque en las semanas posteriores demostraba que la teoría está lejos de la práctica. A su debut en las ATP Finals este lunes ante Casper Ruud (no antes de las 14.00 horas, Movistar), Alcaraz llega nuevamente con la mochila cargada después de haber jugado la fase previa de la Copa Davis, dos torneos amistosos como son la Laver Cup y el Six Kings Slam y por supuesto todo el calendario posible con el triunfo en el ATP 500 de Pekín como única alegría.
La "trampa" de los tenistas
«Los tenistas vivimos en una trampa. Podemos jugar torneos prácticamente cada semana y para descansar tenemos que renunciar a algunos. ¿Qué pasa con eso? Que el equilibrio es muy difícil. Si ganas, dirán que has hecho una buena elección del calendario y si pierdes, que no lo has hecho. Cuesta conocerse, saber cuándo estás jugando en reserva, tener la cabeza fría. Hay que sacrificar semanas, es la última manera, pero es complicado», analiza Roberto Bautista, después de ganar este octubre a sus 36 años el ATP 250 de Amberes, su primer triunfo desde el verano de 2022. Según explica, las derrotas a veces son un respiro, porque fuerzan al descanso, y las victorias a veces son agotadoras, porque no se pueden celebrar.
JULIEN DE ROSAAFP
«Hay que contar que Alcaraz, con lo joven que es, lleva tres temporadas ganando uno o dos Grand Slam. Es difícil acostumbrarse a ese ritmo. Después de una victoria grande hay que saber gestionar muy bien las semanas posteriores para que no te quemen. El año pasado era muy claro que le falta gasolina, este año creo que llega mejor a este Masters aunque Sinner y posiblemente Zverev estén un poco por encima», apunta Álex Corretja, hoy comentarista de Movistar, cuyo gran éxito como tenistas, el Masters de 1998, llegó en noviembre y que además ganó otros tres torneos ATP entre octubre y noviembre.
"Tiempo con la familia y amigos"
Alcaraz, en cambio, agrupa sus 14 de sus 16 títulos de enero a julio y apenas ha celebrado dos veces después: en 2022, en el US Open de septiembre, y este año en el ATP 500 de Pekín. De hecho, todavía no suma ningún título en indoor. Una solución sería liberar de competiciones el inicio del curso, pero no sólo es eso. Al fin y al cabo, este año se ha perdido tres Masters 1000 -Montecarlo y Roma por lesión y Montreal por agotamiento- mientras Jannik Sinner sólo se ha ausentado en uno. El italiano, eso sí, renunció a los Juegos Olímpicos, a algunos ATP 500, al arranque de esta Copa Davis y a varias exhibiciones.
«Quizá no hay jugado más partidos que otros, pero ha acumulado más eventos, más actos con sponsors, más torneos de exhibición, en definitiva, más desgaste psicológico. Un tenista tiene ciertas obligaciones, pero también necesita descanso y distracción, es decir, tiempo con la familia o con los amigos», finaliza Juan Carlos Campillo, psicólogo deportivo de Carolina Marín, entre otros, que como el resto de preguntados asegura que Alcaraz gestionará mejor su calendario con el tiempo. «Aprenderá a base de palos, como todos», concluye.