El devenir de la selección española en esta Eurocopa sugiere diversos análisis. Los más obvios son los puramente deportivos, esos que hablan de, al fin, una selección moderna, vertical, lejos de la nostalgia a la que obliga el juego posicional nacido en 2008. Otros, menos obvios, remiten a la fisonomía social del equipo, a una composición heterogénea, mestiza, reflejo de la sociedad donde nace y espejo de millones de personas que se cruzan unas c
Hazte Premium desde 1€ el primer mes
Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web
El próximo jueves es la fecha elegida por el Consejo Superior de Deportes (CSD) para estudiar la suspensión provisional de Pedro Rocha. Para ese día, por la mañana, está citada su Comisión Directiva, que estudiará la resolución del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) en la que define como falta "muy grave" alguna de las conductas del candidato a presidente de la Federación Española de Fútbol.
Fuentes del propio CSD explican a este periódico que el jueves por la mañana se estudiará la resolución del TAD y también los informes de los servicios jurídicos del Consejo, que han emitido sus dictámenes estos días. Del mismo modo, y aunque no es obligatorio, la Comisión Directiva también estudiará la carta que nueve presidentes de Federaciones territoriales enviaron la semana pasada, poniéndose a disposición del Gobierno para solucionar el entuerto ético-jurídico que envuelve al proceso electoral en la Federación.
"No puede ser que un investigado sea la imagen del fútbol español en la Eurocopa y en los Juegos Olímpicos", dijo el viernes el presidente del CSD, José Manuel Rodríguez Uribes. Esto da una idea de cuál es la intención, obvia, del Gobierno. Ocurre que en estas horas hasta la reunión, el propio Ejecutivo va a tratar de tener encaminado un plan B para cuando se produzca esa inhabilitación.
El TAD investiga a Rocha por seis infracciones que considera "muy graves": la renovación hasta 2026 del seleccionador Luis de la Fuente, la adjudicación del VAR hasta la temporada 2027-28, la personación de la RFEF como acusación particular en el caso Brody, la retirada de la demanda contra LaLiga por el acuerdo con CVC, la destitución de Andreu Camps como secretario general y la rescisión del contrato con GC Legal.
El escándalo desatado al conocerse que la Federación Española de Fútbol manipuló las puntuaciones de las sedes para el Mundial 2030 con el objetivo de sacar a Vigo y que Anoeta entrase en su lugar, desvelado por EL MUNDO el pasado 24 de marzo, se mantiene en 'stand by' a la espera, entre otras cosas, de conocer qué acciones judiciales va a emprender el ayuntamiento de la ciudad gallega, que ha contratado a un bufete de abogados para explorar todas las opciones.
En paralelo el alcalde, Abel Caballero, viajará el próximo día 12 a Madrid para reunirse con representantes de la Federación, que le ofrecerán toda la información "que no sea confidencial", y en ese entrecomillado se intuye otro choque más entre las partes, pues Caballero ya ha dicho que él quiere "toda la información".
Para saber más
La Federación, mientras todo esto sucede, ha anunciado en la mañana de este martes el nombre del nuevo responsable del Mundial, que sustituye a María Tato, cuyos movimientos son seguidos estos días con atención desde Las Rozas. El nuevo responsable del Mundial es Eduard Dervishaj. Lo ha hecho público el presidente, Rafael Louzán, en los desayunos de Europa Press.
Dervishaj es un hombre de origen albanés, relacionado con el fútbol de su país y que en 1997, durante un viaje a España como secretario general de la Federación albanesa pidió asilo político. Le fue concedido y comenzó en ese mismo año a trabajar en la Federación como director del Área de Relaciones Institucionales y Proyectos Internacionales.
Ocupó ese cargo hasta 2019, cuando Luis Rubiales le despidió. Hace menos de un año, y bajo la presidencia interina de Pedro Rocha, volvió a su cargo y ahora Louzán le hará compatibilizar sus funciones con ser el nuevo rostro visible en la organización del Mundial. Según la nota de prensa de la Federación, cuenta con amplia experiencia en la organización de eventos internacionales.
Luis de la Fuente ha dirigido 15 partidos a la selección absoluta, a la que cogió inmediatamente después de que fuera expulsada de mala manera por Marruecos en el Mundial de Qatar luego de ofrecer 1.019 pases (un 77% de posesión) para un solo disparo a puerta. En ese invierno de 2022, mes de diciembre, se hizo famosa la necesidad de un Plan B, que en realidad no era otra cosa que buscar deshacerse, definitivamente, de una herencia tan bonita como nociva. La gran España, la España de la posesión, del tiqui-taca, la campeona en 2008, 2010 y 2012, había muerto hacía tiempo, pero nadie parecía haberse dado cuenta. De la Fuente ha sido el encargado de enterrarla.
La selección, cómodamente instalada en su lujosísimo hotel, escuchando a Estopa, La Oreja de Van Gogh y El Barrio cuando llegan a su campo de entrenamiento, ya no se detiene en cuestiones estéticas. Es más, repasando esos 15 partidos de De la Fuente, se descubre un dato. Quitando a la debilísima Chipre, el partido donde más posesión acumuló este equipo (77%) fue en la derrota, muy dolorosa, ante Escocia, en marzo de 2023. Es más, algunas de las mejores victorias (que son 12), algunas de las más importantes, presentan porcentajes discretos: un 62% ante Italia en la semifinal de la Liga de Naciones, un 54% en la final contra Croacia o un 59% en la victoria sobre Noruega en Oslo (59%).
"La vida pasa, y no podemos estar pensando siempre en lo que hicimos en aquellos años", sostiene Rodri, el arquitecto de este nuevo proyecto. "Luis quiere una selección más vertical, más contundente en las áreas, aunque una cosa es decirlo y otra implementarlo. Le da dos o tres pautas al jugador, no más, nos da mucha libertad", explica el mediocentro del City, que no lo dice, pero sí lo piensa: todo lo contrario que Luis Enrique, que dejaba mucho menos espacio a la improvisación del futbolista. El asturiano, por cierto, solía decir: "Nosotros jugamos siempre igual". Pues bien, esto también ha cambiado: "El juego cambia a nivel táctico dependiendo del rival, dependiendo del partido", explica Oyarzabal.
Lamine Yamal, en una sesión.AP
No confundir con no tener una idea. "Al revés, tenemos una idea clara, y no todas las selecciones tienen eso, así que hay que aprovecharlo. Intentamos dominar cada partido a través de la posesión y, sin pelota, hacemos una gran presión tras pérdida", analiza Grimaldo, uno de los nuevos. Posesión sí, pero ¿qué tipo de posesión? Intercede en este debate, de nuevo, Rodri. "Es una filosofía parecida, pero es verdad que intentamos ser un poco más verticales, sin tanta posesión. Digamos que queremos la posesión, pero para intentar hacer daño al rival".
¿Y dónde empezó todo? Pues fue en Tiblisi, capital de Georgia, en septiembre del año pasado. De la Fuente empezó con Dani Olmo y Marco Asensio en los extremos, pero ambos se lesionaron, y en el segundo tiempo salieron Nico Williams y Lamine Yamal, que debutaba. El festival terminó 1-7, con los dos chicos hiriendo a una selección no tan débil (de hecho está en la Eurocopa, pues se clasificó en la repesca). Tener esos dos aviones en las bandas ha terminado de empujar a De la Fuente a romper con el pasado. "Muy pocos extremos en Europa pueden igualar a Lamine y Nico, así que tenemos que aprovecharlo", cuenta Oyarzabal.
Otro fútbol
"Nos han venido los dos, con condiciones diferentes a lo que estábamos acostumbrados, y no podemos dejarlo pasar. Tienen regate, velocidad... Es una grandísima ayuda. Para mí, como mediocentro, jugadores que piquen al espacio son fundamentales", insiste Rodri, que ha visto cómo debe modificar sus hábitos respecto al City. "Aquí la clave", cierra Álvaro Morata, el capitán, "es que hay muchísimas soluciones, hay un abanico de tácticas diferentes que nos vendrán bien en los partidos que se complican".
En los alrededores del equipo, las cosas están más claras todavía. "Hace tiempo que no tenemos jugadores para hacer lo que se hacía hace 15 años", cuenta un veterano de Mundiales y Eurocopas, que las ha visto de todos los colores. Existe la impresión en la concentración de España, siempre desde la óptica de los que vivieron aquella época y viven esta, de que nadie ha sido capaz de asumir esa ruptura con la mejor herencia posible. Pero si Xavi, Iniesta, Silva o Cesc ya no existen, y hay futbolistas verdaderamente diferenciales en otro tipo de fútbol como Lamine o Nico Williams (sin olvidar los laterales, Dani Carvajal y Grimaldo), quizá sea el momento de olvidar los complejos. De la Fuente lo sabe.